Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.
Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.
1. + Señal de la cruz.
2. Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles llena con
tu divina gracia, los corazones que creaste. Tú, a quien llamamos Paráclito,
don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
3.En presencia de Dios, pedimos perdón:
· Señor, ten
misericordia de nosotros.
(Respondemos) Porque hemos pecado contra ti.
· Muéstranos, Señor,
tu misericordia.
(Respondemos) Y danos tu salvación.
4. Proclamamos Hechos de los Apóstoles 7,51-8,1ª y el Evangelio de
Nuestro Señor Jesucristo según san Juan 6,30-35
Catequesis para mayores de 12 años
En el libro de los
Hechos se relata el martirio de San Esteban. Se le dice protomártir, es decir,
el primer santo mártir después de la Pascua de Cristo. Este suceso acontece en
una situación muy parecida a la crucifixión y con palabras muy semejantes a
Jesús en su oración: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Esteban era diácono y
muere al modo de que Cristo, predicando valientemente la verdad del Kerygma,
asesinado sin piedad por odio a la verdadera fe y perdonando de corazón a sus
enemigos: “Señor no les tengas en cuenta este pecado”.
En el Evangelio, el
Jesús se revela como el “Pan de vida”. Así es como los primeros cristianos
llamaban a la eucaristía. El Señor Jesús es el Pan de Vida eterna, el verdadero
pan del bajado del cielo que nos alimenta para ir al cielo.
Los tres evangelios
sinópticos y san Pablo nos han transmitido el relato de la institución de la
Eucaristía; por su parte, san Juan nos relata estas palabras de Jesús en la
sinagoga de Cafarnaúm, palabras que preparan la institución de la Eucaristía.
(cf Juan 6).
Se le dice
Eucaristía porque es una acción de gracias a Dios. Las palabras eucharistein
(que leemos en Lucas y Pablo) y eulogein (en Mateo y Marcos) recuerdan las
bendiciones judías que proclaman -sobre todo durante la comida- las obras de
Dios: la creación, la redención y la santificación.
Señala el Catecismo
que “la Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana (Concilio
Vaticano II). Los demás sacramentos, como también todos los ministerios
eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se
ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de
la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua.
"La comunión de
vida divina y la unidad del Pueblo de Dios, sobre los que la propia Iglesia
subsiste, se significan adecuadamente y se realizan de manera admirable en la
Eucaristía. En ella se encuentra la cumbre de la acción por la que, en Cristo,
Dios santifica al mundo, y también el culto que los hombres dan a Cristo y por
él, al Padre en el Espíritu Santo".
Por la celebración
eucarística nos unimos a la liturgia del cielo y anticipamos la vida eterna
cuando Dios será todo en todos. La Eucaristía es el compendio y la suma de
nuestra fe: "Nuestra manera de pensar se armoniza con la Eucaristía, y a
su vez la Eucaristía confirma nuestra manera de pensar" (San Ireneo de
Lyon)".
Santo del día
San Luis María
Grignion. Nació en Montfort, Francia, en 1673. Tenía 17 hermanos, entre ellos
hubo 3 sacerdotes, 3 religiosas y uno que falleció en la infancia. El papá de
Luis María era sumamente colérico, y cuando se encendía su cólera Luis María se
refugiaba en sitios solitarios y allí rezaba a la Virgen María. Desde muy joven
fue un gran devoto de la Santísima Virgen. A los 12 años ya la gente lo veía
pasar largos ratos arrodillado ante una imagen esculpida de la Madre de Dios.
Pasaba hasta 8 horas en diálogo con Jesús y María.
San Luis María tuvo
grandes cualidades para predicar a las multitudes y para la conversión de los
pecadores. El Papa le concedió el título de "Misionero Apostólico"
con permiso de predicar por todas partes. Nuestro santo se alegraba porque con
las persecuciones se hacía más semejante al Divino Maestro.
Después de unos
Retiros dejó escrito: "Ha nacido en mí una confianza sin límites en
Nuestro Señor y en su Madre Santísima". En cada pueblo o vereda dejaba en
todos un gran amor por los sacramentos y por el rezo del Santo Rosario.
Antes de ir a
regiones peligrosas o a sitios donde mucho se pecaba, rezaba con fervor a la
Santísima Virgen, diciendo "donde la Madre de Dios llega, no hay diablo
que se resista".
Las personas que
habían sido víctimas de la perdición se quedaban admiradas de la manera tan
sincera como les hablaba este hombre de Dios, y la Virgen María se encargaba de
conseguir la eficacia para sus predicaciones.
