CAMINO CUARESMAL
ORACIÓN EN FAMILIA
Solemnidad de la Anunciación a la Virgen María
y la Encarnación de Hijo de Dios
Miércoles 25 de marzo de 2020
Para hacer oración familiar, dejamos
todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida,
generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el
hogar.
Se reúne la familia en una sala de la
casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un
crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el
centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son
los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en
alabanza y diálogo con Dios.
1.+ Señal de la cruz.
2. “Ven, Espíritu
creador, visita las almas de tus fieles, llena con tu divina gracia los
corazones que creaste.” (…)
3. Señor Dios
todopoderoso, te pedimos perdón:
Hijo de Dios, que
nacido de María, te hiciste nuestro hermano: Señor ten piedad.
Hijo del hombre, que
conoces y comprendes nuestra debilidad: Cristo ten piedad.
Hijo primogénito del
Padre, que haces de nosotros una sola familia: Señor ten piedad.
4. En este día
decimos: Gloria a Dios en el Cielo..
5. Proclamación del
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 1,26-38.
Catequesis
para mayores de 12 años.
Una semana después de
celebrar a San José, esposo de María, celebramos hoy la Solemnidad de la
Anunciación del Señor y la Encarnación del Hijo de Dios en el vientre de María,
9 meses antes del nacimiento de Jesús en Belén el 25 de diciembre.
Nazaret es una aldea
insignificante de Galilea. María ya estaba comprometida con José, pero después
llegaría la boda en un segundo momento donde podían vivir juntos. El ángel
Gabriel le anuncia con alegría la venida del Mesías. Ella es llamada llena de
gracia porque fue elegida desde la eternidad para ser la Madre del Unigénito
Hijo de Dios. María quiere descubrir el significado del profundo misterio que
contenía esas palabras del Arcángel, portador de la Buena Noticia.
Ella escucha: El poder
del altísimo te cubrirá con su sombra. Evoca la nube que protegía al pueblo de
Israel en el desierto y era signo de la presencia del Espíritu de Dios. Así, el
Espíritu Santo es quien obra para que la Virgen María sea Morada de la
presencia divina, para que ella sea la Madre de Dios.
Y, asumiendo su
condición de servidora del Señor, responde: Hágase en mí según tu palabra. Ella
quiere que se cumpla la voluntad divina, es un consentimiento lleno de gozoso y
no una resignada respuesta.
Ahora María es la
puerta para nuestra salvación. María es Madre de nuestro redentor.
Este misterio lo
proclamamos cuando rezamos el Ángelus todos los días, a la mañana, al mediodía
y al atardecer. Y en cada antífona intercalamos un Ave María.
Uno: -El ángel del Señor anunció a María.
Todos: - Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Ave María
Uno: -He aquí la esclava del Señor.
Todos: - Hágase en mí según tu palabra.
Ave María
Uno: - Y el Verbo de Dios se hizo carne.
Todos: - Y habitó entre nosotros.
Ave María
Uno: - Ruego por nosotros Santa Madre de Dios
Todos: - Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Nuestro Señor Jesucristo. Amén
Oración:
Infunde, Señor tu gracia en nuestras almas para que cuantos, por
el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por
su pasión y su cruz lleguemos a la gloria de su resurrección.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Dios confía la
salvación a la libre respuesta de sus hijos; Eva dijo no y María dijo sí. El
nudo de la desobediencia de Eva con su incredulidad fue desatado por la Virgen
María mediante su fe. La muerte vino por Eva y la vida por María.
San Bernardo en una
homilía expresa bellamente este momento del sí de María, el cual lo
transcribimos al final de esta catequesis para que la puedan leer íntegramente.
Ahora les compartimos un párrafo del texto sobre la respuesta de María:
“No tardes, Virgen
María, da tu respuesta. Señora Nuestra, pronuncia esta palabra que la tierra,
los abismos y los cielos esperan. Mira: el Rey y Señor del universo desea con
ardor tu respuesta. Ha querido suspender a tu respuesta la salvación del mundo.
Has encontrado gracia ante de él con tu silencio; ahora él prefiere tu
palabra.”
Hoy celebramos el sí
de María y el sí de Jesús para cumplir obedientemente la promesa de salvación.
Es la fiesta del sí, el sí de la misericordia de Dios, el sí de la Nueva
Alianza de amor de Dios con los hombres.
Hay una curiosa
relación entre el Arca de la Alianza del AT y la Virgen María como Arca de la
Nueva Alianza.
Dios celebró un
Alianza de amor con su pueblo y el signo era el Arca. ¿Qué era? Una caja de
madera muy fina recubierta de oro que contenía, las tablas de la Ley, el maná
del cielo y la vara o bastón del sacerdote Aarón. La nueva “Arca” de la Alianza
es María, porque ella contiene a Cristo. Es Cristo quien sella la Nueva
Alianza, en la carne extendida en la cruz. Dice el profeta Ezequiel que Dios
nos cambiará el corazón de piedra por uno de carne. Las tablas de la Ley de
Moisés eran piedra, la Ley de la Nueva Alianza es de carne de Cristo.
En el Arca también
había “maná” el pan del cielo que comieron para no morir hasta llegar a la
Tierra prometida. En la nueva Alianza el verdadero pan del cielo está contenido
en la santísima Virgen María, es el cuerpo de Cristo, es la eucaristía que me
alimenta para ir al Cielo.
