Mateo 21,33-46
"Escuchad otra parábola: Había
un padre de familias, que plantó una viña y la cercó de vallado, y cavando hizo
en ella un lagar, y edificó una torre, y la dio a renta a unos labradores, y se
partió lejos. Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a
los labradores, para que percibiesen los frutos de ella. Mas los labradores,
echando mano de los siervos, hirieron al uno, mataron al otro y al otro le
apedrearon. De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros, y
los trataron del mismo modo. Por último, les envió su hijo, diciendo: Tendrán
respeto a mi hijo. Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí:
Este es el heredero, venid, matémosle, y tendremos su herencia. Y trabando de
él le echaron fuera de la viña, y le mataron. Pues cuando viniere el Señor de
la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?" Ellos dijeron: "A los
malos destruirá malamente, y arrendará su viña a otros labradores que le paguen
el fruto a sus tiempos". Jesús les dice: "¿Nunca leísteis en las
Escrituras: La piedra que desecharon los que edificaban, ésta fue puesta por
cabeza de esquina? Por el Señor fue esto hecho, y es cosa maravillosa en
nuestros ojos: Por tanto os digo que quitado os será el reino de Dios, y será
dado a un pueblo que haga los frutos de él. Y el que cayere sobre esta piedra, será
quebrantado; y sobre quien ella cayere, lo desmenuzará".
Y cuando los príncipes de los
sacerdotes y los fariseos oyeron sus parábolas, entendieron que de ellos
hablaba. Y queriéndole echar mano, temieron al pueblo, porque le miraban como
un profeta.
San Juan Crisóstomo, homiliae in
Matthaeum, hom. 68,1
Después de la primera parábola puso
otra, para darles a conocer que su acusación es muy grave y no merece perdón.
Por esto dice: "Escuchad otra parábola: Había un padre de familia",
etc.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
El padre de familia es Dios, que es
llamado hombre en algunas parábolas, a la manera de un padre que habla con su
pequeño hijo infantilmente, en sentido que le pueda entender y le instruye.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Se llama hombre por el nombre y no por
la naturaleza, por semejanza y no en verdad. Sabiendo el Hijo que por llamarse
con nombre humano había de ser blasfemado como un mero hombre, por esto llamó a
Dios Padre hombre invisible, porque siendo Señor de los ángeles y los hombres
por naturaleza, tiene la benevolencia de Padre.
San Jerónimo
Plantó una viña, de quien dice Isaías:
la viña del Señor Sabahot es la casa de Israel ( Is 5,7).
Prosigue: "Y la cercó de vallados".
San Jerónimo
Se refiere, o a la muralla de la ciudad
o al auxilio de los ángeles.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
También puede entenderse por el vallado
la defensa de los Santos Padres, que se levantaron como muralla en el pueblo de
Dios.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
También puede decirse que el vallado es
la defensa del mismo Dios, y el lagar es el sitio de las libaciones. Acerca de
lo cual prosigue: "Y cavando hizo en ella un lagar".
San Jerónimo
Esto es, un altar, o aquellos lagares
con cuyo título se designan tres Salmos ( Sal 8; 80; 83), esto es,
los mártires.
San Hilario, in Matthaeum, 22
También consideró a los profetas como a
ciertos lagares en los que se encuentra de muchas maneras una gran abundancia
del fuego del Espíritu Santo.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
El lagar es también la palabra de Dios
que corrige al hombre contradiciendo la naturaleza de la carne.
Prosigue: "Y edificó una torre".
San Jerónimo
Esto es, un templo de quien dice por
Miqueas: Y torre nebulosa de la hija de Sión ( Miq 4,8).
San Hilario, in Matthaeum, 22
En la torre colocó la magnificencia de
la Ley que llegaba desde la tierra hasta al cielo y por la que podía
verificarse la venida de Jesucristo.
Prosigue: "Y la dio en renta a unos labradores".
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Esto es, cuando fueron instituidos los
sacerdotes y los levitas por medio de la ley, y tomaron a su cargo el gobierno
del pueblo. Así como el colono, aun cuando cumpla con su deber no agradará a su
amo si no le entrega las rentas de la viña, así el sacerdote no agrada tanto al
Señor por su santidad, como enseñando al pueblo de Dios la práctica de la
virtud. Porque su santidad es única, y la del pueblo es muy variada.
