SAN JUAN
PABLO II
REGINA COELI
Lunes 4 de abril de 1994
Lunes 4 de abril de 1994
Quisiera saludar a todos los
presentes y, siguiendo una buena tradición, decir algunas palabras sobre el día
de hoy, lunes después de Pascua, llamado lunes del ángel.
¿Por qué se le llama así? Me parece que es acertado ese
nombre: lunes del ángel. Conviene dejar un poco de espacio a este
ángel, que dijo desde lo más profundo del sepulcro: Ha resucitado.
Estas palabras —Ha resucitado— eran muy difíciles de
pronunciar, de expresar, para una persona humana. También las mujeres que
fueron al sepulcro lo encontraron vacío, pero no pudieron decir: Ha resucitado,
sólo afirmaron que el sepulcro estaba vacío. El ángel dice más: no está
aquí, ha resucitado.
Esto lo podía decir sólo un ángel, como fue también un
ángel quien dijo a María: Concebirás un hijo, que será Hijo de Dios.
Ninguna persona humana podía pensar en un Dios-hombre, un Dios que se hace
hombre. Debía ser un ángel, enviado por el Padre, el que dijera esto a María.
Es interesante comprobar cómo al sepulcro, el domingo de
Pascua, van las mujeres, pero no va María. Un escritor polaco dice que
probablemente estaba muy cansada por los acontecimientos, por las oraciones en
común, y en el momento en que salían esas tres mujeres para ir al sepulcro,
María no podía acompañarlas.
Pero el mismo escritor añade que ella, ciertamente, fue la
primera en recibir la gran noticia. Ella fue la primera en recibir el anuncio
del ángel de la Encarnación, y ella también fue la primera en recibir el
anuncio de la Resurrección.
La sagrada Escritura no habla de esto, pero se trata de una
convicción basada en el hecho de que María era la Madre de Cristo, madre fiel,
madre predilecta, y que Cristo era el hijo fiel a su madre. Cristo sabía muy
bien todo lo que su muerte, su pasión, le había costado a su madre; no quería
dejarla sola, y así, bajo la cruz, pensó enseguida en darle otro hijo, un hijo
para protegerla, para defenderla.
Ciertamente, el mismo Cristo, en el momento de la
resurrección, pensaba dar esta noticia, este anuncio, en primer lugar a su
madre.
Una convicción que nos permite decir, rezar, orar hoy y
durante todo el período pascual: Regina coeli, laetare. Esto es lo
que canta la Iglesia, pero podemos decir que este Regina coeli, laetare fue
el primer anuncio de la Resurrección hecho a María por un ángel. Así se explica
el nombre, la terminología, de este segundo día de Pascua, el lunes del
ángel.
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