jueves, 30 de agosto de 2012

Galileo Galilei y la Iglesia (1)

Vittorio Messori

(En Leyendas negras
de la Iglesia)

          Según una encuesta del Consejo de Europa realizada entre los estudiantes de ciencias de todos los países de la Comunidad, casi el 30 % de ellos tiene el convencimiento de que Galileo Galilei fue quemado vivo en la hoguera por la Iglesia. Casi todos (el 97 %), de cualquier forma, están convencidos de que fue sometido a torturas. Los que —realmente, no muchos— tienen algo más que decir sobre el científico pisano, recuerdan como frase «absolutamente histórica», un «Eppur si muove!», fieramente arrojado, después de la lectura de la sentencia, contra los inquisidores convencidos de poder detener el movimiento de la Tierra con los anatemas teológicos.
          Estos estudiantes se sorprenderían si alguien les dijera que estamos ahora en la afortunada situación de poder datar con precisión por lo menos este último falso detalle: la «frase histórica» fue inventada en Londres en 1757 por Giuseppe Baretti, periodista tan brillante como a menudo muy poco fehaciente.

La relación del hombre con la verdad y la mentira - Mons. Héctor Aguer

miércoles, 29 de agosto de 2012

Martirio de San Juan Bautista - Himnos de la Liturgia

Oficio de lectura
 
Profeta de soledades,
labio hiciste de tus iras
para fustigar mentiras
y para gritar verdades.

Sacudiste el azote
ante el poder soberbio
y ante el Sol que nacía
se apago tu lucero.

martes, 28 de agosto de 2012

San Juan Bautista: precursor del nacimiento y de la muerte de Cristo


De las Homilías de
San Beda el Venerable, presbítero
  

  
  El santo Precursor del nacimiento, de la predicación y de la muerte del Señor mostró en el momento de la lucha suprema una fortaleza digna de atraer la mirada de Dios, ya que, como dice la Escritura, aunque, a juicio de los hombres, haya sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad. Con razón celebramos su día natalicio, que él ha solemnizado con su martirio y adornado con el fulgor purpúreo de su sangre; con razón veneramos con gozo espiritual la memoria de aquel que selló con su martirio el testimonio que había dado del Señor.
    No debemos poner en duda que san Juan sufrió la cárcel y las cadenas y dio su vida en testimonio de nuestro Redentor, de quien fue precursor, ya que, si bien su perseguidor no lo forzó a que negara a Cristo, si trató de obligarlo a que callara la verdad; ello es suficiente para afirmar que murió por Cristo.

Las Confesiones de San Agustín - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 27 de febrero de 2008

San Agustín (5)
Las conversiones

Queridos hermanos y hermanas:
Con el encuentro de hoy quiero concluir la presentación de la figura de san Agustín. Después de comentar su vida, sus obras, y algunos aspectos de su pensamiento, hoy quiero volver a hablar de su experiencia interior, que hizo de él uno de los más grandes convertidos de la historia cristiana. A esta experiencia dediqué en particular mi reflexión durante la peregrinación que realicé a Pavía, el año pasado, para venerar los restos mortales de este Padre de la Iglesia. De ese modo le expresé el homenaje de toda la Iglesia católica, y al mismo tiempo manifesté mi personal devoción y reconocimiento con respecto a una figura a la que me siento muy unido por el influjo que ha tenido en mi vida de teólogo, de sacerdote y de pastor.

San Agustín, sus obras - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 20 de febrero de 2008

San Agustín (4)
Las Obras de san Agustín

Queridos hermanos y hermanas: 
Tras la pausa de los ejercicios espirituales de la semana pasada, hoy volvemos a presentar la gran figura de san Agustín, sobre el que ya he hablado varias veces en las catequesis del miércoles. Es el Padre de la Iglesia que ha dejado el mayor número de obras, y de ellas quiero hablar hoy brevemente. Algunos de los escritos de san Agustín son de fundamental importancia, no sólo para la historia del cristianismo, sino también para la formación de toda la cultura occidental:  el ejemplo más claro son las Confesiones, sin duda uno de los libros de la antigüedad cristiana más leídos todavía hoy. Al igual que varios Padres de la Iglesia de los primeros siglos, aunque en una medida incomparablemente más amplia, también el obispo de Hipona ejerció una influencia amplia y persistente, como lo demuestra la sobreabundante tradición manuscrita de sus obras, que son realmente numerosas.