Prosigue: "Y se marchó lejos".
San Jerónimo
No por haber variado de lugar -porque
Dios no puede decirse que está lejos de ninguna parte, siendo así que todo lo
abarca-, pero parece que se separa de su viña para dejar a los viñadores
libertad para trabajar.
San Juan Crisóstomo, homiliae in
Matthaeum, hom. 68,1
Se marchó lejos porque tuvo
longanimidad, no queriendo castigar siempre los pecados de los malos.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Como el Señor había estado con los
israelitas en la nube durante el día y en la columna de fuego durante la noche
( Ex 13), en adelante ya no se les apareció en esta forma. El pueblo
judío se llama, pues, viña, según Isaías. La amenaza del padre de familia se
hace en contra de esta viña, y en el Evangelio no se inculpa a esta viña, sino
a sus habitantes. Pero en el Evangelio se entiende por viña el reino de Dios,
esto es, la doctrina que se encuentra en las Sagradas Escrituras. Y es el fruto
de esa viña la vida irreprensible de los hombres. Según las Sagradas Escrituras
la cerca fue puesta a la viña para que los frutos que ella tiene escondidos no
sean vistos por los que están fuera. La profundidad de la palabra divina es el
lagar de la viña, en el cual los que aprendieron la palabra de Dios derraman su
saber como frutos. Y la torre edificada es la palabra que procede del mismo
Dios y de las misericordias de Jesucristo. Entregó esta viña a sus campesinos
-esto es, a los que vivieron antes que nosotros-, tanto sacerdotes como
seglares. Y se marchó lejos a su estancia para dar a los campesinos ocasión de
trabajar. Se acerca, pues, el tiempo de los frutos. Según sucede en cada una y
generalmente en todas las creaturas, el primer tiempo de la vida se parece a la
infancia, y entonces nada produce, únicamente tiene en sí mucha fuerza y vigor.
Cuando empieza a poder hablar, es el tiempo de la generación. Todo lo que
progresa el alma de un niño, progresa también la viña -esto es, la palabra de
Dios-, y después que ha crecido, la viña produce el maduro fruto de la caridad,
de la alegría, de la paz y de otras cosas por el estilo.
Y para el pueblo, que recibió la Ley por
medio de Moisés, se acerca el tiempo de que alguna vez dé frutos. Por esto
sigue: "Y cuando se acercó el tiempo de los frutos", etc.
Rábano
Dijo muy oportunamente el tiempo de los
frutos y no de los productos, porque el fruto del pueblo rebelde es nulo.
San Juan Crisóstomo, homiliae in
Matthaeum, hom. non.occ
Llama siervos a los profetas que ofrecen
los frutos del pueblo, y como sacerdotes del Señor, hacen ostentación de su
obediencia por medio de las obras. Estos, por lo tanto, no sólo fueron malos
por no dar fruto, sino que indignándose contra aquéllos que vinieron a pedirlo,
manchan sus manos con la sangre de éstos. Por esto sigue: "Mas los
labradores echando mano de los siervos", etc.
San Jerónimo
Los arrojaron como a Jeremías ( Jer 37),
los mataron como a Isaías, los apedrearon como a Nabot ( 1Re 21) y a
Zacarías, a quien mataron entre el templo y el altar ( Mt 23).
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
La misericordia del Señor aumentaba conforme
crecía la malicia de los judíos. Y a medida que se aumentaba la misericordia
del Señor crecía la malicia de los judíos. Y así peleaba la malicia humana
contra la clemencia divina. Por esto sigue: "De nuevo envió otros
siervos", etc.
San Hilario, in Matthaeum, 22
Envió a muchos siervos, significando
aquello tiempo en el que después de la predicación individual de los profetas,
fueron enviados simultáneamente gran cantidad de vaticinadores.
Rábano
Los primeros siervos enviados fueron
Moisés, el primer legislador, y Aarón, el primer sacerdote de Dios, los cuales
fueron muertos por el látigo de la lengua y los despacharon sin nada. Por lo
tanto, comprendamos que los otros siervos fueron la multitud de profetas.
