Misas de la Virgen
VII (Navidad IV)
"Santa María
en la Presentación del Señor"
MISA COMPLETA, GUION Y COMENTARIO
En
esta Misa, que, guardando lo que el derecho prescribe, se celebra oportunamente
el sábado o en las ferias más cercanas al día 2 de febrero, se recuerda la
función salvadora de Santa María Virgen en el misterio de la Presentación del
Señor (cf. Lc 2, 27-35).
Santa
María, que en este misterio de salvación es saludada como «la Virgen Hija de
Sión» (Prefacio):
-
de conformidad con la ley de Moisés (cf. Lv 12, 1-8), se sometió al rito de
purificación de las parturientas, ella, la «Virgen purísima, que en (su) seno
virginal castamente» engendró «al Hijo del eterno Padre» (Antífona de entrada);
-
cumplió debidamente la ley de los primogénitos (cf. Ex 13, 1-2), rescatando con
la ofrenda de los pobres (cf. Lc 2, 42; Oración sobre las ofrendas) al Hijo,
«autor de la nueva Ley» (Oración colecta), «Redentor de todos nosotros»
(Oración sobre las ofrendas), «gloria (del) pueblo Israel y luz de las
naciones» (Prefacio; cf. Lc 2, 32) y «Señor y Salvador» del mundo (Antífona de
comunión);
-
«puesta al servicio de la obra de la salvación» (Prefacio), reconoció en el Hijo
al «Cordero sin mancha / para ser inmolado en el ara de la cruz» (Prefacio) y
lo ofreció al Padre.
Esta
Misa, recordando la profecía de Simeón, que anunció que el Niño sería como una
bandera discutida y que una espada de dolor traspasaría el Corazón de la Madre
(cf. Lc 2, 34-35), celebra también la íntima unión de la Santísima Virgen con
el Hijo en la obra de la salvación: «El mismo amor asocia al Hijo y a la Madre,
/ el mismo dolor los une / y una misma voluntad de agradarte los mueve»
(Prefacio).
En
el cumplimiento de estas funciones salvadoras, santa María Virgen se nos
presenta como un destacado modelo para la Iglesia. Por esto rogamos al Padre
que la Iglesia virgen, «como la Virgen María» (Oración después de la comunión),
a ejemplo de la Esclava del Señor (cf. Lc 1, 38), «conserve sin mancha la fe, /
fortalezca la esperanza / y alimente, en el cielo, la caridad intensa» (Oración
colecta), «sirva con corazón sincero» al Señor (Oración después de la comunión)
y «con la lámpara de la fe encendida / salga gozosa al encuentro del Esposo»
(Oración después de la comunión; cf. Mt 25, 1. 4).
Antífona de entrada
Salve, Virgen purísima, que en tu seno virginal castamente engendraste
al Hijo del eterno Padre.
Oración colecta
Te pedimos, Señor, que la Iglesia virgen guarde íntegra la nueva alianza
del amor, e, imitando la humildad de tu esclava, que te presentó en el templo
al Autor de la nueva Ley, conserve sin mancha la fe, fortalezca la esperanza en
el cielo, y alimente una caridad intensa. Por nuestro Señor Jesucristo.
Liturgia de la Palabra
Primera lectura
Entrará
en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis
Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4
Así dice el Señor:
«Mirad, yo envío a mi mensajero,
para que prepare el camino ante mí.
De pronto entrará en el santuario
el Señor a quien vosotros buscáis,
el mensajero de la alianza que vosotros deseáis.
Miradlo entrar
–dice el Señor de los ejércitos–.
¿Quién podrá resistir el día de su venida?,
¿quién quedará en pie cuando aparezca?
Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero:
se sentará como un fundidor que refina la plata,
como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví,
y presentarán al Señor la ofrenda como es debido.
Entonces agradará al Señor
la ofrenda de Judá y de Jerusalén,
como en los días pasados,
como en los años antiguos.»
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 23, 7. 8. 9. 10 (R.: 10b)
R. El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R.
–¿Quién es ese Rey de la gloria?
–El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra. R.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R.
–¿Quién es ese Rey de la gloria?
–El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R.
Aleluya
El renuevo de Jesé ha florecido, la Virgen ha dado a luz al que es Dios
y hombre. Dios ha restablecido la paz. Reconciliando en su persona lo divino
con lo humano.