San Agustín - armonía entre fe y razón - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 30 de enero de 2008

San Agustín (3)
Armonía entre fe y razón

Queridos amigos:
Después de la Semana de oración por la unidad de los cristianos volvemos hoy a hablar de la gran figura de san Agustín. Mi querido predecesor Juan Pablo II le dedicó, en 1986, es decir, en el decimosexto centenario de su conversión, un largo y denso documento, la carta apostólica Augustinum Hipponensem (cf. L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 14 de septiembre de 1986, pp. 15-21). El mismo Papa definió ese texto como «una acción de gracias a Dios por el don que hizo a la Iglesia, y mediante ella a la humanidad entera, gracias a aquella admirable conversión» (n. 1).
Sobre el tema de la conversión hablaré en una próxima audiencia. Es un tema fundamental, no sólo para su vida personal, sino también para la nuestra. En el evangelio del domingo pasado el Señor mismo resumió su predicación con la palabra:  "Convertíos". Siguiendo el camino de san Agustín, podríamos meditar en lo que significa esta conversión:  es algo definitivo, decisivo, pero la decisión fundamental debe desarrollarse, debe realizarse en toda nuestra vida.

lunes, 27 de agosto de 2012

San Agustín nos impulsa a confiar en Cristo - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 16 de enero de 2008

San Agustín (2)

Queridos hermanos y hermanas:
Hoy, al igual que el miércoles pasado, quiero hablar del gran obispo de Hipona, san Agustín. Cuatro años antes de morir, quiso nombrar a su sucesor. Por eso, el 26 de septiembre del año 426, reunió al pueblo en la basílica de la Paz, en Hipona, para presentar a los fieles a quien había designado para esa misión. Dijo: «En esta vida todos somos mortales, pero para cada persona el último día de esta vida es siempre incierto. Sin embargo, en la infancia se espera llegar a la adolescencia; en la adolescencia, a la juventud; en la juventud, a la edad adulta; en la edad adulta, a la edad madura; en la edad madura, a la vejez. Nadie está seguro de que llegará, pero lo espera. La vejez, por el contrario, no tiene ante sí otro período en el que poder esperar; su misma duración es incierta... Yo, por voluntad de Dios, llegué a esta ciudad en el vigor de mi vida; pero ahora mi juventud ha pasado y ya soy viejo» (Ep. 213, 1).

San Agustín hombre de pasión y fe - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 9 de enero de 2008

San Agustín (1)

Queridos hermanos y hermanas: 
Después de las grandes festividades navideñas, quiero volver a las meditaciones sobre los Padres de la Iglesia y hablar hoy del Padre más grande de la Iglesia latina, san Agustín:  hombre de pasión y de fe, de altísima inteligencia y de incansable solicitud pastoral. Este gran santo y doctor de la Iglesia a menudo es conocido, al menos de fama, incluso por quienes ignoran el cristianismo o no tienen familiaridad con él, porque dejó una huella profundísima en la vida cultural de Occidente y de todo el mundo.
Por su singular relevancia, san Agustín ejerció una influencia enorme y podría afirmarse, por una parte, que todos los caminos de la literatura latina cristiana llevan a Hipona (hoy Anaba, en la costa de Argelia), lugar donde era obispo; y, por otra, que de esta ciudad del África romana, de la que san Agustín fue obispo desde el año 395 hasta su muerte, en el año 430, parten muchas otras sendas del cristianismo sucesivo y de la misma cultura occidental.

Santa Mónica ejemplo de esposa y madre - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI

ÁNGELUS
Domingo 27 de agosto de 2006

          Queridos hermanos y hermanas: 
          Hoy, 27 de agosto, recordamos a santa Mónica y mañana recordaremos a su hijo, san Agustín:  sus testimonios pueden ser de gran consuelo y ayuda también para muchas familias de nuestro tiempo.
          Mónica, nacida en Tagaste, actual Souk-Aharás, Argelia, en una familia cristiana, vivió de manera ejemplar su misión de esposa y madre, ayudando a su marido Patricio a descubrir la belleza de la fe en Cristo y la fuerza del amor evangélico, capaz de vencer el mal con el bien. Tras la muerte de él, ocurrida precozmente, Mónica se dedicó con valentía al cuidado de sus tres hijos, entre ellos san Agustín, el cual al principio la hizo sufrir con su temperamento más bien rebelde. Como dirá después san Agustín, su madre lo engendró dos veces; la segunda requirió largos dolores espirituales, con oraciones y lágrimas, pero que al final culminaron con la alegría no sólo de verle abrazar la fe y recibir el bautismo, sino también de dedicarse enteramente al servicio de Cristo.

