lunes, 20 de mayo de 2019

Misa de la Virgen XXX La Virgen María, Madre y Medianera de la Gracia


Misas de la Virgen XXX (Tiempo Ordinario XII):
"La Virgen María, Madre y Medianera de la Gracia"

MISA COMPLETA, GUION Y COMENTARIO


 El año 1921, Benedicto XV (+1922), a petición del cardenal Desiderio José Mercier (+1926), concedió a toda la nación belga el Oficio y la Misa de Santa María Virgen, Medianera de todas las gracias, para que se celebrara el día 31 de mayo. La Sede Apostólica concedió este mismo Oficio y Misa a muchas otras diócesis e Institutos religiosos que se lo habían pedido, con lo cual la memoria de Santa María Medianera se hizo casi general.
El Concilio Vaticano II, en el año 1964, expuso ampliamente la función de Santa María en el misterio de Cristo y de la Iglesia y explicó cuidadosamente el significado y el contenido de la «mediación» de la Santísima Virgen: «La función maternal de María para con los hombres de ningún modo oscurece ni disminuye la única mediación de Cristo, sino que muestra su eficacia. En efecto, cualquier influjo salvador de la Santísima Virgen en los hombres nace, no de alguna necesidad objetiva, sino del beneplácito divino y deriva de la superabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en la mediación de Él, depende totalmente de ella, y de ella obtiene toda su eficacia; en modo alguno impide la unión inmediata de los creyentes con Cristo, sino que la favorece» (LG 60).

Finalmente, en el año 1971, la Sagrada Congregación para el Culto Divino aprobó la Misa que lleva por título Beatae Matiae Virginis gratiae Matris ac Mediatricis que, en fiel armonía con la doctrina del Concilio Vaticano Il, conmemora a la vez la función maternal y el papel mediador de la Santísima Virgen (cf. Proprium missarum Ordinis Fratrum Servorum beatae Mariae Virginis, Curia General OSM, Roma 1972, pp. 36-37). Actualmente esta Misa se celebra en muchos lugares el día 8 de mayo, y es la que aquí se ofrece, con algunas variantes y añadiéndole el Prefacio. En Argentina, se celebra el 7 de noviembre.
El formulario, naturalmente, celebra en primer lugar a Cristo, «verdadero Dios y verdadero Hombre, / único Mediador, / viviente siempre para interceder por nosotros» (Prefacio; cf. I Tm 2,5; Hb 7,25; Oración sobre las ofrendas, Oración después de la comunión). Pero también recuerda a la Santísima Virgen, «Madre y Medianera de la gracia», porque Dios Padre, «por misterioso designio de (su) providencia» (Oración colecta; cf. Prefacio), la asoció a la obra de la redención humana (Cf. Oración colecta, prefacio).
Madre de la gracia es la Virgen María, porque llevó «en (su) seno virginal al Dios y Hombre verdadero» (Antífona de entrada) y nos dio al mismo «Autor de la gracia» (Oración colecta; cf. Aleluya).
Medianera de la gracia es la Virgen María, porque estuvo asociada a Cristo en la obra de procurarnos la gracia suprema, esto es, la redención y la salvación, la vida divina y la gloria sin fin (cf. LO 61).
En el formulario la «mediación» de la Santísima Virgen es rectamente interpretada como una «generosa entrega de amor de madre» (Prefacio): «de intercesión y de gracia, / de súplica y de perdón, / de reconciliación y de paz» (Prefacio).



Antífona de entrada

Alégrate, santa María, fuente de amor, colmada con la abundancia de todas las gracias, que llevaste en tu seno virginal al Dios y hombre verdadero.

O bien:

Salve, santa Madre de Dios, por ti recuperamos la vida; tú recibiste al Hijo que bajó del cielo y engendraste al Salvador del mundo.


Oración colecta

Señor, Dios nuestro, que, por misterioso designio de tu providencia, nos has dado al Autor de la gracia por medio de la Virgen María y la has asociado a la obra de la redención humana, concédenos que ella nos alcance la abundancia de la gracia y nos lleve al puerto de la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.


Primera lectura

¿Cómo podré ver la desgracia que se echa sobre mi pueblo?

Lectura del libro de Ester 8, 3-8. 16-17a

En aquellos días, Ester volvió a hablar al rey. Cayó a sus pies llorando y suplicándole que anulase los planes perversos que Amán había tramado contra los judíos.
Cuando el rey extendió hacia Ester el cetro de oro, ella se levantó y quedó en pie ante el rey. Luego dijo:
-«Si al rey le agrada y quiere hacerme un favor, si mi propuesta le parece bien y si está contento de mí, revoque por escrito la carta de Amán, hijo de Hamdatá, de Agag, que había mandado exterminar a los judíos en las provincias del imperio. Porque ¿cómo podré ver la desgracia que se echa sobre mi pueblo? ¿Cómo podré ver la destrucción de mi familia?»
El rey Asuero dijo entonces a la reina Ester y al judío Mardoqueo:
-«Ya veis que he dado a Ester la casa de Amán y a él lo han ahorcado por atentar contra los judíos. Vosotros escribid en nombre del rey lo que os parezca sobre los judíos y selladlo con el sello real, pues los documentos escritos en nombre del rey y sellados con su sello son irrevocables.»
Para los judíos fue un día luminoso y alegre, gozoso y triunfal. En cada provincia y ciudad adonde llegaba el decreto del rey, los judíos se llenaban de inmensa alegría, y celebraban banquetes y fiestas. Y muchos gentiles se convirtieron.