San Hilario, in Matthaeum, 22
La venida de Nuestro Señor Jesucristo
está representada por el hijo enviado. Por esto sigue: "Por último, les
envió su hijo".
San Juan Crisóstomo, homiliae in
Matthaeum, hom. 68,1
¿Y por qué no lo envió primero? Para
poderlos acusar por lo que habían hecho con otros, y para que abandonando su
rabia, respetasen al propio hijo que venía. Por esto sigue: "Tendrán
respeto a mi hijo".
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Envió a éste no para traer la sentencia
del castigo a los que obraban mal, sino para ofrecerles el perdón por medio de
la penitencia. Es decir, lo envió para humillarlos, y no para castigarlos.
San Jerónimo
Cuando dice, quizá respetarán a mi hijo,
no lo dice porque ignore. ¿Cómo había de ignorar el padre de familia, que aquí
representa a Dios? Pero se dice muchas veces que Dios anda dudoso, para que de
este modo pueda conservarse inmune el libre albedrío en el hombre.
San Juan Crisóstomo, homiliae in
Matthaeum, hom. 68,1
Dice también esto, anunciando lo que debía
suceder. Porque convenía que ellos se avergonzasen. Por esto quiere dar a
entender que es grande el pecado de aquéllos, y que carece de toda excusa.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Y aquello que dice: "Respetarán a
mi hijo" parece que se cumple respecto de aquellos judíos que, conociendo
a Jesucristo, creyeron en El. Pero está aquello otro que dice: "Mas los
labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: éste es el heredero,
venid, matémosle". En estas palabras se cumplió aquello de que, habiendo
visto a Jesucristo y conociendo que era Hijo de Dios, sin embargo, lo
crucificaron.
San Jerónimo
Preguntamos a Arrio y a Eunomio: he aquí
que se dice, el Padre no sabe; todo lo que dicen respecto del padre,
entiéndanlo también respecto del Hijo, que según dice, no sabe cuándo será el
día del juicio ( Mc 13).
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Dicen también algunos que, después de la
encarnación, Cristo fue llamado el Hijo de Dios, por medio del bautismo, como
sucede a los demás cristianos, a quienes desde este día muestra el Señor
diciendo: "Enviaré a mi hijo". Cuando aun pensaba mandar a su Hijo
después de los profetas, ya existía su Hijo. Por lo tanto, si se llama hijo de
este modo, como todos los santos a quienes alcanza la palabra de Dios, debió
también llamar a los profetas hijos como a Jesucristo, o decir que Jesucristo
era siervo como los demás profetas.
San Jerónimo
Cuando dice: "Este es el
heredero", demuestra el Señor claramente que los príncipes de los judíos
no se proponían crucificar al Hijo de Dios por ignorancia sino por envidia.
Comprendieron, por lo tanto, que El era aquél a quien el Padre le dice por
medio del Profeta: "Pídeme y te daré todas las gentes en herencia"
( Sal 2,8). La herencia del Hijo es la santa Iglesia que se formó de
todos los gentiles, la que el Padre le dejó, no porque hubiese muerto, sino
porque la adquirió de un modo admirable por su propia muerte.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Sin embargo, después que entró en el
templo y arrojó fuera a los que vendían animales destinados a los sacrificios,
entonces fue cuando pensaron matarle de una manera resuelta. Por esto dicen:
"Venid y matémosle". Entonces decían entre sí: El pueblo dejará la
costumbre de ofrecer sacrificios por la predicación de éste, y sus sacrificios
constituyen nuestras ganancias. Y se dedicará a ofrecer el sacrificio de la
santidad, que afecta a la gloria de Dios; y en este caso, este pueblo ya no
será nuestro, sino de Dios. Pero si lo matamos, como no habrá quien exija al
pueblo el fruto de la santidad, durará para siempre la costumbre de ofrecer
sacrificios, el pueblo será nuestra dotación constante. A esto se refiere lo
que sigue: "Y tendremos su herencia". Este es el pensamiento general
de todos los sacerdotes materiales que no se cuidan de cómo podrá vivir el
pueblo sin pecar, sino que se fijan sólo en lo que se ofrece en la Iglesia,
considerando a esto como ganancia de su sacerdocio.
