sábado, 29 de febrero de 2020

Meditaciones de Cuaresma con textos de Santo Tomás de Aquino 4


Sábado después de Ceniza

EL GRANO DE TRIGO


Sí el grano de trigo, que cae en la tierra, no muriere, él solo quedará (Jn 12, 24).

Para dos cosas usamos el grano de trigo: para el pan y para semilla. Aquí se trata del grano de trigo que es semilla, no como materia del pan, porque en este último caso no brota para que produzca fruto. Mas dice muriere, no porque pierda la virtud seminativa, sino porque se muda en otra especie. Lo que tú siembras, no se vivifica, si antes no muere (I Cor 15, 36).

El Verbo de Dios es semilla en el alma del hombre, por cuanto entra en ella por la voz sensible para producir fruto de buenas obras, como dice San Lucas: La simiente es la palabra de Dios (8, 11). Del mismo modo el Verbo de Dios, vestido de carne, es la semilla enviada al mundo, de la cual debía brotar abundantísima mies, por lo cual se compara al grano de mostaza (Mt 13, 31). Dice, pues: Yo he venido como la semilla, para fructificar, y por eso os digo en verdad: Sí el grano de trigo, que cae en la tierra, no muriere, él solo queda; esto es, si yo no muero, no se seguirá el fruto de la conversión de las gentes. Mas se compara al grano de trigo, porque vino para restablecer y sustentar a las mentes humanas. Esto lo hace principalmente el pan de trigo, como dice la Escritura: El pan corrobore el corazón del hombre (Sal 103, 15). El pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo (Jn 6, 52).

El Catecismo de la Iglesia Católica comentado 2 (Por Mons. José Ignacio Munilla)


Catecismo 1

PROLOGO

La vida del hombre: conocer y amar a Dios 1

Mons. JOSE IGNACIO MUNILLA

PRÓLOGO y NÚMERO 1


PRÓLOGO
"PADRE, esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo" (Jn 17,3). "Dios, nuestro Salvador... quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad" (1Tm 2,3-4). "No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" (Hch 4,12), sino el nombre de Jesús.
1  Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, se hace cercano del hombre: le llama y le ayuda a buscarle, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su familia, la Iglesia. Para lograrlo, llegada la plenitud de los tiempos, envió a su Hijo como Redentor y Salvador. En Él y por Él, llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida bienaventurada.


Prólogo
"PADRE, esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo" (Jn 17,3). "Dios, nuestro Salvador... quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad" (1Tm 2,3- 4). "No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" (Hch 4,12), sino el nombre de Jesús.

Tiene su importancia por dónde comienza el Catecismo, eso no es baladí. A la hora de comenzar a exponer tantas cosas, uno dice bueno por dónde empezamos. Sin duda alguna, el ver por dónde comienza el Catecismo es también indicativo de en qué se quiere poner el acento.
Quiere desde el comienzo mostrar sus cartas, desde el comienzo quiere ir a lo esencial, quiere ir al corazón del meollo, no empezar un discurso por cuestiones periféricas en las que uno se pierde y como si fuesen los lectores del Catecismo se desenganchan o se desencantan porque resulta que ha comenzado el Catecismo en lugar de ir a la esencia de lo que quiere enseñar pues se ha ido por las ramas. Lógicamente el Catecismo quiere ir a lo esencial.

Juan 17, 3:
3 Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo.

Por lo tanto, primera convicción desde la que parte el Catecismo: la primera convicción es que la vida eterna, el sentido de la existencia consiste en que el hombre no camine a ciegas, no de palos de ciego como se dice, sino que el hombre viva de cara a la realidad, que el hombre conozca a Dios, conozca a su Padre, conozca de dónde ha venido, conozca a dónde va.

Cuaresma Himnos de la liturgia (Vísperas)


Vísperas


HIMNO
Domingo

Oh bondadoso Creador, escucha
la voz de nuestras súplicas y el llanto
que, mientras dura el sacrosanto ayuno
de estos cuarenta días, derramamos.

A ti, que escrutas nuestros corazones
y que conoces todas sus flaquezas,
nos dirigimos para suplicarte
la gracia celestial de tu indulgencia.

Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos,
pero estamos, al fin, arrepentidos,
y te pedimos, por tu excelso nombre,
que nos cures los males que sufrimos.

Haz que, contigo ya reconciliados,
podamos dominar a nuestros cuerpos,
y, llenos de tu amor y de tu gracia,
no pequen más los corazones nuestros.

Oh Trinidad Santísima, concédenos,
oh simplicísima Unidad, otórganos
que los efectos de la penitencia
de estos días nos sean provechosos. Amén.

HIMNO
Lunes

viernes, 28 de febrero de 2020

Lecturas del domingo y el catecismo de la Iglesia - I domingo de Cuaresma Ciclo A


Primer domingo de Cuaresma

CEC 394, 538-540, 2119: la tentación de Jesús
CEC 2846-2949: “No nos dejes caer en la tentación”
CEC 385-390, 396-400: la Caída
CEC 359, 402-411, 615: Adán, el Pecado Original; Cristo el nuevo Adán




CEC 394, 538-540, 2119: la tentación de Jesús

394 La Escritura atestigua la influencia nefasta de aquel a quien Jesús llama "homicida desde el principio" (Jn 8,44) y que incluso intentó apartarlo de la misión recibida del Padre (cf. Mt 4,1-11). "El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo" (1 Jn 3,8). La más grave en consecuencias de estas obras ha sido la seducción mentirosa que ha inducido al hombre a desobedecer a Dios.

Las tentaciones de Jesús
538 Los evangelios hablan de un tiempo de soledad de Jesús en el desierto inmediatamente después de su bautismo por Juan: "Impulsado por el Espíritu" al desierto, Jesús permanece allí sin comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían (cf. Mc 1, 12-13). Al final de este tiempo, Satanás le tienta tres veces tratando de poner a prueba su actitud filial hacia Dios. Jesús rechaza estos ataques que recapitulan las tentaciones de Adán en el Paraíso y las de Israel en el desierto, y el diablo se aleja de él "hasta el tiempo determinado" (Lc 4, 13).
539 Los evangelistas indican el sentido salvífico de este acontecimiento misterioso. Jesús es el nuevo Adán que permaneció fiel allí donde el primero sucumbió a la tentación. Jesús cumplió perfectamente la vocación de Israel: al contrario de los que anteriormente provocaron a Dios durante cuarenta años por el desierto (cf. Sal 95, 10), Cristo se revela como el Siervo de Dios totalmente obediente a la voluntad divina. En esto Jesús es vencedor del diablo; él ha "atado al hombre fuerte" para despojarle de lo que se había apropiado (Mc 3, 27). La victoria de Jesús en el desierto sobre el Tentador es un anticipo de la victoria de la Pasión, suprema obediencia de su amor filial al Padre.
540 La tentación de Jesús manifiesta la manera que tiene de ser Mesías el Hijo de Dios, en oposición a la que le propone Satanás y a la que los hombres (cf Mt 16, 21-23) le quieren atribuir. Por eso Cristo ha vencido al Tentador en beneficio nuestro: "Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado" (Hb 4, 15). La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto.

2119 La acción de tentar a Dios consiste en poner a prueba, de palabra o de obra, su bondad y su omnipotencia. Así es como Satán quería conseguir de Jesús que se arrojara del templo y obligase a Dios, mediante este gesto, a actuar (cf Lc 4, 9). Jesús le opone las palabras de Dios: “No tentaréis al Señor, tu Dios” (Dt 6, 16). El reto que contiene este tentar a Dios lesiona el respeto y la confianza que debemos a nuestro Creador y Señor. Incluye siempre una duda respecto a su amor, su providencia y su poder (cf 1 Co 10, 9; Ex 17, 2-7; Sal 95, 9).

CEC 2846-2949: “No nos dejes caer en la tentación”

Meditaciones de Cuaresma con textos de Santo Tomás de Aquino 3


Viernes después de Ceniza

LA CORONA DE ESPINAS


Salid, y ved, hijas de Sión, al rey Salomón con la corona, con que le coronó su madre en el día de su desposorio, y en el día de la alegría de su corazón (Cant 3, 11).

