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viernes, 3 de abril de 2020

El Catecismo de la Iglesia Católica comentado 4 (Por Mons. José Ignacio Munilla)


Catecismo 4 – 5

PROLOGO

Transmitir la fe: la catequesis

Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA


II. Transmitir la fe: la catequesis 
4  Muy pronto se llamó catequesis al conjunto de los esfuerzos realizados en la Iglesia para hacer discípulos, para ayudar a los hombres a creer que Jesús es el Hijo de Dios a fin de que,creyendo ésto, tengan la vida en su nombre, y para educarlos e instruirlos en esta vida y construir así el Cuerpo de Cristo (cf. Juan Pablo II, Catechesi tradendae [CT] 1).

5  "La catequesis es una educación en la fe de los niños, de los jóvenes y adultos, que comprende especialmente una enseñanza de la doctrina cristiana, dada generalmente de modo orgánico y sistemático con miras a iniciarlos en la plenitud de la vida cristiana" (CT 18).


Pasamos al punto 4 del Catecismo. Los tres primeros puntos están bajo el título “La vida del hombre: conocer y amar a Dios”. En ellos nos fijamos de qué manera arranca el Catecismo; tiene su importancia, obviamente, cómo pone nuestro corazón y nuestros ojos en Dios, en el conocimiento de Dios, en el amor a Dios.

Pasados esos tres primeros puntos que quieren centrar lo que es el eje, la columna vertebral del Catecismo, pasa ahora a hablar un poco de qué es la Catequesis, lógicamente este es un Catecismo, pues antes de prodigarse en las explicaciones por partes va a hablar durante unos cuantos puntos de qué es la catequesis, qué es el Catecismo, qué pretende, qué busca la Iglesia con ello.

Punto 4:
Muy pronto se llamó catequesis al conjunto de los esfuerzos realizados en la Iglesia para hacer discípulos, para ayudar a los hombres a creer que Jesús es el Hijo de Dios a fin de que, creyendo esto, tengan la vida en su nombre, y para educarlos e instruirlos en esta vida y construir así el Cuerpo de Cristo (cf. Juan Pablo II, Catechesi tradendae [CT] 1).

Este párrafo, este punto del Catecismo está tomado literalmente de la Exhortación Apostólica “Catequesis Tradendae” este documento que es del año 1979, que fue en el segundo año de ponticado de Juan Pablo II y fue un documento que él escribió recogiendo lo que Pablo VI había convocado con el cuarto Sínodo General de los Obispos para hablar del tema de la Catequesis.

Por cierto, en aquel sínodo (estamos hablando de octubre de 1977) había partcipado Karol Wojtyla como obispo partcipante, obispo polaco, partcipante de aquel sínodo de los obispos. Y luego le tocó, una vez elegido Papa (fue elegido en el año 1978), en el año 1979 siendo Papa le tocó a Juan Pablo II escribir la Exhortación Apostólica que era como conclusiva de lo que se había hablado en el Sínodo.

Con frecuencia, cuando se convoca un sínodo general de Obispos, luego suele escribirse (no es que sea obligatorio pero tiende a hacerse) una Exhortación Apostólica concluyendo, en las que el Papa recoge las conclusiones principales a las que ha llegado el sínodo. Esta se llama “Catequesis Tradendae”, “La transmisión de la catequesis” y estos puntos del Catecismo casi todos se van a referir, son citas de la “Catequesis Tradendae”.

lunes, 1 de julio de 2019

Fragmentos de Verdad Católica (15) - ¿Cuál conciencia moral? -Mons. Raffaello Martinelli


¿CUAL CONCIENCIA MORAL?


