Para hacer oración
familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin
prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo
seremos una Iglesia en el hogar.
Se reúne la familia
en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o
blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen
María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno
de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración
para entrar en alabanza y diálogo con Dios.
1.+ Señal de la
cruz.
2. “Ven, Espíritu
Creador. Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé nuestro director
y nuestro guía, para que evitemos todo mal.” (...)
3. Señor Dios
todopoderoso, te pedimos perdón: Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante
ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi
culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los
ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios,
Nuestro Señor. Amén.
4. Proclamación del
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San
Juan (Jn 1,11-45)
Catequesis
para mayores de 12 años
Hemos llegado a la cercanía de la “Hora de Jesús”, la Hora señalada
por el Padre para la Pascua del Señor. En este Evangelio encontramos el milagro
de la Resurrección a la vida, es el signo más fuerte y potente de nuestra fe
cristiana. En el capítulo 10, Jesús se presenta como Buen Pastor que da la vida
por sus ovejas, dado que tiene el poder dar la vida y recobrarla, ese fue el
mandato de su Padre. Hoy va a buscar a un amigo para darle una nueva vida.
Lázaro vuelve a la vida terrena por el poder del Señor, en Cristo resucitaremos
con un cuerpo espiritual e incorruptible: El transformará nuestro pobre cuerpo
mortal, haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso (San Pablo).
El relato comienza cuando Marta y María enviaron un mensaje a
Jesús: Señor, el que tú amas, está enfermo. Al oír esto, Jesús dijo: “Esta
enfermedad no es mortal; es para gloria de Dios.” Son palabras que nos dan
sentido a lo que estamos viviendo con la pandemia. Cada hecho doloroso e incomprensible,
donde nos vemos débiles y vulnerables, es cuando podemos descubrir la “gloria
de Dios”, es decir, su paternidad y su poder ante nuestra fragilidad como
creaturas suyas. ¿Nos damos cuenta que esto que vivimos en tiempo de cuaresma
es para nuestra conversión? ¿Permitimos que Dios sea Dios en nuestra vida y
nuestra familia?
Sabiendo que había fallecido dice: Nuestro amigo Lázaro duerme,
pero yo voy a despertarlo. Por eso, la palabra “cementerio” significa
“dormitorio”, es el lugar donde los difuntos “duermen” para despertar en la resurrección
del último día.
Cuando Jesús llega a Betania encuentra a Marta y a la gente que la
acompañaba; ella le dice: Señor, si hubieras estado aquí mi hermano no habría
muerto. Marta comienza con una fe débil y reprocha a Jesús su ausencia. El
Señor se manifiesta: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí,
aunque muere vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees
esto?” Ante su presencia y palabras, Marta aumenta su fe al responder: Creo que
tú eres el Mesías, Hijo de Dios, el que debía venir al mundo.
Marta cree en la resurrección de los muertos, en el último día,
pero Jesús es la resurrección y la vida, Vida Eterna, hoy y siempre. Marta será
testigo que el mensaje del Señor se realiza en el “hoy” de nuestras vidas; aquí
y ahora Dios actúa. ¿Crees que esto sea posible en tu vida?
El Maestro está aquí y te llama. María sale de su casa, de la
inmovilidad que causa de dolor, porque Jesús busca a quienes se han paralizado
ante la incomprensión de lo que sucede. ¿Necesitas que Jesús te saque de tu
tristeza?
Jesús lloró. Llora por compasión ante el dolor de su familia amiga
por el afecto que los une. Jesús llora ante tu dolor porque es tu amigo y
quiere verte alegre, de pie y caminando, pero tienes que dejar que Él te ayude.
Quiten la piedra. Hay dos elementos que evocan la futura y
definitiva Resurrección; la piedra del sepulcro y el sudario. ¿Cuál es la losa
que pesa sobre mi alma y me impide abrazar a Jesús? ¿Cuál es el sudario que me
cubre y me impide ver su rostro?
Padre te doy gracias porque me oíste. La oración de Jesús nos
enseña a dar gracias al Padre antes que pedir, y eso que la petición consistía
en que resucite un muerto.
Gritó con voz fuerte “¡Lázaro, ven afuera! Dice San Agustín que si
no hubiera sido específico en decir esas palabras a su amigo, hubieran
resucitado todos los muertos del lugar. Una voz fuerte y potente. La Palabra de
Dios es todopoderosa, crea y recrea todo lo que nombra y más aún cuando te
quiere y dice tu nombre.
Esta resurrección es signo del sacramento de la confesión, cuando
salimos de un lugar oculto y oscuro, siendo desatado de nuestros pecados para
caminar en la luz y en la vida nueva de Jesús. Él es la Vida eterna ya presente
en esta vida terrenal.
Desátenlo para que pueda caminar. Ayudemos a otros a caminar, a no
estar atados a su pasado, a caminar para poder ir a abrazar a Jesús que llora
por el amor que nos tiene y comprende nuestro dolor.
En el ciego de nacimiento, Jesús se presentó como Luz del mundo,
ahora se revela como la Resurrección y la Vida. Algunos, como Marta, creen, y
otros obstinadamente rechazan su divinidad y esta vez resuelven matarlo.
Sigamos transitando la cuaresma con la esperanza de la Pascua.
Oración:
“San Miguel
Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra las perversidad y
asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de
la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los
otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.”
Catequesis
para menores de 12 años
·
Se proclama el
evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.
·
Se explica desde las
ideas centrales de la catequesis de adultos (el texto anterior).
·
Elegimos la frase:
“Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muere vivirá; y
todo el vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?”
·
Compartimos lo que
nos suscita esta Palabra.
Oración:
Ángel de mi guarda,
dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me
perdería. Hasta que alcance los brazos de Jesús, José y María. Amén.
5. Hoy domingo podemos rezar el Credo.
6.Cada uno de la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos
gracias por ...
7. Ahora, cada uno hace una petición.
Dios misericordioso,
te pedimos por ...
8. Oramos como Jesús nos enseñó:
Padre nuestro...
9.Nos damos la Paz del Señor, como gesto de amor.
10. Oramos a nuestra Madre:
Dios te salve
María...
11. Comunión espiritual:
Creo, Jesús mío, que
estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo
recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al
menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio) Y ahora, como si ya te
hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me
separe de ti.
12. Los padres se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos,
haciendo una cruz en la frente mientras le dicen algo bonito al oído. Entre los
hermanos también pueden hacerlo. Nos hacemos la Señal de la cruz. +
Posibilidades
para acompañar el día en oración familiar
1. Si aún no hemos
participado de la misa, prepararnos bien para la misa dominical. Limpiar y
ordenar la sala donde veremos la misa, preparar un altar,
arreglarnos como
para salir, estar un tiempo antes en oración del horario de inicio.
2. Podemos leer con
detenimiento las lecturas de hoy: Ezequiel 37,12-14. Salmo 129,1-8. Romanos
8,8-11.
4. Investigar sobre
las dos pinturas que presentamos, descubriendo los detalles y los gestos de
cada uno de los personajes.
La resurrección de Lázaro,
de Juan de Barroeta
(Museo del Prado - Madrid)
|
Resurrección de Lázaro, de Giotto
(capilla de los Scrovegni – Padua)
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario