X
Mi querido Orugario:
Me encantó saber por Tripabilis que
tu paciente ha hecho varios nuevos conocidos muy deseables y que parece haber
aprovechado este acontecimiento de forma verdaderamente prometedora. Supongo
que el matrimonio de mediana edad que visitó su oficina es precisamente el tipo
de gente que nos conviene que conozca: rica, de buen tono, superficialmente
intelectual y brillantemente escéptica respecto a todo. Deduzco que incluso son
vagamente pacifistas, no por motivos morales sino a consecuencia del arraigado
hábito de minimizar cualquier cosa que preocupe a la gran masa dé sus
semejantes, y de una gota de comunismo puramente literario y de moda. Esto es
excelente. Y pareces haber hecho buen uso de toda su vanidad social, sexual e
intelectual. Cuéntame más. ¿Se comprometió a fondo? No me refiero a
verbalmente. Hay un sutil juego de miradas, tonos y sonrisas mediante el que un
mortal puede dar a entender que es del mismo partido que aquellos con quienes
está hablando. Esa es la clase de traición que deberías estimular de un modo especial,
porque el hombre no se da cuenta de ella totalmente; y para cuando lo haga, ya
habrás hecho difícil la retirada.
Sin duda, muy pronto se dará cuenta
de que su propia fe está en directa oposición a los supuestos en que se basa
toda la conversación de sus nuevos amigos. No creo que eso importe mucho,
siempre que puedas persuadirle de que posponga cualquier reconocimiento abierto
de este hecho, y esto, con la ayuda de la vergüenza, el orgullo, la modestia y
la vanidad, será fácil de conseguir. Mientras dure el aplazamiento, estará en
una posición falsa. Estará callado cuando debería hablar, y se reirá cuando
debería callarse. Asumirá, primero sólo por sus modales, pero luego por sus
palabras, todo tipo de actitudes cínicas y escépticas que no son realmente
suyas. Pero, si le manejas bien, pueden hacerse suyas. Todos los mortales
tienden a convertirse en lo que pretenden ser. Esto es elemental. La verdadera
cuestión es cómo prepararse para el contraataque del Enemigo.
Lo primero es retrasar tanto como
sea posible el momento en que se dé cuenta de que este nuevo placer es una
tentación. Como los servidores del Enemigo llevan dos mil años predicando
acerca del "mundo" como una de las grandes tentaciones típicas, esto
podría parecer difícil de conseguir. Pero, afortunadamente, han dicho muy poco
acerca de él en las últimas décadas. En los modernos escritos cristianos,
aunque veo muchos (de hecho, más de los que quisiera) acerca de Mammón, veo
pocas de las viejas advertencias sobre las Vanidades Mundanas, la Elección de
Amigos y el Valor del Tiempo. Todo eso lo calificaría tu paciente,
probablemente, de "puritanismo". ¿Puedo señalar, de paso, que el
valor que hemos dado a esa palabra es uno de los triunfos verdaderamente
sólidos de los últimos cien años? Mediante ella, rescatamos anualmente de la
templanza, la castidad y la austeridad de vida a millares de humanos.
Antes o después, sin embargo, la
verdadera naturaleza de sus nuevos amigos le aparecerá claramente, y entonces
tus tácticas deben depender de la inteligencia del paciente. Si es lo bastante
tonto, puedes conseguir que sólo se dé cuenta del carácter de sus amigos cuando
están ausentes; se puede conseguir que su presencia barra toda crítica. Si esto
tiene éxito, se le puede inducir a vivir como muchos humanos que he conocido,
que han vivido, durante períodos bastante largos, dos vidas paralelas; no sólo
parecerá, sino que será, de hecho, un hombre diferente en cada uno de los
círculos que frecuente. Si esto falla, existe un método más sutil y entretenido.
Se le puede hacer sentir auténtico placer en la percepción de que las dos caras
de su vida son inconsistentes. Esto se consigue explotando su vanidad. Se le
puede enseñar a disfrutar de estar de rodillas junto al tendero el domingo sólo
de pensar que el tendero no podría entender el mundo urbano y burlón que
habitaba él la noche del sábado; y, recíprocamente, disfrutar más aún de la
indecente y blasfema sobremesa con estos admirables amigos pensando que hay un
mundo "más profundo y espiritual" en su interior que ellos ni pueden
imaginar. ¿Comprendes?; los amigos mundanos le afectan por un lado y el tendero
por otro, y él es el hombre completo, equilibrado y complejo que ve alrededor
de todos ellos. Así, mientras está traicionando permanentemente a por lo menos
dos grupos de personas, sentirá, en lugar de vergüenza, una continua corriente
subterránea de satisfacción de sí mismo. Por último, si falla todo lo demás, le
puedes convencer, desafiando a su conciencia, de que siga cultivando esta nueva
amistad, con la excusa de que, de alguna manera no especificada, les está
haciendo "bien" por el mero hecho de beber sus cocktails y
reír sus chistes, y que dejar de hacerlo sería "mojigato",
"intolerante", y (por supuesto) "puritano".
Entretanto has de tomar, claro está,
la obvia precaución de procurar que este nuevo desarrollo le induzca a gastar
más de lo que puede permitirse y a abandonar su trabajo y a su madre. Los celos
y la alarma de ésta, y la creciente evasividad y brusquedad del paciente, serán
invaluables para agravar la tensión doméstica.
Tu cariñoso tío,
ESCRUTOPO
No hay comentarios:
Publicar un comentario