Misas de la Virgen
XXXI (Tiempo Ordinario XIII):
"La Virgen
María, Fuente de la salvación"
MISA COMPLETA, GUION Y COMENTARIO
En
los textos eucológicos, tanto de la Iglesia oriental como de la occidental, con
frecuencia la Madre del Señor es honrada con el título de «fuente»; se le dan,
en efecto, los apelativos de «fuente de agua viva», «fuente de caridad»,
«fuente de clemencia», «fuente de gracia», «fuente de misericordia», «fuente
sellada» (cf. 1ª Lectura, Ct 4, 12), «fuente de salvación» (cf. G. G.
Meersseman, Der Hymnos Akathistos im Abendland, vol. II, Universitätsverlag,
Friburgo [Suiza] 1960, pp. 309-310).
Existen
también muchos santuarios dedicados a la Santísima Virgen con el título de
«fuente», en los que con frecuencia se halla un manantial, al que los fieles
acudían a sacar agua. Entre ellos destaca en tierras de Oriente el celebérrimo
santuario de la Madre de Dios de la Fuente Vivífica en la ciudad de
Constantinopla, erigido el siglo VI; en el Occidente, el santuario edificado en
Lourdes, cerca de la cueva donde la Santísima Virgen se apareció el año 1858 a
santa María Bernarda Soubirous, e hizo brotar una fuente.
En
el formulario se celebra:
-
la Maternidad Divina de la Santísima Virgen, porque Dios, por medio de ella,
nos abrió «un manantial de salvación» (Oración colecta); María, en efecto,
«concibió de modo inefable a (la) Palabra encarnada, / Jesucristo, fuente del
agua viva» (Prefacio). Él es el verdadero Templo de Dios (cf. Jn 2, 21) del que
brota el agua saludable que sanea todo lo que toca (cf. 1ª Lectura, Ez 47, 1-2.
8-9. 12); Él invita a los sedientos a que vayan a Él y beban (cf. Antífona de
comunión, Jn 7, 37), es decir, a que reciban el Don del Espíritu Santo los que
creen en Él (cf. Jn 7, 39); Él es la roca (cf. 1 Co 10, 4), atravesada por la
lanza, de la que «al punto salió sangre y agua» (Evangelio, Jn 19, 25-37);
-
la maternidad espiritual de la santa Iglesia: ella, en efecto, es la madre
providente que apaga la sed de los fieles ofreciéndoles «la fuente santa de la
salvación / que brota del costado de Cristo, fuente que conserva fecunda y pura
en los sacramentos» (Prefacio), sobre todo en el Banquete eucarístico, donde
los fieles beben «con gozo de la fuente del Salvador» (Oración después de la
comunión; cf. Salmo responsorial Is 12, 3) y «el sacramento recibido» es en
ellos «un manantial que salta hasta la vida eterna» (Oración después de la
comunión);
-
la efusión del Espíritu Santo, que en la Sagrada Escritura se describe con
frecuencia con el simbolismo de la efusión de agua. En la Antífona de entrada
se recuerdan las palabras de Isaías: «Voy a derramar agua sobre lo sediento, mi
Espíritu sobre tu estirpe y mi bendición sobre tus vástagos» (cf. Is 44, 3). La
fuente de la que mana el agua es el mismo Cristo («te pedimos poder ofrecer los
frutos abundantes del Espíritu Santo, / bebiendo constantemente de esta fuente
de vida» (Oración colecta) y los sacramentos instituidos por Él, para que «se
llenen del Espíritu» (Prefacio) los fieles que los reciben.
Algunos
textos del formulario y las segundas lecturas para la Liturgia de la Palabra se
han tomado del fascículo Propio de la Misa y de la Liturgia de las Horas de la
diócesis de Cartagena, Cartagena 1985, pp. 29-32.
Antífona de entrada Cf. Is 44, 3-4
Voy a derramar agua sobre lo sediento, mi Espíritu sobre tu estirpe y mi
bendición sobre tus vástagos; crecerán como sauces junto a las acequias.
O
bien: Cf. Sal 45 (46), 5-6a
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra
su morada. Teniendo a Dios en medio, no vacila.
Oración colecta
Señor, Padre santo, al celebrar jubilosos la memoria de la
bienaventurada Virgen María, por quien nos abriste el manantial de salvación,
Jesucristo, tu Hijo, te pedimos poder ofrecer los frutos abundantes del
Espíritu Santo, bebiendo constantemente de esta fuente de vida. Por nuestro
Señor Jesucristo.
I
Primera lectura
Vi que manaba agua del lado derecho del templo, y habrá vida dondequiera que llegue la corriente
Lectura de la profecía de Ezequiel 47, 1-2. 8-9. 12
En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo.
Del zaguán del templo manaba agua hacia el Este –el templo miraba al
Este–. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del
altar.
Me sacó por la puerta septentrional y me llevó a la puerta exterior que
mira al Oriente. El agua iba corriendo por el lado derecho.
Me dijo:
–«Estas aguas fluyen hacia la comarca oriental, bajarán hasta la estepa,
desembocarán en el mar de las aguas salobres, y lo sanearán. Todos los seres
vivos que bullan allí donde desemboque la corriente, tendrán vida; y habrá
peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas, quedará saneado el mar y
habrá vida dondequiera que llegue la corriente.
A la vera del río, en sus dos riberas, crecerán toda clase de frutales;
no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada
luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible
y sus hojas medicinales.»
Palabra de Dios.
Salmo
responsorial Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6 (R.: 6b)
R. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R.
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel.» R.
Aleluya
Bendita tú entre las mujeres, porque recibiste a Cristo, Hijo de Dios y
Redentor de nuestras almas.
Evangelio
Le traspasó el costado, y salió sangre y agua
+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 19, 25-27.
En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana
de su madre, María la de Cleofás, y María la Magdalena. Jesús, al ver a su
madre, y cerca al discípulo que tanto quería,
dijo a su madre:
— Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo:
— Ahí tienes a tu madre.
Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término,
para que se cumpliera la Escritura dijo:
–«Tengo sed.»
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada
en vinagre a una cana de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó
el vinagre, dijo:
–«Está cumplido.»
E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se
quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día
solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.
Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que
habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto,
no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le
traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da
testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que
también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No
le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que
atravesaron.»
Palabra del Señor.
II
Primera lectura
Lectura del libro del Cantar de los cantares 4, 6-7. 9. 12-15
Mientras sopla la brisa
y se alegran las sombras
me voy al monte de la mirra,
iré por la colina del incienso.
¡Toda eres hermosa, amada mía,
y no hay en ti defecto!
Me has enamorado, hermana y novia mía,
me has enamorado con una sola de tus miradas,
con una vuelta de tu collar.
Eres jardín cerrado, hermana y novia mía,
eres jardín cerrado, fuente sellada.
Tus brotes son jardines de granados
con frutos exquisitos,
nardo y enebro y azafrán,
canela y cinamomo,
con árboles de incienso, mirra y áloe,
con los mejores bálsamos y aromas.
La fuente del jardín es pozo de agua viva
que baja desde el Líbano.
Palabra de Dios
Salmo
responsorial Jdt 13, 18bcde. 19 (R.: 15, 9d)
R. Tú eres el orgullo
de nuestra raza.
El Altísimo te ha bendecido, hija,
más que a todas las mujeres de la tierra.
Bendito el Señor, creador de cielo y tierra. R.
Que hoy ha glorificado tu nombre de tal modo:
que tu alabanza estará siempre
eEn la boca de todos los que se acuerden
de esta obra poderosa de Dios. R.
Aleluya Cf
L 1, 45. 49c
Dichosa tú, Virgen María, que has creído, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por ti.
Evangelio
Manarán
torrentes de agua viva
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 7, 37-39a
El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús, en pie, gritaba:
- «El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí, que beba. Como
dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva.»
Decía esto refiriéndose al Espíritu que habían de recibir los que
creyeran en él.
Palabra del Señor.