Se dice: Cada uno tiene que actuar según conciencia... haz lo que piensas será mejor... sigue tu conciencia... 
Esto es verdad. Pero a menudo se olvida preguntarse: ¿Cuál conciencia? ¿Cuáles características tiene que tener la conciencia? ¿Cómo se forma la conciencia?
A ésta y a otras preguntas se propone contestar esta ficha, en la que cuando se habla de conciencia siempre se entiende la conciencia moral.
Partimos ante todo preguntándonos:

¿Qué es la conciencia moral?
- Presente en el íntimo de la persona, la conciencia es:
· “un juicio de la razón, por el que la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho” (CCC, 1778). Sin el uso de la razón no existe conciencia;
· la percepción natural de los principios morales fundamentales, su aplicación en circunstancias particulares y el juicio final sobre lo que se tiene que hacer (o que se ha hecho);
· ‘el núcleo más íntimo y el sagrario del hombre’ (GS 16);
· el santuario de la persona, que decide por las acciones del hombre.
- Ella sin embargo no es:
· un sentir inmediato, que en cambio muchas veces es fruto o de un estado de ánimo particular o una presión externa, por ejemplo de los medios de comunicación social o de la opinión de la mayoría ;
· ligada al instinto y tampoco al subjetivismo relativista, que lleva a afirmar que por encima de la conciencia no puede haber ninguna instancia superior;
· el manantial mismo de verdad y valores;
· un absoluto, puesta por encima de la verdad y del error, del bien y del mal;
· un actuar según la propia personal interpretación o humor y sin dar cuentas a nadie de ella.

¿Cuál es la tarea de la conciencia?

domingo, 23 de junio de 2019

Fragmentos de Verdad Católica (11) - ¿Por qué voy a Misa todos los domingos? -Mons. Raffaello Martinelli


¿POR QUÉ VOY A LA MISA TODOS LOS DOMINGOS?


¿Qué es la misa?
- La Santa Misa es:
· La celebración del misterio-sacrificio Pascual (pasión, muerte, resurrección) de Jesucristo. Hecho presente y eficaz al interno de la comunidad cristiana: “Celebramos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡Ven Señor Jesús!”;
· La presencia verdadera, real, sustancial de Cristo con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad: verdadero Dios y verdadero Hombre;
· El banquete-comunión con Cristo y, gracias a Él, con los hermanos: mediante su sacrificio, Cristo nos une maravillosamente a sí mismo y entre nosotros, a modo de constituir una “sola cosa”;
- Cristo en la misa:
· Alaba y da gracias a Dios Padre (eucaristía);
· Actualiza su sacrificio Pascual (memorial);
· Se hace presente realmente con su Cuerpo y con su Sangre en el pan y en el vino consagrados con el poder del Espíritu Santo (transustanciación);
· Se convierte en comida y bebida para nuestra salvación eterna (banquete).

¿Quién ha instituido la misa?
Cristo Señor ha instituido la Misa el jueves Santo, la noche en que fue entregado.

¿Qué quiere decir que la misa es el memorial del sacrificio de Cristo?

viernes, 21 de junio de 2019

Fragmentos de Verdad Católica (10) - ¿Por qué bautizo a mi hijo? -Mons. Raffaello Martinelli


¿POR QUÉ BAUTIZO A MI HIJO?


¿Qué es el bautismo?
- El Bautismo es:
· Uno de los siete sacramentos instituidos por Jesucristo;
· La fuente de toda la vida cristiana;
· La puerta que permite el acceso a todos los demás sacramentos;
· El fundamento de la comunión entre todos los cristianos.

- El rito esencial del Bautismo consiste en el sumergir en el agua al candidato o en el derramarle agua sobre la cabeza, mientras se pronuncia la invocación a la Santísima Trinidad, o sea del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¿Qué dificultades se plantean contra el Bautismo de los Niños?

jueves, 20 de junio de 2019

Fragmentos de Verdad Católica (9) - ¿Cómo ser santos? -Mons. Raffaello Martinelli


¿CÓMO SER SANTOS?


 ¿Qué significa ser santos?
Significa estar unidos, en Cristo, a Dios, perfecto y santo.
“Sean por tanto perfectos como es perfecto su Padre celestial” (Mt 5, 48), nos ordena Jesucristo, Hijo de Dios. “Sí, lo que Dios quiere es su santificación.” (1 Ts 4, 3).

