Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.
Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.
1.+ Señal de la cruz.
2.Oremos: Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio
pascual has restaurado tu alianza con los hombres, concédenos realizar en la
vida lo que celebramos en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos. Amén
3.Hemos renacido por el bautismo como hijos de
Dios:
· Tu que resucitaste
lleno de gloria: Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
· Tu que nos haces
pasar de la muerte a la Vida: Cristo ten piedad.
Cristo ten piedad.
· Tú que nos llamas a
vivir como resucitados: Señor ten piedad.
Señor, ten piedad.
4. Proclamamos Hechos de los Apóstoles 4,13-21 y el
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 16,9-15.
Catequesis para mayores de 12 años
Pedro y Juan con un
milagro habían curado a un paralítico y la noticia se supo en toda la ciudad de
Jerusalén. Por este motivo tuvieron que comparecer ante los miembros del
Sanedrín que los amenazaban y les prohibían terminantemente que dijeran una
sola palabra o que enseñaran en el Nombre de Jesús. A ellos no les importaba
ese hombre sano que estaba ahí de pie. El Sanedrín o Casa de juicio, era el
consejo supremo y tribunal de justicia entre los judíos donde se aplicaba la
ley (la Torá). Los apóstoles, con seguridad, convicción y valentía responden al
Sanedrín: «Juzguen si está bien a los ojos del Señor que les obedezcamos a
ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y
oído.» Me pregunto: ¿Obedezco primero a Dios o primero a los hombres? ¿Tendré
la valentía de no callar nunca lo que he visto y oído por la fe que tengo en
Dios?
Durante la octava de
Pascua se proclama poema llamado “Victimae Paschali laudes” (significa:
Ofrezcan los cristianos). Se trata de una “secuencia”, es decir, un poema que
se reza o canta antes del Evangelio. Actualmente hay cuatro secuencias: en
Pascua, en Pentecostés; en el día del Corpus Christi (Lauda Sión, que compuso
Santo Tomás) y el “Stabat Mater” en la memoria de la Virgen de los Dolores. El
motivo de rezar las secuencias es para profundizar el misterio que estamos celebrando.
Si bien se canta durante la Octava de Pascua (hasta mañana Domingo), hemos
querido compartirla para conocerla y porque especialmente hoy se relata en el
evangelio el encuentro del Resucitado con María Magdalena. Escuchemos con atención:
Secuencia de la Octava de Pascua
Cristianos, ofrezcamos al Cordero pascual
nuestro sacrificio de alabanza.
El Cordero ha redimido a las ovejas: Cristo, el
inocente,
reconcilió a los pecadores con el Padre.
La muerte y la vida se enfrentaron en un duelo
admirable:
el Rey de la vida estuvo muerto, y ahora vive.
Dinos, María Magdalena, ¿qué viste en el camino?
He visto el sepulcro del Cristo viviente
y la gloria del Señor resucitado.
He visto a los ángeles, testigos del milagro,
he visto el sudario y las vestiduras.
Ha resucitado Cristo, mi esperanza,
y precederá a los discípulos en Galilea.
Sabemos que Cristo resucitó realmente;
tú, Rey victorioso, ten piedad de nosotros.
En el evangelio de
hoy, Marcos nos relata este encuentro que dio origen a tan hermoso poema. Dice
el evangelista que el Resucitado se pareció primero a María Magdalena, la
pecadora que había sido perdonada por su Misericordia.
Es llamativo la
elección y reconocimiento que tuvo el Señor ante la dignidad de la mujer. El
Padre eligió a una mujer, a María como Madre de Dios, y ahora, el Hijo se
presenta ante María Magdalena para confiarle el anuncio de la resurrección. Un
gesto de amor y predilección que es negado por las nuevas ideologías del mundo.
María Magdalena con
alegría lleva la Buena Noticia a los Apóstoles, pero son duros para creer.
Tristes y miedosos, los Apóstoles que habían acompañado a Jesús no lo buscaron
y no creyeron; habían pasado tiempo con Él pero sin habitar en su corazón.
Contrariamente, María Magdalena lo buscó y creyó porque tuvo la experiencia de
sentirse perdonada, amada y valorada por el Señor Jesús, en quien habitaba su
corazón de hija. Que podamos decir con ella: Ha resucitado Cristo, mi
esperanza. Dice San Lucas en su evangelio: “Le son perdonados muchos pecados,
porque ha amado mucho.”
En mi vida, ¿tengo la
experiencia de estar con Cristo o de habitar en Cristo? Ahí radica mi modo de
vivir la fe.
Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el
evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.
· Se explica desde las
ideas centrales de la catequesis de adultos (el texto anterior).
· Reflexionamos las
palabas de San Pedro y San Juan: «Juzguen si está bien a los ojos del Señor que
les obedezcamos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos callar lo que
hemos visto y oído.»
· ¿Podríamos decir
nosotros lo mismo?
· En silencio meditamos
con el corazón el significado de estas palabras y las compartimos.
5.Cada uno de
la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos gracias por …
6. Ahora, cada
uno hace una petición.
Dios misericordioso, te pedimos por ...
7. Presentación
de las ofrendas. En la Pascua, Jesús se ofrece como cordero sacrificado al
Padre por nosotros. Ahora nosotros, unidos a Cristo, también 8 podemos hacernos
Eucaristía. En este momento, cada uno de la familia, dice cuál es la ofrenda
que le presenta a Dios. Ejemplos: ayudar en la cocina o con la limpieza,
estudiar, no molestar, rezar alguna oración, llamara a alguien para saludarlo,
hacer un pequeño sacrificio, servir a un hermano o cónyuge, etc..
8. Oramos como
Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…
9. Nos damos
la Paz del Señor, como gesto de amor.
10. Oramos a
nuestra Madre:
Dios te salve María…
11. Comunión
espiritual:
}Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo
Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que
ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi
corazón. (breve silencio)
Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo
y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.
12. Los padres
se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente
mientras le dicen algo bonito al oído. Nos hacemos la Señal de la cruz
diciendo: + El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la Vida
eterna. Amen. Aleluya, Aleluya.
Sugerencias
1.Seguir rezando la bonita oración del Regina
Caeli.
3.Película: Prefiero el Paraíso (Vida de san Felipe
Neri)
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