viernes, 1 de mayo de 2020

Para rezar en familia 1 de mayo de 2020


Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.

Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.



1. + Señal de la cruz.

2. Ven, Espíritu Santo. Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

3.En presencia de Dios, pedimos perdón:
· Señor, ten misericordia de nosotros.
(Respondemos) Porque hemos pecado contra ti.

· Muéstranos, Señor, tu misericordia.
(Respondemos) Y danos tu salvación.

4. Proclamamos Hechos de los Apóstoles 9,1-20 y el Evangelio de Jesucristo según san Juan 6,44-51


Catequesis para mayores de 12 años
En la primera lectura, se relata el hermoso relato de la conversión de San Pablo, el apóstol de los gentiles, cuya fiesta se celebra propiamente el 25 de enero de cada año. Esta es una conversión paradigmática en la historia de la Iglesia, por la sobreabundancia de significados y la radicalidad del nuevo estilo de vida que adquiere Saulo de Tarso.
No dejemos de leer este pasaje del Nuevo Testamento para percibir fuerza de la gracia de Dios y la fidelidad a su llamada que origina este encuentro personal con Cristo.
Sobre el Discurso del Pan de Vida que escuchamos en el Evangelio, recodamos una carta del san Pío de Pietrelcina comentando la frase: «El que come mi carne y bebe mi sangre, vivirá para siempre» (Jn 6,55).
“-Padre ¡me siento tan indigno de comulgar!, Verdaderamente soy indigno de ello. Respuesta: -Es verdad, no somos dignos de un tal don; pero una cosa es participar indignamente de la comunión, en estado de falta grave, y otra cosa es no ser dignos de ello. Todos somos indignos de comulgar; pero es Jesús mismo quien nos invita, es él quien lo desea. Seamos, pues, humildes, y recibámoslo con un corazón lleno de amor.
-Padre ¿por qué llora usted cuando comulga? Respuesta: -Si, hablando de la encarnación del Verbo en el seno de la Inmaculada, la Iglesia ha exclamado «Él no despreció, en absoluto, el seno de la Virgen» ¿qué podemos decir nosotros? Pero Cristo dijo: «Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros». Consecuentemente, acerquémonos a la mesa de comulgar con mucho amor y un gran respeto. Que todo el día sirva, primero para prepararnos, y después para dar gracias.”
Especialmente en este tiempo de espera, en que realizamos la comunión espiritual y a la vez experimentamos un ayuno eucarístico, oremos y nos preparemos profundamente para el día en que podamos recibir la comunión sacramental. Que ese día comulguemos la eucaristía como María recibió a Jesús en su vientre, con un corazón puro, inmaculado y santo, dispuesto a recibir la Vida eterna que nos trae Aquel que dijo: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente.”
¿Aprovecho este tiempo para prepararme adecuadamente a recibir los sacramentos, sin excusas ni prisas?

Santo de día: San José obrero. Jesús era conocido como el hijo del carpintero; el Hijo de Dios es reconocido por ser el hijo del humilde carpintero de Nazaret, el hijo adoptivo de José.
En este día rogamos por los trabajadores y por aquellos que carecen de trabajo. En esta memoria de San José se celebra el valor humano y sobrenatural del trabajo que siempre es colaboración con la obra de Dios creador.
En honor al Patrono de la Iglesia universal, de los padres de familia y de los trabajadores, vamos a recordar un hecho ocurrido en el siglo XVII. San José se apareció a un joven pastor en el monte Bessillon, en la localidad francesa de Cotignac, la única aparición en la que el Santo Custodio de la Familia de Nazareth aparece solo y que ha sido reconocida por la Iglesia Católica.
Hay otras apariciones que nos alegran recordar, como en Fátima durante el Milagro del sol, donde estaba San José con el Niño Jesús y la Virgen María, el 13 de octubre de 1917.
Según relata la Diócesis de Fréjus-Toulon, “el 7 de junio de 1660, alrededor de las 13 horas, Gaspard Ricard, un joven pastor de 22 años, cuidaba a su rebaño en el monte Bessillon”.
“El calor era sofocante y tenía sed. De repente, percibió a ‘un hombre a su costado’, que le señaló una gran roca y le dijo: ‘Yo soy José, muévela y beberás’”. El relato de la diócesis señala que “ante la sorpresa y la duda del joven pastor, la aparición reiteró su consejo. Gaspard hizo caso, movió la roca sin problemas y descubrió una fuente donde bebió hasta saciarse”. El joven pastor marchó luego a su pueblo para dar la noticia de la fuente, que había surgido donde nunca antes hubo un manantial de agua fresca.
Los habitantes de la región comenzaron a construir una capilla en el lugar de la aparición, hasta donde llegaban muchos enfermos que volvía “sanados o consolados ante sus dolencias”. Hasta el día de hoy se puede ver en el lugar una inscripción tomada del libro de Isaías: “Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación”.
En marzo de 1917, el entonces Obispo Félix Guillibert, afirmó en una carta que la brevedad del mensaje de San José en la aparición de 1660 muestra que el Santo Custodio “no es hablador. Nada más simple, ni más pobre que esa intervención, la única aparición de San José de este tipo en toda la historia de la Iglesia, en una tierra que se había reservado ya para sí Nuestra Señora”.


El Obispo hizo así referencia a las apariciones de la Virgen María en 1519, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Gracias, que también visitó Cotignac. El sitio web de la Diócesis señala que “el 10 de agosto de 1519, en la fiesta de San Lorenzo, la Virgen María, acompañada de San Miguel Arcángel y de San Bernardo, se apareció en el campo a un hombre muy piadoso de nombre Jean de la Baume”.
Entre los peregrinos famosos que llegaron hasta ese lugar está el rey Luis XIV, quien le agradeció el don de su nacimiento. En la actualidad, muchas personas peregrinan para pedir el don de un hijo o para agradecer haber recibido alguna gracia.
¿Vivimos en la humildad que santifica y en el trabajo que dignifica como lo hizo san José de Nazaret?

Oración: “San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”

Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.
· Se explica desde las ideas centrales de la catequesis de adultos (el texto anterior).
· Reflexionamos las palabras: “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y Yo en él.”
· En silencio meditamos con el corazón el significado de estas palabras y las compartimos.

Oración: Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Hasta que alcance los brazos de Jesús, María y José.

5. Cada uno de la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos gracias por … .

6. Ahora, cada uno hace una petición.
Dios misericordioso, te pedimos por ... .

7. Presentación de las ofrendas. En la Pascua, Jesús se ofrece como cordero sacrificado al Padre por nosotros. Ahora nosotros, unidos a Cristo, también podemos hacernos Eucaristía. En este momento, cada uno de la familia, dice cuál es la ofrenda que le presenta a Dios. Ejemplos: ayudar en la cocina o con la limpieza, estudiar, no molestar, rezar alguna oración, llamara a alguien para saludarlo, hacer un pequeño sacrificio, servir a un hermano o cónyuge, etc..

8. Oramos como Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…

9. Nos damos la Paz del Señor, como gesto de amor.

10. Oramos a nuestra Madre:
Dios te salve María…

11. Comunión espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio).
Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.

12. Oremos: Dios nuestro, creador de todas las cosas, que llamas al género humano a colaborar en tu obra creadora, concédenos, por la protección y el ejemplo de san José, realizar plenamente las tareas que nos confías y alcanzar la recompensa prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén Sagrada Familia de Nazaret: Ruega por nosotros.

13. Los padres se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente. Nos hacemos la Señal de la cruz diciendo: + El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la Vida eterna. Amen.


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