Misas de la Virgen
XLI (Tiempo Ordinario XXIII):
"La Virgen
María, Madre del Consuelo"
MISA COMPLETA,
GUIÓN Y COMENTARIO
Los
hechos por los que Dios omnipotente y misericordioso viene en ayuda de su
pueblo sometido a la opresión o al destierro, reciben en la Sagrada Escritura
el nombre de «consuelo de Dios». El supremo Consuelo de los hombres es Cristo,
a quien el Padre, cuando se cumplió el tiempo, envió al mundo para vendar los
corazones desgarrados (cf. 1ª Lectura, Is 61, 1-3. 10-11).
También
Santa María Virgen es llamada y venerada con razón como «Madre del consuelo» o
«Consoladora de los afligidos»ya que por medio de ella Dios envió «el consuelo
a (su) pueblo: Jesucristo, nuestro Señor» (Oración colecta).
Ella,
cuando estuvo junto a Cristo que sufría en la Cruz, soportando un dolor
inmenso, mereció de manera especial la felicidad que el Evangelio promete a los
que lloran (cf. Evangelio 1, Mt 5,5); y después que el Señor la ha consolado
con la Resurrección de Jesús, ella puede consolar a sus hijos en cualquier
lucha (cf. Antífona de entrada, 2 Co 1, 3-5).
Después
de la Ascensión de Cristo, «estando en oración con los apóstoles, / pidió
ardientemente y esperó confiada / el Espíritu del consuelo y de la paz»
(Prefacio, cf. Evangelio 2, Jn 14, 15-21. 25-27).
Además,
después de su Asunción al cielo, no cesa de interceder con amor de madre por
los hombres, afligidos por la tribulación. Por esto, en la Constitución
sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II leemos: «La Madre de
Jesús... precede con su luz al pueblo de Dios peregrinante, como signo de
esperanza segura y de consuelo» (LO 68).
Por
esto, la Madre del Señor es venerada con el título de «Madre del consuelo» o de
«Consuelo de los afligidos» en muchos lugares, sobre todo en la ciudad de Turín
(día 20 de junio), donde tiene dedicado un santuario muy célebre, y en muchas
familias religiosas, entre las cuales destaca la Orden de san Agustín y el
Instituto de Misiones de la Consolata, fundado por el beato José Allamano (+
1926).
Antífona de entrada Cf. 2 Co 1, 3
¡Bendito sea Dios, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos
alienta en nuestras luchas.
Oración colecta
Oh, Dios, que, por medio de santa María, enviaste a tu pueblo el
Consuelo, que es Jesucristo, nuestro Señor; concédenos, por intercesión de la
Virgen, estar llenos de todo consuelo para que podamos consolar a nuestros
hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
Lectura del Profeta Isaías 61, 1-3. 10-11
El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado
para dar la Buena Noticia a los que sufren,
para vendar los corazones desgarrados,
para proclamar la amnistía a los cautivos,
y a los prisioneros, la libertad;
para proclamar el año de gracia del Señor,
el día del desquite de nuestro Dios;
para consolar a los afligidos,
los afligidos de Sion;
para cambiar su ceniza en corona,
su traje de luto en perfume de fiesta,
su abatimiento en cánticos.
Los llamarán «Robles del Justo»,
plantados para gloria del Señor.
Desbordo de gozo con el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como novio que se pone la corona
o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos.
Palabra de Dios.
O
bien:
Dios nos alienta hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en la lucha
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 3-6
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de
misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el
punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con
ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo
rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo.
Si nos toca luchar, es para vuestro aliento y salvación; si recibimos
aliento, es para comunicaros un aliento con el que podáis aguantar los mismos
sufrimientos que padecemos nosotros. Nos dais firmes motivos de esperanza, pues
sabemos que si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo.
Palabra de Dios
Salmo
responsorial Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6 (R.: 6b)
R. Qué grande es
en medio de ti el Santo de Israel.
El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R.
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel.» R.
Aleluya Mt
5, 5
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Evangelio
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y
se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar enseñándoles:
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los
Cielos.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la Tierra.
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos
quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos
de Dios».
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el
Reino de los cielos.
Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan, y os calumnien de
cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra
recompensa será grande en el cielo. De la misma manera persiguieron a los
profetas anteriores a vosotros.
Palabra de Dios.
O
bien:
Le pediré al Padre que os dé otro Defensor, que esté siempre con vosotros
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 15-21. 25-27
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os
dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El
mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo
conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros.
No os dejaré huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá,
pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis
que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros. El que acepta
mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y
yo también lo amaré y me revelaré a él.»
Os he hablado ahora que estoy a vuestro lado; pero el Paráclito, el
Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo
y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La Paz os dejo, mi Paz os doy: No os la doy como la da el mundo. Que no
tiemble vuestro corazón ni se acobarde.
Palabra del Señor.
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Padre santo, la ofrenda de nuestra pobreza, que te presentamos
con alegría en esta memoria de la santísima Virgen, y haz que nuestra
incorporación al sacrificio de Cristo sea para nosotros fuente de consuelo
temporal y de salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
La Santísima Virgen, consolada por el Señor, se
hace consoladora de todos los hombres
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario
darte gracias
y ofrecerte un himno de bendición y alabanza,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual, para ser consuelo del mundo,
fue concebido con gozo por la siempre Virgen María,
que lo engendró en sus entrañas purísimas.
Ella, junto a la cruz del Hijo,
después de soportar acerbísimos dolores,
fue consolada por ti
con la esperanza de la resurrección.
Estando en oración con los apóstoles,
pidió ardientemente y esperó confiada
el Espíritu del consuelo y de la paz.
