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domingo, 1 de octubre de 2023

Leyendas negras de la Iglesia 2/3 España, la inquisición y la leyenda negra - Vittorio Messori

 

I. ESPAÑA, LA INQUISICIÓN Y LA LEYENDA NEGRA

4. Leyenda negra/3

«Las presiones de los judíos a través de los medios de comunicación y las protestas de los católicos empeñados en el diálogo con el judaísmo han tenido éxito. La causa de la beatificación de Isabel la Católica, reina de Castilla, recibió en estos días un imprevisto frenazo [...]. La preocupación por no provocar las reacciones de los israelíes, irritados por la beatificación de la judía conversa Edit Stein y por la presencia de un monasterio en Auschwitz, favoreció el que se hiciera una "pausa para reflexionar" sobre la conveniencia de continuar con la causa de la Sierva de Dios, título al que ya tiene derecho Isabel I de Castilla.»

Así dice un artículo publicado en Il Nostro Tempo, Orazio Petrosillo, informador religioso de Il Messaggero. Petrosillo recuerda que el frenazo del Vaticano llegó a pesar del dictamen positivo de los historiadores, basado en un trabajo de veinte años contenido en veintisiete volúmenes. «En estas cantidades ingentes de material —dice el postulador de la causa, Anastasio Gutiérrez— no se encontró un solo acto o manifestación de la reina, ya fuera público o privado, que pueda considerarse contrario a la santidad cristiana.» El padre Gutiérrez no duda en tachar de «cobardes a los eclesiásticos que, atemorizados por las polémicas, renuncian a reconocer la santidad de la reina». Sin embargo, Petrosillo concluye diciendo, «se tiene la impresión de que la causa difícilmente llegue a puerto».

Se trata de una noticia poco reconfortante. Sin embargo, no es la primera vez que ocurre; ciñéndonos a España, recordemos que Pablo VI bloqueó la beatificación de los mártires de la guerra civil, por lo que podemos comprobar que, una vez más, se consideró que las razones de la convivencia pacífica contrastaban con las de la verdad, que en este caso es atacada con una virulencia rayana en la difamación, no sólo por parte de los judíos (a los que en la época de Isabel les fue revocado el derecho a residir en el país), sino también por parte de los musulmanes (expulsados de Granada, su última posesión en tierras españolas), y por todos los protestantes y los anticatólicos en general, que desde siempre montan en cólera cuando se habla de aquella vieja España cuyos soberanos tenían derecho al título oficial de Reyes Católicos. Título que se tomaron tan en serio que una polémica secular identificó hispanismo y catolicismo, Toledo y Madrid con Roma.

En cuanto a la expulsión de los judíos, siempre se olvidan ciertos hechos, como por ejemplo, el que mucho antes de Isabel, los soberanos de Inglaterra, Francia y Portugal habían tomado la misma medida, y muchos otros países iban a tomarla sin las justificaciones políticas que explican el decreto español que, no obstante, constituyó un drama para ambas partes.

viernes, 11 de agosto de 2023

Testamento de Santa Clara de Asís A

 

TESTAMENTO DE SANTA CLARA
Forma A



 

En el nombre del Señor. Amén.

Entre los otros beneficios que hemos recibido y recibimos cada día de nuestro espléndido benefactor el Padre de las misericordias (cf. 2 Cor 1,3), y por los que más debemos dar gracias al Padre glorioso de Cristo, está el de nuestra vocación, por la que, cuanto más perfecta y mayor es, más y más deudoras le somos. Por lo cual dice el Apóstol: Reconoce tu vocación (cf. 1 Cor 1,26). El Hijo de Dios se ha hecho para nosotras camino (cf. Jn 14,6), que con la palabra y el ejemplo nos mostró y enseñó nuestro bienaventurado padre Francisco, verdadero amante e imitador suyo.

Por tanto, debemos considerar, amadas hermanas, los inmensos beneficios de Dios que nos han sido concedidos, pero, entre los demás, aquellos que Dios se dignó realizar en nosotras por su amado siervo nuestro padre el bienaventurado Francisco, no sólo después de nuestra conversión, sino también cuando estábamos en la miserable vanidad del siglo. Pues el mismo Santo, cuando aún no tenía hermanos ni compañeros, casi inmediatamente después de su conversión, mientras edificaba la iglesia de San Damián, donde, visitado totalmente por la consolación divina, fue impulsado a abandonar por completo el siglo, profetizó de nosotras, por efecto de una gran alegría e iluminación del Espíritu Santo, lo que después el Señor cumplió. En efecto, subido en aquel entonces sobre el muro de dicha iglesia, decía en alta voz, en lengua francesa, a algunos pobres que moraban allí cerca: «Venid y ayudadme en la obra del monasterio de San Damián, porque aún ha de haber en él unas damas, por cuya vida famosa y santo comportamiento religioso será glorificado nuestro Padre celestial en toda su santa Iglesia».

