La reforma teresiana
del Carmelo se aceptó en Francia en 1604. En 1641 la señora de Louvancourt
fundó en dicho país el quincuagésimo tercer convento de la orden, en Compiégne
y aquella casa se distinguió, desde el primer momento, por su estricta observancia.
La Revolución Francesa
estalló en 1789. A principios del año siguiente, las comunidades religiosas
fueron suprimidas, excepto las que estaban dedicadas a la enseñanza o al
cuidado de los enfermos. En agosto, se llevó a cabo la "visita" del
convento de las carmelitas de Compiégne, cuyos bienes fueron confiscados y las
religiosas con vestimentas civiles, fueron expulsadas del convenio. Fuera del
claustro, se dividieron en cuatro grupos al mando, respectivamente, de la
superiora, la vicesuperiora, la maestra de novicias y una religiosa profesa.
Los grupos se separaron y cada uno se hospedó en una casa diferente, cerca de
la iglesia de San Antonio. En cuanto era posible en aquellas circunstancias,
las religiosas observaron la regla y llevaron vida de comunidad. Los grupos
estaban en contado constante unos y otros, con la discreción necesaria para
evitar que las sorprendiesen. A pesar de todas las precauciones, en junio de
1794 las autoridades hicieron una visita de inspección a las cuatro casas y
detuvieron a todas las monjas bajo la acusación de que continuaban,
ilegalmente, su vida de comunidad, lo cual constituía una conspiración contra
la República. Con ellas fue arrestado Moulot de la Ménardiére por haberles
prestado auxilio. Las religiosas fueron encarceladas en el antiguo convento de
la Visitación de Compiégne. En el otro extremo del mismo edificio habían sido
encarceladas, desde octubre del año anterior, las benedictinas inglesas de
Cambrai. En 1795 se permitió que éstas regresaran a Inglaterra y se llevaran
las ropas que las carmelitas habían usado en Compiégne. Por esa razón se
conservan muchas reliquias (como las de Stanbrook, Darlington, Lanherne,
Chichester, Culton, Nueva Subiaco y Nueva Gales del Sur) y además, los datos
sobre ellas registrados en los archivos de la abadía de Stanbrook, que fueron
de extraordinaria utilidad cuando se ofrecieron como testimonio en el proceso
de beatificación de las carmelitas.
En 1790 las monjas de
Compiégne habían prestado el juramento cuya legitimidad se discutía tanto en
aquella época, de defender la Constitución, la libertad y la igualdad. Pero,
durante el período de prisión, la superiora mandó llamar al alcalde y todas las
religiosas se retractaron ante el notario del juramento que habían prestado, pues
tal práctica había sido condenada por el obispo de Soissons entre otros. Tres
semanas más tarde, las prisioneras fueron trasladadas, entre insultos y malos
tratos, a la Conciergerie de París. Iban vestidas con el hábito religioso,
porque habían dejado "a lavar" sus vestidos de civiles. Durante el
breve tiempo que estuvieron encarceladas en la Conciergerie, observaron sus
reglas en la medida de lo posible; recitaban el oficio divino a las horas
prescritas y su conducta era una fuente de fortaleza para los otros
prisioneros. Tres jueces se encargaron de juzgarlas. Fouquier-Tinville asumió
la acusación pero no se designó defensor para las acusadas. Los cargos y
pruebas que se adujeron contra ellas eran triviales o infundados, pero
FouquierTinville insistió sobre todo en el fanatismo de las religiosas. La
hermana María Enriqueta se encaró con él y le preguntó qué entendía por ese
término. El fiscal respondió: "Por ese término entiendo vuestras creencias
infantiles y vuestro estúpido apego a las prácticas religiosas." La monja
se volvió entonces hacia sus hermanas y les dijo: "Como veis, nos condenan
por nuestra religión. Tendremos la felicidad de morir por Dios". Todas
fueron condenadas a muerte, lo mismo que Moulot de la Ménardiére, por haberse
"enemistado con el pueblo al conspirar contra la Constitución". Las
carmelitas fueron trasportadas en carretas a la "Place du Troné
Renversé" (Plaza del Trono Derribado, actualmente Plaza de la Nación). El
viaje duró más de una hora que las religiosas emplearon en cantar el
"Miserere", la "Salve" y el "Te Deum" y en
recitar las oraciones por los moribundos. Cada una de las víctimas, al subir al
cadalso, cantaba el "Laúdate Dominum omnes gentes", lo que impresionó
profundamente a la multitud y a los guardias. Entre las dieciséis religiosas
ejecutadas había diez profesas de coro, una novicia, tres hermanas legas y dos
"torneras". La ejecución de la novicia, que era la más joven, fue la
primera; a la superiora la guillotinaron al último. Los cuerpos de las mártires
fueron arrojados en la fosa donde yacíanlos cadáveres de otras 1282 víctimas
del "Terror". El martirio tuvo lugar el 17 de julio de 1794.
