Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.
Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.
1. + Señal de la cruz
2. Ven, Espíritu Santo. Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú, dedo de la diestra del Padre; Tú, fiel promesa del Padre; que inspiras
nuestras palabras. Ilumina nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros
corazones; y, con tu perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro
cuerpo.
3. En presencia de Dios, pedimos perdón:
· Señor, ten misericordia
de nosotros.
(Respondemos) Porque hemos pecado contra ti.
· Muéstranos, Señor,
tu misericordia.
(Respondemos) Y danos tu salvación.
4. Proclamamos Hechos de los Apóstoles 17,15.22-18,1 y el evangelio
de Jesucristo según san Juan 16,12-15
Catequesis para mayores de 12 años
Hemos querido hacer
presente esta primera lectura porque es una de las piezas más significativas de
Hechos de los Apóstoles. Se trata de la inteligencia, astucia y fervor
evangélico que profesa san Pablo en su visita al pueblo griego en Atenas. Vamos
a descubrir algunas de las afirmaciones del Apóstol de los gentiles, según la
interpretación de Monseñor Straubinger en sus maravillosos comentarios
bíblicos.
“Al dios
desconocido”. Ahora, vengo yo a anunciarles eso que ustedes adoran sin
conocer.”
“¡Profundísima
enseñanza! El que busca al Dios desconocido, ya lo ha encontrado, pues busca
“al Dios que es”, sea quien sea ese Dios, y precisamente así se definió Dios:
Yahvé significa “El que es”, o sea “el verdadero”; los otros son “los que no
son”. Vemos, pues, que los que elevaron ese altar al Dios desconocido, no
fueron ciertamente estos que aquí rechazan a san Pablo sino las almas rectas
que, entre la tiniebla del paganismo, tenían el instinto sobrenatural de Dios
como el centurión Cornelio.
Siendo así linaje de
Dios: ¡Cosa infinitamente admirable! Lo que había soñado la fantasía de
aquellos poetas griegos, se hizo realidad. “En el principio era el Verbo”, un
solo Hijo divino, y ahora seremos muchos. Él era el único engendrado, y los
hombres éramos creados. Ahora, Él será “el Primogénito de muchos hermanos”,
porque nosotros también, gracias a Él, hemos sido engendrados de Dios por el
Espíritu Santo lo mismo que Jesús, siendo desde entonces verdaderos hijos
divinos, renacidos de lo alto por el nuevo Adán, y destinados, como verdaderos
miembros del Cuerpo de Cristo, a vivir de su misma vida divina y eterna, como
Él vive del Padre, y a ser consumados en la unidad de Ambos por el amor."
Este discurso es el
arquetipo de un verdadero plan evangélico, por ser teocéntrico, evangélico y
personal. ¡Cuánto podemos aprender de la predicación de Pablo!
Y sobre el Evangelio
nos quedamos con esta célebre afirmación del Señor: “Cando venga el Espíritu de
la Verdad, Él los introducirá en toda la verdad.”
El Espíritu Santo
nos guía para ahondar la verdad en esta vida hasta alcanzar la plenitud de la
Verdad en la Vida eterna.
El Espíritu
posibilita que se haga presente, aquí y ahora, la Palabra eterna del Verbo. El
Espíritu permite que la Sabiduría de Dios se siga expresando en palabras y
signos sensibles para que los hombres vean la verdad en el hoy. La Palabra de
Dios contenida en la Biblia adquiere vida por el Espíritu. Dice que el
catecismo que: «En la liturgia de la Palabra, el Espíritu Santo recuerda a la
asamblea todo lo que Cristo ha hecho por nosotros y despierta así la memoria de
la Iglesia».
El Espíritu actúa y
se expresa en la comunidad eclesial, desde su jerarquía y en el sensus fidei
(el sentido de los files). Como dijeron los Apóstoles en el primer concilio de
la Iglesia (del que ya hemos comentado): «hemos decidido el Espíritu Santo y
nosotros...». La Iglesia Católica es iluminada por el Espíritu Santo para
descubrir la profundidad de las verdades reveladas, es guiada en la evolución
armónica del dogma y es conducida en el gobierno pastoral de las almas.
Santo del día: Beata
María Crescencia Pérez María Angélica Pérez nació en Buenos Aires en 1897, quinta de
once hijos de inmigrantes españoles. Fue criada en un ámbito de fe, rezos
diarios del Rosario y visitas a misa cada domingo, sin importar lo lejos que
estuvieran de la Iglesia. Tuvo el ejemplo del sacrificio y del servicio a los
demás.
Ingresó como interna al “Hogar de Jesús”, una institución educativa
de Pergamino que estaba a cargo de la Congregación de las Hermanas de Nuestra
Señora del Huerto. Aportaba alegría, buena disposición, generosidad, también
piedad religiosa y hábitos de orden, obediencia y sacrificios. De buen carácter
y tono muy dulce, siempre estaba dispuesta a ayudar a todos. En 1924 se
consagró a Dios con la profesión perpetua tomando el nombre de Hermana
Crescencia.
