sábado, 4 de abril de 2020

Para rezar en familia 4 de abril de 2020


Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.


Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.


1.+ Señal de la cruz.

2. Ven, Espíritu Santo. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

3.Señor Dios todopoderoso, te pedimos perdón:
Señor, ten misericordia de nosotros.
Porque hemos pecado contra ti.

Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Y danos tu salvación.

4. Proclamamos el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 11,45-57


Catequesis para mayores de 12 años

Este evangelio lo entendemos desde la Pascua del Señor. La resurrección de Lázaro fue la sentencia del odio para la matar al Señor que vino a hacer el bien. Por dar la vida, Jesús deberá morir, y al morir podrá darnos una nueva Vida.

¿Estoy dispuesto a desgastarme para que otros vivan?

Jesús aparece como un nuevo signo de contradicción en la vida de los hombres. Unos creen y otros buscan su muerte. Entonces es cuando resuenan las palabas de Caifás, “que un solo hombre muera por el pueblo” , con un doble sentido: impedir que el imperio romano destruyese su Lugar santo si muchos creerían en Jesús como Mesías. Por otro lado, sin saberlo era la profecía de la fundación de la Iglesia, del nuevo Israel. El Señor debía morir para reunir a los hijos de Dios dispersos, siendo un efecto salvífico de su sacrificio.

Este vaticinio se cumple dado que desde ese acontecimiento toda la humidad podrá ser parte del Pueblo de Dios, sean o no israelitas. En el siglo IV, San Juan Crisóstomo enseñó sobre la catolicidad de la Iglesia cuando explica que Jesús moría para congregar en la unida a los hijos de Dios que estaban dispersos. Y los hizo un solo cuerpo por medio de la cruz que es signo de unidad. La cruz de Cristo nos hace cristianos en una misma fe.

 Desde una particular hondura teologal, Benedicto XVI nos explica este hecho: “Hemos dicho que Jesús, en su anuncio y en toda su obra, había inaugurado un reino no político del Mesías y comenzado a deslindar los dos ámbitos hasta ahora inseparables. Pero esta separación entre política y fe, entre pueblo de Dios y política, que forma parte esencial de su mensaje, sólo era posible en última instancia a través de la cruz: sólo mediante la pérdida verdaderamente absoluta de todo poder externo, del ser despojado radicalmente en la cruz, la novedad se hacía realidad.

Sólo mediante la fe en el Crucificado, en Aquel que es desposeído de todo poder terrenal, y por eso enaltecido, aparece también la nueva comunidad, el modo nuevo en que Dios domina en el mundo. Pero eso significa que la cruz respondía a una "necesidad" divina y que Caifás, con su decisión, fue en último análisis el ejecutor de la voluntad de Dios, aun cuando su motivación personal fuera impura y no respondiera a la voluntad de Dios, sino a sus propias miras egoístas.”

¿Estoy dispuesto a vivir la fe cristiana desde el absoluto despojamiento interior? ¿Podré vaciarme y desapropiarme de todo aquello que me retiene y se adueña de mi? ¿Descubro cuál es la voluntad de Dios cuando otro actúa con malicia?

Unas últimas palabras dedicadas al santo de hoy: San Isidoro de Sevilla (560-636), quien se despojó de sí para llenarse de la sabiduría divina.

Perteneció a los llamados Padres de la Iglesia. ¿Quiénes eran? “Padres de la Iglesia se llaman con toda razón aquellos santos que, con la fuerza de la fe, con la profundidad y riqueza de sus enseñanzas, la engendraron y formaron en el transcurso de los primeros siglos” (Juan Pablo II). Ellos se distinguieron por estilo de vida y sus enseñanzas que iluminaron la interpretación de las Escrituras durante los primeros 8 siglos de la Iglesia. San Isidoro fue el último de ellos en la Iglesia latina.

La familia de Isidoro irradiaba santidad: tres hermanos fueron obispos y santos: Leandro, Fulgencio e Isidoro y, una hermana llamada Florentina que fue religiosa y santa. Leandro, el hermano mayor, fue tutor de Isidoro al quedar huérfano siendo muy pequeño. La sabiduría la logró a base de estudio y constancia, por lo cual fue considerado el más sabio de su tiempo llegando a ser Obispo de Sevilla, después de su hermano Leandro.

Nuestro santo fue uno de los más grandes escritores de su época por su estilo enciclopédico, por exponer los grandes temas de la ciencia natural y divina. Sus libros tratan de: agronomía, medicina, teología, economía doméstica, etc. Muchos filósofos y teólogos de la edad media aprendieron en él.

Más allá de sus cocimientos, su preocupación fue la formación espiritual y doctrinal del clero español. Fundó un colegio eclesiástico cuando aún no habían seminarios.

El Obispo Isidoro fue un pilar fundamental para formar la cultura cristiana antigua por lo que lleva el título de “Doctor de la Iglesia”.

Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.

· Se explica desde las ideas centrales de la catequesis de adultos (el texto anterior).

· Leemos y reflexionamos la antífona de hoy, en Jeremías 31: El Señor nos cuidará como un pastor.

· En silencio meditamos con el corazón el significado de estas palabras y las compartimos.

Oremos:
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que alcance los brazos de Jesús, José y María.

5.Cada uno de la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos gracias por …

6. Ahora, cada uno hace una petición.
Dios misericordioso, te pedimos por ...

7. Oramos como Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…

8.Nos damos la Paz del Señor, como gesto de amor.

9. Oramos a nuestra Madre:
Dios te salve María…

10. Comunión espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio)
Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.

11. Los padres se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente mientras le dicen algo bonito al oído. Entre los hermanos también pueden hacerlo. Nos hacemos la Señal de la cruz diciendo: + El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la Vida eterna. Amen.

Posibilidades para acompañar el día en oración familiar
Película: San Patricio de Irlanda.

Escuchar: “Jesús” Ain Karem

Domingo de Ramos: Durante la tarde de hoy, preparar creativamente la celebración de mañana.

Seguir la celebración por las redes o TV

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