martes, 30 de julio de 2019

El sacrificio espiritual - San Pedro Crisólogo


San Pedro Crisólogo

El sacrificio espiritual (Sermón 108)


¡Oh admirable piedad que, para conceder, ruega que se le pida! Pues hoy el bienaventurado Apóstol, sin pedir cosas humanas sino dispensando las divinas, pide así: os ruego por la misericordia de Dios (Rm 12, 1). El médico, cuando persuade a los enfermos de que tomen austeros remedios, lo hace con ruegos, no con mandatos, sabiendo que es la debilidad y no la voluntad la que rechaza los remedios saludables, siempre que el enfermo los rehuye. Y el padre, no con fuerza sino con amor, induce al hijo al rigor de la disciplina, sabiendo cuán áspera es la disciplina para los sentidos inmaduros. Pues si la enfermedad corporal es guiada con ruegos a la curación, y si el ánimo infantil es conducido a la prudencia con algunas caricias, ¡cuán admirable es que el Apóstol, que en todo momento es médico y padre, suplique de esta manera para levantar las mentes humanas, heridas por las enfermedades carnales, hasta los remedios divinos!

Os ruego por la misericordia de Dios. Introduce un nuevo tipo de petición. ¿Por qué no por la virtud?, ¿por qué no por la majestad ni por la gloria de Dios, sino por su misericordia? ?Porque sólo por ella Pablo se alejó del crimen de perseguidor y alcanzó la dignidad de tan gran apostolado, como él mismo confiesa diciendo: Yo, que antes fui blasfemo, perseguidor y opresor, sin embargo alcancé misericordia de Dios (1 Tim 1, 13). Y de nuevo: verdad es cierta y digna de todo acatamiento que Jesucristo vino a este mundo para salvar a los pecadores, de los cuales el primero soy yo. Mas por eso conseguí misericordia, a fin de que Jesucristo mostrase en mí el primero su extremada paciencia, para ejemplo y confianza de los que han de creer en Él, para alcanzar la vida eterna (1 Tim 1, 15-16).

La Sangre Preciosa de Cristo (24 - Final) A todos los hijos de la Sangre- Cardenal Piazza


III
LA HORADE LA SANGRE

A TODOS LOS HIJOS DE LA SANGRE


El día propiamente dicho del nacimiento no fue precisamente aquel que abristeis lo ojos a la luz, sino el día de vuestro bautismo, que os regeneró para Cristo. De poco os hubiera servido el nacer si no hubierais encontrado preparada la Redención: nihil nasci profuit, nisi redimi profuisset. Aquel día quedasteis marcados con la Sangre del Cordero por entonces y para siempre.

Se sucedieron luego otros días –los miraréis como los más hermosos de vuestra vida-, en los que nuevo flujo de Sangre invadió vuestras almas. Nadie de vosotros puede olvidarse de su primer encuentro con Jesús Eucaristía, después de haberse preparado antes con el lavacro de la Penitencia. Me resulta halagüeño el suponer que, a partir de entonces, se sucedieron con frecuencia estos baños depuradores y los encuentros eucarísticos.

Por último, los que habéis consagrado con el matrimonio una nueva familia, le habéis hecho rubricando vuestro pacto con la Sangre de la Redención.

Pues bien: ¿tenéis conciencia de vuestra dignidad de cristianos? El Apóstol de las gentes os da aun este aviso: No pertenecéis a vosotros mismos. Habéis sido comprados a alto precio. Glorificad, pues, y llevad a Dios en vuestro cuerpo (1 Cor., 6,19-20).

lunes, 29 de julio de 2019

La Sangre Preciosa de Cristo (23) A los heraldos de la Sangre- Cardenal Piazza


III
LA HORA DE LA SANGRE

A LOS HERALDOS DE LA SANGRE


Sois vosotros, cuantos militáis en la Acción católica. Siempre que pienso en vosotros siento colmado mi corazón de ternura y paternal orgullo. ¿pues no es a vosotros, almas generosas, a quienes efectivamente encomienda el sacerdote el tesoro de la Divina Sangre para que lo llevéis donde él no puede llegar, dondequiera que haya alguien que, encarcelado en el cuerpo o en el espíritu, espera el don de Dios? Habéis de imitar a Tarsicio, el acólito de las catacumbas, que recibió el Cuerpo del Señor para llevárselo a los futuros mártires y lo defendió hasta derramar su propia sangre, cayendo así el primer mártir de la Eucaristía. Yo sé perfectamente que en vosotros arden los mismos ideales y el mismo corazón.