¿Por qué Dios quiere nuestra santidad?
Porque Dios nos ha creado “a su imagen y semejanza” (Gn 1, 26), y de ahí que Él mismo nos diga: “Sed santos, porque yo soy santo” (Lv 11, 44).
La santidad de Dios es el principio, la fuente de toda santidad.
Y, aún más, en el Bautismo, Él nos hace partícipes de su naturaleza divina, adoptándonos como hijos suyos. Y por tanto quiere que sus hijos sean santos como Él es santo.

¿Estamos todos llamados a la santidad?
Todo ser humano está llamado a la santidad, que “es plenitud de la vida cristiana y perfección de la caridad, y se realiza en la unión íntima con Cristo y, en Él, con la Santísima Trinidad. El camino de santificación del cristiano, que pasa por la cruz, tendrá su cumplimiento en la resurrección final de los justos, cuando Dios sea todo en todos” (Compendio, n. 428).

¿Cómo es posible llegar a ser santos?

martes, 11 de junio de 2019

Fragmentos de Verdad Católica (6) - Ecumenismo, Relación entre la Iglesia Católica con las Iglesia Ortodoxas y otras comunidades cristianas-Mons. Raffaello Martinelli


ECUMENISMO: ¿QUÉ RELACIÓN TIENE LA IGLESIA CATÓLICA CON LAS IGLESIAS ORTODOXAS Y LAS COMUNIDADES CRISTIANAS NO-CATÓLICAS?


¿Qué es el Ecumenismo?
- Es el movimiento que tiende a la unidad de los cristianos y que comprende "las actividades e iniciativas que, según las variadas necesidades de la Iglesia y las características de la época, se suscitan y se ordenan a favorecer la unidad de los cristianos" (UR 4).
- La búsqueda de la unidad de los cristianos es una tarea cada vez más urgente de la Iglesia católica. El Santo Padre Benedicto XVI ha subrayado muchas veces "la irreversibilidad de la elección ecuménica". En esta tarea, el criterio prioritario es la unidad de la fe.
- El dialogo ecuménico está basado sobre el derecho-deber de expresar cada uno, con serenidad y objetividad, la propia identidad, evidenciando lo que se es, lo que une y lo que divide. Exponer con claridad las propias posiciones no limita el dialogo ecuménico sino que lo favorece.

¿Por qué existe el ecumenismo?
Porque existen, entre los cristianos, divisiones que son contrarias a la voluntad de Cristo, el cual ha orado «para que todos sean uno»(Jn17,21), y así llegar a la unidad de todos los cristianos en "un solo rebaño y un solo pastor"(Jn 10,16), a fin que "el pueblo de Dios llegue gozoso a la entera plenitud de la gloria eterna en la Jerusalén celestial" (UR 3).

¿Qué tipos de males causan las divisiones entre los cristianos?

viernes, 7 de junio de 2019

Fragmentos de Verdad Católica (5) -¿Cuándo y cómo confía Cristo la primacía a Pedro ? -Mons. Raffaello Martinelli


¿CUÁNDO Y CÓMO CONFÍA CRISTO LA PRIMACÍA A PEDRO?



¿Sobre cuál base se fundamenta la primacía de pedro, y por lo tanto del papa?
Se basa en la voluntad del propio Cristo.

¿Dónde aparece tal voluntad de Cristo?
En las páginas del Evangelio y en parte de los Hechos de los Apóstoles están presentes “numerosos indicios” que manifiestan la voluntad de Cristo de atribuirle a Pedro un especiale relieve dentro del Colegio de los Apóstoles. Por ejemplo:

