viernes, 27 de marzo de 2020

Para rezar en familia 27 de marzo de 2020


Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.

Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.



1.+ Señal de la cruz.

2. “Ven, Espíritu Creador. Tú, derrama sobre nosotros los siete dones; Tú, dedo de la diestra del Padre; Tú, fiel promesa del Padre; que inspiras nuestras palabras.” (…)

3. Señor Dios todopoderoso, te pedimos perdón:
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén.

4. Proclamación del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan (Jn 7,1.2.10.14.25-30)


Catequesis para mayores de 12 años
Este pasaje ocurre en las fiestas de las chozas que era la fiesta de la acción de gracias del pueblo de Israel por la cosecha y recordaba la protección divina durante los 40 años de marcha por el desierto hacia la Tierra prometida.

Todo varón israelita tenía que comparecer ante el Señor, en la Ciudad Santa. Ahí estaba Jesús, subiendo al Templo de Jerusalén en secreto porque aún no había llegado la hora tan esperada de dejarse matar para salvarnos.

Los judíos creían conocerlo y, sabiendo que era de Nazaret, no creían que él fuera del Mesías, no reconocían sus obras y lo rechazaron. Para unos era un hombre de bien y para otros, un impostor que merecía la muerte y conspiraban contra él. Jesús sufre ante esa persecución de aquellos que no saben que es el Hijo de Dios.

Si conozco la historia de Jesús es para que Él sea el centro de mi vida. Si no me hago “uno” con Jesús, voy a querer eliminarlo de mi vida, dado que en verdad no lo conozco y ni lo amo. Me pregunto ¿Me relaciono con Jesús como si fuera una idea o como la persona que Él es?

El Papa Francisco reflexiona sobre este evangelio:

Sobre el Evangelio de hoy, no se puede conocer a Jesús sin tener problemas. Y yo me animo a decir: "Pero si tú quieres tener un problema, ve por el camino de conocer a Jesús. No uno, ¡tantos tendrás!". Pero es el camino para conocer a Jesús.

¡No se puede conocer a Jesús en primera clase! A Jesús se lo conoce en lo cotidiano de todos los días. No se puede conocer a Jesús en la tranquilidad, ni siquiera en la biblioteca.

Se puede conocer a Jesús en el Catecismo, porque el Catecismo nos enseña tantas cosas sobre Jesús. Debemos estudiarlo, debemos aprenderlo. De este modo conocemos al Hijo de Dios, que ha venido para salvarnos; comprendemos toda la belleza de la historia de la Salvación, del amor del Padre, estudiando el Catecismo. Y sin embargo, ¿cuántos han leído el Catecismo de la Iglesia Católica desde que ha sido publicado hace más de veinte años?

Sí, se debe conocer a Jesús en el Catecismo. Pero no es suficiente conocerlo con la mente: es un paso. Pero a Jesús es necesario conocerlo en el diálogo con Él, hablando con Él, en la oración, de rodillas. Si tú no rezas, si tú no hablas con Jesús, no lo conoces.

Tú sabes cosas de Jesús, pero no vas con el conocimiento que te da el corazón en la oración. Conocer a Jesús con la mente, el estudio del Catecismo; conocer a Jesús con el corazón, en la oración, en el diálogo con Él. Esto nos ayuda bastante, pero tampoco es suficiente...

Hay un tercer camino para conocer a Jesús: es el seguimiento. Ir con Él, caminar con Él.

Es necesario andar, recorrer sus caminos, caminando. Es necesario, conocer a Jesús con el lenguaje de la acción. He aquí entonces que se puede conocer verdaderamente a Jesús con estos tres lenguajes, de la mente, del corazón y de la acción. Por tanto, si yo conozco a Jesús, me implico con Él.

No se puede conocer a Jesús sin implicarse con Él, sin jugarse la vida por Él. Cuando tanta gente se hace esta pregunta: "¿Pero, quién es éste?", la Palabra de Dios nos responde: ¿Tú quieres conocer quién es éste? Lee lo que la Iglesia te dice de Él, habla con Él en la oración y camina por su camino con Él. De este modo tú conocerás quién es este hombre".

Oración:
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”

Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.

· Elegimos la frase: El que me envió dice la verdad. Yo sí lo conozco, porque vengo de Él y es Él el que me envió.

· Se explica desde las ideas centrales de la catequesis anterior, de adultos.

· Comentamos experiencias de las veces que vivimos en la verdad o en la falsedad, sabiendo que toda verdad proviene de Dios. Como familia ¿A Jesús lo conocemos sólo con la mente o también con el corazón?

Oración:
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que alcance los brazos de Jesús, José y María. Amén.

5. Cada uno de la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos gracias por …

6. Ahora, cada uno hace una petición.
Dios misericordioso, te pedimos por ...

7. Oramos como Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…

8.Nos damos la Paz del Señor, como gesto de amor.

9. Oramos a nuestra Madre:
Dios te salve María…

10. Comunión espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio) Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.

11. Los padres se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente mientras le dicen algo bonito al oído. Entre los hermanos también pueden hacerlo. Nos hacemos la Señal de la cruz. +

Posibilidades para acompañar el día en oración familiar
Canto: Canto a san Pedro apóstol
Video en directo: Bendición Urbi et orbi

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