sábado, 25 de agosto de 2012

La vida, el matrimonio y la familia; valores que deben ser tutelados por el orden jurídico

Documento de la 103ª
Asamblea Plenaria
de la
Conferencia Episcopal Argentina
(27 de abril de 2012)

PRESENTACIÓN

          1. Nuestro país vive momentos de particular relevancia política que hacen a su vida y cultura como nación. Son momentos de trascendencia histórica que debemos asumir con responsabilidad por su significado actual y futuro. En este contexto debemos ubicar la reforma del Código Civil, como marco jurídico básico que regula la vida del hombre y sus relaciones en la sociedad desde el inicio de su vida. Su reforma nos compromete, no podemos, por ello, permanecer indiferentes ni ser espectadores de decisiones que nos involucran y que requieren de una madura reflexión y de una amplia participación federal. No caben urgencias en temas de tanta trascendencia.
          2. El Código Civil por su carácter estable y modélico, al definir obligaciones y derechos de las personas e instituciones no es algo neutro, sino que a través de él se expresan doctrinas o corrientes de pensamiento que van a incidir en la vida de los argentinos. Junto a las necesarias actualizaciones que la reforma busca realizar, creemos que el nuevo Código debe tener en cuenta la riqueza de nuestras tradiciones jurídicas y constitucionales, como los principios y valores que hacen a nuestra vida e identidad. Necesariamente en un Código Civil se presentan opciones que definen materias e institutos que rigen y orientan la vida de una comunidad. Entre ellas queremos señalar, en primer lugar, la necesidad del reconocimiento del comienzo de la vida humana desde la concepción y su necesaria protección jurídica. Debilitar este principio liminar es disminuir la base jurídica de un sistema y orientar, por su misma autoridad, el alcance de futuras leyes sobre la entidad de los embriones congelados.

viernes, 24 de agosto de 2012

Domingo XXI (ciclo b) - Mons Fulton Sheen


Mons. Fulton Sheen

No quiso ser un rey del pan

El anuncio de la eucaristía produjo una de las mayores crisis de su vida. Su promesa de dar su cuerpo, sangre, alma y divinidad por el bien de las almas de los hombres le hizo perder mucho de lo que había ganado. Hasta entonces tenía casi a todo el mundo tras Él. En primer lugar, a las masas o al pueblo común; en segundo lugar, a la minoría, a los intelectuales, a los guías espirituales, y, finalmente, a sus propios apóstoles. Pero esta elevada doctrina espiritual era demasiado para ellos. El anuncio de la Eucaristía fue un impacto terrible sobre sus seguidores. Nada tiene de extraño que en el cristianismo haya habido tan grande división de sectas cuando cada persona decide por sí misma si ha de aceptar un segmento del círculo de la verdad de Cristo o el círculo entero. Nuestro Señor mismo fue el responsable de ello; pidió una fe que resultaba excesiva para la mayoría de las personas; su doctrina era demasiado sublime. Si Él hubiera sido de mente un poco más mundana, si hubiese permitido que sus palabras pudieran ser consideradas como figuras retóricas, y sólo con que hubiera sido menos autoritario, habría podido llegar a ser más popular.

Domingo XXI (ciclo b) San Juan Crisóstomo

“¿También vosotros
queréis marcharos?”
San Juan Crisósotomo
Decían: Este lenguaje resulta intolerable. ¿Qué significa in­tolerable? Es decir áspero, trabajoso sobremanera, penoso. Pe­ro a la verdad, no decía Jesús nada que tal fuera. Porque no trataba del modo de vivir correctamente, sino acerca de los dogmas, insistiendo en que se debía tener fe en Cristo.
Entonces ¿por qué es lenguaje intolerable? ¿Por qué promete la vida? ¿Porque afirma haber venido Él del  Cielo?  ¿Acaso porque dice que nadie puede salvarse sino come su carne? Pero pregunto yo: ¿son intolerables estas co­sas? ¿Quién se atreverá a decirlo? Entonces ¿qué es lo que significa ese intolerable? Quiere decir difícil de entender, que supera la rudeza de los oyentes, que es altamente aterrador. Por esto decían: ¿Quién podrá soportarlo? Quizá lo decían en forma de excusa, puesto que lo iban a abandonar.