En esto, por tanto, podemos considerar la copiosa benignidad de Dios para con nosotras; Él, por su abundante misericordia y caridad, se dignó decir, por medio de su Santo, estas cosas sobre nuestra vocación y elección. Y no sólo de nosotras profetizó estas cosas nuestro bienaventurado padre Francisco, sino también de las otras que habían de venir a la santa vocación a la que el Señor nos ha llamado.

jueves, 22 de junio de 2023

Me pongo totalmente en manos de Dios con absoluta esperanza y confianza - Santo Tomás Moro

 

Del Oficio de Lectura, 22 de junio, san Juan Fisher, Obispo, y santo Tomás Moro, mártires Ambos, por haberse opuesto al rey Enrique VIII en la cuestión de su pretendida anulación de matrimonio, fueron decapitados el año 1535: Juan Fisher el día 22 de junio, Tomás Moro el día 6 de julio. El obispo Juan Fisher, mientras estaba en la cárcel, fue designado cardenal por el papa Pablo III.

 

Me pongo totalmente en manos de Dios

con absoluta esperanza y confianza

De una carta de santo Tomás Moro, escrita en la cárcel a su hija Margarita



Aunque estoy bien convencido, mi querida Margarita, de que la maldad de mi vida pasada es tal que merecería que Dios me abandonase del todo, ni por un momento dejaré de confiar en su inmensa bondad. Hasta ahora, su gracia santísima me ha dado fuerzas para postergarlo todo: las riquezas, las ganancias y la misma vida, antes que prestar juramento en contra de mi conciencia; hasta ahora, ha inspirado al mismo rey la suficiente benignidad para que no pasara de privarme de la libertad (y, por cierto, que con esto solo su majestad me ha hecho un favor más grande, por el provecho espiritual que de ello espero sacar para mi alma, que con todos aquellos honores y bienes de que antes me había colmado). Por esto, espero confiadamente que la misma gracia divina continuará favoreciéndome, no permitiendo que el rey vaya más allá, o bien dándome la fuerza necesaria para sufrir lo que sea con paciencia, con fortaleza y de buen grado.

Esta mi paciencia, unida a los méritos de la dolorosísima pasión del Señor (infinitamente superior en todos los aspectos a todo lo que yo pueda sufrir), mitigará la pena que tenga que sufrir en el purgatorio y, gracias a su divina bondad, me conseguirá más tarde un aumento premio en el cielo.

No quiero, mi querida Margarita, desconfiar de la bondad de Dios, por más débil y frágil que me sienta. Más aún, si a causa del terror y el espanto viera que estoy ya a punto de ceder, me acordaré de san Pedro, cuando, por su poca fe, empezaba a hundirse por un solo golpe viento, y haré lo que él hizo. Gritaré a Cristo: Señor, sálvame. Espero que entonces él, tendiéndome la mano, me sujetará y no dejará que me hunda.

martes, 5 de octubre de 2021

Beato Bartolomé Longo el varón de la Virgen

 


" ¿Cuáles son hoy las necesidades más importantes de la Iglesia? No se sorprenda de nuestra respuesta, que puede encontrar simplista, incluso supersticiosa o irreal: una de sus mayores necesidades es defenderse de este mal que llamamos diablo”(Pablo VI, 15 de noviembre de 1972). En efecto, el diablo no es una invención de la Edad Media, sino un "ser vivo, espiritual, pervertido y pervertido ... Se desvían de la enseñanza de la Biblia y de la Iglesia los que se niegan a reconocer su existencia ”( Ibid .). Entre las numerosas intervenciones diabólicas que se cuentan en la vida de los santos, aquí hay un rasgo de lo informado por Sulpicio Severo, discípulo de San Martín (IV ª siglo).

 

"Yo soy el Cristo"

Un día, el diablo, de aspecto brillante, vestido regiamente, con rostro sereno, sonriendo para que nada delate su identidad, está parado junto a San Martín en oración. El santo, como aturdido por su aparición, guarda un profundo silencio. “Abre los ojos, Martín”, dijo el demonio, “Yo soy el Cristo; habiendo resuelto bajar a la tierra, quise manifestarme a ustedes ”. El santo no dijo nada. Entonces el diablo continúa: "Martín, ¿por qué dudas en creer lo que ves? Yo soy el Cristo ”. El santo, iluminado desde arriba, respondió: “Jesús no dijo de ninguna manera que vendría vestido de púrpura y con diadema. Para mí, sólo creeré en Cristo si Él se me muestra en la forma en que sufrió por mí y cargando los estigmas de su Pasión ”. Ante esta palabra, el diablo se desvanece como el humo y llena la celda de un olor insoportable. "Este hecho, lo tengo de la propia boca de San Martín", añade el narrador.

 

Es tu cara lo que estoy buscando

Entonces, ¿cuál es el objetivo del diablo? Volver a su favor la aspiración del hombre hacia su Creador, y hacerse devolver los honores debidos sólo a Dios. Porque, como recordó el Papa Juan Pablo II a los jóvenes reunidos en París el 24 de agosto de 1997, “el hombre busca a Dios. El joven comprende en el fondo de sí mismo que esta búsqueda es la ley interior de su existencia. El ser humano busca su camino en el mundo visible; y, a través del mundo visible, busca lo invisible en su camino espiritual. Cada uno de nosotros puede repetir las palabras del salmista: Tu rostro, Señor, es lo que busco; no escondas de mí tu rostro.(Sal 26, 8-9). Cada uno tiene su propia historia personal y lleva consigo el deseo de ver a Dios, un deseo que sentimos al mismo tiempo que descubrimos el mundo creado ”. Esta búsqueda de Dios corresponde a la razón de ser de nuestra vida aquí abajo, porque "Dios nos dio a luz para conocerlo, para servirlo y amarlo, y así llegar al cielo" ( Catecismo de la Iglesia Católica , CCC, 1721).

