Ya que la Dirección
Espiritual es tan importante y tan delicada, no se le debe encomendar a
cualquier persona. En ello está en juego la salvación de tu alma, pues si un
buen Director Espiritual puede dirigirte por el camino de la santidad, un mal
director puede provocar tu perdición eterna. Quien quiera sinceramente alcanzar
la santidad, pondrá su alma en manos de una persona competente, la que le pueda
guiar con más garantías. Es, por tanto, conveniente que nuestro Director
Espiritual reúna ciertas cualidades necesarias, y procure formarse y
profundizar en ellas.
No es imprescindible que el
Director sea sacerdote, pero es mejor teniendo en cuenta su preparación
teológica, la posibilidad de confesarse, etc. Lo que sí es necesario exigir de
él es una profunda vida interior; del mismo modo que nadie se deja guiar por
quien no ha recorrido ni conoce un camino, no te puedes dejar llevar por quien
no se ha lanzado nunca a la aventura de la santidad. Él te ha de conducir
vivencialmente al amor de Cristo, sin quedarse en una mera transmisión de
conocimientos conceptuales. Su ejemplo debe enseñarte más que sus palabras.
Así, imitándole a él, imitarás a Cristo.
Es fundamental también que
posea una cierta preparación moral y teológica, y por supuesto, que sea fiel a
la Doctrina de la Iglesia y al Magisterio del Papa. Pero su formación no debe
limitarse a eso, sino que, siendo el hombre materia y espíritu, es recomendable
que el Director tenga conocimientos de Psicología (aunque es más que un
Psicólogo).
Otras cualidades recomendables
para un Director Espiritual son la paciencia, laexigencia, la prudencia y la
cordialidad. Pero, por encima de todo, ha de ser dócil al Espíritu Santo.
Es conveniente preparar la
entrevista previamente y ayudarse de un esquema con los puntos que quieras
tratar; lo más útil es ordenar dichos puntos según la urgencia, para aprovechar
el tiempo lo mejor posible.
Y se ha de poner especial
atención en la puntualidad, tanto al empezar como al terminar. El Director te
está haciendo un favor reservándote ese tiempo, y es de mala educación
desaprovecharlo o robarle el tiempo que necesite para otras cosas.
…El Director no te puede
imponer su propio camino, sino que ha de dejar que tú mismo vayas viendo cuál
es la Voluntad de Dios. La misión del Director es controlar que el dirigido
haga su elección rectamente, no dársela hecha.
… Terminada la
entrevista, el dirigido ha de tratar deactuar en su vida ordinaria según lo que
le haya dicho el Director, pero teniendo siempre en cuenta que no son
obligaciones sino consejos. También es posible que en la entrevista no se
trataran todos los puntos que el dirigido quisiera por falta de tiempo; en ese
caso, es bueno llevarlos a la siguiente entrevista, o al menos mencionárselos
al Director por si volvieran a darse. Es recomendable hablar con el Director
una vez al mes (como mínimo), aunque para los que están empezando el tiempo
entre una entrevista y otra puede ser más corto.
La devoción a la Virgen
“A quien Dios quiere hacer
muy santo, lo hace muy devoto de la Virgen Maria.”
Este artículo está dirigido
a todas aquellas almas que, habiendo visto el Capítulo de Catholic Stuff:
“La devoción a la Virgen María”, desean verdaderamente, con todo su corazón,
santificarse y llegar hasta Dios por medio de María.
Lo esencial de esta devoción,
de esta esclavitud, consiste en hacerlo todo…
…por María: que mi
intención sea siempre la suya, y acuda a Dios siempre por medio de Ella.
…con María: que mis
obras sean siempre con María, con su poderosísima intercesión, para que Ella
llegue a ser mi recurso universal y mi todo.
…en María: que el
Inmaculado Corazón de María sea mi mundo, mi hogar, mi refugio, para que seamos
uno con Ella y lleguemos a ser el retrato más fiel de la Santísima Virgen.
…y para María: que
todo redunde para su gloria y servicio, que al final es el de Dios.
San Buenaventura
dice que “el culto de la Virgen debe consistir en lo siguiente:
En una alta
estimación de sus grandes cualidades y de su inmensa dignidad.
En una filial confianza.
En una estudiosa imitación
de sus virtudes.
En propagar el culto
mariano.”
“Tu amor a la Virgen
María debe tener una cualidad especial: debe provenir del gran aprecio que tú
tienes a sus grandes cualidades y virtudes, por ejemplo que es Madre de Dios,
Virgen purísima, consoladora de los afligidos, etc. Porque si tu amor a la
Virgen proviene sólo de tus mezquinos intereses por conseguir favores o de tus
sentimentalismos, tu devoción puede ser falsa” (San Luis María Grignión de
Montfort).
Para alcanzar el más
perfecto grado de unión con la Santísima Virgen, es necesario, ante todo,
renunciar a nosotros mismos para que Ella pueda entrar totalmente en nuestras
almas y poseerlas. No ahorres esfuerzos en este trabajo y ya verás que, aun si
sólo consigues dar un poquito de ti mismo, recibirás infinidad de gracias. Y no
te atormentes si aún no le perteneces plenamente:persevera, no te canses,
pídele siempre ayuda, que nunca te fallará: es Nuestra Madre. Poco a poco irás
viendo que Ella te va transformando y purificando, casi sin que te des cuenta,
y hará vivir tu alma para Jesucristo, y a Jesucristo en tu alma.
También son muy necesarios
los ejercicios, prácticas y símbolos de piedad marianos para alimentar el amor
a la Santísima Virgen: el Rosario, el Ángelus, la Medallita de la Milagrosa, el
Acordaos, el Escapulario… Os ayudarán a tener “la mirada puesta en María, que
es la obra maestra de Dios. Modelo ideal de toda vida consagrada. Fortaleza
para todos los heroísmos apostólicos” (Pablo VI).
Aquellos que deseen
profundizar aún más en esta devoción pueden leer el famoso “Tratado de la
verdadera devoción a la Santísima Virgen”, de S. Luis María Grignión de
Montfort, en el cual encontrarán además la mejor forma de consagrarse a Ella.
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