Rábano
Los judíos trataban de apoderarse de su
herencia, extinguiendo la fe que de Dios procede y esforzándose en inculcar al
pueblo que prefiriera la de ellos que procede de la Ley.
Prosigue: "Y trabando de él lo echaron fuera de la viña y le
mataron".
San Hilario, in Matthaeum, 22
Jesucristo fue llevado fuera de
Jerusalén, como fuera de su viña, a sufrir la sentencia de su condenación.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Y cuando dice: "Le sacaron fuera de
la viña", me parece que lo consideraron como extraño de la viña y de los
colonos.
Prosigue: "Pues cuando viniere el Señor de la viña, ¿qué hará a
aquellos labradores?"
San Jerónimo
Les pregunta el Señor no porque no sepa
lo que van a contestar, sino para que se condenen por su propia boca. Prosigue:
"Ellos dijeron: A los malos destruirá malamente", etc.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Como respondieron la verdad, no puede
decirse que juzgaron con justicia, sino que la verdad les obligó.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Como Caifás, así éstos no vaticinaron
por sí mismos contra sí, puesto que se les había de privar de la divina gracia
que había de pasar a los gentiles los cuales habían de dar fruto a su tiempo; y
el Señor, a quien mataron, vino en seguida resucitado de entre los muertos y
perdió a los malos colonos de mala manera. Entregó entonces su viña a otros
colonos (esto es, a los apóstoles), o sea a aquéllos que creyeron, procedentes
del pueblo judío.
San Agustín, de consensu
evangelistarum, 2,70
San Marcos no dice que respondieran
esto, sino que el Señor lo dijo cuando siguió hablando. Después de su pregunta,
de alguna manera se respondió a sí mismo. Pero puede entenderse fácilmente que,
o la voz de aquellos estaba tan confundida que no podían responder, o ellos
respondieron sin comprender. Mas aún esta respuesta debe atribuirse al Señor,
porque como dijeron la verdad, también respondería por ellos el que es la
verdad misma.
San Juan Crisóstomo, homiliae in
Matthaeum, hom. 68,2
En esto no hay contradicción alguna,
porque sucedió lo uno y lo otro, esto es, primero respondieron ellos y el Señor
reiteró la contestación.
San Agustín, de consensu
evangelistarum, 2,70
Lo que más llama la atención en San
Lucas es que no sólo dice que ellos no respondieron esto, sino que también
dieron una contestación contraria. Lo refiere así: "Habiendo oído esto -a
saber, una sentencia que había salido de la boca del Señor- dijeron: De ningún
modo" ( Lc 20,16). Resta, por lo tanto, que comprendamos que del
pueblo que oía algunos respondieron lo que dice San Mateo, y que los otros
contestaron lo que dice San Lucas, esto es: "De ningún modo". Y no
llame la atención lo que diga San Mateo, que los príncipes de los sacerdotes y
los ancianos del pueblo se acercaron al Salvador, y así, sin mediación de
alguna persona une la narración hasta la parte donde se habla de la viña que
fue entregada a otros viñadores. También puede creerse que habló todas estas
cosas con los príncipes de los sacerdotes. Pero San Mateo calló en obsequio de
la brevedad lo que refirió San Lucas, a saber, esta parábola no fue dicha
solamente para aquéllos que preguntaron al Salvador, en virtud de qué poder
hacía prodigios, sino para la plebe, entre quienes había algunos que dijesen:
"Los perderá, y entregará su viña a otros colonos". Sentencia que con
seguridad se entiende que es propia del mismo Dios, ya por la verdad, ya por la
unión de los miembros con su cabeza. Había también algunos que contestando a
los que respondían decían: "De ninguna manera", porque comprendían
que la parábola era contra ellos.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Además San Lucas refirió según lo que
estos habían contestado. Y San Mateo, según la contestación de su conciencia,
porque en realidad se contradijeron, diciendo: "De ninguna manera",
pero en su conciencia decían: "A los malos debe perderlos malamente";
así como cuando un hombre es cogido en una acción mala y se excusa con
palabras, pero interiormente reconoce su delito.