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente , declara el primer mandamiento. Este precepto “abraza la fe, la esperanza y la caridad. Quien dice Dios, en efecto, dice un ser constante, inmutable, siempre el mismo, fiel, perfectamente justo. De lo cual se sigue que debemos aceptar necesariamente sus Palabras y tener en él toda la fe y la confianza. Él es Todopoderoso, misericordioso, infinitamente inclinado a hacer el bien. ¿Quién no podría poner todas sus esperanzas en él? ¿Y quién no podría amarlo contemplando los tesoros de bondad y ternura que ha derramado sobre nosotros? ” ( CCC, 2086).

 

Una tentación permanente

El hombre reconoce la soberanía de su Creador, en primer lugar, a través del culto. Adorar a Dios es reconocerlo como Dios, como Creador y Salvador, Señor y Amo de todo lo que existe, el Amor infinito y misericordioso... La adoración del Dios único libera al hombre del retraimiento sobre uno mismo, de la esclavitud del pecado y la idolatría del mundo.

Adorarás al Señor tu Dios, y solo a Él adorarás (Lc 4, 8), dice Jesús, citando Deuteronomio (Dt 6, 13). La adoración del único Dios verdadero excluye la adoración de otros dioses. Adorar a otras deidades distintas de la Única sería caer en la idolatría. La idolatría no se trata solo de los falsos cultos del paganismo. Sigue siendo una tentación permanente contra la fe. Consiste en deificar lo que no es Dios, por ejemplo demonios (satanismo), poder, placer, raza, ancestros, estado, dinero, etc. No se puede servir a Dios y a Mammón , dice Jesús (Mt 6, 24). La idolatría no se puede reconciliar con la vida de la gracia. Muy a menudo, los hombres, engañados por el maligno, se pierden en su razonamiento y cambiar la verdad de Dios por una mentira. Sirven a la criatura con preferencia al Creador, o de lo contrario, viviendo y muriendo sin Dios en este mundo, se exponen a la desesperación y la pérdida eterna.

Pero el cristiano sabe que retiene en sí mismo la capacidad de frustrar las artimañas del diablo: las verdades de la fe lo iluminan sobre el bien y el mal. La victoria de Jesús, por su Cruz y su Resurrección, implica la derrota definitiva de Satanás. Es cierto que el diablo todavía tiene mucho dominio aquí abajo. Pero, como dice San Césaire, es “sobre los tibios, los negligentes, sobre los que no temen a Dios en verdad, que gobierna. Está atado como un perro encadenado, que no puede morder a nadie excepto a aquel que, con seguridad mortal, se acerca muy cerca de él ... Puede ladrar, puede llamarte, pero morder, absolutamente no puede, a menos que queramos ”.

La gracia de Dios hace que el hombre participe de la victoria de Cristo y le da el poder de vencer a los demonios. Para fortalecernos en esta convicción, el Papa Juan Pablo II beatificó, el 26 de octubre de 1980, a Bartolo Longo, “el varón de la Virgen”, quien fue, durante varios meses, esclavo de Satanás.

 

Los Diez Mandamientos excepto uno

jueves, 9 de septiembre de 2021

Homilía Cardenal Villalba Misa Beatificación de Fray Mamerto Esquiú


Ceremonia de Beatificación de Mamerto Esquiú

 

Homilía proclamada por el enviado papal,

Cardenal Luis Héctor Villalba

En la Misa celebrada el 4 de septiembre de 2021

en la localidad de Piedra Blanca, Provincia de Catamarca.

 

Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11- 16- Sal. 22, 1-3.4.5.6- 1 Cor. 9, 16- 19.22-23- Lc. 22, 24-30

 

Queridos hermanos y hermanas:

Los saludo a todos con afecto, en particular al Pastor de esta Diócesis Mons. Luis Urbanc, a Mons. Carlos Ñañez, Arzobispo de Córdoba, al Nuncio Apostólico Mons. Miroslaw Adamczyk, a todos mis hermanos en el Episcopado, así como el Padre Provincial de la Orden Franciscana de Hermanos Menores. Mi afectuoso saludo, también, a los sacerdotes, diáconos, seminaristas, consagrados, consagradas, a las autoridades presentes y a todo el Pueblo de Dios.

 

Doy gracias al Señor, porque en nombre del Santo Padre Francisco, cuyo saludo afectuoso y cuya bendición les traigo, tengo la alegría de presidir esta celebración eucarística y proclamar beato a Mamerto Esquiú.

 

1. ¡Alegrémonos en el Señor!

 Hoy es un día de fiesta

Hoy es un día de gozo.

 

Grande es la alegría en el Cielo y en la tierra por la beatificación de Mamerto Esquiú.

 

 Alegría para la orden de los franciscanos, a la que pertenecía Esquiú, alegría para la Iglesia de Catamarca, en donde nació, vivió y murió, alegría para la Iglesia de Córdoba, de la que fue Obispo durante dos años, alegría para la Iglesia de Argentina, alegría para la Iglesia Católica entera que celebra en Esquiú una nueva esperanza.

 

El gozo proviene del hecho de que un miembro de la Iglesia, un hombre de nuestra patria, un hermano nuestro, es reconocido beato, honrado e invocado como tal.