- Él es el único apóstol al que Jesús asigna un nuevo nombre, Cefas, que quiere decir “Piedra.” El evangelista Giovanni escribe así al respeto: “Fijándo en él mirada, dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; te llamarás Kefas (que quiere decir a Pedro)” (Jn 1,42).
Jesús no solía cambiar el nombre a sus discípulos. Si se exceptúa el apelativo de “hijos del trueno”, dirigido en una precisa circunstancia a los hijos de Zebedeo (cfr. Mc 3,17) y no usado otra vez después, Él no ha atribuido nunca un nuevo nombre a un discípulo suyo.
Lo ha hecho en cambio con Simón, llamandolo Cefas, nombre que fue después traducido en griego Petros, en latin Petrus. Y fue traducido precisamente porque no fue sólo un nombre; fue un “mandato” del Señor lo que Petrus recibía en aquel modo. No hay que olvidar que en el Antiguo Testamento, el cambio del nombre generalmente anunciaba el encargo de una misión (cfr. Gn 17,5; 32,28 ss. etc.). El nuevo nombre Petrus aparecerá más veces en los Evangelios y acabará reemplazando el nombre originario Simón.

- Otros indicios son:

jueves, 30 de mayo de 2019

Fragmentos de Verdad Católica (4) - ¿Jesús sí, Iglesia, no? -Mons. Raffaello Martinelli


¿JESÚS SÍ, IGLESIA NO?

¿Se puede separar a Cristo de la Iglesia, o la Iglesia de Cristo?
- No, absolutamente no. Nada hay de más absurdo que separar a la Iglesia de Cristo. Entre Cristo y la Iglesia no hay ninguna división ni contraposición. Y esto por diversos motivos:
· " La Iglesia está fundada sobre los Apóstoles, elegidos directamente por Cristo. Ellos "son así el signo más evidente de la voluntad de Jesús respecto a la existencia y la misión de su Iglesia, la garantía de que entre Cristo y la Iglesia no existe ninguna contraposición" (Benedicto xviCatequesis del miércoles, 15/3/06): "Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron junto a él. Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce…" (Mc 3,13-16; cfr. Mt 10,1-4; Lc 6,12-16). Por medio de los Apóstoles, remontamos entonces hasta Jesús mismo.
· " La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, del cual Cristo es Cabeza (cfr. Ef 5,3). No se puede separar la Cabeza del Cuerpo ni viceversa: se tendrían dos realidades desnaturalizadas, decapitadas. Cristo "es también la cabeza del cuerpo, de la Iglesia" (Col 1, 18). Cristo y la Iglesia forman el "Cristo total - Christus totus. (…) Plenitud de Cristo: la Cabeza y los miembros. ¿Cuál es la Cabeza, y cuáles son los miembros? Cristo y la Iglesia" (San AugustinIn Iohannis evangelium tractatus, 21, 8); "Cabeza y miembros son, por así decir, una sola persona mística" (Santo Tomas se AquinoSumma theologiae, III,q.48, a. 2, ad 1). "Del mismo modo que, en el hombre, cabeza y cuerpo forman un solo hombre, así el Hijo de la Virgen y sus miembros constituyen también un solo hombre y un solo Hijo del hombre. El Cristo íntegro y total, como se desprende de la Escritura, lo forman la cabeza y el cuerpo. En efecto, todos los miembros juntos forman aquel único cuerpo que, unido a su cabeza, es el único Hijo del hombre quien, al ser también Hijo de Dios, es el único Hijo de Dios y forma con Dios el Dios único. Por ello el cuerpo íntegro con su cabeza es Hijo del hombre, Hijo de Dios y Dios. Por eso se dice también: Padre, éste es mi deseo: que sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti. (Jn. 17,21). Así, pues, de acuerdo con el significado de esta célebre afirmación de la Escritura, no hay cuerpo sin cabeza, ni cabeza sin cuerpo, ni Cristo total, cabeza y cuerpo, sin Dios" (Beato IsaacSermón 42).
· Si se separase Cristo de la Iglesia;
* Se tendría una falsificación de la realidad y de la misión de Cristo mismo: se tendría "un Jesús de fantasía. No podemos tener a Jesús prescindiendo de la realidad que él ha creado y en la cual se comunica. Entre el Hijo de Dios encarnado y su Iglesia existe una profunda, inseparable y misteriosa continuidad, en virtud de la cual Cristo está presente hoy en su pueblo" (Benedicto xviCatequesis del miércoles,15/3/06);
* Se desnaturalizaría sustancialmente también la naturaleza misma de la Iglesia, la cual, separada de Su fundador y de Su Cabeza, ya no se trataría de la misma realidad. La Iglesia es de Cristo, nació desde Su voluntad, desde Su corazón, desde Su Muerte y Resurrección, desde la efusión de Su Espíritu. "La Iglesia no tiene otra luz que la de Cristo; ella es, según una imagen predilecta de los Padres de la Iglesia, comparable a la luna cuya luz es reflejo del sol" (CCC, 748). La Iglesia por tanto no vive de sí misma y para sí misma, sino de Cristo, con Él y para la misión por Él encomendada: anunciar Su Evangelio y comunicar a los hombres la Salvación obrada por Cristo;
· Somos miembros de la Iglesia, hermanos los unos de los otros verdaderamente y solamente en cuanto somos hermanos de Cristo. Formamos la Iglesia, en cuanto Cristo nos une íntimamente a Sí mismo. Es Él quien nos hace ser una sola cosa entre nosotros. Más estamos unidos a Él y más estamos unidos entre nosotros. Esto se realiza de modo particular mediante el sacramento del Bautismo, en virtud del cual estamos unidos a la Muerte y a la Resurrección de Cristo, y mediante el Sacramento de la Eucaristía, gracias al cual "participando realmente del cuerpo del Señor, nos elevamos a una comunión con El y entre nosotros mismos" (Lg, 7).
· " Si no se tiene a la Iglesia por madre, no se puede tener a Dios por Padre" (San Cipriano - inicio del III siglo -, De Ecclesiae catholicae úntate,6).
· "El Hijo de Dios, habiendo tomado la naturaleza humana, se unió a ella tan íntimamente, que no sólo en aquel hombre que es el primogénito de toda creatura, sino también en todos sus santos, no hay más que un solo y único Cristo; y, del mismo modo que no puede separarse la cabeza de los miembros, así tampoco los miembros pueden separarse de la cabeza" (San Leòn Magno, Papa, Sermón 12, Sobre la pasión del Señor, 3, 6-7).
- El eslogan "Jesús sí, Iglesia no" es por lo tanto del todo inaceptable e inconciliable con la voluntad de Cristo y con la naturaleza misma de la Iglesia.