Es la voz de la Iglesia, que invita a las almas de los fieles a contemplar cuán admirable y precioso es su esposo. Porque las hijas de Sión son las mismas que las hijas de Jerusalén, las almas santas, ciudadanos de aquella suprema ciudad, las cuales disfrutan de paz perpetua en compañía de los Ángeles, y por consiguiente, contemplan la gloria del Señor.

I. Salid, esto es, salid de la vida turbulenta de este siglo, para que podáis contemplar con la mente expedita al que amáis. Y ved al rey Salomón, es decir, al verdadero Cristo pacífico. Con la corona con que le coronó su madre; como si dijese: considerad a Cristo revestido de la carne por nosotros, carne que tomó de la carne de la Virgen, su Madre. Pues llama corona a la carne, que Cristo tomó por nosotros, en la que, habiendo muerto, destruyó el imperio de la muerte; y en la que, resucitando, nos dio la esperanza de resucitar.

Cuaresma Himnos de la liturgia (Hora intermedia)



HIMNO
Tercia

Amigo de los hombres, Jesucristo,
tú solo das sentido a nuestra historia,
y, con los ojos fijos al futuro,
la Iglesia vive fiel a tu memoria.

Este tiempo de ayuno te presenta
de nosotros la parte más oscura,
y tus manos clavadas al madero
nos devuelven tu paz y tu ternura.

A lo largo del día no nos dejes,
no nos falte la luz de tu mirada:
llena de amor los pasos que caminan
de este mundo a la luz de tu alborada. Amén.

o bien:

Como el fuego calcina
la madera reseca,
cuando el pecado nos domina,
Espíritu de Dios,
purifícanos.

Como el río derrama
por la tierra sus aguas
y hay flor y fruto en la rama,
Espíritu de Dios,
vivifícanos.

Como tu fuerte viento
hizo en el mar camino,
cuando haya duda y desaliento,
Espíritu de Dios,
ayúdanos.

Luz, Amor, Viento, Fuego,
los caminos de éxodo
enseña al hombre pobre y ciego.
Espíritu de Dios,
condúcenos. Amén.

Sexta:

jueves, 27 de febrero de 2020

Meditaciones de Cuaresma con textos de Santo Tomás de Aquino 2


Jueves después de Ceniza


EL AYUNO



I. Se ayuna principalmente para tres fines:

1º) Para reprimir las concupiscencias de la carne. Razón por la cual dice el Apóstol: En ayunos, en pureza (II Cor 6, 5), porque por los ayunos se conserva la castidad. Pues, como dice San Jerónimo: "Sin Ceres y Baco fría está Venus, esto es, por la abstinencia en el comer y beber se calma la lujuria"2.

2º) Se ayuna para que el espíritu se eleve con más libertad a la contemplación de las cosas sublimes. Por eso se lee en Daniel que después de un ayuno de tres semanas recibió de Dios la revelación (10, 2 y sgtes).

Cuaresma Himnos de la liturgia (Laudes)


Laudes


HIMNO
Domingo

Oh sol de salvación, oh Jesucristo,
alumbra lo más hondo de las almas,
en tanto que la noche retrocede
y el día sobre el mundo se levanta.

Junto con este favorable tiempo
danos ríos de lágrimas copiosas,
para lavar el corazón que, ardiendo
en jubilosa caridad, se inmola.

La fuente que hasta ayer manó delitos
ha de manar desde hoy perenne llanto,
si con la vara de la penitencia
el pecho empedernido es castigado.

Ya se avecina el día, el día tuyo,
volverá a florecer el universo;
compartamos su gozo los que fuimos
devueltos por tu mano a tus senderos.

Oh Trinidad clemente, que te adoren
tierra y cielo a tus pies arrodillados,
y que nosotros, por tu gracia nuevos,
cantemos en tu honor un nuevo canto. Amén.

HIMNO
Lunes

miércoles, 26 de febrero de 2020

Cuaresma Himnos de la liturgia (Oficio de lectura)


Oficio de lectura


HIMNO
Domingo

Delante de tus ojos
ya no enrojecemos
a causa del antiguo
pecado de tu pueblo.
Arrancarás de cuajo
el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde
de corazón sincero.

En medio de los pueblos
nos guardas como un resto,
para cantar tus obras
y adelantar tu reino.
Seremos raza nueva
para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe,
según tu Primogénito.