San Juan Crisóstomo, homiliae in
Matthaeum, hom. 68,2
El Señor por lo tanto les propuso esta
parábola, para que ellos, sin saberlo, se sentenciaran a sí mismos, como
sucedió a David, respecto de Natán. Comprendían además que lo que se había
dicho se decía contra ellos, y por esto contestaron: "De ninguna
manera".
Rábano
En sentido moral, a cada uno se le
entrega su viña para que la cultive cuando se le administra el sacramento del
bautismo, para que trabaje por medio de él. Es enviado un siervo, otro, y un
tercero; cuando la ley, el salmo y la profecía dicen, en virtud de cuyas
enseñanzas debe obrarse bien. Pero el enviado es muerto y arrojado fuera, se
desprecia su predicación o lo que es peor, se blasfema de él. Mata al heredero
en cuanto a sí, todo aquel que ultraje al Hijo de Dios y ofenda al Espíritu de
su gracia. Una vez perdido el mal cultivador, la viña fue entregada a otro,
como sucede con el don de la gracia, que el soberbio menosprecia, y el humilde
recoge.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Después, como veía que no se convencían,
les citó un testimonio de la Sagrada Escritura. Prosigue: "Les dijo Jesús:
¿nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los que edificaban?",
etc. Esto es, si no comprendéis mi parábola, al menos conoceréis este
testimonio de la Sagrada Escritura.
San Jerónimo
Viene a decirse una misma cosa en
diferentes parábolas: Los que en una de ellas se llaman operarios y colonos, en
otra son llamados edificadores o constructores.
San Juan Crisóstomo, homiliae in
Matthaeum, hom. 68,2
Llama a Jesucristo la piedra, los
doctores de los judíos son los edificadores, que reprobaron a Jesucristo
diciendo: "Este no procede de Dios" ( Jn 9,16).
Rábano
Pero aun cuando ellos no querían,
consolidó la piedra el cimiento del ángulo, porque unió por medio de su fe a
todos los que quiso, procedentes de uno y otro pueblo. Por esto sigue:
"Esta fue puesta para cabeza de esquina".
San Hilario, in Matthaeum, 22
Fue hecho cabeza del ángulo, porque hay
cierta unión entre los lados de la ley y de los gentiles.
San Juan Crisóstomo, homiliae in
Matthaeum, hom. 68,2
Después añadió, para que sepan que nada
de lo que hacían los judíos podía contrariar a Dios: "Por el Señor fue
esto hecho".
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Esto es, esta piedra es un don regalado
por Dios al edificio del universo, y es la cabeza admirable que se presenta a
nuestra vista para que podamos verla con la luz de nuestra inteligencia.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Como diciendo: ¿por qué no queréis
entender que la piedra, una vez desechada por vosotros, se ha de poner en el
ángulo de algún edificio que no será el vuestro sino otro? Si ha de levantarse
otro edificio, debe abandonarse vuestra construcción. Por esto añade: "Por
tanto, os digo, que quitado os será el reino de Dios", etc.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Llama reino de Dios a los misterios del
reino de Dios, es decir, a las divinas Escrituras que el Señor ha dictado. En
primer lugar, a aquel pueblo primitivo a quien fueron confiados los primeros
misterios; en segundo lugar, a los gentiles que producían frutos. A nadie se
concede la palabra de Dios, sino al que da de ella frutos. Y a ninguno se concede
tampoco el reino de Dios si el pecado reina en él. Por lo tanto, ¿cómo les fue
dado a aquéllos a quienes se le volvió a quitar? Pero observa que lo que se da,
se da gratuitamente. Y aquéllos a quienes concedió esta gracia, no se la
concedió en absoluto, como a sus escogidos y a sus fieles, a quienes la dio por
juicio de elección.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Jesucristo es llamado piedra, no sólo
por su firmeza, sino también porque es grande en la destrucción de sus enemigos,
por esto sigue: "Y el que cayere sobre esta piedra, será
quebrantado", etc.
