Para hacer oración
familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin
prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo
seremos una Iglesia en el hogar.
Se reúne la familia
en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o
blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen
María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno
de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración
para entrar en alabanza y diálogo con Dios.
1.+ Señal de la cruz.
2.Oremos: Dios nuestro, que
has realizado la redención humana por el misterio pascual de tu Hijo unigénito,
concédenos, en tu bondad, que cuantos anunciamos con fe la muerte y
resurrección de Cristo bajo los signos sacramentales, podamos experimentar,
cada vez más, los efectos de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por
los siglos de los siglos.
3.Señor Dios todopoderoso,
te pedimos perdón:
· Tú que fuiste
tentado por el Espíritu del mal: Señor ten piedad.
· Tú que venciste la
tentación con la Palabra de Dios: Cristo ten piedad.
· Tú que nos llamas a
compartir la victoria: Señor ten piedad.
4. Proclamación del
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 6,51-58.
Mi carne es la verdadera
comida, y mi sangre, la verdadera bebida.
Catequesis para mayores de 12 años
Hemos escuchado las
palabras de Jesús: «Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este
pan vivirá eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del
mundo».
Un día como hoy,
hace exactamente 500 años, un grupo de hombres de fe y coraje, hombres
idealistas y aventureros, se arrodillaban ante Dios en la Eucaristía. Por
primera vez en la historia Nuestro Señor Jesucristo estaba realmente presente
en nuestro territorio nacional.
Hoy celebramos la
Primera Misa en suelo argentino. La Palabra se hizo carne y habitó entre
nosotros, dice el evangelio de Juan, y así sucedió.
Nuestra Patria había
sido como un gigantesco templo que esperaba, durante siglos, ser habitado por
el mismo Creador de todo lo que existe. Sus habitantes adoraban al sol, sin
saber que era un signo de ese Cristo que es la Luz y es la Vida de nuestras
familias. El “sol que nace de lo alto” bajó a las tierras de nuestra Patagonia
argentina para los habitantes que había y que vendrían, para que no viviesen en
penumbras sino iluminados por el Señor de la historia.
Hoy se cumplen 500
años de la celebración de la primera Misa en el territorio que vería nacer a la
nación Argentina. Una fundación espiritual anterior a la primera ciudad fundada
en el norte argentino como fue Santiago del Estero en 1553.
Y así comenzó la
historia de nuestra fe en que los evangelizadores de España nos enseñaron el
camino de la salvación por medio de la fe, a la vez nos educaban en el hablar,
la ciencia, el trabajo y la moral cristiana. Ya no había que sacrificar a
hombres porque hubo un Hombre que se sacrificó incruentamente por nosotros en
esa Santa Misa.
Habían llegado desde
España una expedición de cinco embarcaciones al mando de Don Hernando (o
Fernando) de Magallanes. Estos navíos que llegaron se les llamaba “Nao”, eran
antiguas embarcaciones granes a velas. Su objetivo era llegar a las Indias, y
para eso había que dar la vuelta al mundo, buscando un paso interoceánico para
seguir navegando y regresar al lugar de donde partieron.
Después de siete
meses de navegar, con hambre, enfermedades, agotamiento y muertes, llegaron a
América que había sido descubierta en 1492 por Cristóbal Colón.
La escuadra de
navíos bordeaba nuestras costas hasta que llegó el momento en que Magallanes
dio la orden de descender para celebrar la santa Misa, comenzaba la Semana Santa.
Ese día el Señor quiso descender de su barca para abrazar y bautizar a esta
nueva Nación que nacería siglos después. Llegaron el 31 de marzo, fiesta de San
Julián, por lo cual le pusieron ese nombre la bahía donde amarraron las
embarcaciones.
Al otro día, el
domingo 1 de abril, el capellán Pedro de Valderrama, acompañado en la Misa de
otros tres sacerdotes, proclamaba la Palabra de Dios y elevaba la Hostia Santa
en el altar de nuestra tierra, junto a los tripulantes de los navíos.
Y todo sucedió el
primer día del mes de abril de año 1520, era un Domingo de Ramos en que Rey del
Universo quiso entrar a nuestra Patria como había ingresado a Jerusalén, para
entregarse por amor para la salvación de todos aquellos que lo recibieran. El
cuerpo y la sangre de Cristo transfiguraron ese paisaje adusto bañado por el
mar oceánico en la capital espiritual de un pueblo nuevo que elevaría sus
corazones al Padre eterno.
Tiempo después, el 3
de mayo, cuentan las crónicas que celebraron una segunda misa en lo que hoy
conocemos como Puerto de Santa Cruz, que dio origen el nombre de la provincia
¡Que bello nombre! Leemos en la bitácora del viaje: “plantamos una cruz en la
cima de la montaña más alta y la llamamos Monte de Cristo. Antes de abandonar
este lugar el Capitán General y todos nosotros nos confesamos y comulgamos como
buenos cristianos”.
Luego siguieron
viaje, viendo esas fogatas en la costa a la que llamaron Tierra del Fuego y
atravesando el estrecho de Todos los Santos (que les ayudaron en el viaje) y
que hoy se llama Estrecho de Magallanes. Fue Sebastián Elcano quien completaría
la hazaña de llegar a destino dado que nuestro capitán había fallecido en
altamar, realizando así la travesía más importante de la historia de la
humanidad.
Sin duda la Palabra
se ha cumplido. Ha bajado el Pan vivo del cielo para alimentar al pueblo
argentino y que tenga Vida Eterna. Así lleguemos a la Patria Celestial.
Oración:
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo
contra las perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos
suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el
divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por
el mundo para la perdición de las almas. Amén.”
Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el
evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.
· Se explica desde
las ideas centrales de la catequesis de adultos (el texto anterior).
· Elegimos la frase:
«Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá
eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del mundo».
· ¿Qué nos quiere
decir Jesús con esas palabras?
Oración:
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni
de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que alcance los brazos de
Jesús, José y María. Amén. 8 5.Cada uno de la familia dice una acción de
gracias. Dios Padre, te damos gracias por …
5.
Ahora, cada uno hace una petición.
Dios misericordioso, te
pedimos por ...
6.
Oramos como Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…
7.Nos
damos la Paz del Señor, como gesto de amor.
8.
Oramos a nuestra Madre:
Dios te salve María…
9.
Comunión espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás
en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en
mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos
espiritualmente a mi corazón. (breve silencio)
Y ahora, como si ya te
hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás
me separe de ti.
10.
Los padres se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en
la frente mientras le dicen algo bonito al oído. Entre los hermanos también
pueden hacerlo. Nos hacemos la Señal de la cruz diciendo: + El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la Vida eterna. Amen.
Posibilidades para acompañar el día en
oración familiar
Misa: Participar de la misa
en directo que se celebrará y transmitirá hoy a las 12,00 hs desde el puerto
San Julián.
Canto: Cristo Jesús en ti
la patria espera
Película: Apocalypto
Dibujos: Érase una vez...
los exploradores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario