LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO: ¿POR QUÉ ES EL EVENTO CULMEN DE LA FE
CRISTIANA?
¿Cuál es la importancia de la Resurrección de Cristo?
La Resurrección de Cristo es un evento
extraordinario, original, irrepetible, único en la historia humana. Es el dato
central del cristianismo, el centro de la predicación y del testimonio
cristiano, desde el inicio hasta el final de los tiempos. La Pascua es la
fiesta principal, la más importante de todo el año, "el fundamento y el
núcleo de todo el año litúrgico" (Concilio
Vaticano ii, Sacrosanctum Concilium, 106). Busquemos
ilustrar sintéticamente esta extraordinaria importancia de la Resurrección de
Cristo partiendo sobretodo de su historicidad.
A) HISTORICIDAD DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO
¿En qué sentido la Resurrección de Cristo es un evento histórico?
- No lo es en el sentido de que
alguien haya podido asistir directamente, fotografiar el evento en el momento
en que sucediò; "Qué noche tan dichosa, canta el Exultet de
Pascua, sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los
muertos!". "Nadie fue testigo ocular del acontecimiento mismo de la
Resurrección y ningún evangelista lo describe. Nadie puede decir cómo sucedió
físicamente. Menos aún, su esencia más íntima, el paso a otra vida, fue
perceptible a los sentidos" (CIC, 647).
- Sin embargo, la Resurrección de
Cristo es un acontecimiento histórico en el sentido que sucedió realmente en la
historia , y ha tenido signos y pruebas comprabadas históricamente.
- Al mismo tiempo es también un
evento misterioso, que trasciende y supera la misma historia, en cuanto es un
misterio de Fe, y, en cuanto tal, exige la Fe, don de Dios, gracias al cual se
puede exclamar con Santo Tomás de frente a Cristo resucitado: "Señor mío y
Dios mío" (Jn 20, 28).
¿Cuáles son los signos, las pruebas que atestan la Resurrección de
Cristo?
- Son dos en particular:
· El sepulcro vacío
· Las apariciones de Cristo
resucitado.
- Gracias a tales pruebas, la
verdad histórica de la Resurrección de Cristo "es ampliamente documentada,
aunque si hoy, como en el pasado, no hace falta quien en maneras diversas la
pone en duda o incluso la niega" (Benedicto
xvi, Catequesis del miércoles, 26 de marzo de 2008).
¿Qué valor tiene el sepulcro vacío?
"En el marco de los acontecimientos
de Pascua, el primer elemento que se encuentra es el sepulcro vacío. No es en
sí una prueba directa. La ausencia del cuerpo de Cristo en el sepulcro podría
explicarse de otro modo (cf. Jn 20,13; Mt 28,
11-15). A pesar de eso, el sepulcro vacío ha constituido para todos un signo
esencial. Su descubrimiento por los discípulos fue el primer paso para el
reconocimiento del hecho de la Resurrección. Es el caso, en primer lugar, de
las santas mujeres (cf. Lc 24, 3. 22- 23), después de Pedro
(cf. Lc 24, 12). "El discípulo que Jesús amaba" (Jn 20,
2) afirma que, al entrar en el sepulcro vacío y al descubrir "las vendas
en el suelo"(Jn 20, 6) "vio y creyó" (Jn 20,
8). Eso supone que constató en el estado del sepulcro vacío (cf.Jn 20,
5-7) que la ausencia del cuerpo de Jesús no había podido ser obra humana y que
Jesús no había vuelto simplemente a una vida terrenal como había sido el caso
de Lázaro (cf. Jn 11, 44)" (CIC, 640)
¿Cuáles características tienen las apariciones de Cristo resucitado?
