¡VICTORIA! ¡TÚ REINARÁS!
¡OH CRUZ! ¡TÚ NOS SALVARÁS! / (2)
El Verbo en ti clavado,
muriendo nos rescató.
De ti, madero santo,
nos viene la redención.
ESTRIBILLO.
Extiende por el mundo,
tu Reino de salvación.
¡Oh cruz, fecunda fuente,
de vida y bendición!
ESTRIBILLO.
Impere sobre el odio,
tu Reino de caridad.
Alcancen las naciones,
el gozo de la unidad.
ESTRIBILLO.
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lunes, 14 de septiembre de 2020
¡Victoria! ¡Tú reinarás! ¡Oh Cruz, tú nos salvarás! - Canto
domingo, 17 de mayo de 2020
Ustedes son mis amigos - Canción
Ustedes son mis
amigos
Hijos míos,
voy a estar poco
tiempo entre ustedes.
Me buscarán
mas donde voy no
podrán venir;
les doy un
mandamiento nuevo,
ámense unos a otros
así como los amé.
En eso todos verán,
que ustedes son mis
amigos [bis].
domingo, 12 de abril de 2020
sábado, 11 de abril de 2020
Rezar en familia en la Vigilia Pascual
Así como el Domingo de Ramos pusimos
en la puerta de nuestras casas un ramo verde para simbolizar que Jesús es
nuestro Rey y Salvador, en la medida de nuestras posibilidades, sugerimos poner
una tela o pañuelo blanco en la puerta de nuestros hogares para simbolizar que
Jesús ha resucitado y el sepulcro está vacío.
Vigilia
Pascual en Familia
La familia se reúne en torno a
una mesa sencilla donde deberá haber una vela apagada en un candelabro. Hay que
asegurarse que la vela dure encendida toda la celebración.
Todos puestos de pie en sus
lugares:
El padre o la madre:
En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.
Canto Inicial
Un miembro de la familia
enciende el cirio de la mesa mientras el padre o la madre dice:
Señor, renuévanos en la esperanza y
danos tu paz. La Luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del
corazón y del espíritu.
Regina Caeli - Canto mariano para el tiempo pascual
V: Regina
caeli, laetare, alleluia.
R: Quia quem
meruisti portare, alleluia.
V: Resurrexit,
sicut dixit, alleluia.
R: Ora pro nobis Deum, alleluia.
V: Gaude et
laetare Virgo María, alleluia.
R: Quia
surrexit Dominus vere, alleluia.
Oremus:
Deus, qui per resurrectionem Filii tui, Domini nostri Iesu Christi, mundum laetificare dignatus es: praesta, quaesumus; ut, per eius Genetricem Virginem Mariam, perpetuae capiamus gaudia vitae. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.
Deus, qui per resurrectionem Filii tui, Domini nostri Iesu Christi, mundum laetificare dignatus es: praesta, quaesumus; ut, per eius Genetricem Virginem Mariam, perpetuae capiamus gaudia vitae. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.
Gloria Patri, et
Fili, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in
saeccula saeculorum. Amen. (3 veces)
Benedicto XIV estableció, en 1742, que durante el tiempo Pascual (desde la Resurrección del Señor hasta el día de Pentecostés) se sustituyera el rezo del Ángelus por la antífona "Regina Coeli".
Reina del cielo - Canción
Reina del cielo alégrate, aleluya,
porque el Señor, a quien mereciste llevar, aleluya,
resucitó según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
HOY LA IGLESIA VICTORIOSA - Canción
Hoy la Iglesia victoriosa
Hoy la Iglesia victoriosa, canta y goza,
Cristo surge bello y fuerte, de la muerte,
hoy es día de victoria, y de gloria,
todos juntos celebremos, y cantemos:
¡Aleluia! ¡Aleluia! ¡Aleluia!
Hoy la Iglesia victoriosa, canta y goza,
Cristo surge bello y fuerte, de la muerte,
hoy es día de victoria, y de gloria,
todos juntos celebremos, y cantemos:
¡Aleluia! ¡Aleluia! ¡Aleluia!
Resucitó, aleluya - canto
RESUCITÓ
Resucitó, resucitó,
Resucitó, ¡Aleluya!
Aleluya, aleluya,
Aleluya, ¡Resucitó!
1. La muerte, dónde está la muerte,
dónde está mi muerte, dónde su victoria.
2. Gracias, sean dadas al Padre, que
nos pasó a Su Reino, donde se vive de Amor.
3. Alegría, alegría, hermanos, que
si hoy nos queremos, es que Resucitó.
Cantemos el gozo de la resurrección - Canción
Cantemos el gozo de la resurrección,
la noche fue vencida, surgió el nuevo día.
La tierra se llena de vida y de luz,
pues Cristo glorioso triunfó en la cruz.
¡Aleluya, aleluya!