¿Entre Cristo y la Iglesia hay acaso identificación?

martes, 28 de mayo de 2019

Fragmentos de Verdad Católica (3) - La resurrección de Jesucristo: ¿Por qué es el evento culmen de la fe cristiana? -Mons. Raffaello Martinelli


LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO: ¿POR QUÉ ES EL EVENTO CULMEN DE LA FE CRISTIANA?


¿Cuál es la importancia de la Resurrección de Cristo?
La Resurrección de Cristo es un evento extraordinario, original, irrepetible, único en la historia humana. Es el dato central del cristianismo, el centro de la predicación y del testimonio cristiano, desde el inicio hasta el final de los tiempos. La Pascua es la fiesta principal, la más importante de todo el año, "el fundamento y el núcleo de todo el año litúrgico" (Concilio Vaticano iiSacrosanctum Concilium, 106). Busquemos ilustrar sintéticamente esta extraordinaria importancia de la Resurrección de Cristo partiendo sobretodo de su historicidad.

A) HISTORICIDAD DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

¿En qué sentido la Resurrección de Cristo es un evento histórico?
- No lo es en el sentido de que alguien haya podido asistir directamente, fotografiar el evento en el momento en que sucediò; "Qué noche tan dichosa, canta el Exultet de Pascua, sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los muertos!". "Nadie fue testigo ocular del acontecimiento mismo de la Resurrección y ningún evangelista lo describe. Nadie puede decir cómo sucedió físicamente. Menos aún, su esencia más íntima, el paso a otra vida, fue perceptible a los sentidos" (CIC, 647).
- Sin embargo, la Resurrección de Cristo es un acontecimiento histórico en el sentido que sucedió realmente en la historia , y ha tenido signos y pruebas comprabadas históricamente.
- Al mismo tiempo es también un evento misterioso, que trasciende y supera la misma historia, en cuanto es un misterio de Fe, y, en cuanto tal, exige la Fe, don de Dios, gracias al cual se puede exclamar con Santo Tomás de frente a Cristo resucitado: "Señor mío y Dios mío" (Jn 20, 28).