- Tales apariciones:
· están documentadas en forma
rigurosa en el Nuevo Testamento (Evangelios, Hechos y Cartas de los Apóstoles
son todos concordes al describirla);
· son numerosas: a las dos Marías (Jn 28,
1-8); a María Magdalena (Jn 20, 11-18); a los discípulos en el
Cenáculo (Jn 20, 19-23); a los viandantes de Emaús (Lc 24,
13-35; Mc 16, 12-13); a Tomás (Jn 20, 24-29); a
los discípulos sobre las aguas del lago (Jn 21, 1-14); a otros (Jn 20,
30-31); a Pablo y a 500 hermanos (1 Cor 15, 3-9; 20-21);
· manifiestan un dato fundamental:
la iniciativa no es de los discípulos, sino de Él, el Cristo, el Viviente, como
lo atesta también el Libro de los Hechos: "Él se mostró vivo a ellos"
(1, 3). No es por tanto algo que parte de los discípulos, sino del mismo
Cristo;
· permiten constatar que el cuerpo
resucitado de Jesús es el mismo que ha sido martirizado y crucificado, porque
lleva todavía los signos de la pasión (cfr. Jn 20, 20.27);
· atestan la nueva dimensión del
Resucitado, su modo de ser "según el Espíritu", que es nuevo y
diverso al modo de existir anterior, "según la carne";
· concienten a Jesús resucitado de
confiar a los Apóstoles y a los discípulos la misión de anunciar a los otros su
Resurrección y su Evangelio: "Id, pues, y haced discípulos a todas las
gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo" (Mt 28, 19); "Y les dijo: "Id por todo el
mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación" (Mc 16,
15).
- Jesús resucitado aparece en
primer lugar a las mujeres, las cuales por lo mismo fueron las primeras en
encontrar a Jesús resucitado y a darle el anuncio a los Apóstoles:
· mujeres incrédulas, que reciben
por eso, la mañana de Pascua, también el reproche del ángel: "¿Por qué
buscais entre los muertos a aquel que está vivo?" (Lc 24, 5);
· mujeres no atendibles: en aquel
tiempo, en el contexto hebreo, el testimonio de la mujer non tenía ningún valor
oficial, jurídico.
Ahora, el hecho de que Jesús se haya
manifestado antes que nada a las mujeres es una ulterior prueba para creer a la
verdad histórica de su Resurrección y a la veracidad de todo lo que ha sido
escrito por los Evangelistas. De hecho, si no hubiese realmente sucedido, por
qué confiar el importante testimonio de la Resurrección de Cristo antes que
nada a mujeres, cuya palabra no tenía valor jurídico?
¿Qué valor tiene el testimonio de los Apóstoles?
- El valor del testimonio de los
Apóstoles aparece de las características que tal testimonio presenta:
· el núcleo central del testimonio
de personas diversas, en situaciones y lugares diversos, concuerda en todas las
apariciones y atesta que el Señor ha resucitado y se ha manifestado vivo;
· es un testimonio muy antiguo. El
más antiguo testimonio de la Resurreción es el que ha dado San Pablo Apóstol:
"Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo
murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que
resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a
los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los
cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron. Luego se apareció a
Santiago; más tarde, a todos los apóstoles. Y en último término se me apareció
también a mí, como a un abortivo" (1 Cor 15,3-8). La
fecha en la que fueron escritas estas palabras es aproximadamente el año 56 ó
57 d.C. Pero San Pablo afirma haber recibido de otros, después de su
conversión, el núcleo central de tal testimonio (cfr. Hch 9,
3-18). Y por tanto puede remontarse dicho texto aproximadamente al año 35 d.C.,
es decir más o menos 5 ó 6 años después de la muerte de Cristo. Este testimonio
por tanto es de gran valor histórico, por su antiguedad;
· los Apóstoles aparecen como
testigos y no como inventores de dichos testimonios. De hecho la Resurrección
les parecía una cosa imposible, fuera de lo imaginable. El mismo Jesús debe
vencer la resistencia de ellos, su incredulidad: "¡Oh tardos de corazón
para creer!" (Lc 24, 25); "¿Por qué os turbáis, y por qué
se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo.
Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como véis que yo
tengo" (Lc 24, 38).
- Del testimonio de ellos, se ve
que la Resurrección de Cristo es un evento que:
· los supera a ellos mismos, que
además son testigos. A este respecto, no debemos olvidar que cuando Jesús fué
capturado y crucificado, los discípulos huyeron y pensaron que el caso de Jesús
ya estaba cerrado, sin nutrir ninguna esperanza de una Resurrección. Al puesto
del entusiasmo, después de la muerte de Cristo, sólo había en los discípulos
desaliento y desilusión. Y por tanto la Resurrección estaba más allá de sus
pensamientos y de sus esperanzas;
· precede por tanto, es más cambia
totalmente el modo de pensar y de querer de los Apóstoles, los cuales por tanto
no habrían podido inventarse un hecho tal;
· les cambia la vida: los vuelve
valientes en modo de poder enfrentar incluso el martirio. Es ésto un ulterior
motivo a favor de la historicidad de la Resurrección de Cristo, en cuanto
ninguno muere por una mentira.
