Martes de la 20ª semana
ASUNCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
I. Me he exaltado
como cedro sobre el Líbano (Eccli 24, 17). Los seis árboles a los cuales es
comparada la exaltación de la Bienaventurada Virgen en la Epístola de esta
festividad pueden simbolizar los seis órdenes de bienaventurados.
El cedro representa
a los ángeles por la sublimidad de su naturaleza. El ciprés simboliza a los
patriarcas y profetas por la suavidad de su olor. Por lo cual se dijo de uno de
ellos: He aquí el olor de mi hijo, como el olor de un campo lleno (Gen 27, 27).
La palma simboliza a
los Apóstoles por su triunfo glorioso sobre todo el mundo, y también la
victoria.
La rosa representa a
los mártires por la efusión de sangre, que tiene color rojo. Como rosal
plantado (Eccli 39, 17).
El olivo simboliza a
los confesores por el aceite. Mas, yo, como oliva fructífera en la casa de Dios
(Sal 51, 10).
El plátano significa
a las vírgenes, por la frialdad que apaga el incendio de la liviandad, pues
crece junto a las aguas.
II. El sentido es,
pues, que la Virgen fue exaltada como los ángeles, los patriarcas, los
profetas, los Apóstoles, los mártires, los confesores y las vírgenes; aún más,
sobre los coros de los ángeles y sobre todos los santos. Y es de maravillar:
Porque tuvo los merecimientos de los ángeles, viviendo angelicalmente. San Jerónimo dice: "Vivir en la carne como si no se tuviese carne no es vida terrena, siso celestial." El mismo autor dice también: "La virginidad es hermana de los ángeles."
Poseyó también los
merecimientos de los profetas, profetizando: Me dirán bienaventurada todas las
generaciones (Lc I, 48). Efectivamente, vio en espíritu profético y profetizó
que había de ser beatificada por todos los pueblos y que todos ellos debían
recibir al Hijo de Dios y suyo.
Tuvo los méritos de
los Apóstoles y Evangelistas, enseñando; pues fueron escritas y predicadas
muchas cosas que los santos no pudieron saber sino por revelación de ella, como
la aparición del ángel en la concepción y otras muchas.
Poseyó el mérito del
mártir, padeciendo con su Hijo muerte de cruz. Una espada te traspasará el alma
(Lc 2, 35).
Tuvo el mérito de
los confesores, confesando devotamente al Señor. Mi alma engrandece al Señor
(Lc 1, 46).
Poseyó el
merecimiento de las vírgenes, incoando y conservando la virginidad. Fue enviado
el ángel Gabriel a María Virgen. (Lc 1)
Y como poseyó el
mérito de todos, asimismo fue conveniente que fuese exaltada sobre todos. 193
(Serm., LVIII).
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