martes, 28 de abril de 2020

Meditaciones del tiempo pascual con textos de Santo Tomás de Aquino 17


Martes de la tercera semana de Pascua

LA PERFECCIÓN ESPIRITUAL


Si quieres ser perfecto, ve, vende cuanto tienes, y dalo a los pobres... y ven, sígueme (Mt 19, 21).

La perfección de la vida espiritual ha de medirse con la caridad; quien careciere de ella no será nada espiritualmente, como dice el Apóstol (1 Cor 13, 1-3). Por esta perfección se dice absolutamente que alguien es perfecto. Por lo cual se expresa: Mas sobre todo esto tened caridad, que es el vínculo de la perfección (Col 3, 14). El amor tiene una fuerza de transformación, por la cual el que ama se transforma en cierto modo en el amado. Por eso dice Dionisio: "Es el amor divino el que produce el éxtasis, no consintiendo que los que se aman se pertenezcan a sí mismos, sino a las personas amadas."

Y porque el todo y lo perfecto son una misma cosa, posee perfectamente la caridad aquel que se transforma totalmente en Dios por el amor, posponiéndose totalmente a sí mismo y a todas sus cosas por Dios. Por lo cual dice San Agustín que así como el amor propio lleva a la ciudad de Babilonia hasta el desprecio de Dios, así el amor de Dios lleva a la ciudad de Dios hasta el desprecio de sí mismo; y en otro lugar dice que la perfección de la caridad consiste en no tener ninguna afición a lo creado. También dice San Gregorio que cuando alguien ofrece una cosa a Dios y no le ofrece otra, hace un sacrificio; pero cuando ofrece a Dios omnipotente todo lo que tiene, todo lo que vive, todo lo que le gusta, hace un holocausto.


Cuando uno tiene el alma de tal modo afectada en su interior que se desprecia a sí mismo y a todas sus cosas por Dios, conforme a aquello del Apóstol: Pero las cosas que me fueron ganancias, las he reputado como pérdida por Cristo... por el cual todo lo he perdido, y lo tengo por basura, con tal que gane a Cristo (Filip 3, 7, 8);, ese tal es perfecto, ya sea religioso, ya secular, y clérigo, ya lego, ya incluso esté unido en matrimonio. Porque Abrahán era casado y rico, y le dijo el Señor: Anda en mi presencia y sé perfecto (Gen 17, 1).

Si quieres ser perfecto: no que seas perfecto al instante, sino que tendrás cierto principio de perfección, porque, descargado de estas cosas (las terrenas), más fácilmente podrás contemplar las celestiales. Dice San Agustín que las vigilias y otras austeridades son instrumentos de perfección, pero la perfección consiste en lo que se dice a continuación: y sígueme. Por consiguiente, el amor de Dios es la perfección, pero el abandono de las cosas es el camino para la perfección. ¿De qué manera? Dice San Agustín que el aumento de la caridad es disminución de la ambición terrena; la perfección de la caridad es la negación total de la ambición terrena. Luego es perfecto en la caridad el que ama a Dios hasta el desprecio de sí mismo y de sus cosas.
(In Joan., XIX)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vistas de página en total

contador

Free counters!