Evangelio
A
ti, una espada te traspasará el alma
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 27-35
En aquel tiempo, Simeón, impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo
previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
–«Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre:
–«Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten;
será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos
corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Palabra del Señor.
Liturgia de la Eucaristía
Oración sobre las ofrendas
Que te sean gratas, Señor, las oraciones y ofrendas que te presentamos
con alegría en la memoria de santa María Virgen, que, para rescatar al Hijo y
Redentor de todos nosotros, realizó la ofrenda de los pobres. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio
La bienaventurada Virgen María, mediadora del don
de la salvación
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias,
y deber nuestro glorificarte, Padre santo,
en esta memoria de la bienaventurada Virgen María.
Ésta es la Virgen Hija de Sión
que, cumpliendo la ley,
te presentó al Hijo en el templo,
gloria de tu pueblo Israel
y luz de las naciones.
Ésta es la Virgen puesta al servicio de la obra de
la salvación,
que te ofrece el Cordero sin mancha
para ser inmolado en el ara de la cruz.
Ésta es la Virgen Madre,
gozosa de su descendencia bendita,
que sufre por la profecía del anciano Simeón,
pero se alegra por el pueblo que sale al encuentro
del Salvador.
De este modo, Señor, disponiéndolo tú,
el mismo amor asocia al Hijo y a la Madre,
el mismo dolor los une
y una misma voluntad de agradarte los mueve.
Por eso,
unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos proclamando con alegría:
Santo, Santo, Santo.
Antífona de comunión
Se presentó la Virgen llevando en sus manos al Hijo engendrado antes de
la aurora; el anciano Simeón lo recibió en sus brazos y lo proclamó como Señor
y Salvador ante los pueblos.
Oración después de la comunión
Por la gracia del sacramento que hemos recibido, la virgen Iglesia, como
la Virgen María, te sirva, Señor, con corazón sincero, escuche la voz del
Espíritu y con la lámpara de la fe encendida salga gozosa al encuentro del
Esposo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Introducción
Nadie como la Virgen Madre para conducirnos a su Hijo. De ella Lo hemos
recibido, con ella nos acercamos a Él, junto a ella Le rezamos, gracias a ella
permanecemos cerca de Él y como ella queremos servirlo.
Es lo que queremos pedir a Dios en esta Santa Misa en la que nos
preparamos para celebrar (mañana/en los próximos días) la gran fiesta de la
Presentación de Jesús en el Templo.Cantamos…
Lecturas
La Palabra de Dios nos dirige hacia Cristo, anunciado por los profetas, Templo
viviente de la Nueva alianza, en el que se reúnen todos los pueblos de la
Tierra para alabar a Dios "en espíritu y en verdad".
Oración de los fieles
R. Sal a nuestro encuentro, Señor.
-Como los santos profetas Simeón y Ana en el Templo de Jerusalén, y para
exaltación y extensión de la Iglesia Católica, imagen de la Nueva Jerusalén...
-Con Los Padres de Jesús María y José que, obedientes a la ley, lo
llevaron al templo, rogamos...
-Para que los creyentes respeten el lugar sagrado en el que El Señor se
hace presente en la Palabra y el Pan, rogamos...
-Para que siguiendo el ejemplo de María, nuestra Señora de la
Candelaria, tengamos la santa audacia de llevar al Señor allí donde muchos,
como Simeón y Ana, esperan conocerlo, rogamos...
Ofertorio
María y José presentaron en el Templo al Salvador del mundo.
Hoy también nosotros, implorándoles el don de la humildad, presentamos
los dones que el mismo Salvador ha elegido para hacerse presente entre
nosotros. Cantamos…
Comunión
Siendo hijos de María, Madre de la verdadera Luz, reunidos en este
templo de la Nueva Alianza, como Simeón y Ana, queremos ver a su Hijo. Más que
ellos, deseamos recibirlo en nuestro corazón como Pan del Cielo. Cantamos…
Despedida
Al concluir la celebración, propongámonos permanecer siempre cerca de
María. Solamente así tendremos la certeza de estar junto a Jesús, Luz de las
naciones y gloria del nuevo Israel. Cantamos…
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