Caerán los opresores
y exultarán los siervos;
los hijos del oprobio
serán tus herederos.
Señalarás entonces
el día del regreso
para los que comían
su pan en el destierro.

¡Exulten mis entrañas!
¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor, que es justo,
revoca sus decretos:
la salvación se anuncia
donde acechó el infierno,
porque el Señor habita
en medio de su pueblo. Amén.

HIMNO
Lunes

Meditaciones de Cuaresma con textos de Santo Tomás de Aquino 1


TIEMPO DE CUARESMA

Miércoles de Ceniza

LA MUERTE


Por un hombre entró el pecado en este mundo, y por el pecado, la muerte (Rom 5, 12)

1º) Si alguno, por su culpa, es privado de algún beneficio que se le ha dado, la carencia de aquel beneficio es la pena de aquella culpa. Al hombre, en su primer estado, le fue concedido por Dios este beneficio: que, mientras su espíritu estuviera sometido a Dios, se sometiesen las fuerzas inferiores del alma a la mente racional, y el cuerpo al alma. Mas, puesto que la mente del hombre se apartó por el pecado de la sujeción a Dios, se siguió que tampoco las fuerzas inferiores se sometiesen totalmente a la razón; de donde resultó tanta rebelión del apetito carnal contra la razón, que ni tampoco el cuerpo estuviese enteramente sujeto al alma. Y de aquí provienen muerte y otros defectos corporales; porque la vida y la integridad del cuerpo consisten en que éste se someta al alma, como lo perfectible a su perfección. De donde, por el contrario, la muerte y la enfermedad y cualquier defecto corporal pertenecen al defecto de sujeción del cuerpo al alma. Por lo tanto es evidente que, así como la rebelión apetito carnal contra el espíritu es pena del pecado de los primeros padres, así también la muerte y todos los defectos corporales.

martes, 25 de febrero de 2020

«En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios» Cuaresma 2020 Francisco

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA CUARESMA 2020

«En nombre de Cristo os pedimos 
que os reconciliéis con Dios» (2 Co 5,20)



Queridos hermanos y hermanas:

El Señor nos vuelve a conceder este año un tiempo propicio para prepararnos a celebrar con el corazón renovado el gran Misterio de la muerte y resurrección de Jesús, fundamento de la vida cristiana personal y comunitaria. Debemos volver continuamente a este Misterio, con la mente y con el corazón. De hecho, este Misterio no deja de crecer en nosotros en la medida en que nos dejamos involucrar por su dinamismo espiritual y lo abrazamos, respondiendo de modo libre y generoso.

1. El Misterio pascual, fundamento de la conversión

La alegría del cristiano brota de la escucha y de la aceptación de la Buena Noticia de la muerte y resurrección de Jesús: el kerygma. En este se resume el Misterio de un amor «tan real, tan verdadero, tan concreto, que nos ofrece una relación llena de diálogo sincero y fecundo» (Exhort. ap. Christus vivit, 117). Quien cree en este anuncio rechaza la mentira de pensar que somos nosotros quienes damos origen a nuestra vida, mientras que en realidad nace del amor de Dios Padre, de su voluntad de dar la vida en abundancia (cf. Jn 10,10). En cambio, si preferimos escuchar la voz persuasiva del «padre de la mentira» (cf. Jn 8,45) corremos el riesgo de hundirnos en el abismo del sinsentido, experimentando el infierno ya aquí en la tierra, como lamentablemente nos testimonian muchos hechos dramáticos de la experiencia humana personal y colectiva.

Por eso, en esta Cuaresma 2020 quisiera dirigir a todos y cada uno de los cristianos lo que ya escribí a los jóvenes en la Exhortación apostólica Christus vivit: «Mira los brazos abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez. Y cuando te acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te libera de la culpa. Contempla su sangre derramada con tanto cariño y déjate purificar por ella. Así podrás renacer, una y otra vez» (n. 123). La Pascua de Jesús no es un acontecimiento del pasado: por el poder del Espíritu Santo es siempre actual y nos permite mirar y tocar con fe la carne de Cristo en tantas personas que sufren.

