Antífona de entrada
Dan 3, 58
Ángeles del Señor, bendigan al Señor,
alábenlo y glorifíquenlo eternamente.
Oración colecta
Dios nuestro, en tu admirable providencia
envías a tus santos ángeles para custodiarnos;
concédenos contar siempre con su protección
y gozar eternamente de su compañía.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor Dios,
los dones que te presentamos en honor de tus santos ángeles;
y por su constante protección líbranos de los peligros presentes
y llévanos a la alegría eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio:
La gloria de Dios manifestada
por los Ángeles
V/. El Señor esté con ustedes
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Y proclamar siempre tu alabanza por los ángeles y arcángeles,
pues el honor que ellos te tributan
manifiesta tu grandeza y tu gloria
y, por grande que sea su esplendor
tú demuestras cuán inmenso eres
y que has de ser honrado por encima de cualquier creatura,
por Jesucristo, Señor nuestro.
Por él te alaba la multitud de los ángeles
y nosotros nos unimos a ellos
para adorarte alegremente
y cantar a una sola voz:
Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Antífona de comunión
Sal 137, 1
Te cantaré en presencia de los ángeles, Dios mío.
Oración después de la comunión
Padre celestial,
guía por el camino de la salvación y de la paz,
bajo la custodia de tus ángeles,
a quienes alimentas con estos sacramentos de vida eterna
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lectura del libro del Exodo
23, 20-23a
Yo voy a enviar un Ángel delante de ti, para que te proteja en el
camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado.
Respétalo y escucha su voz. No te rebeles contra él, porque no
les perdonará las transgresiones, ya que mi Nombre está en él.
Si tú escuchas realmente su voz y haces todo lo que yo te diga,
seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios. Entonces mi Ángel
irá delante de ti.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 90, 1-6. 10-11
R. Que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos.
Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío». R.
Él te librará de la red del cazador
y de la peste perniciosa;
te cubrirá con sus plumas,
y hallarás un refugio bajo sus alas. R.
No temerás los terrores de la noche,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que acecha en las tinieblas,
ni la plaga que devasta a pleno sol. R.
No te alcanzará ningún mal,
ninguna plaga se acercará a tu carpa,
porque Él te encomendó a sus ángeles
para que te cuiden en todos tus caminos. R.
ALELUIA Sal 102, 21
Aleluia.
¡Bendigan al Señor, todos sus ejércitos,
sus servidores, los que cumplen su voluntad!
Aleluia.
EVANGELIO
Sus ángeles en el
cielo están constantemente
en presencia de mi Padre celestial
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 18,
1-5. 10
Los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: «¿Quién es
el más grande en el Reino de los Cielos?»
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les
aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el
Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será
el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños
en mi Nombre, me recibe a mí mismo.
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les
aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi
Padre celestial».
Palabra del Señor.
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