 

Mamerto Esquiú Beato, ¿qué significa? Significa que la Iglesia reconoce en él una figura excepcional, un hombre en el que se dieron cita la gracia de Dios y el alma de Esquiú para alumbrar una vida estupenda hasta alcanzar esa grandeza moral y espiritual que llamamos santidad.

 

Beato quiere decir salvado y glorioso. Quiere decir ciudadano del cielo.

miércoles, 10 de febrero de 2021

Carta de San José Sánchez del Río a su madre antes de morir mártir

 


Cotija, 6 de febrero de 1928.

Mi querida mamá: Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que en los momentos actuales voy a morir, pero no importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi muerte, que es lo que me mortifica; antes diles a mis hermanos que sigan el ejemplo que les dejó su hermano el más chico. Y tú haz la voluntad de Dios, ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre. Salúdame a todos por última vez y tú recibe el corazón de tu hijo que tanto te quiere y verte antes de morir deseaba.

José Sánchez del Río.


Ver También:

¿Cómo se puede explicar tanta fe y amor a Jesús en un alma aún tierna y juvenil? - Beato José Sánchez del Río - Card. Saraiva Martins


 

viernes, 13 de noviembre de 2020

Artémides Zatti fue proclamado beato el 14 de abril de 2002 por san Juan Pablo II, siendo el primer hermano coadjutor salesiano en recibir ese honor

 


Es de noche. La escena se desarrolla en la víspera de la Primera Guerra Mundial, en Patagonia, al sur de la actual Argentina, muy lejos de los conflictos políticos del Viejo Mundo. El silencio nocturno adormece la actividad del puerto de Viedma ; un ciclista con bata blanca pasa como un ángel de Dios por las calles oscuras. Si por ventura alguien lo ve, no se extraña de ello, pues todos saben aquí que se trata de don Zatti, figura emblemática de la pequeña ciudad, que se dirige junto a un enfermo para curarlo a domicilio. Cuando el pobre hombre encamado ve llegar a su cabecera al caritativo hermano salesiano, se excusa por mandarlo llamar a esas horas. La respuesta resuena con entusiasmo : « ¡ Su deber es llamarme y mi deber es acudir ! ». Si alguien hubiera predicho al adolescente de la llanura del Po que un día sería la providencia de los pobres al otro extremo del mundo, éste habría probablemente soltado una risotada.

Artémides Zatti nace el 17 de octubre de 1880 en Boretto, en Reggio Emilia, al nordeste de Italia, segundo de los ocho hijos de Luigi Zatti y de Albina Vecchi. Para poder alimentar a la familia, esos modestos agricultores se esfuerzan y padecen en una tierra que nos les pertenece. Cuando la madre se halla en el campo, es la hija mayor quien se encarga de los hijos. A partir de los cuatro años de edad, Artémides ayuda a sus padres en la granja. Sin embargo, frecuenta la escuela elemental hasta los nueve años, antes de ser contratado como obrero agrícola por un propietario de la vecindad. Se levanta a las tres de la mañana, come de prisa un poco de polenta con leche y parte a los campos. Su diligencia en el trabajo y su sentido de la responsabilidad, adquiridos previamente al compartir con su madre el cuidado de los hermanos y hermanas más pequeños, le distinguen de los adolescentes de su edad. ¿ Su salario ? ¡ Veinticinco liras al año ! No solamente está contento de ello, sino que, cuando le preparan un pastel en reconocimiento por su dedicación, lo lleva a casa en lugar de guardarlo para él ; entonces, se regocija de ver cómo sus siete hermanos y hermanas devoran la golosina en un abrir y cerrar de ojos, pues es verdad que Mayor felicidad hay en dar que en recibir (cf. Hch 20, 35).

El marasmo económico en el que se ha enredado Europa entera durante ese último cuarto del siglo xix afecta cruelmente al mundo agrícola : los negocios van de mal en peor, falta maquinaria y los obreros se encuentran en paro. La desnutrición causa graves enfermedades, en especial la pelagra (una dolencia que puede acarrear la demencia y la muerte), que devasta la llanura del Po. Así pues, los Zatti deciden reunirse en América del Sur con un tío que se ha instalado allí. Llegan en 1897 a Bahía Blanca, al norte de la Patagonia. La casi totalidad de la población de esa vasta región semidesértica reside en las ciudades del litoral atlántico. En un principio simple base militar, Bahía Blanca se ha desarrollado gracias al enlace ferroviario con Buenos Aires, creado en 1885 ; se ha convertido en una verdadera encrucijada comercial y su población ha aumentado rápidamente como consecuencia de la llegada de emigrantes españoles e italianos.