La superiora, BEATA
TERESA (MAGDALENA LEDOINE) tenía cuarenta y dos años y había sido novicia en
Saint-Denis, bajo el gobierno de Luisa de Francia. El proceso de beatificación
demostró que merecía el honor de los altares, aunque no hubiese alcanzado el
martirio. Era una mujer vivaz, encantadora, bien educada e inteligente. La
vicesuperiora, BEATA SAN LUIS (MARÍA ANA BRIDEAU), era muy diferente de la
anterior, taciturna y meticulosa en la observancia de la regla y del orden. La
BEATA CARLOTA (ANA MARÍA THOURET) no había pensado en entrar al convento, pero
al cumplir veinte años, ocurrió en su vida algo que la hizo cambiar de idea e
hizo los votos de carmelita al cabo de un noviciado largo y difícil. La BEATA
EUFRASIA (MARÍA CLAUDIA BRARD) era una religiosa muy vivaracha, cuyo
temperamento extremoso la llevaba lo mismo a exagerar en la penitencia que a
gastar bromas a los visitadores. Era muy dada a escribir cartas (su
correspondencia con su primo La Ménardiére fue, en parte, la causa de la
detención de las religiosas) y todavía se conservan algunas cartas suyas y de
sus correspondientes. La BEATA ENRIQUETA (GABRIELA DE CROISSY) era
sobrina-nieta de Colbert. La BEATA JULIA LUISA era viuda de Cristian de
Neufville. Su esposo había muerto al cabo de algunos años de felicidad
conyugal, y Julia había caído en un estado de gran postración. Cuando ingresó
en el convento, no parecía que estuviese dispuesta a perseverar. Un dicho suyo
puede aplicarse a muchas almas que sufren, aunque no sea el martirio por la fe:
"Somos víctimas del estado de nuestra época y debemos sacrificarnos porque
nuestra época vuelva a Dios." La BEATA MARÍA ENRIQUETA (ANETTE PELRAS) fue
la que se enfrentó con el abogado de la acusación e hizo constar que la
ejecución se debía a motivos religiosos. Las dos "torneras" se
llamaban CATALINA Y TERESA SOIRON; la Beata Teresa, que era muy hermosa, se
había negado a aceptar el ofrecimiento de la princesa de Lamballe, quien le
proponía que trabajase en el convento de las carmelitas de su ciudad natal.
Sólo una de las víctimas tenía menos de treinta años. La más anciana tenía
setenta y ocho. Las mártires fueron beatificadas en 1906. Fueron las primeras
víctimas de la Revolución que alcanzaron el honor de los altares. Durante el
proceso, el tribunal se trasladó dos veces a la abadía de Stanbrook, en el
distrito de Worcester, donde las benedictinas inglesas de Cambrai se habían establecido
en 1838.
La obrita de V. Pierre
en la colección Les Saints está muy bien escrita. Véase el libro de C. de
Grandmaison (1906), y los artículos de H. Chérot en Etudes (1904 y 1905). La
madre Josefina (Francisca Philippe), que había sido anteriormente superiora,
abandonó la comunidad en la primavera de 1794. En 1823, fue nuevamente admitida
en el Carmelo, y escribió un valioso relato, que fue publicado en 1836, después
de su muerte. En inglés existe una obra muy breve de E. M. Willson; Cf. Bruno,
O.D.C., Le Sang du Carmel (1954).
