Queridas hermanas:
Les escribo estas líneas a cada
una de Ustedes que están en los cuatro Monasterios de Buenos Aires. El pueblo
argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo
resultado puede herir gravemente a la familia.
Se trata del proyecto de ley
sobre matrimonio de personas del mismo sexo. Aquí está en juego la identidad, y
la supervivencia de la familia: papa, mamá e hijos. Está en juego la vida de
tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración
humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un
rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones.
Recuerdo una frase de Santa
Teresita cuando habla de su enfermedad de infancia. Dice que la envidia del
Demonio quiso cobrarse en su familia la entrada al Carmelo de su hermana mayor.
Aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en
el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer
que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra.
No seamos ingenuos: no se trata
de una simple lucha política es la pretensión destructiva al plan de Dios. No
se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una
´´movida´´ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los
hijos de Dios. Jesús nos dice que, para defendernos de este acusador mentiroso,
nos enviará el Espíritu de Verdad.
Hoy la Patria, ante esta
situación, necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la
luz de la Verdad en medio de las tinieblas del error necesita de este Abogado
que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca
justificar este proyecto de ley, y que confunden y engañan incluso a personas
de buena voluntad.
Por esto recurro a Ustedes y
les pido oración y sacrificio, las dos armas invencibles que confesaba tener
Santa Teresita. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los Senadores que
han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por situaciones de
coyuntura sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les señala. Pidan
por ellos, por sus familias que el Señor los visite, los fortalezca y consuele.
Pidan para que ellos hagan un gran bien a la Patria.
El proyecto de ley se tratará
en el Senado después del 13 de julio. Miremos a San José. a María, al Niño y
pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento.
Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha
angustia: ´´esta guerra no es vuestra sino de Dios´´. Que ellos nos socorran,
defiendan y acompañen en esta guerra de Dios.
Gracias por lo que harán en
esta lucha por la Patria. Y , por favor, les pido también que recen por mi. Que
Jesús las bendiga y la Virgen Santa las cuide.
Afectuosamente,
Afectuosamente,
Jorge Mario Bergoglio s.j
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