jueves, 26 de marzo de 2020

Para rezar en familia 26 de marzo de 2020


Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.

Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.


1.+ Señal de la cruz.

2. “Ven, Espíritu Creador. Tú, a quien llamamos paráclito, don de Dios altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción. Ven Espíritu Santo.” (…)

3. Señor Dios todopoderoso, te pedimos perdón:
Tú que borras nuestras culpas:
Señor ten piedad.

Tú que creas en nosotros un corazón puro:
Cristo ten piedad.

Tú que nos devuelves la alegría de la salvación:
Señor ten piedad.

4. Proclamación del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 5, 31-47.


Catequesis para mayores de 12 años
El evangelio de Juan nos habla desde una hondura teologal maravillosa, con palabras llenas de sabiduría sobre la Santísima Trinidad y su presencia en cada uno de nosotros.

En este discurso de Jesús, ante la objeción de los judíos de que Él daba testimonio de sí mismo, ratifica su Persona divina especialmente desde las Sagradas Escrituras y los milagros. Los libros del Antiguo Testamento contienen las enseñanzas sobre Dios y su sabiduría salvadora para lograr su fin principal que es preparar la venida de Cristo. La Palabra de Dios avala la venida de Cristo.

Jesús es el Cristo, el Mesías. Las obras que realiza son las que el Padre le ha encomendado y recibe la gloria del mismo Dios. Pero hemos hecho una religión a nuestra media, como nos conviene, descartando los que nos incomoda Jesús y a la vez, menospreciando varias afirmaciones de la Palabra de Dios. Muchas veces buscamos nuestra egoísta gloria humana y la interesada interpretación de la Biblia. Es por esto que no creemos realmente en Cristo y sí creemos en falsos mesías. ¿Qué me impide reconocer a Jesús como verdadero Dios?

Cuando Santo Tomás habla de la virtud de la religión, dice que es derivada de la virtud de la justicia. La religión es la que realiza el acto justo de darle a Dios lo que Dios merece. Y lo que Él merece es toda honra, toda gloria, todo honor. La religión es para gloria del Creador, no de la creatura.

Hemos escuchado: He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben, pero si otro viene en su propio nombre, a ese sí lo van a recibir. Es decir, estamos dispuestos a recibir una religión humana (famosos, deporte, series, etc), pero no nos interesa una religión que nos lleva directamente a Dios. Un teólogo, Fray Nelson Medina op., nos dice que muchas veces reducimos la verdadera religión a la condición humana. La falsa religión reduce a Dios al tamaño del hombre; en cambio, la verdadera religión confiere al hombre la plenitud divina, como herederos de la naturaleza divina. Recibimos muy bien las falsas religiones humanas, adaptadas a nuestros intereses, pero rechazamos la religión que me incomoda, esa religión que me exige vivir según Dios y no según mis deseos, esa religión que Jesús me enseña.

¿Glorifico más a los hombres que a Dios? ¿Qué sentencias de la Biblia son las que suelo rechazar? ¿Confundo misericordia con una religión suave, inconsistente, y permisiva? ¿Acepto lo que me conviene de la Palabra de Dios y pongo en duda o rechazo el resto?

Al final del texto dice Jesús: Si creyeran en Moisés, también creerían en mí. Denuncia que no están creyendo en las palabras de Moisés. La palabra nos habla de una continuidad entre las palabras de Moisés y las de Jesús. Estos conocedores de la Escritura que aceptaban y cumplían todos los detalles, habían perdido el sentido del por qué hacían lo que hacían; habían perdido el sentido de alabar a Dios.

Aún no descubrimos a Dios como un verdadero Padre para relacionarnos como hijos suyos. Nos quedamos con los milagros del Señor, pero nos quedamos sin el Dios que hace esos milagros. Muchas veces tenemos una religión sin relacionarnos con Dios. Hasta podríamos llegar a rezar sin orar, hacer prácticas religiosas sin adorar a Dios, cumplir con las leyes de Moisés sin dejar habitar a Dios en mi corazón. En este tiempo de cuarentena tenemos la oportunidad de redescubrir la paternidad de Dios, de buscar lo esencial de nuestra fe.

Hasta el día de hoy ¿Cómo he vivido la fe? ¿Me doy cuenta, que hasta ahora tenía una religión pero no tenía tiempo ni ganas para escuchar y obedecer a Dios? ¿Vivo la religión del deber obrar o de la relación con Dios para poder obrar? ¿Creo en la Palabra de Dios?

 Oración:
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”

Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.

· Elegimos la frase: He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben, pero si otro viene en su propio nombre, a ese sí lo van a recibir.

· Se explica desde las ideas centrales de la catequesis anterior, de adultos.

· Intentamos descubrir las veces en que actuamos como cristianos sin descubrirnos como hijos del Padre y hermanos de Jesús: cuando estamos en Misa, cuando bendecimos la mesa, cuando nos portamos bien sin descubrir el sentido profundo de nuestras acciones.

Oración:
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que alcance los brazos de Jesús, José y María. Amén.

5. Cada uno de la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos gracias por …

6. Ahora, cada uno hace una petición.
Dios misericordioso, te pedimos por ...

7. Oramos como Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…

8.Nos damos la Paz del Señor, como gesto de amor.

9. Oramos a nuestra Madre:
Dios te salve María…

10. Comunión espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio) Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.

11. Los padres se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente mientras le dicen algo bonito al oído. Entre los hermanos también pueden hacerlo. Nos hacemos la Señal de la cruz. +

Posibilidades para acompañar el día en oración familiar.
Canto: Ven, Señor Jesús - Hermana Glenda
Video: Como mantener la esperanza y la alegría en este tiempo. (respuesta del Papa Francisco).

Sugerencias:
1. Repasar la distribución de tareas de cada uno de la familia y descubrir el sentido por el cual lo hacemos.

2. Reflexionar sobre qué hemos aprendido durante este tiempo y en qué debemos cambiar como familia cuando pase la cuarentena.

3. Investigar el significado de la imagen Pantocrátor.


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