Domingo XXI (ciclo b) Guión litúrgico

ENTRADA:
Hermanos: El primer anuncio de la Eucaristía dividió a los discípulos, igual que el anuncio de la pasión los escandalizó: "Es duro este lenguaje, ¿quién puede escucharlo?". La Eucaristía y la cruz son piedras de escándalo. Es el mismo misterio, y no cesa de ser ocasión de división. "¿También vosotros queréis marcharos?": esta pregunta del Señor resuena a través de las edades, como invitación de su amor a descubrir que sólo Él tiene "palabras de vida eterna", y que acoger en la fe el don de su Eucaristía es acogerlo a Él mismo. Para iniciar la celebración de la Santa Misa nos ponemos de pie y cantamos...

INTRODUCCIÓN A LAS LECTURAS:
Sólo el Señor tiene palabras de vida eterna. Abramos nuestros corazones para que esa palabra ilumine y  guíe nuestra vida cristiana.

Domingo XXI (Ciclo b) Catena Aurea

Juan 6, 60 -69
Mas muchos de sus discípulos que esto oyeron, dijeron: "Duro es este razonamiento. ¿Y quién lo puede oír?" Y Jesús, sabiendo en sí mismo que murmuraban sus discípulos de esto, les dijo: "¿Esto os escandaliza? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha. Las palabras que yo os he dicho, espíritu y vida son. Mas hay alguno de vosotros que no cree". Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar, y decía: "Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado de mi Padre". Desde entonces, muchos de sus discípulos volvieron atrás y no andaban ya con El. Y dijo Jesús a los doce: "¿Y vosotros queréis también iros?" Y Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Cristo Hijo de Dios".

San Agustín In Ioannem tract., 27.
Diciendo esto Jesucristo, no creían que hablaba de cosas grandes y que encerraban algún misterio aquellas palabras; mas lo entendieron como quisieron (tal es la condición humana), creyendo que Jesús o podía o se disponía a distribuir la carne con que estaba vestido el Verbo, repartiéndola entre los que creyeran en El. Por esto dice el evangelista: "Mas muchos" de los que oían, no de sus enemigos sino "de sus discípulos", dijeron: duro es este razonamiento".
 
Crisóstomo in Ioannen hom. 46.
Esto es difícil de comprender porque sobrepasa la capacidad de los que oían. Entendían, por tanto, que el Salvador se refería a cosas más elevadas, que excedían sus posibilidades y dijeron: "¿Y quién lo puede oír?", como respondiendo por sí mismos lo que no debían.

jueves, 23 de agosto de 2012

San Bartolomé Apóstol - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 4 de octubre de 2006

 San Bartolomé

          Queridos hermanos y hermanas: 
          En la serie de los Apóstoles llamados por Jesús durante su vida terrena, hoy nuestra atención se centra en el apóstol Bartolomé. En las antiguas listas de los Doce siempre aparece antes de Mateo, mientras que varía el nombre de quien lo precede y que puede ser Felipe (cf. Mt 10, 3; Mc 3, 18; Lc 6, 14) o bien Tomás (cf. Hch 1, 13). Su nombre es claramente un patronímico, porque está formulado con una referencia explícita al nombre de su padre. En efecto, se trata de un nombre probablemente de origen arameo, bar Talmay, que significa precisamente "hijo de Talmay".