Ahora que, vosotros no lleváis la Sangre en la realidad de la Eucaristía, sino en el místico ardor de vuestra vida y de vuestras palabras, en la blanca pureza, en el fuego de la caridad, en la constancia del sacrificio. Ahí es donde resplandece en vosotros la Sangre de Cristo, con la que fuisteis marcados en señal de miembros de su Cuerpo Místico y de soldados para la defensa de su santa causa.

domingo, 28 de julio de 2019

La Sangre Preciosa de Cristo (22) A las esposas de la Sangre- Cardenal Piazza



III
LA HORA DE LA SANGRE

A LAS ESPOSAS DE LA SANGRE



Vuestra vocación es verdaderamente sublime, ¡oh vírgenes consagradas al Señor! Cada una de vosotras puede hacer suyo el cántico de Santa Inés: Amo a Cristo, y quiero ser su esposa, porque amándolo soy casta, tocándolo soy pura, poseyéndolo soy virgen. De su boca sólo miel y leche he gustado y su Sangre es la que colorea mis mejillas (Liturgia).

Esposas de Cristo, es lo mismo que decir, esposas de Sangre. ¡Qué excelsa es vuestra dignidad! ¿No es tiene Él clavadas a su Cruz con los santos votos, cual con otros tres clavos? ¿No encontráis diariamente en su Sangre el místico alimento de vuestras almas y de vuestra virginidad consagrada? La Eucaristía es, en efecto, para vosotras también el trigo de los elegidos y el vino que hace germinar las vírgenes (Zac., 9,17).

A vosotras os toca, por consiguiente, aprovecharos sin tasa del misterio de la Sangre de Cristo, en la que hallaréis los anhelos de mayor santidad, la fortaleza cierta para seguir guardando fidelidad al Esposo y la embriaguez divina del amor y del sacrificio. La Virgen –como dice San Pablo- sólo tiene que preocuparse de las cosas del Señor y de ser santa en cuerpo y espíritu (1 Cor., 7,34).

sábado, 27 de julio de 2019

La Sangre Preciosa de Cristo (21) A los ministros de la Sangre- Cardenal Piazza


III
LA HORA DE LA SANGRE

A LOS MINISTROS DE LA SANGRE

  
Es muy natural. Además me resulta agradable empezar por vosotros, sacerdotes, puesto que hablándoos a vosotros, me lo exijo a mí mismo. Aquí tenemos nuestra misión y nuestra razón de ser. Nosotros somos ministros de la Sangre de Cristo. La mística de Florencia, dirigiéndose a Sixto V con audacia propia de los santos, lo conjuraba a que renovase su Esposa la Iglesia, a él encomendada, para que la cuidara y la guardara, asegurándole que no le faltarían ayudas y cooperaciones en la obra de Dios entre sus súbditos y los ministros de la Sangre. Según la Santa, era necesario –y los tiempos le daban pie para ello- hacer venir de nuevo al redil a tantas ovejas perdidas de uno y otro sexo, aun entre los consagrados y consagradas a Dios. Y proseguía en su recomendación al Pontífice: La importancia de esta empresa es de tal envergadura, cual exige la Sangre de la que Vos guardáis las llaves. Esta inútil y miserable sierva suya piensa que Vos comprenderéis y penetraréis bien la importancia que tiene la Sangre de Cristo (Santa María Magdalena de Pacis).

A decir verdad, esta es la única manera de valorar con exactitud la importancia de nuestro ministerio.

