Para hacer oración
familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin
prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo
seremos una Iglesia en el hogar.
Se reúne la familia
en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o
blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen
María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno
de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración
para entrar en alabanza y diálogo con Dios.
1.+ Señal de la cruz.
2. “Ven, Espíritu Santo. Reparte tus siete Dones
según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su
mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén”
3. Señor Dios todopoderoso, te pedimos perdón:
Señor, ten misericordia de nosotros.
Porque hemos pecado contra ti.
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Y danos tu salvación.
4. Proclamamos el Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según San Juan 11,45-57
Catequesis para mayores de 12 años
Hemos iniciado los
días de la semana que hacen memoria de nuestra salvación: la Semana Santa. El
tiempo y espacio se santifican desde que el Verbo eterno se encarna en el
tiempo. La “santidad” de esta semana adquiere su significado si nos dejamos
tocar por la fuerza del amor Cristo para que nos hunda en las entrañas de la
misericordia de Dios.
Jesús y los apóstoles
están cerca de Jerusalén y se detiene en casa de una familia, faltando seis
días para la fiesta de la Pascua. Se aloja en la casa de unos hermanos amigos
suyos; Lázaro, quien vive gracias a Jesús; Marta, quien lo anuncia como Mesías
y María, quien escucha a Jesús y medita su palabra. Esta familia, vivía en
Bentania (que significa casa de la obediencia).
La familia lo recibe
con alegría y ternura a Él y a sus apóstoles. Le ofrecen una cena, signo de la
cercanía en el corazón que había entre ellos. Es cuando María derrama el
perfume nardo puro en los pies Jesús, como un anticipo de la unción al cuerpo
de Cristo en el sepulcro. Según la costumbre romana, no podría hacerlo después
porque a los crucificados nadie los sepultaba; quedaban colgado en la cruz para
humillarlo y para ser devorado por animales. Jesús sabía que sí sería
sepultado, pero deja que le haga un homenaje anticipado a su cadáver.
Como familia que
somos: ¿Recibimos a Jesús para que viva en la intimidad de nuestro hogar? ¿Lo
ungimos con el perfume del amor para llenar la casa de la fragancia del amor de
Cristo? ¿Adoramos su persona divina con la unción litúrgica de la alabanza y la
oración?
María estaba habitada
por Jesús y lo manifiesta con un gesto de agradecimiento y amor hacia el Señor
a quien escuchaba con atención y agrado. Al igual que la Madre de Jesús, ella
guardaba sus palabras en el corazón.
Busca lo mejor que
tiene, un costoso perfume de nardo, del cual se desprende y se lo ofrece (el
precio de ese frasco era el sueldo de un año de trabajo). El nardo siempre se
asocia con el amor. Era lo más preciso que ella tenía y podía darle. Ella
valora ese perfume, sabe el altísimo costo de este perfume pero para ella ningún
costo le parece demasiado. ¿Somos capaces de dar lo mejor que tenemos a Cristo?
¿Le daremos lo que más me cuesta? ¿Estoy dispuesto a gastar por Cristo mi
tiempo, oración, talentos, servicio, dinero o bienes materiales?
Lo que sucede es una
relación perfumada de profunda amistad. Ella quiere que esa misma fragancia en
los pies de Jesús sea su fragancia. María quería no sólo escuchar y guardar sus
palabras, también quería seguir las huellas de sus pies impregnados por ese
aroma que es el mismo que siente en su propia cabellera. Este es el lenguaje de
un Dios encarnado en nuestra humanidad.
María quiere compartir
un mismo camino, un mismo destino, llegando a la unidad, significada en el
mismo aroma a Cristo, como dirá San Pablo.
Mientras tanto, Judas
murmuraba y difamaba. Judas es el mal ladrón, contrariamente a Dimas, el buen
ladrón que se ganó el cielo en la cruz. Judas caminó junto a su Salvador
durante 3 años, pero no lo conoció ni lo amó. Quiso saldar cuentas de ese
“tiempo perdido” quedándose con el valor de ese perfume para compensar su
tiempo. Como no lo logró, ya encontraría otro modo de quedarse con mucho más
dinero. Los cálculos corruptos de Judas hablan de la hediondez de sus pecados
que carcomen su propia alma. ¿Mi aroma es del perfume de Cristo o del hedor de
los pecados de mi vida?
En el mezquino egoísmo
de Judas, percibimos la putrefacción de su corazón por el odio que había
envenenado su alma. En agradecimiento humilde de María, percibimos el aroma
dulce de su corazón en respuesta a la misericordia de Jesús.
Nos enseña San
Agustín: “Toda alma que quiera ser fiel, únase a María para ungir con perfume
precioso los pies del Seño. Unja los pies de Jesús: siga las huellas del Señor
llevando una vida digna. Seque los pies con los cabellos: si tienes cosas
superfluas, dalas a los pobres, y habrás enjugado los pies del Señor.”
María seguirá
perfumando los pies de Jesús que vive en los más pobres, enfermos y
necesitados. Su fragancia será la del amor de Jesús que vino a perdonar y a
servir.
Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el
evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.
· Se explica desde las
ideas centrales de la catequesis de adultos (el texto anterior).
· Reflexionamos Ella
tenía reservado este perfume.
· ¿Cuál es el perfume
más valioso que tengo para entregárselo a Jesús? (oración, servicio, talentos,
alegría, etc.)
· En silencio meditamos
con el corazón el significado de estas palabras y las compartimos.
Oremos: Ángel de mi guarda,
dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me
perdería. Hasta que alcance los brazos de Jesús, José y María.
5. Cada uno de
la familia dice una acción de gracias. Dios
Padre, te damos gracias por …
6. Ahora, cada
uno hace una petición.
Dios misericordioso, te pedimos por ...
7. Oramos como
Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…
8. Nos damos
la Paz del Señor, como gesto de amor.
9. Oramos a
nuestra Madre:
Dios te salve María…
10. Comunión
espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las
cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo
sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio)
Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo
y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.
11. Los padres
se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente
mientras le dicen algo bonito al oído. Entre los hermanos también pueden
hacerlo. Nos hacemos la Señal de la cruz diciendo: + El Señor nos bendiga, nos
guarde de todo mal y nos lleve a la Vida eterna. Amen.
Posibilidades para acompañar el día en
oración familiar
1. Organizar los horarios y actividades de esta
Semana Santa. ¿Cómo vivirla cada día? ¿Qué celebraciones y oraciones haremos en
familia?
2. Les proponemos ver en youtube la vida de quien
ungió y cuidó a Jesús presente en el cuerpo débil y enfermo de los más pobres:MADRE TERESA película completa en español | dibujos animados para niños |Ver Aquí
4.Rezar el Rosario en familia o participar en la
misa de hoy
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