Los puntos esenciales de la espiritualidad de Santa Rosa - Card. Ratzinger

Homilía del
Card. Joseph Ratzinger
en el Santuario
de Santa Rosa
Lima, 1986
         
          Rosa de Lima, la cual se llamaba en verdad Isabel, recibió su nombre de una mujer india que trabajaba en su casa paterna. Esta mujer simple condensó en este nombre todo lo que ella había visto y experimentado en Isabel. La rosa representa la reina de las flores y por lo tanto el prototipo de la belleza de la creación de Dios. La rosa no es, sin embargo, solamente placentera a nuestros ojos, sino que con su perfume crea una nueva atmósfera alrededor de nosotros, tocando así todos nuestros sentidos y, por así decirlo, nos arrebata de este mundo cotidiano hacia un mundo mejor y más alto. Ella nos alegra precisamente porque, al menos por un instante, nos hace experimentar también el bien a través de lo bello.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Aclaraciones sobre el Celibato Sacerdotal - Mons. Aguer

María Reina - Juan Pablo II

JUAN PABLO II
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 23 de julio de 1997

María, Reina del universo
          1. La devoción popular invoca a María como Reina. El Concilio, después de recordar la asunción de la Virgen «en cuerpo y alma a la gloria del cielo», explica que fue «elevada (...) por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores (cf. Ap 19, 16) y vencedor del pecado y de la muerte» (Lumen gentium, 59).
          En efecto, a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el concilio de Éfeso la proclama «Madre de Dios», se empieza a atribuir a María el título de Reina. El pueblo cristiano, con este reconocimiento ulterior de su excelsa dignidad, quiere ponerla por encima de todas las criaturas, exaltando su función y su importancia en la vida de cada persona y de todo el mundo.

martes, 21 de agosto de 2012

Letanías de María Reina


Señor, ten piedad.                                       Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.                                       Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.                                       Señor, ten piedad.
Santa María,                                                ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,                                  ruega por nosotros.
Santa Virgen de las vírgenes,                      ruega por nosotros.
Hija predilecta del Padre,                             ruega por nosotros.
Madre de Cristo Rey,                                  ruega por nosotros.
Gloria del Espíritu Santo,                             ruega por nosotros.
Virgen Hija de Sión,                                     ruega por nosotros.
Virgen pobre y humilde,                               ruega por nosotros.
Virgen sencilla y obediente,                         ruega por nosotros.

María Reina y su fiesta - Pío XII

PÍO XII
CARTA ENCÍCLICA
AD CAELI REGINAM

SOBRE LA REALEZA
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Y LA INSTITUCIÓN DE SU FIESTA

          A la Reina del Cielo, ya desde los primeros siglos de la Iglesia católica, elevó el pueblo cristiano suplicantes oraciones e himnos de loa y piedad, así en sus tiempos de felicidad y alegría como en los de angustia y peligros; y nunca falló la esperanza en la Madre del Rey divino, Jesucristo, ni languideció aquella fe que nos enseña cómo la Virgen María, Madre de Dios, reina en todo el mundo con maternal corazón, al igual que está coronada con la gloria de la realeza en la bienaventuranza celestial.

¿Cómo se declaran los santos? ¿Quiénes pueden serlo?

lunes, 20 de agosto de 2012

Los errores modernistas - San Pío X - Pascendi

Carta Encíclica
PASCENDI”
Del Sumo Pontífice
San Pío X
Sobre las doctrinas
de los modernistas

Gravedad de los errores modernistas - Exposición de las doctrinas modernistas (La fe - El dogma - Los libros sagrados - La Iglesia - La evolución) - Causas y remedios - Táctica modernista - Remedios eficaces

Introducción
Al oficio de apacentar la grey del Señor que nos ha sido confiada de lo alto, Jesucristo señaló como primer deber el de guardar con suma vigilancia el depósito tradicional de la santa fe, tanto frente a las novedades profanas del lenguaje como a las contradicciones de una falsa ciencia. No ha existido época alguna en la que no haya sido necesaria a la grey cristiana esa vigilancia de su Pastor supremo; porque jamás han faltado, suscitados por el enemigo del género humano, «hombres de lenguaje perverso»(1), «decidores de novedades y seductores»(2), «sujetos al error y que arrastran al error»(3).
Gravedad de los errores modernistas
1. Pero es preciso reconocer que en estos últimos tiempos ha crecido, en modo extraño, el número de los enemigos de la cruz de Cristo, los cuales, con artes enteramente nuevas y llenas de perfidia, se esfuerzan por aniquilar las energías vitales de la Iglesia, y hasta por destruir totalmente, si les fuera posible, el reino de Jesucristo. Guardar silencio no es ya decoroso, si no queremos aparecer infieles al más sacrosanto de nuestros deberes, y si la bondad de que hasta aquí hemos hecho uso, con esperanza de enmienda, no ha de ser censurada ya como un olvido de nuestro ministerio. Lo que sobre todo exige de Nos que rompamos sin dilación el silencio es que hoy no es menester ya ir a buscar los fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el seno y gremio mismo de la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuanto lo son menos declarados.

