28 de diciembre
LOS SANTOS
INOCENTES, MÁRTIRES
CUATRO UTILIDADES
DEL NACIMIENTO DE CRISTO
Un niño nos ha nacido para que imitemos su pureza y su humildad; para
que nos conmovamos por su amabilidad, para que tengamos confianza en su
mansedumbre.
1º) Nos ha nacido este niño en el sacramento de la pureza. Por lo cual dice
San Mateo (1, 21): Porque él salvará a su pueblo. Y San Bernardo: "He aquí
a Cristo, que realiza la purificación de los delitos, he aquí que viene a purificar
nuestra miseria." Y San Agustín: "¡Oh infancia bienaventurada, por la
cual fue reparada la vida de nuestra especie! ¡Oh lloriqueos gratísimos y deleitables,
por los cuales escapamos al crujir de los dientes y a los llantos eternos! ¡Oh
felices pañales, por los cuales han sido limpiadas las sordideces de nuestros
pecados!"
2º) Nos ha
nacido para ejemplo
de humildad. Por
eso dice San Bernardo: "Pongamos empeño en
hacernos como este niño; aprendamos de él, que es manso y humilde de corazón,
pues no sin motivo Dios, que es tan grande, se ha hecho niño pequeñito. Por lo
cual es impudencia intolerable que, habiéndose anonadado la majestad, se hincha
y se engría el gusanillo."
3º) Nos ha nacido para acrecentamiento de la caridad: Fuego viene a poner
en la tierra (Lc 12, 49). Y añade San Bernardo: "El Señor grande y digno
de toda alabanza se ha hecho niño y amable. Un niño, dice, ha nacido. Porque él
es todo amable para nosotros; él es
padre, hermano, señor, servidor, recompensa y ejemplo." Y en otro lugar:
"Cuanto menor se hizo en la humanidad, tanto mayor se mostró en la bondad.
Cuanto mayor bondad nos ofreció, tanto más enciende nuestro amor."
4º) Ha nacido para consuelo de nuestra esperanza y seguridad. Por eso dice
el Apóstol: Lleguemos confiadamente al trono de la gracia, esto es, a Cristo,
en el cual reina la gracia, a fin de alcanzar misericordia, es decir, perdón de
los pecados precedentes, y de hallar gracia para ser socorridos a tiempo conveniente
(Hebr 4, 16). Y San Agustín exclama: "Oh día dulcísimo del nacimiento de
Cristo, en el cual los mismos infieles se mueven a compunción, y el pecador se
siente conmovido por la misericordia, el arrepentido espera el perdón, el
cautivo no desespera de la libertad, y el herido espera el remedio. En este día
nace el Cordero que quita los pecados del mundo; en su nacimiento se goza más
dulcemente el que tiene la conciencia tranquila, y teme más profundamente el
que la tiene mala; el que es bueno pide más amorosamente; el pecador suplica
devotísimamente; dulce día y verdaderamente dulce para los penitentes, día que
trae consigo el perdón. Os prometo, hijitos, y estoy seguro de que, si alguno
se arrepintiere de corazón en este día, y no volviere otra vez al vómito del
pecado, se le dará todo lo que pidiere."
(De Humanitate Christi)
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