Domingo de Ramos
UTILIDAD EJEMPLAR DE
LA PASIÓN DE CRISTO
La Pasión de Cristo
es suficiente para informar totalmente nuestra vida. Pues quien desea vivir con
perfección, no debe hacer otra cosa que despreciar lo que Cristo despreció en
la cruz, y desear lo que Cristo deseó. Ningún ejemplo de virtud está ausente de
la cruz.
Si buscas el ejemplo
de la caridad, ninguno tiene mayor amor que éste, que es poner su vida por sus
amigos (Jn 15, 13), y esto lo hizo Cristo en la cruz. Por consiguiente, si dio
su alma por nosotros, no debe sernos pesado soportar por amor a él cualquier
mal. ¿Qué retornaré al Señor por todas las cosas que me ha dado? (Sal 105, 12).
Si buscas ejemplo de
paciencia, se encuentra excelentísimo en la cruz. Pues la paciencia es grande
en dos cosas: o cuando se sufren pacientemente grandes males, o cuando se los
soporta, y pudiéndoselos evitar, no se los evita. Mas Cristo sufrió grandes
males en la cruz. Oh vosotros, todos los que pasáis por el camino, atended y
mirad si hay dolor como mi dolor (Lam 1, 12) Lo sufrió pacientemente, porque
padeciendo no amenazaba (1 Ped 2, 23) Como oveja será llevado al matadero, y
como cordero delante del que lo trasquila enmudecerá (Is 53, 7). Asimismo, pudo
evitarlos y no los evitó: ¿Por ventura piensas que no puedo rogar a mi Padre, y
me dará ahora mismo más de doce legiones de ángeles? (Mt 26, 53) Por lo tanto,
la paciencia de Cristo en la cruz fue máxima. Corramos con paciencia a la
batalla, que nos está propuesta, poniendo los ojos en el autor y consumidor de
la fe, Jesús, el cual habiéndole sido propuesto gozo, sufrió cruz,
menospreciando la deshonra (Hebr 12, 1-2)
Si buscas ejemplo de
humildad, mira al crucificado; porque Dios quiso ser juzgado y morir bajo
Poncio Pilato, cumpliéndose lo que dice el libro de Job (36, 17): Tu causa ha
sido juzgada como la de un impío. Verdaderamente como la de un impío, por
aquello de condenémosle a la muerte más infame (Sab 2, 20). El Señor quiso
morir por el siervo, y él, que es la vida de los ángeles, quiso morir por los
hombres.
Si buscas ejemplo de
obediencia, sigue al que se hizo obediente hasta la muerte (Filip 2, 8) Porque
como por la desobediencia de un solo hombre muchos fueron hechos pecadores; así
también serán muchos hechos justos por la obediencia de uno solo (Rom 5, 19)
Si buscas ejemplo
del desprecio de lo terreno, sigue al que es Rey de reyes y Señor de los que
dominan, en el cual están los tesoros de la sabiduría; y, sin embargo, aparece
en la cruz, desnudo, burlado, escupido, herido, coronado de espinas, abrevado
con hiel y vinagre, y muerto. Falsamente, pues, te dejas impresionar por los
vestidos y las riquezas: Se repartieron mis vestiduras (Sal 21, 19); falsamente
te seducen los honores, porque yo he sufrido escarnios y azotes; falsamente te
inquietan las dignidades, pues: Tejiendo una corona de espinas, se la pusieron
sobre la cabeza (Mt 27, 29); falsamente te conmueven las delicias, porque en mi
sed me dieron a beber: vinagre (Sal 68, 22).
(In Symb.)
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