Ministros de la sangre significa: consagradores, consumidores y distribuidores de la Preciosísima Sangre. Ahondando en estos conceptos hemos de hacernos mejor cargo de nuestros deberes. No podrá nunca ser bastante la santidad personal, en la más impoluta limpieza de costumbres, para quienes tienen trato diario con el Santo de los Santos en la Eucaristía y que pronuncian sobre el cáliz en nombre y representación de la persona de Cristo: Este es el cáliz de mi Sangre.

viernes, 26 de julio de 2019

San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María



San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María
Por Francisco Fernández Carvajal

- El hogar de los padres de la Virgen.
- Familias cristianas.
- Educación de los hijos. Rezar en familia.


I. Alabemos a Joaquín y a Ana por su hija: en ella les dio el Señor la bendición de todos los pueblos (1).

Una antiquísima tradición nos ha conservado los nombres de los padres de Santa María, que fueron, "dentro de su tiempo y de sus circunstancias históricas concretas, un eslabón precioso del proyecto de salvación de la humanidad" (2). A través de ellos nos ha llegado la bendición que un día prometió Dios a Abrahán y a su descendencia, pues a través de su Hija recibimos al Salvador. San Juan Damasceno afirma que los conocemos por sus frutos: la Virgen María es el gran fruto que dieron a la humanidad. Ana la concibió purísima e inmaculada en su seno. "¡Oh bellísima niña, sumamente amable! exclama el santo Doctor-. ¡Oh hija de Adán y Madre de Dios! ¡Bienaventuradas las entrañas y el vientre de los que saliste! ¡Bienaventurados los brazos que te llevaron, los labios que tuvieron el privilegio de besarte...!" (3). San Joaquín y Santa Ana tuvieron la inmensa suerte de haber podido cuidar y tener en su hogar a la Madre de Dios. ¡Cuántas gracias derramaría el Señor sobre ellos! Santa Teresa de Jesús, que solía poner los monasterios que fundaba bajo la protección de San José y de Santa Ana, argumentaba: "La misericordia de Dios es tan grande que no dejará por nada de favorecer la casa de su gloriosa abuela" (4). Jesús, por vía materna, desciende directamente de estos santos esposos que hoy celebramos.

La Sangre Preciosa de Cristo (20) El culto de la Sangre de Cristo- Cardenal Piazza


III
LA HORA DE LA SANGRE

EL CULTO DE LA SANGRE DE CRISTO


El conocimiento de tan profundo misterio nos lleva espontánea y necesariamente a caer de rodillas. Esta Sangre estuvo hipostáticamente unida al Verbo con toda la Humanidad santísima de Jesús. En tal unión hay que verla siempre, aun durante las veces que fue derramada, y más ahora que permanece reunida toda en su Cuerpo Glorioso. Así lo afirma el conocido aforisma de los teólogos: Lo que Cristo asumió una vez, nunca lo abandonó“quod semel assupsit, numquam dimisit”-. De ahí que se le deba culto de Latría a la Divina Sangre de Cristo, lo mismo que a su Corazón.

Pero ¿existe alguna razón especial que aconseje el culto a la Sangre de Jesús? Lo meditamos ya. Es el precio de nuestra Redención, que continúa, aplicándose a las almas. ¡He ahí el objeto sublime de este culto!

La Iglesia, guardiana y maestra de la fe, y por lo mismo reguladora del culto, sobre todo público, por razón de que en él se manifiesta solemnemente la fe, hace tiempo que introdujo en su liturgia devotas insinuaciones de este misterio.

El canon de a Misa el Cuerpo y la sangre del Señor se encentran naturalmente asociados en el recuerdo y en el culto.

jueves, 25 de julio de 2019

Oración de San Juan Pablo II ante la tumba de Santiago Apóstol


ORACIÓN DE SU SANTIDAD
SAN JUAN PABLO II
ANTE LA TUMBA DEL APÓSTOL SANTIAGO


Sábado 19 de agosto de 1989


¡Señor Santiago!