2. Urgencia de conversión

Fragmentos de Verdad Católica (18) - La cuaresma ¿Cómo vivirla? -Mons. Raffaello Martinelli



LA CUARESMA: ¿CÓMO VIVIRLA?
¿Qué es la Cuaresma? - ¿Por qué cuarenta días? - ¿Cuáles son los grandes temas cuaresmales? - ¿Cuáles son las prácticas cuaresmales? - ¿Cuál es la importancia del ayuno? - Acerca de la limosna:- ¿Cómo dar la limosna?

¿Qué es la Cuaresma?
- Es un período especial del año litúrgico durante el cual el pueblo cristiano se prepara para celebrar el misterio Pascual.
- La Cuaresma es un tiempo oportuno para estar, junto con María Santísima y San Juan, el discípulo amado, junto a Cristo que en la Cruz consuma, por toda la humanidad, el sacrificio de su vida (cfr Jn 19, 25).
- «Mirarán al que traspasaron»: es tiempo oportuno para mirar con confianza el costado de Jesús, atravezado por la lanza, del cual brotaron «sangre y agua» (Jn 19, 34)!
- «Que la Cuaresma sea para todos los cristianos una experiencia renovada del amor de Dios que se nos ha dado en Cristo, amor que también nosotros cada día debemos «volver a dar» al prójimo, especialmente al que sufre y al necesitado. Sólo así podremos participar plenamente en la alegría de la Pascua» (benedicto xviMensaje para la Cuaresma 2007).

¿Por qué cuarenta días?

Quizá el aspecto más notable en la personalidad de la Beata María Ludovica De Angelis sea su dedicación generosa al trabajo. Pero digámoslo mejor evocando una frase del apóstol Pablo: la actividad de su fe, el trabajo laborioso de su caridad, la constancia de su esperanza - Mons. Héctor Aguer


POR LUDOVICA Y POR LOS NIÑOS

Homilía de Mons. Héctor Aguer
en la celebración diocesana de la 

Beata María Ludovica De Angelis.

Iglesia Catedral, 25 de febrero de 2005



La Iglesia suele celebrar la memoria litúrgica de los santos en el día aniversario de su muerte. Que no es,  en realidad, la muerte, sino la entrada en la vida verdadera. A ese día se lo llama dies natalis, el  día del nacimiento al cielo. 
El año pasado hemos participado con  gozo  en  dos  acontecimientos  eclesiales  que,  sin  desmedro  de  su universalidad –porque los santos pertenecen a la Iglesia toda– nos atañen cercanamente a los fieles de La Plata: la beatificación de Sor Ludovica en Roma y poco después el traslado de sus reliquias a esta Catedral, donde reciben una constante veneración y constituyen un tesoro preciadísimo de la Arquidiócesis. Hoy celebramos por primera vez su fiesta, en el día que fue asignado en el momento de la beatificación y que incluimos en nuestro calendario litúrgico particular.

La multitud, congregación o comunidad de los santos –y bien podemos incluir en ella a quienes han recibido los honores de la beatificación- en su diversidad tan rica y en su concertada armonía muestran la fecundidad de la Santa Iglesia, activa en todo tiempo y lugar. Varones y mujeres de todas las épocas, climas y culturas, personas muy diferentes por su condición, cualidad y oficio, que recibieron también dones, vocaciones y misiones distintas, se han integrado ya como piedras vivas, escogidas, bellísimas de la Jerusalén celestial y reverberan variadamente reflejando la gloria de Dios. Cada santo es único en el firmamento de la gloria, donde –para usar otra imagen bíblica- una estrella difiere de  otra en resplandor ( 1 Corintios 15, 41).