Y también contenía el
bastón o vara de Aarón que floreció para indicar que el verdadero sacerdote de
su pueblo. En la nueva Arca de la Alianza, es María quien señala al verdadero,
sumo y eterno sacerdote que es Jesús, el Hijo de Dios, que intercede por
nosotros ante el Padre.
María es el camino por
el cual Dios vino a nosotros, camino por el cual nosotros queremos llegar al
Señor.
Oración:
“San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra las perversidad y
asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de
la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los
otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.”
Catequesis para menores de 12 años.
· Se proclama el
evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.
· Elegimos la palabra:
Hágase en mi según tu Palabra. La repite cada uno y también entre todos, varias
veces.
· Se explica desde las
ideas centrales de la catequesis anterior, de adultos.
· Dialogamos con los niños
sobre las veces que tenemos que decir que “sí” como María, para hacer las cosas
buenas, aunque sean difíciles de hacer.
Oración:
Ángel de mi guarda,
dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me
perdería. Hasta que alcance los brazos de Jesús, José y María. Amén.
6. Profesión de fe:
Creo de Dios … A las palabras “por obra y gracia del Espíritu Santo”, nos
arrodillamos.
7.Cada uno de la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos
gracias por …
8. Ahora, cada uno hace una petición.
Dios misericordioso,
te pedimos por ...
9. Oramos como Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…
10. Nos damos la Paz del Señor, como gesto de amor.
11. Miramos la imagen de la Virgen María y decimos
Dios te salve María…
12. Comunión espiritual:
Creo, Jesús mío, que
estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo
recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al
menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio) Y ahora, como si ya te
hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás
me separe de ti.
13. Los padres se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos,
haciendo una cruz en la frente mientras le dicen algo bonito al oído. Entre los
hermanos también pueden hacerlo. Nos hacemos la Señal de la cruz.
Posibilidades para acompañar el día en
oración familiar.
+ Canto: El diario de María - video
+ Película: Tierra de María.
Sugerencias:
1. S.S. Francisco nos
pide rezar un Padre nuestro por el fin de la pandemia el 25 de marzo a las
12,00 hs. Sería también muy bueno rezar el Ángelus al mediodía, práctica que
podríamos continuar todos los días.
2. Por ser un día tan
especial, una solemnidad, podríamos rezar con fervor el Santo Rosario y/o
participar de una Santa Misa trasmitida por la web.
3. Les proponemos
hacer una cena especial con toda la familia, agasajando a las mamás que son el
tierno reflejo de la maternidad de la Virgen María. Ellas nos llevaron esos 9
meses en su vientre y nos cuidaron con amor toda la vida. De este modo
celebramos también la vida de los niños que están por nacer. Podemos, cocinar
algo rico, prepara la mesa lo más bonita posible, etc. Celebremos bellamente la
Anunciación a María y que sea nuestro testimonio de familia que no quiere el
aborto y defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
4. Participar
activamente en las redes para apoyar el movimiento proVida.
De las Homilías de San
Bernardo, Abad, sobre las excelencias de la Virgen Madre.
Todo el mundo espera
la respuesta de María.
“Oíste, Virgen, que
concebirás y darás a luz a un hijo; oíste que no será por obra de varón, sino
por obra del Espíritu Santo. Mira que el Ángel aguarda tu respuesta, porque ya
es tiempo que se vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, los condenados
infelizmente a muerte por la divina sentencia, esperamos, Señora, esta palabra
de misericordia.
Se pone entre tus
manos el precio de nuestra salvación; en seguida seremos librados si
consientes. Por la Palabra eterna de Dios fuimos todos creados, y a pesar de
eso morimos; mas por tu breve respuesta seremos ahora restablecidos para ser
llamados de nuevo a la vida.
Esto te suplica, oh
piadosa Virgen, el triste Adán, desterrado del paraíso con toda su miserable
posteridad. Esto Abrahán, esto David, con todos los santos antecesores tuyos,
que están detenidos en la región de la sombra de la muerte; esto mismo te pide
el mundo todo, postrado a tus pies.
Y no sin motivo
aguarda con ansia tu respuesta, porque de tu palabra depende el consuelo de los
miserables, la redención de los cautivos, la libertad de los condenados, la
salvación, finalmente, de todos los hijos de Adán, de todo tu linaje.
Da pronto tu
respuesta. Responde presto al Ángel, o, por mejor decir, al Señor por medio del
Ángel; responde una palabra y recibe al que es la Palabra; pronuncia tu palabra
y concibe la divina; emite una palabra fugaz y acoge en tu seno a la Palabra
eterna.
¿Por qué tardas? ¿Qué
recelas? Cree, di que sí y recibe. Que tu humildad se revista de audacia, y tu
modestia de confianza. De ningún modo conviene que tu sencillez virginal se
olvide aquí de la prudencia. En este asunto no temas, Virgen prudente, la
presunción; porque, aunque es buena la modestia en el silencio, más necesaria es
ahora la piedad en las palabras.
Abre, Virgen dichosa,
el corazón a la fe, los labios al consentimiento, las castas entrañas al
Criador. Mira que el deseado de todas las gentes está llamando a tu puerta. Si
te demoras en abrirle, pasará adelante, y después volverás con dolor a buscar
al amado de tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por la
devoción, abre por el consentimiento.”
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