Heme aquí, de nuevo, junto a tu sepulcro
al que me acerco hoy,
peregrino de todos los caminos del mundo,
para honrar tu memoria e implorar tu protección.


Vengo de la Roma luminosa y perenne,
hasta ti que te hiciste romero tras las huellas de Cristo
y trajiste su nombre y su voz
hasta este confín del universo.


Vengo de la cercanía de Pedro,
y, como Sucesor suyo, te traigo,
a ti que eres con él columna de la Iglesia,
el abrazo fraterno que viene de los siglos
y el canto que resuena firme y apostólico en la catolicidad.

La Sangre Preciosa de Cristo (19) La mística de la Sangre - Cardenal Piazza


III
LA HORA DE LA SANGRE

LA MÍSTICA DE LA SANGRE


¿Qué será lo mejor que nosotros podríamos oponer a las aberraciones, a las infamias, a los sacrilegios que tanto deshonran y entristecen en nuestros tiempos? No parece que haya más que una respuesta: debemos oponer  un conocimiento más profundo, más culto, más íntimo y un amor más encendido a la Sangre que nos ha redimido.

Debemos profundizar más en el conocimiento de este misterio. En él encontraremos abundantísima luz para afirmar nuestra fe e iluminar nuestro camino espiritual. Esto es lo que yo intenté demostrar al escoger este tema para vuestras meditaciones; aunque bien me doy cuenta que en tan corto volumen de páginas apenas lo dejamos delineado. Y, sin embargo, si no me engaño, ¡qué horizontes tan amplios y luminosos se abrieron ante nuestra inteligencia! ¡Cuántas veces nuestro corazón se sintió inundado de gozo y cuántas también de dolor! ¿No meditaron delante del crucifijo todos los santos? ¿Y se puede meditar en él sin descubrir aquel goteo rojo que cae del divino Paciente y que continúa cayendo desde el Cuerpo Místico de la Iglesia, siempre chorreando la preciosa sangre sobre nuestras almas?

miércoles, 24 de julio de 2019

Carta Pastoral de Mons Martínez Perea con motivo de la muerte de Mons. Juan Rodolfo Laise


Carta de monseñor Pedro Daniel Martínez Perea, obispo de San Luis con motivo del fallecimiento de monseñor Juan Rodolfo Laise (San Luis, 23 de julio de 2019) 


Mis queridos sacerdotes, religiosos y fieles: 


Habiendo tomado conocimiento del fallecimiento de Mons. Juan Rodolfo Laise, nuestro querido obispo emérito de la diócesis de San Luis, el obispado de San Luis y los fieles expresan, en la fe y la esperanza, ante todo, un cristiano agradecimiento a Dios Nuestro Señor por haber dado a la Diócesis y Provincia de San Luis un Obispo como él. 


Asimismo, es ocasión para recordar con reconocimiento su entrega pastoral y apostólica durante 30 años en bien de toda la feligresía. Especialmente valoramos, entre otras actividades: su amor por la Eucaristía, su devoción mariana, concretada en cada pueblo; su eclesial preocupación por las vocaciones, plasmada en la fundación del Seminario Mayor Diocesano, San Miguel Arcángel; su fidelidad a la doctrina católica del Magisterio de la Iglesia; sus constantes desvelos por mantener y resaltar la sacralidad de la liturgia, restaurando la Iglesia Catedral y promoviendo el canto sacro; su cercanía a la educación católica; su particular devoción al Padre Pío, con la creación de los Grupos de Oración.

San Francisco Solano, el santo que canta y danza - Pbro. José María Iraburu



Montilla, andaluza y cordobesa

Mateo Sánchez Solano, hombre modesto de la señorial Montilla cordobesa, trabajador y espabilado, conforme a sus deseos, llegó a ser rico, se casó con Ana Jiménez Gómez en 1549, y en marzo de ese año tuvo un hijo, Francisco Solano, el cual, ya crecido, supo que tenía dos hermanos mayores, Diego Jiménez e Inés Gómez. Para él quedó el nombre de Solanito, el pequeño de los Solano. Biografías suyas importantes son las del franciscano Bernardino Izaguirre (1908) y la de fray Luis Julián Plandolit (1963). Seguiremos aquí su historia conducidos por el franciscano José García Oro.