Corresponde, pues, que nos alegremos, pero que lo hagamos con aquella alegría espiritual que encuentra sus motivos en el orden invisible, aunque realísimo, de la fe; la fe, en efecto, nos da acceso, descorriendo el velo de lo visible, temporal y provisorio, a la contemplación de cómo se cumplen todas las promesas de Dios: al vencedor lo haré sentar conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono (Apocalipsis 3, 21). Nos alegramos porque esta promesa de Cristo glorioso se ha cumplido en María Ludovica De Angelis, y contemplamos su figura, reconociendo en ella los dones de la gracia que son la fuente de sus méritos, pero también su respuesta libre y fiel a la fidelidad del Señor.

lunes, 24 de febrero de 2020

Máximas de San Juan Bosco sobre los misioneros


MISIONEROS

San Juan Bosco con la primera expedición misionera salesiana

   En la foto aparecen: Primera fila, de izquierda a derecha:
   D. Giovanni Cagliero - Don Bosco - Giovanni Battista Gazzolo, cónsul argentino en Savona – 
   D. Giuseppe Fagnano, destinado a ser director del colegio de San Nicolás.
Segunda fila:
Coadj. Bartolomeo Scavini, maestro carpintero - ¿¿?? – D. Valentino Cassini – D. Giovanni Baccino, que morirá dieciocho meses después abatido por el excesivo trabajo – Coadj. Stefano Belmonte, músico y encargado de la economía doméstica – Don Doménico Tomatis, cronista de la expedición – Clérigo Giacomo Allavena – Coadj. Bartolomeo Molinari, maestro de música instrumental y vocal.


- Buscad almas, no dinero, ni dignidades. (Recuerdos a los primeros Misioneros)

- Amad, venerad y respetad a las demás Ordenes Religiosas y hablad siempre bien de ellas. Este es el medio de ganaros la. estima de todos y promover el bien de la Congregación. (Recuerdos a los primeros misioneros)

- Para triunfar en las misiones se requieren: muchas oraciones, mucho sacrificio y mucho tiempo; el tiempo depende de Dios, el trabajo del misionero, pero las plegarias las debemos suministrar nosotros.

- Los que desean verdaderamente gracias especiales de María Auxiliadora, que ayuden a las Misiones y tengan la seguridad de que las obtendrán.

domingo, 23 de febrero de 2020

Fragmentos de Verdad Católica (17) - ¿Cómo medita un cristiano? -Mons. Raffaello Martinelli


¿CÓMO MEDITA UN CRISTIANO?
 ¿Qué es la meditación para el cristiano? - ¿Sobre qué se funda la meditación cristiana? - ¿Qué dimensiones de la persona involucra la meditación? - ¿Qué importancia tiene el cuerpo en la meditación cristiana? - ¿Qué importancia tiene la técnica en la meditación cristiana? - ¿Qué ayudas puedo usar para meditar bien? - ¿Existen etapas en la vida de perfección? - ¿Cuáles son los métodos de meditación? - ¿Cómo practicar la Lectio Divina? - ¿Cuáles son los límites del método? - ¿Qué cosa son las gracias místicas? - ¿Cuánto dura la meditación cristiana? - ¿El cristiano para su meditación puede aprender de otras religiones?




¿Qué es la meditación para el cristiano?
- La meditación es:

· silencio, reverente escucha y obediente recepción de la Palabra de Dios, en vista a conformar según ella toda mi vida;

· ser y estar con Dios: “permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí solo, si no está unido a la vid, así sucede con ustedes” (Jn 15,4);

· acercarse a aquel misterio de la unión con Dios, que los Padres Griegos llamaron divinización del hombre: “Dios se ha hecho hombre para que el hombre sea Dios” (San Atanasio) ;

· retornar a buscar la virtud y el amor de Dios, y no a encontrar saber en general o una particular disposición psicológica”. (San Francisco de SalesIntroducción a la vida devota, Filotea, II,V) ;

· pensar sobre alguna verdad de fe, para creer con mayor convicción, amarla como un valor concreto que me atrae, practicarla con la ayuda del Espíritu Santo. Se trata de un conocer amorosamente. Implica reflexionar, amar, y tener propósitos prácticos. Su valor está no en pensar mucho, sino en amar mucho” (CEI, Nº 996);

sábado, 22 de febrero de 2020

Explicación de Cátedra de San Pedro de Bernini

La Cátedra de San Pedro don de Cristo a su Iglesia - Benedicto XVI



BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 22 de febrero de 2006

La Cátedra de San Pedro don de Cristo a su Iglesia


 (La audiencia general del miércoles 22 de febrero se celebró en dos momentos sucesivos:  el primero en la basílica de San Pedro y el segundo en la sala Pablo VI.)

