¿JESÚS SÍ, IGLESIA NO?
¿Se puede separar a Cristo de la Iglesia, o la Iglesia de Cristo?
- No, absolutamente no. Nada hay de
más absurdo que separar a la Iglesia de Cristo. Entre Cristo y la Iglesia no
hay ninguna división ni contraposición. Y esto por diversos motivos:
· " La Iglesia está fundada
sobre los Apóstoles, elegidos directamente por Cristo. Ellos "son así el
signo más evidente de la voluntad de Jesús respecto a la existencia y la misión
de su Iglesia, la garantía de que entre Cristo y la Iglesia no existe ninguna
contraposición" (Benedicto xvi, Catequesis
del miércoles, 15/3/06): "Subió al monte y llamó a los que él quiso; y
vinieron junto a él. Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para
enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los
Doce…" (Mc 3,13-16; cfr. Mt 10,1-4; Lc 6,12-16).
Por medio de los Apóstoles, remontamos entonces hasta Jesús mismo.
· " La Iglesia es el Cuerpo de
Cristo, del cual Cristo es Cabeza (cfr. Ef 5,3). No se puede separar la Cabeza
del Cuerpo ni viceversa: se tendrían dos realidades desnaturalizadas,
decapitadas. Cristo "es también la cabeza del cuerpo, de la Iglesia"
(Col 1, 18). Cristo y la Iglesia forman el "Cristo total -
Christus totus. (…) Plenitud de Cristo: la Cabeza y los miembros. ¿Cuál es la
Cabeza, y cuáles son los miembros? Cristo y la Iglesia" (San Augustin, In Iohannis
evangelium tractatus, 21, 8); "Cabeza y miembros son, por así decir,
una sola persona mística" (Santo
Tomas se Aquino, Summa theologiae, III,q.48, a. 2, ad 1).
"Del mismo modo que, en el hombre, cabeza y cuerpo forman un solo hombre,
así el Hijo de la Virgen y sus miembros constituyen también un solo hombre y un
solo Hijo del hombre. El Cristo íntegro y total, como se desprende de la
Escritura, lo forman la cabeza y el cuerpo. En efecto, todos los miembros
juntos forman aquel único cuerpo que, unido a su cabeza, es el único Hijo del
hombre quien, al ser también Hijo de Dios, es el único Hijo de Dios y forma con
Dios el Dios único. Por ello el cuerpo íntegro con su cabeza es Hijo del
hombre, Hijo de Dios y Dios. Por eso se dice también: Padre, éste es mi deseo:
que sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti. (Jn. 17,21). Así, pues, de
acuerdo con el significado de esta célebre afirmación de la Escritura, no hay
cuerpo sin cabeza, ni cabeza sin cuerpo, ni Cristo total, cabeza y cuerpo, sin
Dios" (Beato Isaac, Sermón 42).
· Si se separase Cristo de la
Iglesia;
* Se tendría una falsificación de
la realidad y de la misión de Cristo mismo: se tendría "un Jesús de
fantasía. No podemos tener a Jesús prescindiendo de la realidad que él ha
creado y en la cual se comunica. Entre el Hijo de Dios encarnado y su Iglesia
existe una profunda, inseparable y misteriosa continuidad, en virtud de la cual
Cristo está presente hoy en su pueblo" (Benedicto
xvi, Catequesis del miércoles,15/3/06);
* Se desnaturalizaría
sustancialmente también la naturaleza misma de la Iglesia, la cual, separada de
Su fundador y de Su Cabeza, ya no se trataría de la misma realidad. La Iglesia
es de Cristo, nació desde Su voluntad, desde Su corazón, desde Su Muerte y
Resurrección, desde la efusión de Su Espíritu. "La Iglesia no tiene otra
luz que la de Cristo; ella es, según una imagen predilecta de los Padres de la
Iglesia, comparable a la luna cuya luz es reflejo del sol" (CCC,
748). La Iglesia por tanto no vive de sí misma y para sí misma, sino de Cristo,
con Él y para la misión por Él encomendada: anunciar Su Evangelio y comunicar a
los hombres la Salvación obrada por Cristo;
· Somos miembros de la Iglesia,
hermanos los unos de los otros verdaderamente y solamente en cuanto somos hermanos
de Cristo. Formamos la Iglesia, en cuanto Cristo nos une íntimamente a Sí
mismo. Es Él quien nos hace ser una sola cosa entre nosotros. Más estamos
unidos a Él y más estamos unidos entre nosotros. Esto se realiza de modo
particular mediante el sacramento del Bautismo, en virtud del cual estamos
unidos a la Muerte y a la Resurrección de Cristo, y mediante el Sacramento de
la Eucaristía, gracias al cual "participando realmente del cuerpo del
Señor, nos elevamos a una comunión con El y entre nosotros mismos" (Lg,
7).
· " Si no se tiene a la
Iglesia por madre, no se puede tener a Dios por Padre" (San Cipriano - inicio del III siglo
-, De Ecclesiae catholicae úntate,6).
· "El Hijo de Dios, habiendo
tomado la naturaleza humana, se unió a ella tan íntimamente, que no sólo en
aquel hombre que es el primogénito de toda creatura, sino también en todos sus
santos, no hay más que un solo y único Cristo; y, del mismo modo que no puede
separarse la cabeza de los miembros, así tampoco los miembros pueden separarse
de la cabeza" (San Leòn Magno,
Papa, Sermón 12, Sobre la pasión del Señor, 3, 6-7).
- El eslogan "Jesús sí,
Iglesia no" es por lo tanto del todo inaceptable e inconciliable con la
voluntad de Cristo y con la naturaleza misma de la Iglesia.
¿Entre Cristo y la Iglesia hay acaso identificación?