La hermosa Montilla, perteneciente a la poderosa familia de los Fernández de Córdoba, marqueses de Priego, tuvo como señora desde 1517 a Doña Catalina Fernández de Córdoba, casada en 1519 con el conde de Feria. Con su favor llegaron a la villa los agustinos, 1520, las clarisas, 1525, los franciscanos, 1530, los jesuitas, 1553, y también San Juan de Ávila, que después de muchos viajes y trabajos, allí se recogió en 1555. En ese marco de vida religiosa creció Solanito en sus primeros años infantiles y escolares.


A Córdoba se fue a sus quince o dieciséis años, y allí, en un ambiente disciplinado y piadoso, «entró a aprender a escribir en las escuelas de la Compañía, en la sección de gramática y escritura». Fue un alumno bueno, «compañero amoroso» y buen cantor. En 1569, el año en que murió San Juan de Ávila, volvió a casa Solanito, con 20 años, a su Montilla abierta a las sierras que bajan del norte, de la Sierra Morena.


¿Hacia dónde iría su vida en adelante?

La Sangre Preciosa de Cristo (18) Negligencias y profanaciones de la Sangre Divina - Cardenal Piazza


III
LA HORA DE LA SANGRE

NEGLIGENCIAS Y PROFANACIONES
DE LA SANGRE DIVINA


Sin género de discusión, son gravísimos los crímenes contra la vida y la dignidad humana, si tenemos en cuenta el celo de Dios, que pronuncia tremendas amenazas: Vengaré la sangre de mis siervos (4 Reyes, 9,7). Yo demandaré su sangre (Ezeq. 33,6).

Pero no, ¡aún existen otros crímenes peores! Son los cometidos con injuria de la Sangre de Dios. A la enormidad del sacrilegio no se llega de una vez, pero son las negligencias y las ingratitudes las que les preparan el camino con grande facilidad.

San Agustín hace la siguiente observación: Cuanto nos ha dado Cristo, lo dio por todos. Y prosigue: A Cristo se le dio la Sangre para que la derramase toda por nuestra redención. De tal manera que, si tú quieres, es como si por ti no la hubiera derramado. Pero ¿se podrá no querer? El mismo San Agustín concluye: Sanguis Chirsti volenti est salus, nolenti supplicium. No existen aquí medias tintas. Para quien quiere, es salvación; para el que no, condena. Tener pretensiones de entrar en el cielo sin antes haber sido purificados y señalados por esta sangre, es presunción tonta y absurda. Hay que pasar por el lavadero de la Penitencia; hay que sentarse al banquete eucarístico para recibir el divino alimento de la Carne y de la Sangre del Señor. Los indiferentes y los rezagados no tendrán parte en el Reino de los cielos. Mucho menos la tendrán los ingratos que pecan contra la Sangre de la Redención.

martes, 23 de julio de 2019

Carta "SPES AEDIFICANDI" proclamando a santa Brígida de Suecia, santa Catalina de Siena y santa Teresa Benedicta de la Cruz copatronas de Europa - San Juan Pablo II


CARTA APOSTÓLICA
EN FORMA DE «MOTU PROPRIO»

SPES AEDIFICANDI

PARA LA PROCLAMACIÓN
DE SANTA BRÍGIDA DE SUECIA,
SANTA CATALINA DE SIENA
Y SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ
COPATRONAS DE EUROPA

JUAN PABLO II
PARA PERPETUA MEMORIA


1. La esperanza de construir un mundo más justo y más digno del hombre, avivada por la espera del tercer milenio ya a las puertas, no puede ignorar que los esfuerzos humanos de nada sirven si no están acompañados por la gracia divina: «Si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los constructores» (Sal 127, 1). Esto han de tenerlo en cuenta también todos aquellos que, en los últimos años, se plantean el problema de remodelar Europa, con el fin de ayudar al viejo continente a aprovechar la riqueza de su historia, alejarse de las tristes herencias del pasado y así, con una originalidad radicada en sus mejores tradiciones, responder a las exigencias del mundo que cambia.