San Jerónimo
El que es pecador y sin embargo cree en
El, cae en verdad sobre esta piedra y se quebranta, pero no se destroza por
completo, sino que se le espera por medio de la paciencia para obtener su
salvación. Y cuando cae sobre alguno (esto es quien de corazón ha negado a
Jesucristo), lo quebrantará de tal modo que no quedará de él una sola teja en
que pueda beber un poco de agua.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Una cosa es ser quebrantado, y otra ser
destrozado. De lo que se rompe queda algo, pero lo que se desmenuza queda
reducido a polvo. Lo que da contra la piedra no se quebranta por la dureza de
la piedra, sino por la fuerza con que choca; también según su peso, o la altura
de donde cae. Esto sucede al cristiano que peca, que no sufre únicamente lo que
Jesucristo puede hacerle perecer, sino que él se pierde por sus propias
acciones, ya según la gravedad de su pecado o ya por la elevación de su
dignidad. Pero los infieles únicamente en cuanto al uso que hacen del
conocimiento que tengan de Jesucristo.
San Juan Crisóstomo, homiliae in
Matthaeum, hom. 68,2
Aquí da a conocer las dos clases de
perdición: una que procede de cuando se ofende a Dios y se escandaliza a los
demás, a la cual se refiere cuando dice: "El que cayere sobre esta piedra
será quebrantado". Y la otra se refiere a la cautividad que habrá de
sobrevenirle, como indica cuando dice: "Y sobre quien ella cayere",
etc.
San Agustín, quaestiones
evangeliorum, 1,30
Ahora se refiere a aquéllos que caerán
sobre El, que lo desprecian de algún modo o lo injurian. Estos no perecen en
absoluto pero quedan mal tratados y ya no marchan por caminos rectos. Cuando
cae sobre éstos, vendrá sobre ellos en el día del juicio con la pena de la
eterna perdición. Y por esto dijo: "Lo desmenuzará, para que sean como
polvo del impío, a quien arrastra el viento por la faz de la tierra"
( Sal 1,4).
San Jerónimo
Aunque los judíos eran de corazón duro
por su incredulidad, comprendían, sin embargo, que todas las sentencias de
Jesucristo se dirigían contra ellos. Por esto dice: "Y cuando los
príncipes", etc.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Hay una diferencia entre los hombres
buenos y los hombres malos. El bueno cuando cae en pecado, llora porque pecó.
Pero el malo se enfurece, no porque ha pecado, sino porque ha sido cogido en el
pecado. Y el malo no sólo no hace penitencia, sino que antes al contrario, se
enfurece más contra quien lo corrige. Por esto los que son reprendidos se
vuelven peores. Prosigue: "Y queriéndole echar mano, temieron al pueblo,
porque le miraban como a un profeta".
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Conocen algo de lo que es verdad cuando
lo consideran como a un profeta, pero no conocen toda su grandeza, según la
cual era hijo de Dios. Los príncipes temen a las turbas que conociéndolo así
estaban dispuestas a defenderlo, porque no pueden ponerse a la altura de sus
conocimientos, no creyendo nada digno respecto de El. Por lo tanto, debe tenerse
en cuenta que habían diversas opiniones entre los que querían prender a Jesús.
Los príncipes y los fariseos deseaban detenerlo, pero de un modo distinto al
que deseaba tenerle la esposa del Cantar de los Cantares, cuando dice: "Lo
he sujetado y no lo dejaré hasta que lo lleve a mi tienda" ( Cant 3,4),
o como dice en otro lugar: "Subiré a la palma, y tendrá su
altura"( Cant 7,8). Pero los que no conocen perfectamente a la
divinidad quieren cogerle para maltratarle. Además, no se deben comprender ni
admitir palabras contrarias a las de Jesucristo. Ninguno puede por lo tanto
comprender el Verbo de la verdad -esto es, entenderlo- ni separar del sentido
de los que creen, ni mortificarlo -esto es, destruirlo-.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum
in Matthaeum, hom. 40
Pero todo hombre malo prende y mata a
Dios (en cuanto le es posible). El que quebranta los mandamientos de Dios, el
que murmura contra Dios, el que mira al cielo con rostro airado, ¿no echaría
mano de Dios y le mataría si pudiese para poder pecar con libertad?
Rábano
Sin embargo, temen poner su mano sobre
Jesús por las turbas que todos los días se levantan en su Iglesia, puesto que
cada hermano, de sólo nombre, se avergüenza o tiene miedo de contrariar la fe y
la unidad de la paz (que no ama), por los que son buenos y viven con El.
No hay comentarios:
Publicar un comentario