¿Cuáles son los signos, las pruebas que atestan la Resurrección de Cristo?

martes, 29 de mayo de 2018

Fragmentos de Verdad Católica (2) - Los cuatro Evangelios: ¿Por qué son el corazón de la fe cristiana? -Mons. Raffaello Martinelli


LOS CUATRO EVANGELIOS:
¿POR QUÉ SON EL CORAZÓN DE LA FE CRISTIANA?


¿Qué significa Evangelio?
- “Evangelio” es una palabra griega (euangelion) que llegó al español a través de la palabra latina evangelium y que significa literalmente buena noticia. Esta buena noticia se refiere a la vida y a la predicación de Jesucristo, el Hijo Unigénito de Dios hecho hombre.
  
¿Cuántos y cuáles son los Evangelios?
Son 4: evangelio de Mateo (Mt), Marcos (Mc), Lucas (Lc), Juan (Jn). Forman parte de la Sagrada Escritura y, en particular, del Nuevo Testamento, Pertenecen, por tanto, al canon de las Escrituras, que es “la lista completa de los escritos sagrados, que la Tradición Apostólica ha permitido discernir a la Iglesia. El canon comprende 46 escritos del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo” (Compendio, 20).

¿Cuándo fueron escritos?
Los 4 evangelios fueron escritos entre los años 60 y el 100 d.C.

¿Por qué son solamente 4?
Son solamente cuatro, en cuanto que ha sido la Tradición Apostólica la que ha permitido a la Iglesia que estos cuatro y sólo estos cuatro evangelios deberían ser comprendidos en la lista de los Libros Sagrados.

¿Qué es la Tradición Apostólica?

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Recomendando lecturas - R.P. Alfredo Sáenz S.J.

"San Agustín y Santo Tomás
son el telón de fondo de mis intereses"

Entrevista  al Padre Alfredo Sáenz S.J.
publicada por el diario La Prensa
el 23 de Marzo de 2017



LECTURAS DE AUTOR
El padre Alfredo Sáenz rescata del olvido a Hugo Wast, autor famosísimo en su tiempo y hoy considerado poco menos que “maldito”. “La restauración de la cultura cristiana”, de John Senior, fue una de las obras recientes que más disfrutó.

-¿Qué libro (o libros) está leyendo ahora?

-Dos son los libros a los que estoy abocado en estos momentos. El primero es una obra de Alexandre Schmemann, llamada Journal. Trátase de un “diario” personal del autor, que es un culto sacerdote ortodoxo ruso. Dicho diario nos ofrece sus apuntes cotidianos en el decenio que ocurre de 1973 a 1983. La obra fue publicada en 1983, después de su muerte. El padre Schmemann nació en Estonia, en una familia de emigrados rusos. Dicha familia se instaló luego en País y allí nuestro Alexandre ingresó en un seminario ortodoxo. Tras su ordenación sacerdotal fue invitado a enseñar en otro seminario ruso, pero que funcionaba en Estados Unidos, donde llegó a ser primero profesor y luego decano. En Estados Unidos, la Iglesia ortodoxa era oficialmente independiente del Patriarcado de Moscú. La obra que me ocupa me resultó realmente apasionante. Allí, entre otras muchas cosas, el autor habla de sus relaciones, no siempre demasiado cordiales, con Solzhenitsyn, que por aquel entonces vivía también en Estados Unidos.
Otro libro que estoy ahora leyendo es uno titulado El amor que discierne, donde su autor, un joven sacerdote, el padre Gabino Tabossi, trata en esta que es su tesis doctoral, del conocimiento del bien por connaturalidad afectiva según la Suma de Santo Tomás. Obra realmente esplendorosa, aguda y penetrante, que no basta con leer sino hay que paladear.