Acordaos - Oración de San Bernardo

Las doce prerrogativas de la Virgen - San Bernardo

SOBRE LAS DOCE PRERROGATIVAS
DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA,
SEGÚN LAS PALABRAS DEL APOCALIPSIS:
«UN PORTENTO GRANDE APARECIÓ EN EL CIELO: UNA MUJER ESTABA CUBIERTA CON EL SOL Y LA LUNA A SUS PIES Y EN SU CABEZA TENÍA UNA CORONA DE DOCE ESTRELLAS»
San Bernardo Abad
       Muchísimo daño, amadísimos, nos causaron un varón y una mujer; pero, gracias a Dios, igualmente por un varón y una mujer se restaura todo. Y no sin grande aumento de gracias. Porque no fue el don como había sido el delito, sino que excede a la estimación del daño la grandeza del beneficio. Así, el prudentísimo y clementísimo Artífice no quebrantó lo que estaba hendido, sino que lo rehizo más utilmente por todos modos, es a saber, formando un nuevo Adán del viejo y transfundiendo a Eva en María. Y, ciertamente, podía bastar Cristo, pues aun ahora toda nuestra suficiencia es de El, pero no era bueno para nosotros que estuviese el hombre solo. Mucho más conveniente era que asistiese a nuestra reparación uno y otro sexo, no habiendo faltado para nuestra corrupción ni el uno ni el otro. Fiel y poderoso mediador de Dios y de los hombres es el hombre Cristo Jesús, pero respetan en él los hombres una divina majestad. Parece estar la humanidad absorbida en la divinidad, no porque se haya mudado la substancia, sino porque sus afectos están divinizados. No se canta de El sola la misericordia, sino que también se le canta igualmente la justicia, porque aunque aprendió, por lo que padeció, la compasión, y vino a ser misericordioso, con todo eso tiene la potestad de juez al mismo tiempo. En fin, nuestro Dios es un fuego que consume. ¿Qué mucho tema el pecador llegarse a El, no sea que, al modo que se derrite la cera a la presencia del fuego, así perezca él a la presencia de Dios?

domingo, 19 de agosto de 2012

El Magisterio Infalible de la Iglesia

El Magisterio Infalible
de la Iglesia
          El servicio jerárquico que Jesús confió al colegio de los doce y el monárquico de Pedro no deben considerarse como fines en sí mismos. La autoridad está siempre en dependencia del fin a conseguir y por eso en la Iglesia debe estar al servicio de la fe, del encuentro entre Dios y el hombre.
          Por eso Jesús dio a su Iglesia una potestad más importante: la del magisterio, a través del cual continuará a resonar en el mundo la palabra de Cristo que es el vehículo de la fe.
          ¿Qué es la potestad de magisterio? Es la facultad de enseñar, de proponer una doctrina a los discípulos. Esta facultad la tienen los maestros, es decir, todos aquellos que se proponen instruir a otros.
          Este magisterio ordinario se ejerce entre los hombres y el que enseña está obligado a exponer las razones intrínsecas de una doctrina para que se acepte o se rechace en virtud de su evidencia. Así, este magisterio humano produce en los discípulos la ciencia porque les hace conocer las razones de una verdad.

sábado, 18 de agosto de 2012

Los frutos de la comunión - Catecismo de la Iglesia Católica

Del Catecismo de la Iglesia Católica
Los frutos de la comunión

1391 La comunión acrecienta nuestra unión con Cristo. Recibir la Eucaristía en la comunión da como fruto principal la unión íntima con Cristo Jesús. En efecto, el Señor dice: "Quien come mi Carne y bebe mi Sangre habita en mí y yo en él" (Jn 6,56). La vida en Cristo encuentra su fundamento en el banquete eucarístico: "Lo mismo que me ha enviado el Padre, que vive, y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí" (Jn 6,57):
«Cuando en las fiestas [del Señor] los fieles reciben el Cuerpo del Hijo, proclaman unos a otros la Buena Nueva, se nos han dado las arras de la vida, como cuando el ángel dijo a María [de Magdala]: "¡Cristo ha resucitado!" He aquí que ahora también la vida y la resurrección son comunicadas a quien recibe a Cristo» (Fanqîth, Breviarium iuxta ritum Ecclesiae Antiochenae Syrorum,  v. 1).

