martes, 28 de abril de 2020

Para rezar en familia 28 de abril de 2020


Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.

Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.


1. + Señal de la cruz.

2. Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles llena con tu divina gracia, los corazones que creaste. Tú, a quien llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.

3.En presencia de Dios, pedimos perdón:
· Señor, ten misericordia de nosotros.
(Respondemos) Porque hemos pecado contra ti.

· Muéstranos, Señor, tu misericordia.
(Respondemos) Y danos tu salvación.

4. Proclamamos Hechos de los Apóstoles 7,51-8,1ª y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan 6,30-35

Catequesis para mayores de 12 años
En el libro de los Hechos se relata el martirio de San Esteban. Se le dice protomártir, es decir, el primer santo mártir después de la Pascua de Cristo. Este suceso acontece en una situación muy parecida a la crucifixión y con palabras muy semejantes a Jesús en su oración: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Esteban era diácono y muere al modo de que Cristo, predicando valientemente la verdad del Kerygma, asesinado sin piedad por odio a la verdadera fe y perdonando de corazón a sus enemigos: “Señor no les tengas en cuenta este pecado”.
En el Evangelio, el Jesús se revela como el “Pan de vida”. Así es como los primeros cristianos llamaban a la eucaristía. El Señor Jesús es el Pan de Vida eterna, el verdadero pan del bajado del cielo que nos alimenta para ir al cielo.
Los tres evangelios sinópticos y san Pablo nos han transmitido el relato de la institución de la Eucaristía; por su parte, san Juan nos relata estas palabras de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, palabras que preparan la institución de la Eucaristía. (cf Juan 6).
Se le dice Eucaristía porque es una acción de gracias a Dios. Las palabras eucharistein (que leemos en Lucas y Pablo) y eulogein (en Mateo y Marcos) recuerdan las bendiciones judías que proclaman -sobre todo durante la comida- las obras de Dios: la creación, la redención y la santificación.
Señala el Catecismo que “la Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana (Concilio Vaticano II). Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua.
"La comunión de vida divina y la unidad del Pueblo de Dios, sobre los que la propia Iglesia subsiste, se significan adecuadamente y se realizan de manera admirable en la Eucaristía. En ella se encuentra la cumbre de la acción por la que, en Cristo, Dios santifica al mundo, y también el culto que los hombres dan a Cristo y por él, al Padre en el Espíritu Santo".
Por la celebración eucarística nos unimos a la liturgia del cielo y anticipamos la vida eterna cuando Dios será todo en todos. La Eucaristía es el compendio y la suma de nuestra fe: "Nuestra manera de pensar se armoniza con la Eucaristía, y a su vez la Eucaristía confirma nuestra manera de pensar" (San Ireneo de Lyon)".

Santo del día
San Luis María Grignion. Nació en Montfort, Francia, en 1673. Tenía 17 hermanos, entre ellos hubo 3 sacerdotes, 3 religiosas y uno que falleció en la infancia. El papá de Luis María era sumamente colérico, y cuando se encendía su cólera Luis María se refugiaba en sitios solitarios y allí rezaba a la Virgen María. Desde muy joven fue un gran devoto de la Santísima Virgen. A los 12 años ya la gente lo veía pasar largos ratos arrodillado ante una imagen esculpida de la Madre de Dios. Pasaba hasta 8 horas en diálogo con Jesús y María.
San Luis María tuvo grandes cualidades para predicar a las multitudes y para la conversión de los pecadores. El Papa le concedió el título de "Misionero Apostólico" con permiso de predicar por todas partes. Nuestro santo se alegraba porque con las persecuciones se hacía más semejante al Divino Maestro.
Después de unos Retiros dejó escrito: "Ha nacido en mí una confianza sin límites en Nuestro Señor y en su Madre Santísima". En cada pueblo o vereda dejaba en todos un gran amor por los sacramentos y por el rezo del Santo Rosario.
Antes de ir a regiones peligrosas o a sitios donde mucho se pecaba, rezaba con fervor a la Santísima Virgen, diciendo "donde la Madre de Dios llega, no hay diablo que se resista".
Las personas que habían sido víctimas de la perdición se quedaban admiradas de la manera tan sincera como les hablaba este hombre de Dios, y la Virgen María se encargaba de conseguir la eficacia para sus predicaciones.
Es el fundador de los padres Montfortianos, conocidos como la Compañía de María, y de las Hermanas de la Sabiduría.
El libro de San Luis María, Tratado de la verdadera devoción a la santísima Virgen María, se ha propagado por todo el mundo con enorme provecho para los fieles. San Juan Pablo II tomó como lema una frase que repetía mucho nuestro gran santo como fórmula de consagración a la Madre de Dios: "Soy todo tuyo oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es". El lema del pontificado era: Totus tuus (todo tuyo).
Nuestro santo nos propone consagrar la vida a nuestra Madre por medio de una adecuada preparación espiritual y una hermosa oración. Sería muy edificante consagrarnos a la Virgen santísima para que ella nos ayude a llegar a su Hijo, es decir llegar “a Jesús por María”. San Luis murió el 28 de abril de 1716, a la edad de 43 años, agotado de tanto trabajar y predicar.