Meditaciones de Semana Santa con textos de Santo Tomás de Aquino 7
Sábado Santo
UTILIDAD DEL
DESCENDIMIENTO
DE CRISTO A LOS
INFIERNOS
Cuatro lecciones podemos sacar para
nuestra instrucción del descendimiento de Cristo a los infiernos:
1º) Una firme
esperanza en Dios. Porque cualquiera que sea la aflicción que le atormente,
debe esperar siempre la ayuda de Dios y confiar en él. Porque nada hay más
cruel que estar en el infierno. Ahora bien, si Cristo libró a los que estaban
en el infierno, mucho más debe confiar el que es amigo de Dios, que será
librado por él de cualquier angustia. Ésta (la sabiduría) no desamparó al justo
vendido, mas le libró de pecadores, y descendió con él al hoyo; y en las
prisiones no le desamparó (Sab 10, 13, 14) Y porque Dios ayuda de manera
especial a sus siervos, debe estar muy seguro el que sirve a Dios. El que teme
al Señor de nada temblará, ni tendrá pavor; porque el mismo es su esperanza
(Eclo 34, 16).
viernes, 10 de abril de 2020
Lecturas del domingo y el catecismo de la Iglesia - Viernes Santo
Viernes Santo – La Pasión del Señor
CEC 602-618. 1992:
la Pasión de Cristo
CEC 612, 2606,
2741: la oración de Jesús
CEC 467, 540, 1137:
Cristo el sumo sacerdote
CEC 2825: la
obediencia de Cristo y la nuestra
CEC 602-618. 1992:
la Pasión de Cristo
"Dios le hizo pecado por nosotros"
602 En
consecuencia, san Pedro pudo formular así la fe apostólica en el designio
divino de salvación: "Habéis sido rescatados de la conducta necia heredada
de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre
preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo, predestinado antes
de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos a causa de
vosotros" (1 P 1, 18-20). Los pecados de los hombres,
consecuencia del pecado original, están sancionados con la muerte (cf. Rm 5,
12; 1 Co 15, 56). Al enviar a su propio Hijo en la condición
de esclavo (cf. Flp 2, 7), la de una humanidad caída y
destinada a la muerte a causa del pecado (cf. Rm 8, 3),
"a quien no conoció pecado, Dios le hizo pecado por nosotros, para que
viniésemos a ser justicia de Dios en él" (2 Co 5, 21).
603 Jesús no
conoció la reprobación como si él mismo hubiese pecado (cf. Jn 8,
46). Pero, en el amor redentor que le unía siempre al Padre (cf. Jn 8,
29), nos asumió desde el alejamiento con relación a Dios por nuestro pecado
hasta el punto de poder decir en nuestro nombre en la cruz: "Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mc 15, 34; Sal 22,2).
Al haberle hecho así solidario con nosotros, pecadores, "Dios no perdonó
ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros" (Rm 8,
32) para que fuéramos "reconciliados con Dios por la muerte de su
Hijo" (Rm 5, 10).
Dios tiene la iniciativa del amor redentor universal
Homilía en la celebración del Papa Francisco del VIERNES SANTO 2020 - P. Raniero Cantalamessa
Homilía de Raniero Cantalamessa
En Viernes Santo
10 Abril de 2020
«TENGO PROYECTOS DE PAZ, NO DE
AFLICCIÓN»
San Gregorio Magno decía que la Escritura cum legentibus crescit,
crece con quienes la leen[1]. Expresa significados siempre nuevos en
función de las preguntas que el hombre lleva en su corazón al leerla. Y nosotros
este año leemos el relato de la Pasión con una pregunta —más aún, con un grito—
en el corazón que se eleva por toda la tierra. Debemos tratar de captar la
respuesta que la palabra de Dios le da.
Lo que acabamos de escuchar es el relato del mal objetivamente más
grande jamás cometido en la tierra. Podemos mirarlo desde dos perspectivas
diferentes: o de frente o por detrás, es decir, o por sus causas o por sus
efectos. Si nos detenemos en las causas históricas de la muerte de Cristo nos
confundimos y cada uno estará tentado de decir como Pilato: “Yo soy inocente de
la sangre de este hombre” (Mt 27,24). La cruz se comprende mejor
por sus efectos que por sus causas. Y ¿cuáles han sido los efectos de la muerte
de Cristo? ¡Justificados por la fe en Él, reconciliados y en paz con Dios,
llenos de la esperanza de una vida eterna! (cf. Rom 5, 1-5).
CELEBRAR Y ORAR EN TIEMPO DE PANDEMIA - Viernes Santo - Conferencia Episcopal Argentina
En este subsidio
podrán encontrar una celebración para la tarde del viernes santo. Los textos
que están en rojo (rúbricas) no son para leer en voz alta y tienen la función
de dar algunas indicaciones sobre lo que hay que ir haciendo. De acuerdo a las posibilidades
de la persona y/o grupo familiar se realizará todos o algunos de los momentos
celebrativos propuestos.