No cabe duda de que, en la compleja historia de Europa, el cristianismo representa un elemento central y determinante, que se ha consolidado sobre la base firme de la herencia clásica y de las numerosas aportaciones que han dado los diversos flujos étnicos y culturales que se han sucedido a lo largo de los siglos. La fe cristiana ha plasmado la cultura del continente y se ha entrelazado indisolublemente con su historia, hasta el punto de que ésta no se podría entender sin hacer referencia a las vicisitudes que han caracterizado, primero, el largo período de la evangelización y, después, tantos siglos en los que el cristianismo, a pesar de la dolorosa división entre Oriente y Occidente, se ha afirmado como la religión de los europeos. También en el período moderno y contemporáneo, cuando se ha ido fragmentando progresivamente la unidad religiosa, bien por las posteriores divisiones entre los cristianos, bien por los procesos que han alejado la cultura del horizonte de la fe, el papel de ésta ha seguido teniendo una importancia notable.

Santa Brígida tiene mucho que enseñar a la Iglesia y al mundo - Benedicto XVI


BENEDICTO XVI

AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles 27 de octubre de 2010

Santa Brígida


Queridos hermanos y hermanas:
En la ferviente vigilia del gran jubileo del año 2000, el venerable siervo de Dios Juan Pablo II proclamó copatrona de toda Europa a santa Brígida de Suecia. Esta mañana quiero presentar su figura, su mensaje y las razones por las que esta santa mujer tiene mucho que enseñar —todavía hoy— a la Iglesia y al mundo.

Conocemos bien los acontecimientos de la vida de santa Brígida, porque sus padres espirituales redactaron su biografía para promover su proceso de canonización inmediatamente después de su muerte, acontecida en 1373. Brígida nació setenta años antes, en 1303, en Finster, Suecia, una nación del norte de Europa que desde hacía tres siglos había acogido la fe cristiana con el mismo entusiasmo con el que la santa la había recibido de sus padres, personas muy piadosas, pertenecientes a familias nobles cercanas a la Casa reinante.

Podemos distinguir dos períodos en la vida de esta santa. El primero se caracteriza por su condición de mujer felizmente casada. Su marido se llamaba Ulf y era gobernador de una importante provincia del reino de Suecia. El matrimonio duró veintiocho años, hasta la muerte de Ulf. Nacieron ocho hijos, la segunda de los cuales, Karin (Catalina), es venerada como santa. Se trata de un signo elocuente del compromiso educativo de Brígida respecto de sus hijos. Por lo demás, su sabiduría pedagógica fue apreciada hasta tal punto que el rey de Suecia, Magnus, la llamó a la corte durante cierto tiempo, con el fin de instruir a su joven esposa, Blanca de Namur, en la cultura sueca.

Dos entrevistas que publicamos como homenaje a Mons. Juan Rodolfo Laise


Entrevista concedida al Servicio Informativo de Actualidad Católica (SIAC) por el obispo emérito de San Luis, monseñor Juan Rodolfo Laise, al cumplir  85 años en 2011. Quien desde el 6 de junio de 2002 vivía en el santuario de San Pío de Pietrelcina, en la localidad italiana de San Giovanni Rotondo.


-¿Por qué eligió estar en San Giovanni Rotondo?

     Mons. Laise: Por dos motivos el primero, porque en este lugar el apostolado más importante es el de atender, consolar, perdonar a incontable cantidad de fieles que llegan a San Giovanni Rotondo, desde los lugares más lejanos del mundo y sobre todo, desde todas las ciudades de Italia, todos los días, incluso en el período invernal.