« Iré para morir »

Luigi Zatti es contratado en una parada del mercado. Por su parte, Artémides trabaja durante un tiempo en un albergue, y después en una tejería. Muy cerca de allí, unos religiosos salesianos de origen italiano gestionan una misión desde 1875. En sus momentos libres, Artémides ayuda al párroco, el padre Carlo Cavalli, o bien va a leer a su biblioteca. Fascinado por la vida de don Bosco (el fundador de la congregación salesiana), no tarda en sentir una llamada de Dios a la vida religiosa. De hecho, el párroco habla con el señor Zatti, quien concede permiso a su hijo para que ingrese en el prenoviciado salesiano de Bernal, cerca de Buenos Aires. Allí, Artémides se topa con las primeras dificultades. Con diecinueve años, es el mayor de todos los aspirantes al sacerdocio. Habla sobre todo el dialecto de su país de origen, mezclado con un poco de italiano y de español, y halla dificultades en el estudio del latín. Le encargan que cuide a un sacerdote tuberculoso, por lo que contrae la enfermedad y debe permanecer en cama. El día en que ha de vestir la sotana, agobiado por la fiebre y una fuerte tos, no puede participar en la ceremonia ni recibir el hábito eclesiástico. En aquella época, la tuberculosis siega gran número de vidas, por lo que el médico aconseja que el enfermo sea trasladado más al sur, a Viedma, donde el aire es más sano. Artémides lo acepta de buen grado : « ¡ Iré a Viedma para morir, si es la voluntad de Dios ! ».

miércoles, 11 de noviembre de 2020

La vida de Martín de Tours es apasionante - Card. Mario Poli

 

Homilía del Cardenal Mario Aurelio Poli

En la Iglesia Catedral de Buenos Aires

El 11 de noviembre de 2016

Solemnidad de San Martín de Tours

Lecturas: Isaías 61, 1-3ª; Salmo 88; 2Cor 5, 14-20; Mateo 25, 31-40

En la tradición cristiana, quien se abre a la Escritura inspirada por Dios, es educado en la justicia y está mejor preparado para hacer siempre el bien (cfr. 2Tim 3, 16-17).

Al escuchar la vocación profética de Isaías, se advierte el lenguaje esperanzador que Dios pone en boca de su enviado: una buena noticia para los pobres; además, dispone sus manos para vendar los corazones heridos, liberar a los cautivos y dar libertad a los prisioneros. Con este enviado, Dios se toma la revancha y entonces, consolará ante la partida de familiares y amigos, habrá óleo de alegría para todos y cambiará su opresión por un canto de alabanza. Tan importante es este texto en todo el Antiguo Testamento, que Jesús hace suya esta profecía en la sinagoga de Nazaret. Al comienzo de su ministerio público lee el mismo texto de Isaías y proclama «que HOY se ha cumplido esta Escritura». El Hijo de Dios es la buena noticia para los pueblos de todos los tiempos, es el liberador por excelencia, y por donde pasa, deja la alegría en el corazón de todos aquellos que quieren construir el reino de justicia y de paz que Él anunció. Él mismo vendrá a darle plenitud. Los pobres, los enfermos, los prisioneros y perseguidos por practicar la justicia, los refugiados y marginados en general, no son una estadística en el Evangelio de Jesús, sino que los convirtió en el lugar privilegiado donde Él quiso quedarse. Son sus pequeños y Él mismo se convierte en testigo de nuestra justicia y caridad para con ellos: «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo».

San Mateo colocó esta parábola sobre el Reino que acabamos de proclamar, cuando Jesús se dirige a su Pasión. El mensaje es claro: si deseamos encontrarnos con Jesús resucitado, Él se deja encontrar en los que están en la periferia de nuestra vida, y por eso nos invita a no pasar indiferentes e insensibles ante el dolor o situaciones de indigencia. El ejemplo del buen samaritano, sin ser un hombre religioso, en paralelo con la enseñanza de este día, sigue teniendo vigencia en nuestros días. Jesús reparó en su gesto misericordioso porque tuvo compasión de un prójimo que no conocía. Ahí está el Señor en nuestros barrios, anda escondido en sus pequeños y hay muchas ocasiones en el día para encontrarnos mano a mano con él. El feliz encuentro dependerá de cómo pasamos por la vida…

martes, 10 de noviembre de 2020

Encíclica Aeterna Dei Sapientia Sobre San León Magno - San Juan XXIII

 

CARTA ENCÍCLICA

AETERNA DEI SAPIENTIA


DEL SUMO PONTÍFICE
SAN JUAN XXIII


A LOS VENERABLES HERMANOS
PATRIARCAS, PRIMADOS,
ARZOBISPOS, OBISPOS
Y DEMÁS ORDINARIOS DEL LUGAR,
EN PAZ Y COMUNIÓN
CON LA SEDE APOSTÓLICA

SOBRE SAN LEÓN I MAGNO
PONTÍFICE MÁXIMO Y DOCTOR
DE LA IGLESIA,

 AL CUMPLIRSE
EL XV CENTENARIO DE SU MUERTE

Venerables hermanos:

Salud y bendición apostólica.

La eterna sabiduría de Dios, que «se extiende, con poderío, de una punta a la otra del mundo, y que con bondad gobierna todo el universo»[1], parece haber impreso con singular esplendor su imagen en el alma de San León I, Sumo Pontífice. Pues «grandísimo entre los grandes» [2], como justamente lo llamó nuestro predecesor Pío XII, de venerada memoria, apareció dotado en manera extraordinaria de intrépida fortaleza y paternal bondad. Por este motivo Nos, llamados por la Divina Providencia a sentarnos en la Cátedra de Pedro, que San León Magno tanto ilustró con la prudencia en el gobierno, con la riqueza de doctrina, con su magnanimidad y con su inagotable caridad, sentimos el deber, venerables hermanos, con ocasión del decimoquinto centenario de su venturoso tránsito, de recordar sus virtudes y méritos inmortales, seguros, como estamos, de que esto contribuirá notablemente al provecho general de las almas y a la exaltación de la religión católica. Pues la grandeza de este Pontífice no se debe únicamente al gesto de intrépido coraje, con que él, inerme, revestido solamente con la majestad del Sumo Sacerdote, hizo frente en el 452 al feroz Atila, rey de los hunos, junto al río Mincio, y lo convenció para que se retirara más allá del Danubio. Fue indudablemente un gesto noble, digno de la misión pacificadora del Pontificado Romano; pero en realidad no representa más que un episodio y una prueba de una vida enteramente dedicada al bien religioso y social no solamente de Roma y de Italia, sino de la Iglesia universal.

