27 de diciembre
SAN JUAN, APÓSTOL Y
EVANGELISTA
Uno de sus discípulos, al que amaba Jesús, estaba recostado a la mesa en
el seno de Jesús (Jn 13, 23).
Este discípulo es San Juan Evangelista, que habla de sí mismo como de otra
persona para evitar la jactancia, y para seguir la norma de otros escritores de
las sagradas Escrituras. Pues también Moisés usa de este modo cuando habla de sí en sus libros, como
de otro, diciendo: Habló el Señor a Moisés. Igualmente San Mateo: Vio a un
hombre sentado en el mostrador de los impuestos, llamado Mateo. San Pablo dice:
Conozco a un hombre.
I. San Juan dice tres cosas de sí mismo:
1º) El amor que le hacía descansar en Cristo, diciendo que estaba recostado,
esto es, descansando. Job dice en este sentido: Entonces en el Todopoderoso
abundarás de delicias, y alzarás a Dios tu rostro (Job 22,26), y el profeta David:
Me conduce a fuentes tranquilas (Sal 23, 2).
2º) El conocimiento de los secretos que el Señor le revelaba, especialmente
para la redacción de su Evangelio. Por eso dice que estaba recostado en el seno
de Jesús. El seno significa el secreto. Y en otro lugar dice: El Hijo
Unigénito, que está en el seno del Padre, él mismo lo ha declarado (Jn1, 13).
3º) El amor especial con que Cristo lo amaba. Por eso dice: a quien amaba
Jesús; no ciertamente de manera exclusiva, sino que lo amó casi con preferencia a los demás.
II. Debe saberse que Juan fue más amado por Cristo por tres motivos:
1º) Por su pureza, pues fue elegido virgen por el Señor y permaneció siempre
virgen. Por eso se lee en los Proverbios: Quien ama la pureza de corazón, por la gracia
de sus labios tendrá por amigo al rey (22, 11).
2º) Por la sublimidad de su sabiduría, pues penetró los arcanos de la divinidad
más profundamente que los demás, por lo cual es comparado al águila. Es acepto,
al rey un ministro entendido, se lee en los Proverbios (14,35).
3º) Por el fervor ardiente de su amor a Cristo: Yo amo a los que me aman (Prov 8, 17).
(In
Joan., XIII)
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