Instrucción del Santo Oficio
Contra doctrinam
Suprema Sagrada Congregación
del Santo Oficio
Instrucción sobre la “moral de situación2
Todos los Ordinarios y de los
profesores
en los seminarios y ateneos,
o aquellos que enseñan en las Universidades de estudios,
y para profesores de las casas de estudios religiosos
(2 de febrero de 1956)
o aquellos que enseñan en las Universidades de estudios,
y para profesores de las casas de estudios religiosos
(2 de febrero de 1956)
Contrario a la doctrina moral y
su aplicación que es tradicional en la Iglesia Católica, se ha empezado a
difundir en el extranjero en muchas regiones, incluso entre los católicos, un
sistema ético que va generalmente con el nombre de una cierta “moral de
situación”, y la cual, según ellos, no se basa en los principios de la ética
objetiva (que en última instancia tiene sus raíces en el “Ser” en sí), sino que
no está meramente sujeta al mismo límite en cuanto ética objetiva, sino que la
trasciende.
Los autores que siguen este
sistema sostienen que la norma decisiva y última de la conducta no es el orden
objetivo correcto, determinado por la ley de la naturaleza conocida con certeza
de dicha ley, sino un cierto juicio íntimo y la luz de la mente de cada
individuo; por medio de los cuales, en la situación concreta en la que se
encuentra, aprende lo que debería hacer.
Y así, según ellos, esta última
decisión que hace un hombre no es, como enseña la ética objetiva dictada por
maestros autores de gran de peso, la aplicación de la ley objetiva a un caso
particular, que al mismo tiempo toma en cuenta y sopesa de acuerdo a las reglas
de prudencia las circunstancias particulares de la “situación”, sino esa luz
interna inmediata y juicio. En última instancia, al menos en muchos asuntos,
este juicio no se mide, no se debe ni se puede medir, en lo que respecta a su
rectitud y verdad objetiva, por cualesquiera normas objetivas situadas fuera
del hombre e independientes de su persuasión subjetiva, sino que es
completamente autosuficiente.
Según estos autores, el
concepto tradicional de la “naturaleza humana” no es suficiente; sino que debe
recurrirse al concepto de naturaleza humana “existente”, que en muchos aspectos
no tiene valor absolutamente objetivo, sino sólo un valor relativo y, por
tanto, inconstante, excepto, tal vez, por esos pocos factores y principios que
se refieren a la naturaleza humana metafísica (absoluta e inmutable).
Del mismo valor meramente
relativo es el concepto tradicional de la “ley de la naturaleza”. Por lo tanto,
muchas cosas que se consideran comúnmente hoy en día como postulados absolutos
de la ley natural, de acuerdo con su opinión y doctrina, descansan en el
concepto antes mencionado de la naturaleza existente y son, por lo tanto,
relativos y cambiantes; que siempre se pueden adaptar a cada situación.
Después de haber aceptado estos
principios y ponerlos en práctica, afirman y enseñan que los hombres se
conservan o son fácilmente liberados de muchos conflictos éticos de otro modo
insolubles cuando cada uno juzga en su propia conciencia, no principalmente de
acuerdo a leyes objetivas, sino por medio de esa luz interna individual basada
en la intuición personal, de lo que debe hacer en una situación concreta.
Muchas de las cosas
establecidas en este sistema de “moral de situación” contradicen la verdad de
la materia y los dictados de la razón sólida, traiciona rastros de relativismo
y modernismo, y divaga lejos de la doctrina católica transmitida a lo largo de
los siglos. En muchas de sus afirmaciones son semejantes a varios sistemas
éticos no católicos.
Habiendo considerado estas cosas con el fin de evitar el peligro de la “nueva moral”, de la cual el Sumo Pontífice Pío XII habló en las alocuciones realizadas en los días 23 de marzo y 18 de abril de 1952, y con el fin de salvaguardar la pureza y la integridad de la doctrina católica, esta Sagrada Congregación Suprema del Santo Oficio veta y prohíbe esta doctrina de la ” moral de situación” de ser enseñada o aprobada, bajo ningún nombre con el que se le pueda designar, ya sea en las universidades, ateneos, seminarios o casas de formación religiosa, o en los libros, tesis, clases, ya sea, como se suele decir, en conferencias, o por cualquier otro medio que se pueda propagar o defender.
Habiendo considerado estas cosas con el fin de evitar el peligro de la “nueva moral”, de la cual el Sumo Pontífice Pío XII habló en las alocuciones realizadas en los días 23 de marzo y 18 de abril de 1952, y con el fin de salvaguardar la pureza y la integridad de la doctrina católica, esta Sagrada Congregación Suprema del Santo Oficio veta y prohíbe esta doctrina de la ” moral de situación” de ser enseñada o aprobada, bajo ningún nombre con el que se le pueda designar, ya sea en las universidades, ateneos, seminarios o casas de formación religiosa, o en los libros, tesis, clases, ya sea, como se suele decir, en conferencias, o por cualquier otro medio que se pueda propagar o defender.
Dado en Roma, desde el edificio
de la Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio, el día de 2 de febrero del
año 1956.
Giuseppe Cardinal Pizzardo,
Obispo de Albano, Secretario
No hay comentarios:
Publicar un comentario