Es trasladada al Hospital Marítimo de Mar del Plata. Estaba en el
pabellón Santa Rosa de Lima que albergaba a las niñas que padecían tuberculosis
ósea. Las ayudaba en el aseo y su higiene personal, era la responsable de su
alimentación y de su educación. Además, les enseñaba a orar, les daba clases de
catequesis y las preparaba para recibir su primera comunión. Las niñas
internadas amaban a la Hermana Crescencia.
En 1928 Crescencia llega a la comunidad de Vallenar, Chile,
localidad que había sufrido una fuerte epidemia y un terremoto, para entregar
su amor y servir a una comunidad tan necesitada. Pero ella ya estaba enferma y
no se le permitía estar en contacto con los pacientes, por lo que asumió el
resto de las tareas de la casa. Contrajo bronconeumonía y luego tuberculosis
pulmonar. En su agonía rezaba con las palabras que el mismo Señor el enseñó:
“Corazón de Jesús, por los sufrimientos de tu Divino Corazón, ten misericordia
de nosotros”. Tuvo la visita espiritual de la Virgen del Huerto con el Niño y
de san Antonio María Gianelli.
Su deseo de unirse a Jesús era vehemente, por eso exclamó: "No
me detengan más... Sí, que todos vayan al Corazón Santísimo de Jesús. Allí
encontrarán la salvación de su alma". Finalmente dijo sonriendo:
"Padre... en tus manos encomiendo mi espíritu”. Tras meses de dolor y
sufrimiento, falleció un 20 de mayo de 1932, a los 34 años de edad. La llamaban
“La Santita” o “Sor Dulzura”. Ese mismo día, en Quillota a 600km, la Comunidad
de las Hermanas del Huerto olía un aroma a violetas que perfumaba todos los
ambientes. Era mayo, no era temporada de violetas. Actualmente sus restos
descansan incorruptos en la capilla del Colegio Nuestra Señora del Huerto de la
Ciudad de Pergamino, Provincia de Buenos Aires.
San Juan Pablo II dijo sobre ella: “Si, la Iglesia entera se alegra
por esta Hija suya predilecta, Argentina puede estar orgullosa de haber dado a
la patria una gran benefactora.”
El milagro reconocido para la beatificación fue de una joven con
hepatitis A fulminante, agravada por una diabetes. Invocada la intercesión de
la Hermana Crescencia sobre una reliquia de la Sierva de Dios, a los cinco días
el mal había desaparecido totalmente sin ninguna explicación científica.
Oración: “San Miguel
Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra las perversidad y
asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de
la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los
otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.”
Catequesis para menores de 12 años
· Se proclama el
evangelio y se ayuda a los niños a recomponer el relato, buscando los detalles.
· Se explica desde
las ideas centrales de la catequesis de adultos (el texto anterior).
· Reflexionamos las
palabras: “El Espíritu de la Verdad, Él los introducirá en toda la verdad.”
· En silencio
meditamos con el corazón el significado de estas palabras y las compartimos.
Oración: Ángel de mi guarda,
dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. Hasta que alcance los
brazos de Jesús, María y José.
5. Cada uno de
la familia dice una acción de gracias.
Dios Padre, te damos gracias por … .
6. Ahora, cada
uno hace una petición.
Dios misericordioso, te pedimos por ... .
7.
Presentación de las ofrendas. En la Pascua, Jesús se ofrece como cordero
sacrificado al Padre por nosotros. Ahora nosotros, unidos a Cristo, también
podemos hacernos Eucaristía. En este momento, cada uno de la familia, dice cuál
es la ofrenda que le presenta a Dios. Ejemplos: ayudar en casa, estudiar, rezar
alguna oración, llamar a alguien para saludarlo, hacer un pequeño sacrificio,
estar al servicio, etc..
8. Oramos como
Jesús nos enseñó:
Padre nuestro…
9. Nos damos
la Paz del Señor, como gesto de amor.
10. Oramos a
nuestra Madre:
Dios te salve María…
11. Comunión
espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre
todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo
sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. (breve silencio).
Y ahora, como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a
Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de ti.
12. Oremos: Dios misericordioso, concédenos experimentar en todo
tiempo los frutos del misterio pascual que hoy celebramos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos. Amén. Sagrada Familia de Nazaret: Ruega por
nosotros.
13. Los padres
se bendicen entre ellos y bendicen a los hijos, haciendo una cruz en la frente.
Nos hacemos la Señal de la cruz diciendo: + El Señor nos bendiga, nos guarde de
todo mal y nos lleve a la Vida eterna. Amen.
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