Es el fundador de
los padres Montfortianos, conocidos como la Compañía de María, y de las
Hermanas de la Sabiduría.
El libro de San Luis
María, Tratado de la verdadera devoción a la santísima Virgen María, se ha
propagado por todo el mundo con enorme provecho para los fieles. San Juan Pablo
II tomó como lema una frase que repetía mucho nuestro gran santo como fórmula
de consagración a la Madre de Dios: "Soy todo tuyo oh María, y todo cuanto
tengo, tuyo es". El lema del pontificado era: Totus tuus (todo tuyo).
Nuestro santo nos
propone consagrar la vida a nuestra Madre por medio de una adecuada preparación
espiritual y una hermosa oración. Sería muy edificante consagrarnos a la Virgen
santísima para que ella nos ayude a llegar a su Hijo, es decir llegar “a Jesús
por María”. San Luis murió el 28 de abril de 1716, a la edad de 43 años,
agotado de tanto trabajar y predicar.
Oración: “San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé
nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios,
pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno
con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan
dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”
Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el
evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.
· Se explica desde
las ideas centrales de la catequesis de adultos (el texto anterior).
· Reflexionamos las
palabras: «Yo soy el pan de la vida. El 6 que viene a mí no pasará hambre, y el
que cree en mí nunca pasará sed.»
· En silencio
meditamos con el corazón el significado de estas palabras y las compartimos.
Oración: Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de
noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que alcance los brazos
de Jesús, María y José.
5. Cada uno de
la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos gracias por … .
6. Ahora, cada
uno hace una petición.
Dios misericordioso, te pedimos por ... .
7.
Presentación de las ofrendas. En la Pascua, Jesús se ofrece como cordero
sacrificado al Padre por nosotros. Ahora nosotros, unidos a Cristo, también
podemos hacernos Eucaristía. En este momento, cada uno de la familia, dice cuál
es la ofrenda que le presenta a Dios. Ejemplos: ayudar en la cocina o con la
limpieza, estudiar, no molestar, rezar alguna oración, llamara a alguien para
saludarlo, hacer un pequeño sacrificio, servir a un hermano o cónyuge, etc..
8. Oramos como
Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…
9. Nos damos
la Paz del Señor, como gesto de amor.
10. Oramos a
nuestra Madre:
Dios te salve María…
11. Comunión
espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre
todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio).
Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a
Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.
12. Oremos: Señor Dios, que te
dignaste conducir a san Luis María, presbítero, por el camino de la salvación y
del amor de Cristo en compañía de María Santísima, concédenos, por su ejemplo
que meditando los misterios del amor divino, nos consagremos incansablemente a
la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén Sagrada Familia de Nazaret: Ruega por nosotros.
13. Los padres
se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente.
Nos hacemos la Señal de la cruz diciendo: + El Señor nos bendiga, nos guarde de
todo mal y nos lleve a la Vida eterna. Amen.
Sugerencias:
1. En este mes de mayo, nos podemos preparar para consagrarnos a la
Virgen María como nos enseña san Luis María Grignon de Montfort, especialmente
por el rezo ferviente del santo Rosario.
2 San Luis María Grignion de Montfort Del Tratado de la Verdadera
Devoción a la Santísima Virgen:
“¡Salve, María,
amadísima Hija del Eterno Padre; salve María, madre admirable del Hijo; salve,
María, fidelísima Esposa del Espíritu Santo; salve, María, mi amada Madre, mi
amable Maestra, mi poderosa Soberana; salve, gozo mío, gloria mía, mi corazón y
mi alma!... Si algo ves en mí que todavía no sea tuyo, tómalo enseguida, te lo
suplico, y hazte dueña absoluta de todos mis haberes para destruir y
desarraigar y aniquilar en mí todo lo que desagrada a Dios y plantar y levantar
y producir todo lo que os guste.
Esta devoción es un
medio seguro para ir a Nuestro Señor, porque es propio de la Santísima Virgen
el conducirnos seguramente a Jesucristo, como lo es de Jesucristo llevarnos
seguramente al Padre Eterno.
María es la Reina
del cielo y de la tierra por la gracia, como Jesús es Rey por naturaleza y por
conquista; pues el reino de Jesucristo consiste principalmente ser en el
corazón y en el interior del hombre, según estas palabras: “El reino de Dios
está dentro de vosotros “, del mismo modo el reino de la Santísima Virgen está
principalmente en el interior del hombre, es decir, en las almas, y en las
almas es en donde principalmente está más glorificada con su Hijo que en todas
las criaturas visibles, y podemos llamarla con los santos, Reina de los
corazones.”
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