VALOR OLVIDADO

-¿Qué autor nuevo o clásico descubrió últimamente? ¿Por qué motivos lo atrapó?

miércoles, 27 de agosto de 2014

La creación y los ángeles - La fe explicada

PARTE I: EL CREDO

CAPÍTULO IV: LA CREACION

Y LOS ANGELES

 
 ¿Cómo empezó la creación? A veces un modista, un pastelero o un perfumista se jactan de hacer una nueva «creación». Cuando esto ocurre, utilizan la palabra «creación» en un sentido muy amplio.

Por nueva que sea una moda, tiene que basarse en tejido de algún tipo. Por agradable que resulte un postre o un perfume, tiene que basarse en alguna clase de ingredientes.

«Crear» significa «hacer de la nada». Hablando con propiedad, sólo Dios, cuyo poder es infinito, puede crear.

Hay científicos que se afanan hoy en día en los laboratorios tratando de «crear» vida en un tubo de ensayo. Una y otra vez, tras fracasos repetidos, mezclan sus ingredientes químicos y combinan sus moléculas. Si lo conseguirán algún día o no, no lo sé. Pero aunque su paciencia fuera recompensada, no podría decirse que habían «creado» nueva vida. Todo el tiempo habrían estado trabajando con materiales que Dios les ha proporcionado.

Cuando Dios crea, no necesita materiales o utensilios para poder trabajar. Simplemente, QUIERE que algo sea, y es. «Hágase la luz» dijo al principio, «y la luz fue...» «Hágase un firmamento en medio de las aguas», dijo Dios, «y así se hizo» (Gen 1, 3-6).

La voluntad creadora de Dios no sólo ha llamado a todas las cosas a la existencia, sino que las MANTIENE en ella. Si Dios retirara el sostén de su voluntad a cualquier criatura, ésta dejaría de existir en aquel mismo instante, volvería a la nada de la que salió.

Las primeras obras de la creación divina que conocemos (Dios no tiene por qué habérnoslo dicho todo) son los ángeles. Un ángel es un espíritu, es decir, un ser con inteligencia y voluntad, pero sin cuerpo, sin dependencia alguna de la materia. El alma humana también es un espíritu, pero el alma humana nunca será ángel, ni siquiera durante el tiempo en que, separada del cuerpo por la muerte, espere la resurrección.

El alma humana ha sido hecha para estar unida a un cuerpo físico. Decimos que tiene «afinidad» hacia un cuerpo. Una persona humana, compuesta de alma y cuerpo, es incompleta sin éste. Hablaremos más extensamente de ello cuando tratemos de la resurrección de la carne. Pero, por el momento, sólo queremos subrayar el hecho de que un ángel, sin cuerpo, es una persona completa, y que un ángel es muy superior al ser humano.

viernes, 25 de julio de 2014

La Unidad y Trinidad de Dios - La fe explicada (3)


CAPÍTULO III :LA UNIDAD Y TRINIDAD DE DIOS

 

¿Cómo es que son tres? Estoy seguro que ninguno de nosotros se molestaría en explicar un problema de física nuclear a un niño de cinco años. Y, sin embargo, la distancia que hay entre la inteligencia de un niño de cinco años y los últimos avances de la ciencia es nada comparada con la que existe entre la más brillante mente humana y la verdadera naturaleza de Dios. Hay un límite a lo que la mente humana -aun en condiciones óptimas- puede captar y entender.

Dado que Dios es un Ser infinito, ningún intelecto creado, por dotado que esté, puede alcanzar sus profundidades.

Por eso, Dios, al revelarnos la verdad sobre Sí mismo, tiene que contentarse con enunciarnos sencillamente cuál es esa verdad; el «cómo» de ella está tan lejos de nuestras facultades en esta vida, que ni Dios mismo trata de explicárnoslo.