B) IMPORTANCIA DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO
¿Qué importancia ha tenido para Cristo su Resurrección?
La Resurrección de Cristo
- no es:
· un hecho que toca a Cristo sólo
desde un punto de vista espiritual, mental o psicológico;
· un regreso a nuestra vida
terrenal, y ni siquiera una simple reanimación de un cadáver, "como en el
caso de las resurrecciones que él había realizado antes de Pascua: la hija de
Jairo, el joven de Naim, Lázaro. Estos hechos eran acontecimientos milagrosos,
pero las personas afectadas por el milagro volvían a tener, por el poder de
Jesús, una vida terrena "ordinaria". En cierto momento, volverán a
morir. La resurrección de Cristo es esencialmente diferente. En su cuerpo
resucitado, pasa del estado de muerte a otra vida más allá del tiempo y del
espacio. En la Resurrección, el cuerpo de Jesús se llena del poder del Espíritu
Santo; participa de la vida divina en el estado de su gloria, tanto que San
Pablo puede decir de Cristo que es "el hombre celestial"" (CIC,
646).
- sino:
· el cúlmen de su Encarnación;
· la transformación del cuerpo de
Cristo, que es glorificado y entra en un orden radicalmente distinto. Su
corporeidad es diversa de la que tenía antes. No está sujeto a las leyes
físicas; no está más condicionado por el espacio y el tiempo. Por cuanto entra
y sale estando las puertas cerradas; aparece y desaparece donde, como y cuando
quiere, "su cuerpo resucitado es el mismo que fue crucificado, y lleva las
huellas de su pasión, pero ahora participa ya de la vida divina, con las
propiedades de un cuerpo glorioso. Por esta razón Jesús resucitado es
soberanamente libre de aparecer a sus discípulos donde quiere y bajo diversas
apariencias" (Compendio, 129);
· la obra de todas las tres
Personas de la Santísima Trinidad: "el Padre manifiesta su poder, el Hijo
«recobra la vida, porque la ha dado libremente» (Jn 10, 17),
reuniendo su alma y su cuerpo, que el Espíritu Santo vivifica y glorifica"
(Compendio, 130);
· el "sí" de Dios a Jesús
que los hombres han condenado y matado: es el sello que Dios pone a las
palabras y a las obras de Jesús. Es el vértice, la plenitud, la síntesis de
todo el diseño que el Padre tiene sobre el Hijo. El libro de los Hechos
atestigua: "Dios ha dado a todos los hombres una prueba segura sobre Jesús
resucitándolo de la muerte" (17, 31);
· la prueba definitiva y decisiva
de su divinidad. El había dicho: "Cuando hayáis levantado al Hijo del
hombre, entonces sabréis que Yo Soy" (Jn 8, 28). La Muerte de Cristo es el
cumplimiento de la consumación de la víctima, el testimonio supremo de su
caridad, mientras que su Resurrección es la prueba de su verdad como Hijo de
Dios y Dios él mismo;
· la confirma de todo aquello que:
1. El Antiguo Testamento había
preanunciado (cfr. Lc 24, 26-27.44-48)
2. Jesús ha dicho, prometido
(cfr. Mt 28, 6; Mc 16, 7; Lc 24,
6-7) y hecho;
· la victoria sobre el pecado y
sobre la muerte;
· la glorificación, la exaltación,
la elevación de Jesús a la derecha del Padre. En tal modo "el Señor reina
con su humanidad en la gloria eterna de Hijo de Dios, intercede incesantemente
ante el Padre en favor nuestro, nos envía su Espíritu y nos da la esperanza de
llegar un día junto a Él, al lugar que nos tiene preparado" (Compendio,
132).
¿Qué importancia tiene la Resurrección de Jesucristo para nosotros?
- La Resurrección de Cristo no sólo
concierne a la persona y a la obra de Jesús. Esa es un hecho de alcance
universal, que abarca toda la historia humana y el destino de todo ser humano,
alcanza íntimamente la existencia humana y está en grado de cambiarla.
