MISA
- Desde por la mañana al oir la Misa ofreced a Dios las ocupaciones
del día y en particular las confesiones, las clases, los catecismos y los
sermones. (Recuerdos a los primeros misioneros)
- Póngase en práctica el consejo del Concilio de Trento: Cada vez
que asistamos a la Santa Misa, procuremos estar en tal estado que nos permita
acercarnos a la santa Comunión, para que de esta manera participemos más del
fruto de está augusto Sacrificio.
- Tened gran empeño en asistir bien .a la Santa Misa y cada uno
propóngase promover la devota participación a ella. La Santa Misa es el mejor
medio para aplacar la ira de Dios y alejar de nosotros sus castigos.
- Incúlquese con constancia a los jóvenes, que aprendan bien las
palabras rituales de la Santa Misa y las pronuncien devotamente para no caer en
el defecto de decirlas rutinariamente y con precipitación.
- El tiempo más propicio para implorar gracias del Señor es la
elevación de la Hostia y del Cáliz en la Santa Misa.
- La comunión frecuente y la Misa cotidiana son las columnas que deben
sostener un edificio educativo.
- De ser posible asístase todos los días a la Santa Misa,
recordando aquellas palabras de San Agustín: Que no morirá de mala muerte
quien, asista devotamente y con asiduidad a la Santa Misa.
- La manera más fructuosa de participar en la Santa Misa consiste
en dividirla en tres letras "P"; Una "P" roja, otra P"
negra y la tercera "P" blanca: la P roja significa la Pasión de
Nuestro Señor, que se medita hasta la elevación; la P negra significa nuestros
Pecados que fueron causantes de la Pasión del Salvador y que se ofrece hasta el
momento de la comunión; la P blanca simboliza nuestros Propósitos de enmienda.
- La Santa Misa impide cualquier triunfo del demonio.
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