El Sagrado Corazón de Jesús y la familia.
El amor infinito de Dios usó dos medios para manifestarse, a través
de la institución de la familia y de la encarnación del Verbo.
El Corazón de Jesús nos recuerda que hemos ido redimidos por un amor
Divino y por un amor humano.
La unión del Verbo con la naturaleza humana es un desposorio.
Ya no serán dos sino una sola carne se refiere al matrimonio y a la
encarnación.
Dios y el hombre se han casado en Jesucristo.
La unión del Verbo con la humanidad es fecunda y transmite una vida
divina.
La unión de Cristo con la Iglesia es el modelo de la unión de los
esposos.
Las bodas de Caná es la imagen en el que manifiestan como están
entrelazados los misterios del amor matrimonial y la encarnación.
En gran parte la infelicidad del mundo nace de la desestructuración
de la familia y esta viene de la ausencia de Cristo.
Si Cristo no reina en la familia esta se desestructura.
El Evangelio había expulsado en buena medida de la familia en
Europa pero (MT 12,23) ha vuelto y el final es peor que al principio
contraatacando con más fuerza a la familia.
Al apartar la mirada de Cristo el amor se corrompe. De allí la
consagración de las familias al Corazón de Jesús.
Crisis de pensamiento de tipo racionalista que se ha cerrado a la
Revelación. Un Cristianismo Ligth que acepta lo que parece razonable con los
valores aceptados en la cultura sin acoger la revelación en su conjunto.
Las lecturas rupturistas del Concilio, enfatizando que el
matrimonio que es una alianza de corazones contraponiéndolo con el compromiso
conyugal. Reduciendo el amor cristiano al romanticismo.
El rechazo a la Humanae Vitae, quitando del corazón del matrimonio
la vocación a la donación de la vida.
Sin la mirada al Corazón de Cristo se introducen todos estos males.
Las familias que continúan mirando al Corazón de Cristo son felices
y se convierten en signo de contradicción, se la rechaza pero a la vez se las
admira y desea.
El Corazón de Jesús es una escuela a las familias. Por su
encarnación el amor de Dios es imitable.
1 Podemos imitarlo en que el
amor de Dios es comunicativo. Existe el demonio mudo en la familia que bloquea
y hace daño a la familia.
2 El amor de Cristo es
sensible además de espiritual. Es plenitud del amor humano. El amor de Dios se
extiende a los afectos y sentimientos humanos. Integra el eros y al agape.
3 El amor de Cristo no da un
paso atrás en el pecado. Nos ama cuando no lo merecemos. Sin rebajar su mensaje
a nuestra mediocridad.
4 El Corazón de Jesús nos revela
la imagen de la esponsalidad. Imágenes del amor de Dios hacia nosotros en la
Sagrada Escritura, Padre, Amigo y Esposo, las tres imágenes se suman. CEC 1602.
Imagen esponsal.
En lo que se refiere a la santidad del amor no hay nada
definitivamente conquistado. Nuestra vida es una constante purificación del
amor.
El matrimonio es camino de santidad incluso también cuando en el
matrimonio existe vía crucis.
Para ver la primera conferencia: De Corazón a Corazón
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