- La Resurrección de Cristo de
hecho:
· es el fundamento, el centro, el
culmen de la Fe cristiana: "Si Cristo no ha resucitada -afirma San Pablo-
entonces vana es nuestra predicación y vana también nuestra Fe" (1 Cor 15,
14); No es de hecho una novedad creer que Jesús ha muerto: ésto lo creen también
los paganos, todos lo creen. Sino que la cosa verdaderamente nueva, original,
estrepitosa es creer que Él ha resucitado;
· es la victoria sobre el pecado y
sobre la muerte, porque Jesús muriendo ha destruído la muerte y resucitando ha
donado nuevamente a los hombres la vida. "El nos ha hecho pasar de la
esclavitud a la libertad, de la tristeza al gozo, del luto a la fiesta, de las
tinieblas a la luz, de la esclavitud a la redención. Por eso decimos ante Él:
¡Aleluya!" (Melitón de Sardes-santo
del siglo II-, Homilía Pascual);
· esa "realiza la adopción
filial porque los hombres se convierten en hermanos de Cristo, como Jesús mismo
llama a sus discípulos después de su Resurrección: "Id, avisad a mis
hermanos" (Mt 28, 10; Jn 20, 17). Hermanos no
por naturaleza, sino por don de la gracia, porque esta filiación adoptiva
confiere una participación real en la vida del Hijo único, la que ha revelado
plenamente en su Resurrección" (CIC, 654);
· la verdadera fuente del servicio
de amor de la Iglesia, que busca aliviar el sufrimiento de los pobres y de los
débiles, habiéndose revelado el amor más fuerte que la muerte, más fuerte que
el mal. "En la Pascua florece el árbol de la Fe, la fuente bautismal se
hace fecunda, la noche resplandece de luz nueva, desciende el don del cielo y
el sacramento da su nutrimento celestial. En la Pascua la Iglesia acoge en su
seno todos los seres humanos y hace de ellos un único pueblo y una única
familia" (Antiguo Autor Desconocido,
De la "Homilía sobre la Pascua", Disc. 35, 6-9);
· sucedió en Domingo -"el
primer día de la semana" (Mc 16, 2)-, y éste es el motivo por
el cual el día Domingo es para los cristianos:
1. el día de fiesta de la semana (dies
Domini);
2. el día principal de la
celebración comunitaria de la Eucaristía (precepto festivo). En la Santa Misa
de hecho se celebra el Memorial de la Pascua del Señor;
· hace que el Domingo de Pascua sea
la fiesta más importante de todo el año: de ella manan todas las otras
festividades;
· se convierte en nuestra
resurrección, en una triple dimensión:
1. Bautismal: "Sepultados con
él en el bautismo, con él también habéis resucitado por la fe en la acción de
Dios, que lo resucitó de entre los muertos" (Col 2, 12);
2. Moral: cada día debemos morir al
pecado y resucitar a la vida nueva: "Así pues, si habéis resucitado con
Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de
Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra" (Col 3,
1-2);
3. Escatológica: "Aquel que
resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos
mortales por su Espíritu que habita en vosotros" (Rm 8, 11).
¿Cuál relación existe entre la Resurrección de Cristo y la resurrección de nuestros cuerpos?
- La Resurrección de Cristo es
causa eficiente (fuente) y ejemplar (modelo) de nuestra justificación y
resurrección, principio y manantial de la resurrección futura de nuestros
cuerpos que se dará al final de este mundo: "Cristo resucitó de entre los
muertos como primicias de los que durmieron. [...]; Pues del mismo modo que en
Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo" (1 Cor 15,
20-22). Nuestro cuerpo por tanto al final de los tiempos:
· resucitará transformado:
"Comprender cómo tendrá lugar la resurrección sobrepasa la posibilidad de
nuestra imaginación y entendimiento" (Compendio, 205);
· recibirá la misma retribución que
el alma ha tenido en el juicio de Dios al momento de la muerte del cuerpo:
"los que hayan hecho el bien para una resurrección de vida, y los que
hayan hecho el mal, para una resurrección de juicio" (Jn 5,
29).
- La resurrección de nuestros cuerpos
estará acompañada de la transformación de toda la creación y del universo, el
cual "liberado de la esclavitud de la corrupción, participará de la gloria
de Cristo, inaugurando «los nuevos cielos y la tierra nueva» (2 P 3,
13). Así se alcanzará la plenitud del Reino de Dios, es decir, la realización
definitiva del designio salvífico de Dios de «hacer que todo tenga a Cristo por
Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra» (Ef 1,
10). Dios será entonces «todo en todos» (1 Cor 15, 28), en la
vida eterna" (Compendio, 216).
El Primicerio
de la Basílica de San Carlos y San Ambrosio
Monsignor Raffaello Martinelli
de la Basílica de San Carlos y San Ambrosio
Monsignor Raffaello Martinelli
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