Martes de la segunda semana
LA ENCARNACIÓN NO HUBIERA SIDO CONVENIENTE
AL PRINCIPIO DEL MUNDO
Se lee
en la epístola
a los Gálatas
(4, 4): Mas
cuando vino el cumplimiento del tiempo, envió Dios a su
Hijo; y la Glosa explica que el cumplimiento del tiempo es la época prefijada por Dios Padre para
enviar a su Hijo, y puesto que Dios definió todo por su sabiduría, luego Dios
se encarnó en el tiempo más conveniente, y por tanto no fue conveniente que se encarnase
desde el principio del género humano.
Como quiera que la
obra de la Encarnación se ordena principalmente a la reparación de la
naturaleza humana por la abolición del pecado, es evidente que no convino que
Dios se hubiese encarnado desde el principio del género humano, antes del
pecado; porque la medicina no se da sino a los ya enfermos, y por eso dice el
mismo Señor: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos, porque
no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores (Mt 9, 12).
Tampoco fue conveniente
que Dios se encarnase inmediatamente después del pecado.
1º) Por la condición
del pecado humano, que había provenido de la soberbia; por lo cual el hombre
debía ser libertado de modo que, humillado, reconociese que necesitaba de un
libertador. Por eso dice la Glosa: Dios con gran prudencia determinó que su
Hijo no fuese enviado inmediatamente después de la caída del hombre.
Primeramente lo dejó con la libertad de albedrío en la ley natural, para que
así conociese las fuerzas de su naturaleza; y, habiendo sido, así, desleal,
recibió la ley; mas dada ésta creció la enfermedad, por vicio, no de la ley,
sino de la naturaleza, para que conocida de ese modo su enfermedad, llamase al
médico y buscase el auxilio de la gracia.
2º) A causa del
orden de la promoción al bien, según el cual se procede de lo imperfecto a lo
perfecto; por lo cual dice el Apóstol: No antes lo que es espiritual, sino lo
que es animal; después lo que es espiritual. El primer hombre de la tierra,
terreno; el segundo hombre del cielo, celestial (1 Cor 15,46-47).
3º) Por la dignidad
del Verbo encarnado, pues dice la Glosa sobre ello: Mas cuando vino el cumplimiento
del tiempo (Gal 4, 4): Cuanto mayor fuera el Juez que venía, tanto más larga
serie de pregones debía precederle.
4º) Para que no se
enfriase el fervor de la fe con la dilación, puesto que hasta el fin del mundo
se enfriará la caridad de muchos. Por esta razón se dice: Mas cuando viniere el
Hijo del hombre, ¿pensáis que hallará fe en la tierra? (Lc 18, 8).
La caridad tarda en
socorrer al amigo, salvadas empero la oportunidad de los negocios y la condición
de las personas; porque si un médico diera al enfermo la medicina apenas
principia la enfermedad, aprovecharía menos y le perjudicaría más que le
favorecería. Y por esto el Señor no ofreció desde el principio al género humano
el remedio de la Encarnación, para que no lo des preciase por soberbia, si
antes no conocía su enfermedad.
(3ª, q. I, a. V)
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