Lucas 8,16-17
No se enciende una
lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino
que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz.
Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no
deba ser conocido y divulgado.
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