     De este modo continúo mi misión episcopal iniciada en la diócesis de San Luis, en la Argentina, porque no pudiendo concluirla, por las disposiciones del Derecho Canónico de la Iglesia, continúo la misión que Jesús Resucitado, en la misma tarde del domingo de su Resurrección, transmitió a los Apóstoles: La misión de perdonar los pecados, en su nombre, cuando insuflando sobre ellos al Espíritu Santo, les concedió este poder, para realizarlo hasta el fin de los siglos.

     En este Santuario hay cuatro turnos de confesiones, con confesores de todas las lenguas, desde las 7.30 hasta las 12.30 y desde las 15 hasta las 18.30. Confieso en italiano y español y también, en francés e inglés.

     Es éste un ministerio, imprescindible, en este Santuario de Nuestra Señora de las Gracias y de San Pío de Pietrelcina, porque ha sido el ministerio que el padre Pío realizó durante toda su vida hasta su último día de vida. Era lo único que deseaba y le importaba: llevar las almas a Dios.

La Sangre Preciosa de Cristo (17) La sangre humana desconsagrada - Cardenal Piazza


III

LA HORA DE LA SANGRE


LA SANGRE HUMANA DESCONSAGRADA


  
Quizá el crimen más grande de la Humanidad desde hace algún siglo sea el querer eliminar de todas partes, almas y edificios, el sello de la Redención. De esa manera se explica que la sangre humana, deificada por los divinos contactos, venga siendo cada día más desconsagrada por teorías y prácticas anticristianas.


Se han llegado así fatalmente a dos extremos opuestos: la cínica dispersión, como si se tratara de una cosa sin valor, y la glorificación pagana hasta el ridículo.

Todos sabemos el aprecio que en nuestros tiempos se tiene de la vida humana. Un derroche impresionante de sangre, cada vez en aumento, ha venido vertiéndose desde la primera guerra mundial, que pareció inaugurar una era nueva de sangre y por eso definida por Benedicto XV el inútil desangre. (¡Oh, cuánto se intentó entonces disculpar de escándalo lo que contenía dicha frase, que los acontecimientos se encargarían de justificar más tarde como verdadera y profética!)

La Escritura resumiría una impresión sobre esta triste realidad, diciendo: (salmos 78,3) Effuderunt sanguinem eorum tamquam aquam, o como un puñado de tierra: sicut humus (Sof., 1,7). Y ¿qué extraño es si hoy no se habla más que del material humano? No nos sirve volver la vista atrás, para buscar una compensación que nos justifique, recodando los siglos más turbios de la historia, en tiempos de os bárbaros, por ejemplo. Semejante desperdicio casi inconsciente de la sangre humana, cual estamos presenciando, parece cada vez más absurdo después de veinte siglos de Cristianismo, y verificándose por otra parte cada vez mayor refinamiento en la civilización. Pero toda explicación se encuentra en el hecho de que la civilización ha vuelto al paganismo.

Lección católica 3.2 ¿Puede el ateísmo llevarnos a un mundo mejor?

lunes, 22 de julio de 2019

La Sangre Preciosa de Cristo (16) La hora de la Sangre - Cardenal Piazza


III
LA HORA DE LA SANGRE


Podemos ver una perspectiva de la hora presente, nos menos auténtica y terriblemente amarga, en la agonía de Jesucristo en el Huerto de Getsemaní.  Escuchemos al elocuente dominico, orador de Nuestra Señora de París, en uno de sus retiros pascuales (1877), en que interpreta los divinos pensamientos que anticiparon en Jesús el espasmo de estos mismos momentos: ¡Oh Maestro adorable! –exclama Monsabré-. Me parece oírte gritar con el Profeta: ¿para qué puede servir mi Sangre? Quae utilitas in sanguine meo! (Sal. 19). Esta Sangre Preciosa, cual nube purpurina, se esparcirá sobre todos los extremos de la tierra para caer sobre las iniquidades y purificarlas; aunque en todas partes será despreciada por los torbellinos de las pasiones. ¿Para qué derramarla, pues? Quae utilitas in sanguine meo? No solamente habrá en la Iglesia ingratos y profanadores, sino que pueblos enteros serán arrancados por la fuerza se los lugares donde corre el río de la Redención. Y también las herejías, los cismas, la falsa ciencia asediarán a las almas y detendrán a sus puertas los torrentes sagrados que deberían regenerarlas. Vendrá también en siglo fatal en que los hombres pondrán especial empeño en no dejarse tocar jamás por la Sangre del Salvador, y para facilitar la impenitencia final.