Oración sobre las ofrendas
Transforma, Señor, en sacramento de salvación los dones que te presentamos con gozo en esta memoria de la santísima Virgen María, por cuya intercesión tu Hijo realizó el primero de sus signos, convirtiendo el agua en vino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
La Bienaventurada Virgen María engendró a
Jesucrristo, Fuente de Agua Viva
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias,
Padre santo,
siempre y en todo lugar,
y proclamar tu grandeza
en esta celebración de la gloriosa Virgen María.
Porque ella, cubierta por la sombra del Espíritu
Santo,
concibió de modo inefable a tu Palabra encarnada,
Jesucristo, fuente del agua viva,
donde los hombres apagan la sed de comunión y de
amor.
También la Iglesia ofrece a todos los fieles
la fuente santa de la salvación
que brota del costado de Cristo,
fuente que conserva fecunda y pura, en los
sacramentos,
para que se llenen del Espíritu
y encuentren a Cristo Salvador
los que con fe beben de ella.
Por él,
los ángeles y los arcángeles
y todos los coros celestiales
celebran tu gloria,
unidos en común alegría.
Permítenos asociamos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo.
Antífona de comunión Jn 7, 37
El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí, que beba, dice el
Señor.
O
bien: Is 55, 1
Sedientos todos, acudid por agua; venid, comprad trigo, comed sin pagar
vino y leche de balde.
Oración después de la comunión
Al participar, Señor, en el banquete celestial, hemos bebido con gozo de
la fuente del Salvador; concédenos, a cuantos celebramos la memoria de la
Virgen María, que el sacramento recibido sea en nosotros un manantial que salta
hasta la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Introducción
Reunidos en torno al Altar de la Nueva
alianza, sellada con la Sangre de Cristo, nos disponemos a celebrar la
"Fracción del pan", como desde antiguo se le llama a la Santa Misa.
Lo hacemos, como siempre, en comunión con María, en la que reconocemos la Fuente
límpida e inagotable de la que brota siempre para nosotros el Salvador del
mundo. Él, engendrado por el Padre en la eternidad, asume nuestra humanidad en
el seno de María, y de ella nace para vivir entre nosotros. Muerto, resucitado
y elevado al Cielo, envía su Espíritu sobre la Comunidad creyente, y hasta el
final de los tiempos se hace nuestro Alimento en la Eucaristía. La Santísima
Virgen es la primera en reconocer la Presencia de su Hijo en este admirable
Sacramento, y la que nos invita a adorarlo junto con ella y a ofrecernos con
Ambos en cada Misa. Cantamos…
Lecturas
Recibamos la Palabra de Dios, fuente de luz y sabiduría para quien se
deja guiar por ella.
Oración de los fieles
R. Escúchanos, Padre.
-Para que se robustezcan los vínculos que nos unen a la Madre Iglesia, al Papa y a todos nuestros hermanos. R.
-Para que los que padecen aridez espiritual, sean rociados con el Agua viva del Espíritu. R.
-Para que el cuerpo y el alma de los enfermos sean saneados por la gracia de Cristo. R.
-Para que la Madre amorosa del Salvador haga fructificar la siembra de los misioneros. R.
-Para que los sedientos de amor, de justicia y de paz, sacien su sed en Jesucristo, la Roca santa de la que brota para nosotros el agua viva. R.
-Para que las comunidades cristianas preparen convenientemente, acompañen diligentemente y edifiquen continuamente a quienes se encaminan hacia el baño bautismal. R.
Ofertorio
Llevemos los humildes dones de pan y vino al Altar, manantial inagotable
de vida para la Iglesia y para el mundo. Cantamos…
Comunión
De María hemos recibido a Jesús en la plenitud de los tiempos. Con ella,
lo recibimos ahora de la Iglesia, como Pan vivo y que da vida, fuente de todo
bien. Cantamos…
Despedida
Hemos saciado el hambre y la sed en el Sacramento del altar, Fuente de
Vida. Que sea María la que siempre nos haga volver a este manantial "que
salta hasta la vida eterna". Cantamos…
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