Y ahora, elevada al cielo,
consuela con amor de madre
a todos los que la invocan con fe,
hasta que amanezca el día glorioso del Señor.
Por eso,
con los ángeles y los santos
cantamos tu gloria diciendo:
Santo, Santo, Santo.
Oración después de la comunión
Fortalecidos por la participación en los sacramentos pascuales, te
pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado la memoria de la Madre de tu Hijo,
demos muerte cada día en nosotros al pecado y, apoyados en la esperanza que no
defrauda, manifestemos el mensaje de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Introducción
Los que peregrinamos por este mundo entre las espinas de las dificultades diarias y las rosas de los consuelos divinos, hacemos un alto en el camino y nos congregamos en el refugio celestial de este recinto para tener un encuentro personal con el Señor Jesús. Es verdad que el Señor, como verdadero Dios, está en todas partes, pero no es menos cierto que solo en la Eucaristía podemos tener con Él un trato personal no solamente espiritual sino también, por decirlo de alguna manera, hasta "sensorial". En efecto, únicamente a través de la Eucaristía podemos "percibir" a Cristo con nuestros sentidos, y experimentar de qué manera Él es para nosotros, el Consuelo en nuestras tribulaciones. Nadie más cercanos a nuestra humanidad que Jesús y su Santísima Madre, los únicos hasta el final de los tiempos, glorificados en cuerpo y alma en el Cielo.
Meditando en esta realidad, vamos a participar de esta Misa en honor la Virgen María, Madre del Consuelo en Persona, que es Jesucristo. Cantamos…
Los que peregrinamos por este mundo entre las espinas de las dificultades diarias y las rosas de los consuelos divinos, hacemos un alto en el camino y nos congregamos en el refugio celestial de este recinto para tener un encuentro personal con el Señor Jesús. Es verdad que el Señor, como verdadero Dios, está en todas partes, pero no es menos cierto que solo en la Eucaristía podemos tener con Él un trato personal no solamente espiritual sino también, por decirlo de alguna manera, hasta "sensorial". En efecto, únicamente a través de la Eucaristía podemos "percibir" a Cristo con nuestros sentidos, y experimentar de qué manera Él es para nosotros, el Consuelo en nuestras tribulaciones. Nadie más cercanos a nuestra humanidad que Jesús y su Santísima Madre, los únicos hasta el final de los tiempos, glorificados en cuerpo y alma en el Cielo.
Meditando en esta realidad, vamos a participar de esta Misa en honor la Virgen María, Madre del Consuelo en Persona, que es Jesucristo. Cantamos…
Lecturas
La Palabra de Dios nos ilumina y consuela anunciándonos el camino de la
verdadera felicidad, recibámosla con fe.
Oración de los fieles
R. Por María,
Consuelo de los afligidos, óyenos, Padre bueno.
-Por la única Iglesia de institución divina, que es santa, católica y apostólica, para que sea el Hogar universal en el que los que están solos encuentren refugio, los débiles, fortaleza, y los arrepentidos, perdón. R.
-Por los sagrados ministros, elegidos, purificados y enviados por el Señor, para que proclamen un "año de gracia" de amnistía a los cautivos, de libertad a los prisioneros y de consuelo a los que están tristes. R.
-Por los que son insultados, perseguidos y calumniados por su fidelidad a Cristo y a la Iglesia, para que experimenten el gozo espiritual de su fidelidad, mantengan la perseverancia en el combate, y reciban el premio eterno de los elegidos. R.
-Por los hombres de ciencia, llamados a hacer fructificar los talentos de Dios, mejorar la calidad de vida de la humanidad y cuidar del Planeta, para que sean dóciles a las mociones del Espíritu Santo, que es el gran Defensor de la vida, de la dignidad y de la libertad de todos los redimidos. R.
-Por los que agonizan solos, en cárceles, instituciones sanitarias o residencias geriátricas, para que no les falte el consuelo sacramental de la Confesión, de la Santa Unción y de la Eucaristía como Viático. R.
Ofertorio
Pan y vino. Son los dones que presentamos para el Sacrificio por el cual recibimos el consuelo en nuestras tribulaciones y la garantía del paso a la eterna felicidad. La Santísima Virgen del Consuelo nos obtenga de Dios estos dones. Cantamos…
Pan y vino. Son los dones que presentamos para el Sacrificio por el cual recibimos el consuelo en nuestras tribulaciones y la garantía del paso a la eterna felicidad. La Santísima Virgen del Consuelo nos obtenga de Dios estos dones. Cantamos…
Comunión
¡Con qué devoción, luego de la Ascensión de Jesús, la Madre Santísima habrá recibido y adorado en el corazón el Cuerpo y la Sangre de su Hijo, en el Sacramento por Él instituido! Que ella nos enseñe a recibir dignamente y a adorar fervorosamente al Dios que llevó en sus entrañas, pues Él es para nosotros, Pan de consuelo y esperanza. Cantamos…
¡Con qué devoción, luego de la Ascensión de Jesús, la Madre Santísima habrá recibido y adorado en el corazón el Cuerpo y la Sangre de su Hijo, en el Sacramento por Él instituido! Que ella nos enseñe a recibir dignamente y a adorar fervorosamente al Dios que llevó en sus entrañas, pues Él es para nosotros, Pan de consuelo y esperanza. Cantamos…
Despedida
Que ningún contratiempo nos desaliente. Contamos con la protección y el consuelo de aquella que fue elegida entre las demás, asociada a la Pasión como ninguna, y exaltada más que cualquiera. Cantamos…
Que ningún contratiempo nos desaliente. Contamos con la protección y el consuelo de aquella que fue elegida entre las demás, asociada a la Pasión como ninguna, y exaltada más que cualquiera. Cantamos…
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