Oración: “San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”

Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.
· Se explica desde las ideas centrales de la catequesis de adultos (el texto anterior).
· Reflexionamos las palabras: «Yo soy el pan de la vida. El 6 que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.»
· En silencio meditamos con el corazón el significado de estas palabras y las compartimos.

Oración: Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que alcance los brazos de Jesús, María y José.

5. Cada uno de la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos gracias por … .

6. Ahora, cada uno hace una petición.
Dios misericordioso, te pedimos por ... .

7. Presentación de las ofrendas. En la Pascua, Jesús se ofrece como cordero sacrificado al Padre por nosotros. Ahora nosotros, unidos a Cristo, también podemos hacernos Eucaristía. En este momento, cada uno de la familia, dice cuál es la ofrenda que le presenta a Dios. Ejemplos: ayudar en la cocina o con la limpieza, estudiar, no molestar, rezar alguna oración, llamara a alguien para saludarlo, hacer un pequeño sacrificio, servir a un hermano o cónyuge, etc..

8. Oramos como Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…

9. Nos damos la Paz del Señor, como gesto de amor.

10. Oramos a nuestra Madre:
Dios te salve María…

11. Comunión espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio).
Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.

12. Oremos: Señor Dios, que te dignaste conducir a san Luis María, presbítero, por el camino de la salvación y del amor de Cristo en compañía de María Santísima, concédenos, por su ejemplo que meditando los misterios del amor divino, nos consagremos incansablemente a la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén Sagrada Familia de Nazaret: Ruega por nosotros.

13. Los padres se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente. Nos hacemos la Señal de la cruz diciendo: + El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la Vida eterna. Amen.

Sugerencias:
1. En este mes de mayo, nos podemos preparar para consagrarnos a la Virgen María como nos enseña san Luis María Grignon de Montfort, especialmente por el rezo ferviente del santo Rosario.

2 San Luis María Grignion de Montfort Del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen:
“¡Salve, María, amadísima Hija del Eterno Padre; salve María, madre admirable del Hijo; salve, María, fidelísima Esposa del Espíritu Santo; salve, María, mi amada Madre, mi amable Maestra, mi poderosa Soberana; salve, gozo mío, gloria mía, mi corazón y mi alma!... Si algo ves en mí que todavía no sea tuyo, tómalo enseguida, te lo suplico, y hazte dueña absoluta de todos mis haberes para destruir y desarraigar y aniquilar en mí todo lo que desagrada a Dios y plantar y levantar y producir todo lo que os guste.
Esta devoción es un medio seguro para ir a Nuestro Señor, porque es propio de la Santísima Virgen el conducirnos seguramente a Jesucristo, como lo es de Jesucristo llevarnos seguramente al Padre Eterno.
María es la Reina del cielo y de la tierra por la gracia, como Jesús es Rey por naturaleza y por conquista; pues el reino de Jesucristo consiste principalmente ser en el corazón y en el interior del hombre, según estas palabras: “El reino de Dios está dentro de vosotros “, del mismo modo el reino de la Santísima Virgen está principalmente en el interior del hombre, es decir, en las almas, y en las almas es en donde principalmente está más glorificada con su Hijo que en todas las criaturas visibles, y podemos llamarla con los santos, Reina de los corazones.”

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