 

S. León Magno, Pontífice, Pastor y Doctor de la Iglesia Universal

A su vida y a su laboriosidad se pueden bien aplicar las palabras de la Sagrada Escritura: «La vida del justo es como la luz del alba que va creciendo hasta el mediodía» [3], con sólo considerar tres aspectos distintivos y característicos de su personalidad: fiel servidor de la Sede Apostólica, Vicario de Cristo en la tierra, Doctor de la Iglesia Universal.

 

Fiel servidor de la Sede Apostólica

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Carta Encíclica "Editae saepe" en el III centenario de la canonización de San Carlos Borromeo - Pío X

 

CARTA ENCÍCLICA

EDITAE SAEPE

DEL PAPA SAN PÍO X

 

A LOS VENERABLES PATRIARCAS, PRIMADOS, ARZOBISPOS, OBISPOS Y LOS OTROS ORDINARIOS, EN PAZ Y COMUNIÓN CON LA SEDE APOSTÓLICA

CON MOTIVO DEL TERCER CENTENARIO DE LA CANONIZACIÓN DE

SAN CARLOS BORROMEO

San Carlos administrando los sacramentos a las víctimas de la peste de Milán 1576
Pierre Mignard

Venerables hermanos, salud y bendición apostólica

Lo que la palabra divina proclama varias veces en las Sagradas Escrituras: que el justo vivirá en memoria eterna de alabanza y que él también habla después de la muerte[1], se verifica sobre todo por la voz y el trabajo continuos de la Iglesia. Esta, de hecho, como madre y nodriza de la santidad, siempre rejuvenecida y fecundada por el aliento del Espíritu Santo, que habita en nosotros[2], ya que ella sola genera, nutre y cría en su seno la noble familia de los justos, también es el más solícita, casi por instinto de amor maternal, en persevervar su memoria y revivir su amor. De este recuerdo, ella recibe un consuelo casi divino, y retira su mirada de las miserias de esta peregrinación mortal, mientras ya ve en los santos su alegría y corona, reconoce en ellos la imagen sublime de su Esposo celestial, e inculca a sus hijos, con un nuevo testimonio, el antiguo dicho: Sabemos que todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios, de los que son llamados según su designio[3]. Sus gloriosas obras tampoco tienen éxito solo en la comodidad de la memoria, sino a la luz de la imitación y de la fuerte incitación a la virtud por ese eco unánime de los santos que responde a la voz de Pablo: Sean mis imitadores, como yo soy de Cristo[4].

Por estas razones, Venerables Hermanos, mientras Nosotros, tan pronto como asumimos el Pontificado Supremo, nos propusimos luchar constantemente para "que todo se establezca en Cristo", con nuestra primera encíclica[5] tratamos de hacer que todos, con Nosotros, volvieran sus miradas a Jesús, apóstol y pontífice de nuestra confesión ... autor y consumidor de la fe[6]. Pero dado que nuestra debilidad es tanta que fácilmente quedamos paralizados por la grandeza de tal ejemplar, por beneficio de la divina Providencia, disponemos de otro modelo para proponer, que aunque estar cerca de Cristo en la medida en que la naturaleza humana es posible, se adapta mejor a nuestra debilidad, es decir, la Santísima Virgen, Augusta Madre de Dios[7]. Finalmente, aprovechando varias ocasiones para revivir la memoria de los santos, les propusimos a la común admiración estos fieles servidores y dispensadores en la casa de Dios, y según el grado apropiado de cada uno, amigos y sirvientes de él, como aquellos que por la fe conquistaron los reinos, obraron la justicia, obtuvieron las promesas[8], de modo que estimulados por sus ejemplos no seamos ya niños vacilantes y llevados por todo viento de doctrina por estrategia de los hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error; sino que siguiendo la verdad en la caridad, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, Cristo[9].

martes, 3 de noviembre de 2020

San Martín de Porres y los Santos de Lima - P. José María Iraburu

 

San Martín de Porres, humilde mulato peruano

Por José María Iraburu

 

Martín niño - Martín muchacho - Martín dominico - Un fraile humilde - Orante y penitente - Vencedor del Demonio - Hermano dominico, pobre y obediente - Hermano enfermero - Apostolados de fray Martín - El hermano dominico - San Juan Macías (1585-1645) - Fray Martín y los pobres - Bilocación y sutileza - Fray Martín y los animales - La muerte de un santo - El milagro de su perfecta santidad - Santa Rosa de Lima, terciaria dominica (1586-1617) - Santa Mariana de Jesús (1618-1645) - Lima, Ciudad de Santos

 

