Hay tentaciones, como las de la carne, que se vencen huyendo;
otras, como las de la ira, resistiéndolas, y otras, como las de la vanagloria,
despreciándolas (San Felipe Neri)
Cuando Dios envía tribulaciones a un alma, le da una prueba de
grande afecto (San Felipe Neri)
El que se alegra de ser despreciado y se tiene por nada, es un
discípulo perfecto de la escuela de Jesucristo (San Felipe Neri)
Entre las gracias que hemos de pedir a Dios, una de ellas ha de ser
la perseverancia (San Felipe Neri)
No hay nada más peligroso en la vida espiritual que querer
dirigirse uno a sí mismo (San Felipe Neri)
La ociosidad es una calamidad para el cristiano. Debemos siempre
hacer algo, no sea que venga el demonio y nos haga caer en sus lazos (San
Felipe Neri)
Nada ayuda al hombre tanto como la oración (San Felipe Neri)
Echémonos en brazos de Dios, y estemos seguros que si algo quiere
de nosotros, nos dará fuerzas para hacer todo lo que desee que hagamos (San
Felipe Neri)
Procura rechazar los escrúpulos, porque turban el alma y engendran la
tristeza (San Felipe Neri)
Nada hay más desagradable a Dios, que un alma orgullosa de sí misma
(San Felipe Neri)
No debemos aborrecer a nadie, porque Dios no viene a estar en un
alma que no ama a su prójimo (San Felipe Neri)
En la Comunión debemos pedir la curación de aquel vicio a que
estamos sujetos (San Felipe Neri)
El demonio, que es muy orgulloso, teme mucho la humilde confesión.
(San Felipe Neri)
Desprendamos nuestros corazones de las cosas de este mundo;
digámonos muchas veces: ¿y después? ¿y después? (San Felipe Neri)
No seamos prontos en juzgar a los otros: pensemos primero en
nosotros mismos (San Felipe Neri)
Para estar en paz con el prójimo, no pienses nunca en sus defectos
naturales (San Felipe Neri)
No siempre nos conviene lo mejor (San Felipe Neri)
El siervo de Dios no debe querer recibir la recompensa de su
servicio en este mundo (San Felipe Neri)
El que huye de una cruz, encontrara en su camino otra más pesada
(San Felipe Neri)
Antes de ir a confesaros, bueno será pedir a Dios la buena voluntad
de ser santo (San Felipe Neri)
Dios se complace en el alma humilde que cree no haber comenzado aún
a hacer el bien (San Felipe Neri)
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