Lección católica 3.1 ¿Por qué los ateos están equivocados?

domingo, 21 de julio de 2019

La Sangre Preciosa de Cristo (15) Triunfos de la Sangre - Cardenal Piazza


II
LA SANGRE PRECIOSA DE CRISTO
 EN EL MISTERIO DE LA IGLESIA

TRIUNFOS DE LA SANGRE


 La liturgia es la voz sublime de la Esposa Mística que canta al Esposo los divinos epitalamios y los cánticos de la gloria. Ahora bien, en dos himnos litúrgicos se encuentran al entonar dos estrofas, unos versos delicados que se corresponden en el concepto y en el movimiento lírico. En el Oficio reciente de la Presiosísima Sangre canta la Esposa: Salvete Christi vulnera! Salve, ¡oh heridas de Cristo!

Con el mismo ímpetu entona también otro himno en el Oficio de los Santos Inocentes: Salvete, flores Martyrum! Salve, ¡oh flores de los Mártires!

¡Oh cuán bello resulta este acercamiento de mártires y de coronas! Pues, ¿no fue, efectivamente, de las llagas abiertas del Crucificado de donde manó la sangre que hubo de cubrir de púrpura y perfumar todas las flores del Martirio, desde las primeras rosas frescas y encendidas que entretejieron coronas de sangre inocente alrededor del pesebre de Jesús Niño, hasta las rosas más variadas y magníficas, deshojadas a través de los siglos por las rachas de las persecuciones por rendir homenaje al Mártir del Gólgota?

sábado, 20 de julio de 2019

La Sangre Preciosa de Cristo (14) Primavera de Sangre - Cardenal Piazza

II
LA SANGRE PRECIOSA DE CRISTO

EN EL MISTERIO DE LA IGLESIA


PRIMAVERA DE SANGRE


Pero volvamos a respirar tranquilos frente a la maravillosa aparición de las flores de santidad que ha hecho brotar la Sangre del Señor en su Iglesia, eterna primavera de las almas que beben esta divina savia con sed incontenible. “El Divino Redentor –dice San Alberto Magno- permitió que le abrieran el costado, las manos y los pies a fin de que la Sangre que salió por ellos corriera, regando el místico jardín de la Iglesia, donde hiciera abrirse las flores de todas las virtudes, y, ensanchándose en forma de río sobre el mundo entero, devolviese la vida a todo cuanto estaba árido y seco, al mismo tiempo que apagara lo que quemaba con el fuego de las pasiones y del pecado.”

La nota de santidad que distingue a la verdadera Iglesia de Cristo es el retoño constante que produce la Divina Sangre en todo lo de la Iglesia, embalsamando el ambiente y santificando en ella todas las cosas: doctrina y culto, lugares y personas, costumbres e instituciones. Por eso, la Iglesia es Madre de Santos en todas las épocas, aun las más tristes de la Historia, y en todos los ambientes, aun los más bárbaros y corrompidos, con tal que Ella pudiera llegar hasta allí para dejar caer algunas gotas de la Sangre de la Redención. Son tan abundantes los fastos de los Santos glorificados por la Iglesia, que escapa a cualquier cálculo, y va enriqueciéndose, aún más cada día con la inscripción de nuevas figuras nobilísimas que ponen en evidencia la perenne actualidad y vitalidad de la Redención; dando por supuesto que cada santo, que de nuevo viene agregado al aguerrido ejército de los bienaventurados, es una nueva apología de la Sangre de Cristo.

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