Una de estas verdades es que, habiendo un solo Dios, existen en El tres Personas divinas -Padre, Hijo y Espíritu Santo-. Hay una sola naturaleza divina, pero tres Personas divinas.

En lo humano, «naturaleza» y «persona» son prácticamente una y la misma cosa. Si en una habitación hay tres personas, tres naturalezas humanas están presentes; si sólo está una naturaleza humana presente, hay una sola persona. Así, cuando tratamos de pensar en Dios como tres Personas con una y la misma naturaleza, nos encontramos como dando cabezazos contra un muro.

Por esta razón llamamos a las verdades de fe como esta de la Santísima Trinidad «misterios de fe». Las creemos porque Dios nos las ha manifestado, y El es infinitamente sabio y veraz. Pero para saber cómo puede ser así tenemos que esperar a que El se nos manifieste del todo en el cielo.

viernes, 18 de julio de 2014

Dios y sus perfecciones - La fe explicada (2)

PARTE I: EL CREDO

CAPÍTULO II: DIOS Y SUS PERFECCIONES

 

¿Quién es Dios? Una vez leí que un catequista pretendía haber perdido la fe cuando un niño le preguntó: «¿Quién hizo a Dios»? y súbitamente se dio cuenta que no tenía respuesta que darle.

Cuesta creerlo, porque me parece que alguien con suficiente talento para enseñar en una catequesis tendría que saber que la respuesta es «Nadie».

La prueba principal de la existencia de Dios yace en el hecho de que nada sucede a no ser que algo lo cause. Los bizcochos no desaparecen del envase a no ser que los dedos de alguien se los lleven. Un nogal no brota del suelo si antes no cayó allí una nuez. Los filósofos enuncian este principio diciendo que «cada efecto debe tener una causa».

Así, si nos remontamos a los orígenes de la evolución del universo físico (un millón de años, o un billón, o lo que los científicos quieran), llegaremos al fin a un punto en que nos tendremos que preguntar: «Estupendo, pero ¿quién lo puso en marcha? Alguien tuvo que echar a andar las cosas o no habría universo. De la nada, nada viene.» Los bebés vienen de sus papás, y las flores de semillas, pero tiene que haber un punto de partida. Ha de haber alguien no hecho por otro, ha de haber alguien que haya existido siempre, alguien que no tuvo comienzo. Ha de haber alguien con poder e inteligencia sin límites, cuya propia naturaleza sea existir.

Ese alguien existe, y ese Alguien es exactamente Aquel a quien llamamos Dios. Dios es el que existe por naturaleza propia. La única descripción exacta que podemos dar de Dios es decir que es «el que es». Por eso, la respuesta al niño preguntón es sencillamente: «Nadie hizo a Dios. Dios ha existido siempre y siempre existirá.» Expresamos el concepto de Dios, el que sea el origen de todo ser, por encima y más allá de todo lo que existe, diciendo que es el Ser Supremo. De ahí se sigue que no puede haber más que un Dios. Hablar de dos (o más) seres supremos sería una contradicción.

La misma palabra «supremo» significa «por encima de los demás». Si hubiera dos dioses igualmente poderosos, uno al lado del otro, ninguno de ellos sería supremo. Ninguno tendría el infinito poder que Dios debe tener por naturaleza. El «infinito» poder de uno anularía el «infinito» poder del otro. Cada uno sería limitado por el otro. Como dice San Atanasio: «Hablar de varios dioses igualmente omnipotentes es como hablar de varios dioses igualmente impotentes.» Hay un solo Dios y es Espíritu Para entenderlo tenemos que saber que los filósofos distinguen dos clases de sustancias: espirituales y físicas. Una sustancia física es la hecha de partes. El aire que respiramos, por ejemplo, está compuesto de nitrógeno y oxígeno. Estos, a su vez, de moléculas, y las moléculas de átomos, y los átomos de neutrones, protones y electrones. Cada trocito del universo material está hecho de sustancias físicas. Las sustancias físicas llevan en sí los elementos de su propia disolución, ya que sus partes pueden separarse por corrupción o destrucción.

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