Miércoles de la 25ª semana
OBRAS DE LOS RELIGIOSOS
¿Han de preferirse las
obras de los religiosos a las obras de los que se dedican a la salvación de las
almas?
1º) Ha de responderse
que dos obras pueden compararse entre sí de muchas maneras. Primero, según su
género, como cuando decimos que la continencia virginal es más excelente que la
continencia de las viudas. Y en este sentido la vida activa es más fructuosa
que la contemplativa, pero ésta es más meritoria que aquélla. Además, el celo
de las almas es un sacrificio gratísimo a Dios, si se ejercita ordenadamente,
esto es, si uno cuida primero de su propia salvación y después de la salvación
de los demás. Porque en caso contrario: ¿Qué aprovecha al hombre si ganare todo
el mundo, y perdiere su alma? (Mt., 16, 26).
2º) Una acción es
preferida a otra acción según la voluntad que la hace; porque lo que se hace
con voluntad más pronta, es considerado mejor, y el que obra con más fervorosa
caridad, ejecuta obras más meritorias.
3º) Una obra puede ser comparada con otra, no en sí, sino con relación con otro acto, como la abstinencia es preferible a la acción de tomar comida; sin embargo, tomar alimento con otro por caridad es preferible a la abstinencia.
Comparadas, de este
modo, las obras del religioso son incomparablemente más excelentes que las
obras de los que se consagran a la salvación de las almas; porque las que
ejecutan los religiosos están unidas a aquella raíz por la que consagraron toda
su vida a Dios. En consecuencia, no se ha de pesar lo que hacen, sino, más
bien, con qué finalidad se consagraron a hacer todo lo que hacen. Así,
comparados con los que ejecutan alguna buena obra singular, están en la
relación de in infinito con lo finito. Porque quien se entrega a alguno para
hacer todo lo que éste mande, se entrega más infinitamente a él que quien se
entrega para una acción determinada. Por eso, en el supuesto de que un
religioso, según la exigencia de su religión, hiciere alguna obra pequeña en
sí, habrá de recibir, sin embargo, mayor intensidad, por su relación con la
obligación primera por la que todo él se consagró con voto a Dios.
4º) Si se comparan
unas a otras las obras consideradas en sí mismas, entonces algunas obras
particulares que ejecutan los demás sacerdotes son mayores que algunas obras
particulares hechas por los religiosos, como es mayor la obra de trabajar en la
salvación de las almas que ayunar o guardar silencio o cosa semejante.
Pero si todas (las de
los unos) se comparan a todas, las de los otros, son mucho mayores las obras de
los religiosos; porque, aunque procurar la salvación de los otros es mayor que
trabajar únicamente en la salvación propia, hablando en general, sin embargo,
no se prefiere trabajar de cualquier modo en la salvación de los otros a
trabajar de cualquier modo en la propia, pues si alguno trabaja total y
perfectamente en su salvación, realiza una obra mucho mayor que el que hace
muchas obras particulares para la salvación de los otros, y en su propia
salvación trabaja suficientemente, pero no perfectamente.
(Quodlib., q. V, a. 1)
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