 (En la Basílica de San Pedro)

Queridos amigos, deseo dar una cordial bienvenida a todos los presentes en esta basílica, cuyo ábside hoy está adornado e iluminado con ocasión de la fiesta de la Cátedra del apóstol Pedro. En particular, os saludo a vosotros, queridos estudiantes y profesores del colegio San Francisco de Lodi, que conmemoráis el cuarto centenario de vuestra escuela, fundada por los padres barnabitas; así como a vosotros, queridos alumnos y profesores del instituto María Inmaculada de Roma.

La fiesta de hoy, que nos invita a mirar a la Cátedra de san Pedro, nos estimula a alimentar la vida personal y comunitaria con la fe fundada en el testimonio de san Pedro y de los demás Apóstoles. Si imitáis su ejemplo, también vosotros, queridos amigos, podréis ser testigos de Cristo en la Iglesia y en el mundo.

 (En la sala Pablo VI)
  
Queridos hermanos y hermanas:

La liturgia latina celebra hoy la fiesta de la Cátedra de San Pedro. Se trata de una tradición muy antigua, atestiguada en Roma desde el siglo IV, con la que se da gracias a Dios por la misión encomendada al apóstol san Pedro y a sus sucesores. La "cátedra", literalmente, es la sede fija del obispo, puesta en la iglesia madre de una diócesis, que por eso se llama "catedral", y es el símbolo de la autoridad del obispo, y en particular de su "magisterio", es decir, de la enseñanza evangélica que, en cuanto sucesor de los Apóstoles, está llamado a conservar y transmitir a la comunidad cristiana. Cuando el obispo toma posesión de la Iglesia particular que le ha sido encomendada, llevando la mitra y el báculo pastoral, se sienta en la cátedra. Desde esa sede guiará, como maestro y pastor, el camino de los fieles en la fe, en la esperanza y en la caridad.

¿Cuál fue, por tanto, la "cátedra" de san Pedro? Elegido por Cristo como "roca" sobre la cual edificar la Iglesia (cf. Mt 16, 18), comenzó su ministerio en Jerusalén, después de la Ascensión del Señor y de Pentecostés. La primera "sede" de la Iglesia fue el Cenáculo, y es probable que en esa sala, donde también María, la Madre de Jesús, oró juntamente con los discípulos, a Simón Pedro le tuvieran reservado un puesto especial.

Espiritualidad Bíblica 16 - Misericordioso y Benigno es el Señor - Mons. Dr. Juan Straubinger



2. HACIA EL PADRE


2.3. MISERICORDIOSO Y BENIGNO ES El SEÑOR
(Sal. 102, 8).


I

Alguien que, por una rápida infección en la cara se halló a un paso de la muerte sin perder el conocimiento, ha narrado las angustias de ese momento para el que quiere prepararse al juicio de Dios. Sentía necesidad de dormir, pero luchaba por no abandonarse al sueño, porque tenía la sensación de que éste era ya la muerte y que en cuanto se durmiese despertaría en el fuego del purgatorio si no ya en el infierno. Aunque había hecho confesión general y recibido los sacramentos le faltaba todo consuelo, y la certeza de la futura pena se le imponía como una necesidad de justicia, pues tenía, claro está, conciencia de haber pecado muchas veces, pero no la tenía de haberse justificado suficientemente ante Dios.

Una religiosa enfermera, a quien le confió esa tremenda angustia espiritual, no hizo sino confirmarle esos temores, como si debiera estar aún muy satisfecho si ese fuego no fuese el del infierno.

Salvado casi milagrosamente de aquel trance —agrega—, consulté con un sacerdote, que me aconsejó leer y estudiar el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, y allí encontré lo que asegura la paz del alma, pues al comprender que "nadie es bueno sino uno, Dios" (Luc. XVIII, 19), comprendí que sólo por la misericordia podemos salvarnos y que en eso precisamente consiste nuestro consuelo, en que podemos salvarnos por los méritos de Jesucristo, pues para eso se entregó El en manos de los pecadores.

Maravillosa e insuperable verdad, que nos llena más que ninguna otra de admiración, gratitud y amor hacia Jesús y hacia el Padre que nos lo dió. Ella quedará grabada para siempre en el alma que haya meditado este misterio de la misericordia divina.

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