Palabra de Dios.


Salmo responsorial Sal 66, 2-3. 4-5.6-7 (R.: cf. 2b)

R. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.


Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la Tierra. R.


Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios. R.


Aleluya

Dichosa eres, santa Virgen María, madre de la gracia y reina de misericordia; de ti nació Cristo, nuestro Mediador y Salvador.


Evangelio

La madre de Jesús dijo: «No les queda vino»

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 1-11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
- «No les queda vino».
Jesús le contestó:
- «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora».
Su madre dijo a los sirvientes:
- «Haced lo que él diga».
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo:
- «Llenad las tinajas de agua».
Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó:
- «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo».
Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo:
- «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».
Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.

Palabra del Señor.


Oración sobre las ofrendas

Acepta, Señor, estas ofrendas de expiación y alabanza que te presentamos en esta memoria de la gloriosa Virgen María, y, por la acción del Espíritu Santo, conviértelas en el sacramento de nuestra redención, que Cristo, supremo Mediador, instituyó para reconciliarnos contigo, y haz que, por intercesión de la Virgen María, sean para nosotros fuente viva de gracia y manantial perenne de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio

El amor maternal de la Bienaventurada Virgen María

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

A quien, verdadero Dios y verdadero hombre,
constituiste único Mediador,
viviente siempre para interceder por nosotros.

En tu inefable bondad
has hecho también a la Virgen María
Madre y colaboradora del Redentor,
para ejercer una función maternal en la Iglesia:
de intercesión y de gracia,
de súplica y de perdón,
de reconciliación y de paz.
Su generosa entrega de amor de madre
depende de la única mediación de Cristo
y en ella reside toda su fuerza.

En la Virgen María se refugian los fieles
que están rodeados de angustias y peligros,
invocándola como madre de misericordia
y dispensadora de la gracia.

Por eso,
con los ángeles y los arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar
el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo.




Antífona de comunión Ap 22, 17

El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!» El que lo oiga, que repita: «¡Ven!» El que tenga sed, y quiera, que venga a beber de balde el agua viva.


Oración después de la comunión

Renovados, Señor, en las fuentes de la gracia, humildemente te pedimos que, por la fuerza de la eucaristía y la intercesión de la santísima Virgen, vivamos cada día más unidos a Cristo Mediador y cooperemos con mayor fidelidad a la obra de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Introducción
Dice San Bernardo que María es el "Acueducto", que ha recibido la plenitud de la gracia de la misma fuente de ella, que es el corazón del Padre.
Por eso, queridos hermanos, la Iglesia ha querido honrar a María con el sugestivo título de "Madre y Medianera de la Gracia". En efecto, es María, la "Llena de Gracia", la que nos entrega a Jesucristo, el Autor de la misma Gracia, y en Él, nos lo da todo.
En esta Misa, damos gracias por los dones recibidos por medio de María, el más grande de los cuales es nuestro Señor Jesucristo. Cantamos…

Lecturas
Imitando a los servidores de las bodas de Caná, obedientes a la Madre del Señor, recibamos la Palabra de Dios dispuestos a vivirla con fidelidad

Oración de los fieles 

R. Te lo pedimos por María, Madre y Medianera. 

-Para que la Madre Iglesia, que es a la vez "hija de María", se regocije por la santidad del Papa, de los obispos, presbíteros y diáconosR.

-Para que la Madre Iglesia crezca, acogiendo en su seno a nuevos pueblos, y que por la intercesión de Santa María, nunca le falte el Pan y el Vino nuevo de la Eucaristía. R.

-Para que la Madre Iglesia, a ejemplo de María, la Madre más tierna, por medio de sus hijos fieles haga sentir su calor maternal a los que más sufren.
 R.

-Para que la Madre Iglesia, presente en cada diócesis del mundo, se enriquezca con todo lo que hay de bueno en las diversas culturas y creencias. R.

-Para que la Madre Iglesia, con fervientes e incesantes plegarias, haga llegar su amor materno  a las almas de los difuntos que en el Purgatorio, anhelan participar en el Banquete de la eternidad.
 R.


Ofertorio

Del seno materno de la tierra hemos recibido los dones que ahora vamos a presentar. Del seno inmaculado de María hemos recibido al Autor de la Gracia que, bajo esas mismas especies, en el Sacramento del Amor se nos da como Alimento. Cantamos…

Comunión

Que María, "Mujer Eucarística", de quien hemos recibido al Dios encarnado, nos enseñe a acogerlo como Pan en el sagrario de nuestro corazón. Cantamos…


Despedida

Volvamos con confianza a nuestras diarias ocupaciones. Contamos con la poderosa intercesión de María, Madre y Medianera de la Gracia. Cantamos…


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vistas de página en total

contador

Free counters!