Martín niño

En el año 1962 fue canonizado en Roma, con gran alegría del mundo cristiano, fray Martín de Porres, peruano mulato y dominico. En ese mismo año Jesús Sánchez Díaz y José María Sánchez-Silva publicaron las biografías suyas, que aquí seguimos. E 2 Don Juan Porres, hidalgo burgalés, caballero de la Orden Militar de Alcántara, estando en Panamá, se enamoró de una joven negra y convivió con ella. Cuando se trasladó al Perú, buscando en la cabeza del virreinato obtener alguna gobernación, se la llevó consigo, y allí, en Lima, nació su hijo Martín, de tez morena y rasgos africanos. No quiso reconocerlo como hijo, y en la partida de bautismo de la iglesia de San Sebastián se lee: «Miércoles 9 de diciembre de 1579 baptice a Martin hijo de padre no conocido y de Ana Velazquez, horra [negra libre] fueron padrinos Jn. de Huesca y Ana de Escarcena y firmelo. Antonio Polanco». Dos años después nació una niña, Juana, ésta con rasgos de raza blanca.

Ana Velázquez fue una buena madre y dio cuidadosa educación cristiana a sus dos hijos, que no asistían a ningún centro docente, aunque en Lima había muchos. Con ellos vivía sola, y el padre, que estaba destinado en Guayaquil, de vez en cuando les visitaba, proveía el sustento de la familia y se interesaba por los niños.

Viendo la situación precaria en que iban creciendo, sin padre ni maestros, decidió reconocerlos como hijos suyos ante la ley, y se los llevó consigo a Guayaquil, donde se ocupó de ellos como padre, dándoles maestros que les instruyeran. Un día, teniendo ocho años Martín y seis Juanita, iban de paseo con su padre, y se encontraron con su tío abuelo don Diego de Miranda, que preguntó quiénes eran aquellos niños. Don Juan contestó: «Son hijos míos y de Ana Velázquez. Los mantengo y cuido de su educación».

Don Juan, a los cuatro años de tener consigo a sus hijos en Guayaquil, fue nombrado gobernador de Panamá. Dejó entonces sus hijos con su madre en Lima, les dio una ayuda económica suficiente, y confió a los tres al cuidado de don Diego de Miranda.

 

Martín muchacho

domingo, 1 de noviembre de 2020

Solemnidad de todos los Santos - Himnos de la Liturgia

 


Vísperas


Patriarcas que fuisteis la semilla
del árbol de la fe en siglos remotos,
al vencedor divino de la muerte
rogadle por nosotros.

Profetas que rasgasteis inspirados
del porvenir el velo misterioso,
al que sacó la luz de las tinieblas
rogadle por nosotros.

Almas cándidas, santos Inocentes
que aumentáis de los ángeles el coro,
al que llamó a los niños a su lado
rogadle por nosotros.

Apóstoles que echasteis en el mundo
de la Iglesia el cimiento poderoso,
al que es de la verdad depositario
rogadle por nosotros.

Mártires que ganasteis vuestra palma
en la arena del circo, en sangre rojo,
al que es fuente de vida y hermosura
rogadle por nosotros.

Monjes que de la vida en el combate
pedisteis paz al claustro silencioso,
al que es iris de calma en las tormentas
rogadle por nosotros.

Doctores cuyas plumas nos legaron
de virtud y saber rico tesoro,
al que es raudal de ciencia inextinguible
rogadle por nosotros.

Soldados del ejército de Cristo,
santas y santos todos,
rogadle que perdone nuestras culpas
a aquel que vive y reina entre vosotros. Amén.

 

Oficio de lecturas

sábado, 31 de octubre de 2020

Un católico ¿puede celebrar HALLOWEEN? ¿Qué es HOLYWINS? - Paola Pablo

¿Puedo como católico participar en Halloween? ¿Es un pecado? ¡Por qué no celebramos lo que de verdad es digno de celebrar…? ¿Por qué no escoger todo lo bonito que nos gusta… el compartir, creatividad… exaltando luz, lo claro, lo bello, la vida… la Santidad… la apertura a la gracia…? Con HOLYWINS celebramos que la SANTIDAD vence...


Lecturas del domingo y el catecismo de la Iglesia - Solemnidad de Todos los Santos

 

1 de noviembre: Solemnidad de Todos los Santos

 

CEC 61, 946-962, 1090, 1137-1139, 1370: la Iglesia, comunión de los santos

CEC 956, 2683: la intercesión de los santos

CEC 828, 867, 1173, 2030, 2683-2684: los santos, ejemplos de santidad

 

CEC 61, 946-962, 1090, 1137-1139, 1370: la Iglesia, comunión de los santos

 

61 Los patriarcas, los profetas y otros personajes del Antiguo Testamento han sido y serán siempre venerados como santos en todas las tradiciones litúrgicas de la Iglesia.

LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS

946 Después de haber confesado "la Santa Iglesia católica", el Símbolo de los Apóstoles añade "la comunión de los santos". Este artículo es, en cierto modo, una explicitación del anterior: "¿Qué es la Iglesia, sino la asamblea de todos los santos?" (San Nicetas de Remesiana, Instructio ad competentes 5, 3, 23 [Explanatio Symboli, 10]: PL 52, 871). La comunión de los santos es precisamente la Iglesia.

