viernes, 14 de agosto de 2020

Meditaciones del tiempo ordinario con textos de Santo Tomás de Aquino 137

 

Viernes de la 19ª semana

PERFECCIÓN DE LA VIDA CRISTIANA

La caridad - Piero del Pollaiolo

 

Mas sobre todo esto tened caridad, que es el vínculo de la perfección (Col 3, 14).

 

I. Se dice que una cosa es perfecta cuando alcanza el fin propio que es su última perfección. Así, la caridad es la que nos une a Dios, último fin del alma humana, porque quien permanece en caridad, en Dios permanece, y Dios en él (1 Jn 4, 16). Luego la perfección de la vida cristiana se considera especialmente según la caridad.

 

Se dice que el hombre es perfecto, simplemente y sin restricción, por razón de aquello en que principalmente consiste la vida espiritual; y se dice perfecto relativamente por razón de aquello por lo que está unido a la vida espiritual. Mas la vida espiritual consiste principalmente en la caridad, y quien no la posee, no es nada espiritualmente. Por eso dice el Apóstol; Si tuviere profecía, y supiere todos los misterios, y cuanto se puede saber; y si tuviere toda la fe, de manera que traspasase los montes, y no tuviere caridad, nada soy (1 Cor 13, 2). También el apóstol San Juan afirma que toda la vida espiritual consiste en el amor, diciendo: Nosotros sabemos que hemos sido trasladados de la muerte a la vida en que amamos a los hermanos. El que no ama, está en muerte (1 Jn 3, 14). Así, pues, hablando absolutamente, es perfecto en la vida espiritual el que es perfecto en la caridad.

 

II. Pero de un modo relativo puede ser llamado perfecto por razón de aquello que se añade a la vida espiritual. Esto puede demostrarse evidentemente por las palabras de la Sagrada Escritura. Porque dice el Apóstol (Col 3, 14) que la perfección se atribuye principalmente a la caridad; ya que después de enumerar muchas virtudes, como la misericordia, la benignidad, la humildad, etc., añade otra vez: Mas sobre todo esto tened caridad, que es el vínculo de la perfección, porque en cierto modo ella une a todas las virtudes en una unidad perfecta.

 

Pero también algunos se llaman perfectos en atención al conocimiento de la inteligencia: Antes sed perfectos en un mismo ánimo y en un mismo parecer (1 Cor 1, 10); pero, sin embargo, es considerado como nada el que tiene una ciencia perfecta sin caridad.

 

Del mismo modo también puede alguno ser llamado perfecto según la paciencia, que contiene obra perfecta (Stgo. 1, 4), y según cualesquiera otras virtudes.

(De perfectione vitae spir., c. I)

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