P. Ragheed Ganni,
Sacerdote Católico
Mártir de Cristo, mártir de Irak
Todavía estremecidos por el grito de dolor de la Iglesia copta en Egipto,
que llora a sus hijos asesinados el pasado 26 de mayo de 2017, la Fundación EUK
Mamie —a través de su «Proyecto Despierta»— les ofrece este breve clip: un homenaje a otro heroico mártir de la actual
persecución contra los cristianos en países de mayoría musulmana, en el décimo
aniversario de su muerte: «P. Ragheed Ganni. Mártir de Cristo, mártir de Irak».
El P. Ragheed Ganni fue
martirizado en Irak a manos de extremistas islámicos, el 3 de junio de 2007.
Había recibido ya varias amenazas de muerte pero, a pesar del comprensible
temor, no abandonó su puesto al frente del rebaño que le había sido encomendado.
Días antes de su muerte escribía a un amigo: «Cada día esperamos el ataque
decisivo, pero no dejaremos de celebra la misa». De una intensa vivencia
eucarística alcanzó la fortaleza para resistir —firme en la fe— hasta entregar
su vida. En el Congreso Eucarístico italiano de 2005, dijo: «Alguna vez yo
mismo, me siento frágil y lleno de miedo. Cuando con la Eucaristía en la mano,
digo las palabras “He aquí el Cordero de Dios, que quita los pecados del
mundo”, siento en mí su fuerza: yo tengo en mis manos la hostia, pero en
realidad es Él quien me tiene a mí y a todos nosotros, quien desafía a los
terroristas y nos tiene unidos en su amor sin fin».
Terroristas musulmanes le
instaron a cerrar la parroquia. El P. Ragheed se negó siempre. El 3 de junio de
2007, salía del templo al terminar la Eucaristía dominical. Iba acompañado por
tres sub-diáconos: Basman Yousef, Gassam Isam Bidawed y Wahid Hanna Isho.
Hombres armados les salieron al paso. La mujer de Bidawed está presente, pero
es separada de los hombres. Ella dio testimonio de lo ocurrido: «Uno de los
asesinos gritaba contra el P. Ragheed: “Te dije que cerraras la iglesia, ¿por
qué no lo hiciste? ¿Por qué estás todavía allí?” Él respondió con simplicidad:
“¿Cómo puedo cerrar la casa de Dios?” Lo tiraron al suelo y el P. Ragheed tuvo
sólo el tiempo de indicarme con la cabeza que me tenía que ir. Abrieron fuego y
los mataron a los cuatro».
Los terroristas pusieron
explosivos sobre sus cuerpos. Se necesitaron horas de trabajo para poder
recomponerlos. No obstante las amenazas, más de dos mil personas participaron
en sus funerales. Todos ellos han sido declarados mártires por la Iglesia
católica caldea. Que su testimonio de fe nos impulse a una entrega más generosa
al Señor.
Hna. Beatriz Liaño,
S.H.M.
Directora de la Oficina de Prensa
Fundación E.U.K. Mamie
Directora de la Oficina de Prensa
Fundación E.U.K. Mamie
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