947 "Como todos los creyentes forman un solo cuerpo, el bien de los unos se comunica a los otros [...] Es, pues, necesario creer [...] que existe una comunión de bienes en la Iglesia. Pero el miembro más importante es Cristo, ya que Él es la cabeza [...] Así, el bien de Cristo es comunicado [...] a todos los miembros, y esta comunicación se hace por los sacramentos de la Iglesia" (Santo Tomás de Aquino, In Symbolum Apostolorum scilicet «Credo in Deum» expositio, 13). "Como esta Iglesia está gobernada por un solo y mismo Espíritu, todos los bienes que ella ha recibido forman necesariamente un fondo común" (Catecismo Romano, 1, 10, 24).

948 La expresión "comunión de los santos" tiene, pues, dos significados estrechamente relacionados: "comunión en las cosas santas [sancta]" y "comunión entre las personas santas [sancti]".

Sancta sanctis [lo que es santo para los que son santos] es lo que se proclama por el celebrante en la mayoría de las liturgias orientales en el momento de la elevación de los santos dones antes de la distribución de la comunión. Los fieles (sancti) se alimentan con el cuerpo y la sangre de Cristo (sancta) para crecer en la comunión con el Espíritu Santo (Koinônia) y comunicarla al mundo.

I. La comunión de los bienes espirituales

949 En la comunidad primitiva de Jerusalén, los discípulos "acudían [...] asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones" (Hch 2, 42):

La comunión en la fe. La fe de los fieles es la fe de la Iglesia recibida de los Apóstoles, tesoro de vida que se enriquece cuando se comparte.

San Alonso Rodríguez por Jaime Correa Castelblanco, S.J.

  

San Alonso Rodríguez

por Jaime Correa Castelblanco, S.J.

Presentación  - Niñez y juventud - Estudios en Alcalá - De nuevo en Segovia - Matrimonio - Discernimiento - Valencia - Una vida de ermitaño - Un nuevo rechazo - Noviciado - La isla de Mallorca - Los votos religiosos - El portero de Montesión - El buen religioso - Un místico - El joven Pedro Claver - Un maestro en discernimiento - Tal vez profeta - La santa despedida - Los últimos años - El año último de vida - La muerte-  Después de la muerte - La glorificación

 

Presentación

Esta vida de San Alonso Rodríguez es la decimoquinta de una serie dedicada a los Santos de la Compañía de Jesús.

Para los jesuitas, es un santo muy querido. Encarna la espiritualidad del contemplativo en la acción en el humilde grado de Hermano Coadjutor.

La santidad no está en el oficio que se desempeña ni en las letras adquiridas. Está en el amor de Dios y al prójimo, en la humildad del corazón, en la paciencia, obediencia e imitación de Cristo, como dijo el mismo Alonso.

 

San Alonso Rodríguez :Fiesta: 31 de octubre Es el Patrono de los Hermanos de la Compañía de Jesús. Es un místico y un maestro. Modelo de humildad.

 

Niñez y juventud

Alonso nace en Segovia, España, el 25 de julio de 1531. Esa ciudad industrial, dedicada a los tejidos de lana, era en ese tiempo m s importante que Madrid. Por tradición es católica, como toda España.

Diego Rodríguez, el padre, es un comerciante en paños y lana. La madre, María Gómez de Alvarado, es una mujer devota. El matrimonio tiene once hijos, siete hombres y cuatro mujeres. Alonso es el tercero. No son nobles, pero tienen dinero y aspiran a acceder a la burguesía acomodada. Se enorgullecen, sí, de ser cristianos de limpia sangre, es decir, de no tener ascendientes judíos.

Muy pocas noticias tenemos de la infancia de Alonso. Sabemos que, cuando tenía diez años, en 1541, dos jesuitas pasan por Segovia. Uno de ellos es el Bienaventurado Pedro Fabro, el primer compañero de San Ignacio. Predican en la ciudad y la familia Rodríguez los escucha.

Acabada la misión Diego Rodríguez los invita a descansar unos días en una casa de campo que posee en las afueras. La finca se llama El Rafal. Como acompañante Diego señala a su hijo Alonso. ¿Para que ayude en las Misas?. ¿Para que preste algún servicio o haga las veces de dueño de casa?. No lo sabemos. Pero este primer contacto con los jesuitas va a ser recordado por Alonso toda la vida, señalándolo como de gran importancia para su orientación futura.

 

Estudios en Alcalá

En 1543, Diego y Alonso, los dos hijos mayores, varones, son enviados a Alcalá a estudiar en el Colegio que acaban de abrir los jesuitas en esa ciudad. Es un Colegio establecido por el Bienaventurado Pedro Fabro.

Los hermanos estudian bien. Diego, el mayor, est bastante adelantado. Alonso, con esfuerzo camina a la zaga. Nada sabemos de las materias estudiadas. Sí, Alonso se hace amigo del H. Francisco Villanueva, admitido por San Ignacio en la Compañía y estudiante como él en el Colegio. Curioso, este Hermano Villanueva es el Superior de los jesuitas de Alcalá.

 

De nuevo en Segovia

Cante la Iglesia - Canto para la Solemnidad de Todos los Santos


Cante la Iglesia, cante todo el cielo

Cante la tierra jubilosos salmos

hoy Jesucristo, nuestro Rey eterno,

triunfa en sus santos.

 

Ellos marcharon por la dura tierra

puestos sus ojos fijos en el cielo;

ellos señalan para nuestros pasos,

limpio sendero.

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