miércoles, 8 de mayo de 2019

Misa de la Virgen VIII Santa María de Nazaret


Misas de la Virgen VIII (Navidad V)
"Santa María de Nazaret"



MISA COMPLETA, GUION Y COMENTARIO

La vida oculta que llevó Jesús en la aldea de Nazaret es un misterio de salvación y un ejemplo de santa conducta; nuestro Salvador, en efecto, pasó la mayor parte de su vida terrena en la casa de Nazaret, bajo la autoridad de María y de José (cf. Lc 2,51). La liturgia romana recuerda este misterio de salvación principalmente el domingo dentro de la octava de Navidad, cuando celebra la fiesta de la Sagrada Familia: Jesús, María y José. Algunas Iglesias particulares e Institutos religiosos veneran también con culto litúrgico a la Madre de Cristo con el título de «Santa María de Nazaret». Con este título se conmemora en primer lugar el papel que desempeñó la Santísima Virgen viviendo en Nazaret, en favor del Hijo y de su obra de salvación.
En esta Misa, por tanto, que tiene una doble serie de lecturas, se celebra:
- el misterio de la Encarnación del Verbo (cf. Prefacio, Oración colecta) y su anonadamiento, ya que «cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley» (1ª Lectura, Ga 4,4-7; cf. Oración colecta), el cual, en Nazaret, como verdadero Niño, «iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría» (Evangelio 1, Lc 2, 41-52); y vivió «bajo (la) autoridad» de sus padres (cf. Antífona de comunión, Lc 2, 51);
- la santa convivencia de la Madre con el Hijo, ya que en la casa de Nazaret «la Madre, hecha discípula del Hijo, / recibió las primicias del Evangelio, / conservándolas en el corazón y meditándolas en su mente» (Prefacio);
- la relación virginal de María con José, ya que éstos, unidos «por su estrechísimo y virginal vínculo de amor» (Prefacio), en humilde vida de oración, de silencio, de trabajo (cf. Prefacio), en la alegría (cf. Antífona de entrada), en el sufrimiento (cf. Evangelio 2, Lc 2,41-52), en la enseñanza de Cristo (cf. Antífona de comunión, Lc 2,51), vivieron como esposos;

- el Reino de Dios, que está ya presente y actúa en la familia de Nazaret, y que «silenciosamente» (Oración después de la comunión) y con la vida de los discípulos escondida en Cristo (cf. Oración colecta, Col 3, 3) se va edificando en la tierra.


Antífona de entrada

El padre de un justo se llenará de gozo; tu padre estará contento de ti, y gozará la que te engendró. 

Oración colecta

Señor, Padre santo, que, por una disposición admirable, quisiste que tu Hijo naciera de una mujer y le estuviera sometido, concédenos conocer más profundamente el misterio de la Palabra hecha carne, y llevar una vida escondida en la tierra hasta que, acompañados por la Virgen Madre, merezcamos entrar gozosos en tu Casa. Por nuestro Señor Jesucristo. 

Liturgia de la Palabra

Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Gálatas 4, 4-7.

Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abba! (Padre). Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. 

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 130, 1. 2. 3

R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R.

Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre. R.


Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre. R.

Aleluya Col 3, 15a. 16a

Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza.

Evangelio


Se volvieron a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría

+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22. 39-40

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

Palabra del Señor.

O bien:





Bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad

+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 41-52

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
— «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó:
— «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.

Palabra del Señor.


Oración sobre las ofrendas

Te presentamos, Señor, estos dones de propiciación y alabanza, pidiendo humildemente que, siguiendo el ejemplo de la Virgen de Nazaret, nos ofrezcamos nosotros mismos como hostia santa y agradable a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


Prefacio

Vida de la Virgen María en la casa de Nazaret

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias,
y deber nuestro glorificarte, Padre santo,
en esta celebración de la gloriosa Virgen María.
Ella, en Nazaret, al recibir con fe el anuncio del ángel,
concibió en el tiempo como salvador y hermano para nosotros
a tu Hijo, engendrado desde toda la eternidad.

Allí, viviendo unida a su Hijo,
alentó los comienzos de la Iglesia,
ofreciéndonos un luminoso ejemplo de vida.

Allí, la Madre, hecha discípula del Hijo,
recibió las primicias del Evangelio,
conservándolas en el corazón y meditándolas en su mente.

Allí, la Virgen purísima, unida a José, el hombre justo,
por un estrechísimo y virginal vínculo de amor,
te celebró con cánticos, te adoró en silencio,
te alabó con la vida y te glorificó con su trabajo.

Por eso, con todos los ángeles y los santos,
te alabamos diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo.



Antífona de comunión Lc 2, 51

Jesús bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. 

Oración después de la comunión

Dirige tu mirada, Padre santo, sobre los que alimentas con tus sacramentos, para que, fortalecidos con el ejemplo de la bienaventurada Virgen María, edifiquemos silenciosamente tu Reino en la tierra y disfrutemos de él con tu Hijo para siempre en los cielos. Que vive y reina por los siglos de los siglos. 


Introducción
La liturgia nos hace contemporáneos de todos los misterios de la fe. Gracias a ella, hoy nos "asomamos" al misterio de la vida oculta de Jesús, en la Casa de Nazaret. Contemplamos al Hijo bendito del Eterno Padre, sujeto a la autoridad de la sencilla Doncella nazarena y del humilde Carpintero, oriundo de Belén. He aquí la réplica terrena más perfecta de la Excelsa Trinidad. 
En esta santa Misa vamos a pedir el don de imitar las virtudes de la Sagrada Familia de Nazaret, en especial, la humildad y la obediencia, de la que tenemos como modelo supremo al Salvador, y como los más semejantes a Él, a sus santísimos Padres María y José de Nazaret. Cantamos…

Lecturas
Imitando a José y María, modelos de obediencia, recibamos la Palabra de Dios y seamos dóciles a sus enseñanzas.

Oración de los fieles

R. Por María de Nazaret, escúchanos, Señor

-Por la Iglesia Católica, de la que Santa María es Madre y modelo, y San José, universal patrono, para que con la oración incesante, abrace a la gran familia de la humanidad. Oremos.


-Por el Sumo Pontífice N, que por ser Vicario de Jesucristo, es hijo predilecto de María, para que todos los pueblos reconozcan su autoridad espiritual y presten oídos a sus enseñanzas. Oremos.

-Por los actuales "doctores de la ley", que tienen la misión de formar a las futuras generaciones, para que siempre tengan su mirada fija en Jesucristo, la Sabiduría encarnada y el único Maestro. Oremos.

-Por los niños, adolescentes y jóvenes, para que a ejemplo de Jesús, amen y respeten a sus padres, sujetándose a su autoridad como a la del mismo Dios. Oremos.

-Por los hermanos en cuyos hogares hay discordia y división, para que María, Reina de las familias y Madre de la unidad, los estreche junto a su Inmaculado Corazón. Oremos.


Ofertorio
Presentamos los dones eucarísticos para ofrecer a Dios el Sacrificio de su Hijo, que para honrar la tierra natal de su Madre, quiso ser llamado "el Nazareno". Cantamos…

Comunión
El mismo Jesús de Nazaret que, sujeto a María y José, exaltó las virtudes domésticas, es el que ahora se nos ofrece como Pan del amor y la unidad, prenda de la vida sin fin. Cantamos…

Despedida
En la escuela de amor de la Santa Familia de Nazaret hemos contemplado en grado sumo el compendio de todas las virtudes. Pidamos al Señor la gracia de ponerlas en práctica, con la fuerza que nos da el haberlo recibido sacramentalmente. Cantamos…


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