CELEBRAR
Y ORAR EN TIEMPO DE PANDEMIA
Celebraciones
para los hogares
Viernes
Santo
Celebrar el Triduo Pascual en casa
En la tradición hebrea,
la casa constituye un espacio privilegiado en el cual crecer a la luz de la fe,
en el cual testimoniar la fe y en el cual celebrar la memoria de la salvación
obrada por Dios. Casa es lugar en el cual vivir y celebrar la obra de la
liberación cumplida por Yahveh (Ex 12; Jo 2; 1Re 17).
Jesús ha realizado su
misión mesiánica no solo en las calles, en las sinagogas, en el templo, sino
también en las casas. El evangelio se mete en la historia a partir de las
casas: la casa de Nazaret, donde Jesús crece; las casas en las cuales Jesús se
revela y en las cuales instituye discípulos (Mc 3, 20; 4,33-34; 7,17.30; 9,28;
Mt 13,36), En las cuales es recibido amistosamente y comparte la palabra (Lc
10,38-42: Marta y María; Lc 19,1-10: Zaqueo), en las cuales cura (Mc 1,29-31;
Mc 2,1-5); las casas donde son invitados sus discípulos (Mt 10, 13-14); las
casas son lugares de banquetes, primeros signos del Reino de Dios, hasta la
última cena con sus discípulos (Lc 7,36-50; Mc 14,14.15). La primera comunidad
cristiana ha reconocido en la casa un espacio del Espíritu, un lugar de
evangelización (Hch 5,42; 10,1-47; 20,20) y de celebración (Hch 2,46;
12,12-17). Es iglesia en casa, de Priscila y Aquilas (en Éfeso: 1 Cor 16,19; en
Roma: Rom 16,5), de Ninfas (en Laodicea: Col 4,15); de Lidia (en Filipos: Hch
16,15), de Cloe (1 Cor 1,11) y Estéfanas (1 Cor 1,16; 16,15): No es sólo «en»
casa como lugar material, sino más bien el grupo humano. La casa es, antes que
nada, lugar de los afectos, de las relaciones, en la cual somos generados a la
vida y en la cual experimentamos seguridad e identidad y en la cual somos
invitados al vivir. La casa es, también, lugar de tensiones, de conflictos, a
veces graves (que desembocan en violencias psicológicas y físicas), pero
también lugar de reconciliación. Un espacio que reconocemos como «nuestro» y
que define nuestra identidad y nuestro mutuo reconocimiento. Habla de nosotros,
nos habla. Nuestra casa es hoy para nosotros primer lugar donde resuena la
Palabra del Dios de la Vida, portadora de esperanza y significado auténtico, y
espacio de celebración.
En este tiempo y con
las palabras de nuestra fe, contaremos y cantaremos a Dios nuestro cansancio,
nuestro dolor, nuestra esperanza y nuestro deseo.
Por eso los invitamos
a celebrar juntos este Triduo Pascual diferente como una oportunidad de que
nuestra casa se convierta en el lugar privilegiado para que hoy se haga
presente el misterio más grande de nuestra fe: la entrega del Señor que por
amor da la vida por nosotros para que en él tengamos vida.
VIERNES
SANTO
CELEBRACIÓN
DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Y
ADORACIÓN DE LA CRUZ
VED LA CRUZ DE SALVACIÓN - Canción
Ved la Cruz de salvación donde Dios nos dio la vida.
Precio de la Redención de la humanidad caída.
Cruz de Cristo Vencedor;
te adoramos, Salvador.
Ara donde se inmoló el Cordero inmaculado.
Cristo, en ti, nos redimió de la muerte y del pecado.
Pueblo mío - Canción
Pueblo mío,
¿qué te he hecho?
¿En qué te he
ofendido?
Respóndeme.
Yo te saqué de
Egipto,
tú preparaste una
cruz;
para tu Salvador.
Stabat Mater (con subtÍtulos Latín-Castellano ) - Canción
Stabat Mater
Stabat Mater dolorosa
Iuxta crucem lacrimosa,
Dum pendebat filius.
Cuius animam gementem
Contristantem et dolentem
Pertransivit gladius.
O quam tristis et afflicta
Fuit illa benedicta
Mater unigeniti
Quae maerebat et dolebat.
Et tremebat, cum videbat
Nati poenas incliti.
Iuxta crucem lacrimosa,
Dum pendebat filius.
Cuius animam gementem
Contristantem et dolentem
Pertransivit gladius.
O quam tristis et afflicta
Fuit illa benedicta
Mater unigeniti
Quae maerebat et dolebat.
Et tremebat, cum videbat
Nati poenas incliti.
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