sábado, 28 de marzo de 2020

Para rezar en familia 28 de marzo de 2020


Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.

Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.

  
1.+ Señal de la cruz.

2. “Ven, Espíritu Creador. Ilumina nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y, con tu perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.” (…)

3. Señor Dios todopoderoso, te pedimos perdón:
Tú que llevaste a la cruz nuestros pecados:
Señor ten piedad.

Tú que resucitaste para nuestra justificación:
Cristo ten piedad.

Tú que no quieres la muerte del pecador sino que se convierta y viva:
Señor ten piedad.

4. Proclamación del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan (Jn 7,40-53)


Catequesis para mayores de 12 años

Escuchemos primero la meditación del Papa Francisco sobre este pasaje del evangelio: “También hoy, queridos hermanos y hermanas, nuestra alegría es compartir esta fe y responder juntos al Señor Jesús: “Tú eres para nosotros el Cristo, el Hijo del Dios vivo”. Nuestra alegría también es ir a contracorriente e ir más allá de la opinión corriente, que, como entonces, no logra ver en Jesús más que a un profeta o un maestro.

Nuestra alegría es reconocer en Él la presencia de Dios, el enviado del Padre, el Hijo que vino para ser instrumento de salvación para la humanidad. Esta profesión de fe proclamada por Simón Pedro es también para nosotros. La misma no representa sólo el fundamento de nuestra salvación, sino también el camino a través del cual ella se realiza y la meta a la cual tiende.

En la raíz del misterio de la salvación está, en efecto, la voluntad de un Dios misericordioso, que no se quiere rendir ante la incomprensión, la culpa y la miseria del hombre, sino que se dona a él hasta llegar a ser Él mismo hombre para ir al encuentro de cada persona en su condición concreta.”

Jesús es causa de división, de contradicción. La gente cree haber encontrado a Cristo, pero al igual que los judíos, lo desechan dado que no es un mesías para sus vidas; no les soluciona los problemas, no les satisface los deseos que tienen, no dice aquello que quieren escuchar.

 Desde Abraham el pueblo de Israel esperaba al Mesías y ahora estaba en medio de ellos. Ellos confabulan contra él y querían matarlo. Jesús está muy cerca de ti, está junto a ti. ¿Lo aceptas como el Señor de ti vida? ¿Es causa de división o contradicción en tu vida?

Es llamativo como 2000 años después, la gente sigue con sus intrigas sobre Cristo y sobre Iglesia que Él ha fundado, sin embargo, hay un resto que permanece fiel.

Este Evangelio de hoy nos recuerda las palabras del Señor: No he venido a traer la paz sino la división. La cruz del Señor es causa de división. ¿Quién se anima a seguir a un Dios que nos presenta un camino tan difícil para alcanzar la santidad?

La gente decía: Nadie habló jamás como este hombre. Porque tiene palabras de Vida Eterna, nos trae un mensaje de verdad que entra en contradicción con la mundanidad en que vivimos.

En el relato aparece Nicodemo, uno de los fariseos, que defiende a Jesús: ¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?

Es decir, hubo uno de ellos, uno de los fariseos, que tuvo la valentía de defender a Jesús con sagacidad y astucia. ¡Qué pronto juagamos y criticamos con prejuicios y sin “escuchar” al otro! ¿Lo haces tú?

Nicodemo se expone a que lo aparten y lo ataquen. Le dicen: ¿Tú también eres galileo? Hablaban de los galileos como provenientes de pueblo inferior, sin importancia social ni religiosa. ¿Tendré la misma valentía para defender al Señor a pesar de ser perseguido por su causa? Estas situaciones se nos presentan cotidianamente ¿Te ha sucedido a ti? ¿Eres valiente para defender tu fe?

La Virgen María escuchó a Dios y le respondió: He aquí la esclava del Señor. Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho. Seamos fieles, como María santísima, la Madre de Dios. Pidamos al Señor la valentía de la mujer fuerte para escuchar la Voluntad de Dios y ponerla por obra, sin miedos ni acomodándonos al parecer de los otros ni a los criterios de quienes escuchan las voces del mundo. María es la Reina de los Confesores de la fe. Que Ella nos ayude a aceptar al Mesías, al Ungido, al Hijo de Dios que se hizo hombre porque te ama, busca tu salvación y tu felicidad.

Oración:
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”

Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.

· Se explica desde las ideas centrales de la catequesis anterior, de adultos.

· Elegimos la frase: Éste es el Mesías.

· Conversamos lo que significa que Jesús sea nuestro Mesías, el Salvador de nuestra familia.

Oración:
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que alcance los brazos de Jesús, José y María. Amén.

5. Cada uno de la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos gracias por …

6. Ahora, cada uno hace una petición.
Dios misericordioso, te pedimos por ...

7. Oramos como Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…

8.Nos damos la Paz del Señor, como gesto de amor.

9. Oramos a nuestra Madre:
Dios te salve María…

10. Comunión espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio) Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.

11. Los padres se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente mientras le dicen algo bonito al oído. Entre los hermanos también pueden hacerlo. Nos hacemos la Señal de la cruz. +

Posibilidades para acompañar el día en oración familiar
Canto: Himno Akáthistos (himno del Oficio de la Liturgia griega en honor de la Madre de Dios).

Sugerencias
1. Prepararnos bien para la misa dominical.
Limpiar y ordenar la sala donde veremos la misa, preparar un altar, arreglarnos como para salir, estar un tiempo antes en oración del horario de inicio.



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