Martes Santo
PREPARACIÓN DE
CRISTO
AL LAVATORIO DE LOS
PIES
Se levanta de la
cena, y se quita sus vestiduras; y tomando una toalla, se la ciñó (Jn 13, 4).
I. Cristo se muestra
servidor por amor a la humildad, conforme a aquello de San Mateo: El; Hijo del
hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
redención por muchos (20, 28).
Para ser buen
servidor se requieren tres cosas:
1º) Que sea
circunspecto para ver todas la cosas que pueden faltar en el servicio; para lo
cual sería gran inconveniente estar sentado o recostado; por eso la actitud del
servidor es estar de pie. Por lo cual dijo: Se levanta de la cena. Y el
evangelista San Lucas: Porque ¿cuál es mayor, el que está sentado a la mesa, o
el que sirve? (22, 27)
2º) Que esté
expedito para poder ejecutar convenientemente todas las cosas necesarias al
servicio; y para esto es un obstáculo el exceso de vestidos. Por eso el Señor
se quita sus vestiduras. Esto fue simbolizado en el Génesis cuando Abrahán
eligió siervos expeditos (Gen 17).
3º) Que sea pronto
para servir, es decir, que posea todas las cosas necesarias para el servicio.
En el Evangelio de San Lucas se dice que Marta estaba afanada de continuo en
las haciendas de la casa (10, 40). De ahí que el Señor tomando una toalla, se
la ciñó, para, de este modo, estar preparado, no solamente a lavar los pies,
sino también a enjugados. Con lo cual, el que salió de Dios y volvió a Dios,
nos enseña a conculcar toda hinchazón, lavando los pies.
II. Echó después
agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies a los discípulos, y a
limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido (Jn 13, 5). Aquí se expresa el
obsequio de Cristo; en el cual brilla su humildad de tres maneras.
1º) Por la
naturaleza del obsequió, que fue muy humilde, a saber: que el Señor de la
majestad se inclinase a lavar los pies de los siervos.
2º) Por la multitud
del obsequio, pues puso el agua en el lebrillo, lavó los pies, los limpió, etc.
3º) Por modo de
obrar, pues no lo hizo por medio de otros o con la ayuda de otros, sino por sí
mismo, cumpliéndose aquello del Eclesiástico: Cuanto mayor eres, humíllate en
todas las cosas (3, 20)
(In Joan., XIII)
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