miércoles, 22 de julio de 2020

Meditaciones del tiempo ordinario con textos de Santo Tomás de Aquino 114


Miércoles de la 16ª semana

VIDA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA


Mis flores son frutos de honor y de riqueza (Eccli 24, 23).

I. Nuestra Señora fue llena de gracia durante toda su vida. Por eso, usando una figura, se dice de Esther: Era hermosa en extremo y de increíble belleza; y parecía a los ojos de todos graciosa y amable (Est 2, 15). Ésta es aquella Rebeca, joven de muy buen parecer, y virgen muy hermosa, a quien varón no ha conocido (Gen 24, 16). Se comprenden así las palabras del Cantar de los Cantares: Toda eres hermosa, amiga mía (Cant 4, 7). Dice toda, porque fue tan hermosísima en su alma y en su cuerpo, que nadie la podrá igualar jamás.

Por lo cual, sobre aquellas palabras del Cantar de los Cantares, Toda eres hermosa, dice San Bernardo: "Hermosísima en su rostro, integérrima en su carne, y santísima en su alma. Si miras diligentemente, no hay preciosidad, ni candor, ni gloria, que no resplandezca en ella." Así, pues, a causa de esta plenitud de vida, tuvo la virtud del imán, porque así como el imán atrae a sí al hierro, así también la Virgen santa atrajo a sí de lo alto al Verbo de Dios. Por eso la Bienaventurada Virgen María, adornada con la diadema real de las dobles virtudes del alma y del cuerpo, resplandeciente de belleza, conocida en los cielos por su hermosura, atrajo a sí las miradas de los ciudadanos del cielo hasta inclinar a sí el corazón del Rey, y atraer a sí al mensajero celestial.

Por lo tanto, aun cuando no podamos imitarla totalmente, debemos seguirla, en lo posible, en esa gracia de vida santa, y trabajar con ella para adquirir la castidad de alma y cuerpo, la firmeza de su paciencia en las adversidades, la longanimidad de su perseverancia en el bien; porque, como dice San Bernardo: "Si quieres alcanzar su ayuda en las adversidades de la vida, no dejes de seguir el ejemplo de su vida".
(Salut. angel. exp., II)


II. La Bienaventurada Virgen María ejercitó las obras de todas las virtudes; mientras que los demás santos, sólo algunas especiales; pues uno fue humilde; otro, casto; otro, misericordioso; por ese motivo son presentados como ejemplares de virtudes particulares, como San Nicolás, ejemplo de misericordia, etc.; mas la Bienaventurada Virgen María es presentada como ejemplar de todas las virtudes; pues en ella encuentras un ejemplo de humildad: He aquí la esclava del Señor (Lc 1, 38); Miró la bajeza de su esclava (Ibid., 48); de virginidad: porque no conozco varón (Ibid„ 34); y de todas las virtudes, como es sobradamente conocido.
(Sal. angel. exp., I)

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