Biografía tomada de "Alban Butler en Vida de Santos Tomo III"
Lista de las Mártires
•Madeleine-Claudine Ledoine (Madre
Teresa de San Agustín), priora, n. en París, el 22 Sept., 1752, profesó el 16 o
17 de Mayo, 1775;
•Marie-Anne (o Antoinette) Brideau
(Madre San Luis), sub-priora, n. en Belfort, el 7 Dic., 1752, profesó el 3
Sept, 1771;
•Marie-Anne Piedcourt (Hermana de Jesús
Crucificado), miembro del coro, n. 1715, profesó en1737; al subir al patíbulo
dijo: “Los perdono tan de corazón como deseo que Dios me perdone a mí”;
•Anne-Marie-Madeleine Thouret (Hermana
Charlotte de la Resurrección), sacristán, n. en Mouy, 16 Sept., 1715, profesó
19 Ago., 1740, dos veces sub- priora en 1764 y 1778. Su retrato está
reproducido en la página opuesta a la p. 2 en el trabajo de la Sta. Willson
citado debajo;
•Marie-Antoniette o Anne Hanisset
(Hermana Teresa del Santo Corazón de María), n. en Rheims en 1740 o 1742,
profesó en 1764;
•Marie-Françoise Gabrielle de Croissy
(Madre Henriette de Jesús), n. en París, el 18 Junio, 1745, profesó el 22 Feb.,
1764, priora desde 1779 a 1785;
•Marie-Gabrielle Trézel (Hermana Teresa
de San Ignacio), miembro del coro, n. en Compiègne, el 4 de Abril de 1743,
profesó el 12 Dic., 1771;
•Rose-Chrétien de la Neuville, viuda,
miembro del coro (Hermana Julia Luisa de Jesús), n. en Loreau (o Evreux), en
1741, profesó probablemente en 1777;
•Anne Petras (Hermana María Henrieta de
la Providencia), miembro del coro, n. en Cajarc (Lot), 17 Junio, 1760, profesó
el 22 Oct., 1786.
•Con respecto a la Hermana Eufrasia de
la Inmaculada Concepción, los reportes varían. La Srta. Willson dice que su
nombre era Marie Claude Cyprienne Brard, y que nació el 12 de Mayo, 1736;
Pierre, que su nombre era Catherine Charlotte Brard, y que nació el 7 de Sept.,
1736. Nació en Bourth, y profesó en 1757;
•Marie-Geneviève Meunier (Hermana
Constanza), novicia, n. 28 Mayo, 1765, o 1766, en St. Denis, recibió el hábito
el 16 Dic., 1788. Subió al patíbulo cantando “Laudate Dominum”.
Además de las personas mencionadas
arriba, tres hermanas laicas y dos torneras sufrieron el martirio. Las hermanas
laicas son:
•Angélique Roussel (Hermana María del
Espíritu Santo), hermana laica, n. en Fresnes, el 4 de Agosto, 1742, profesó el
14 de Mayo, 1769;
•Marie Dufour (Hermana Santa Marta),
hermana laica, n. en Beaune, 1 o 2 Oct., 1742, entró a la comunidad en 1772;
•Julie o Juliette Vérolot (Hermana San
Francisco Javier), hermana laica, n. en Laignes o Lignières, 11 Enero, 1764,
profesó el 12 Enero, 1789.
Las dos tourières, que no eran
Carmelitas, sino simplemente sirvientas de la comunidad, eran: Catherine y
Teresa Soiron, n. respectivamente el 2 Feb., 1742 y el 23 Ene., 1748 en
Compiègne, ambas estaban al servicio de la comunidad desde 1772.
Relato de Gloria TV
Diario De Carmelitas Final
Martirio de las Hermanas
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