Domingo XX (ciclo b) San Agustín

“Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna”

 Discutían entre sí los judíos, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Altercaban, es verdad, entre sí, porque no comprendían el pan de la concordia, y es más, no querían comerlo; pues los que comen este pan no discuten entre sí. Somos muchos un mismo pan y un mismo cuerpo. Por este pan hace Dios vivir en su casa de una misma y pacífica manera.
 A la cuestión causa de litigio entre ellos, es a saber: ¿Cómo es posible que pueda darnos el Señor a comer su carne, no contesta inmediatamente, sino que aun les sigue diciendo: En verdad, en verdad os digo que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. No sabéis cómo se come este pan ni el modo especial de comerlo; sin embargo, si no coméis la carne del Hijo del hombre, y s i no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Esto, es verdad, no se lo decía a cadáveres, sino a seres vivos. Así que, para que no entendiesen que hablaba de esta vida (temporal) y siguiesen discutiendo de ella, añadió en seguida: Quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna. Esta vida, pues, no la tiene quien no come este pan y no bebe esta sangre. Pueden, sí, tener los hombres la vida  temporal sin este pan; mas es imposible que tengan la vida eterna. Luego quien no come su carne ni bebe su sangre no tiene en sí mismo la vida; pero sí quien come su carne y bebe su sangre tiene en sí mismo la vida, y a una y otra le corresponde el calificativo de eterna.

La Comunión Eucarística nos une a Cristo


San Pedro Julián Eymard

"Qui manducat me
ipse vivet propter me".

“Quien me come
vivirá por mí” (Jn 6, 58)


I
Por medio de la Comunión viene Jesús a tomar posesión de nosotros, trocándonos en cosa suya; para conformarnos con sus designios debemos despojarnos en sus manos de todo derecho de propiedad sobre nosotros mismos; dejarnos la dirección y la iniciativa sobre nuestros actos; no hacer nada por nosotros y para nosotros, sino todo por Él y para Él.

viernes, 17 de agosto de 2012

Domingo XX (B) Guión Litúrgico

ENTRADA:
Hermanos: Es admirable que Cristo haya querido quedarse presente en su Iglesia en la Eucaristía. Puesto que Cristo iba a dejar a los suyos bajo su forma visible, quiso darnos su presencia sacramental; puesto que iba a ofrecerse en la cruz por muestra salvación, quiso que tuviéramos el memorial del amor con que nos había amado "hasta el fin", hasta el don de su vida. En efecto, en su presencia eucarística permanece misteriosamente en medio de nosotros como quien nos amó y se entregó por nosotros, y se queda bajo los signos que expresan y comunican este amor. Con alegría cristiana nos disponemos a celebrar tan admirable misterio cantando…

Domingo XX (ciclo b) San Juan Crisóstomo

"Díjoles Jesús: en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna en sí mismo" (Jn VI, 53-54)
Cuando tratemos de cosas espirituales, cuidemos de que nada haya en nuestras almas de terreno y secular; sino que dejadas a un lado y rechazadas todas esas cosas, total e íntegramente nos entreguemos a la divina palabra. Si cuando el  rey llega a una ciudad se evita  todo tumulto, mucho más debemos escuchar con plena quietud y grande  temor cuando nos habla el Espíritu Santo.  Porque son escalofriantes las palabras que hoy se nos han leído. Escúchalas de nuevo: en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna en sí mismo.

Domingo XX (ciclo b) Catena Aurea

Juan 6,51-59
Yo soy el pan vivo, que descendí del cielo. Si alguno comiere de este pan, vivirá eternamente. Y el pan que yo os daré es mi carne por la vida del mundo".
Comenzaron entonces los judíos a altercar unos con otros, y decían: "¿Cómo nos puede dar éste su carne a comer?" Y Jesús les dijo: "En verdad, en verdad os digo: Que si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el último día".
"Porque mi carne verdaderamente es comida: y mi sangre verdaderamente es bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí mora, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, así también el que me come, él mismo vivirá en mí. Este es el pan que descendió del cielo. No como el maná que comieron vuestros padres, y murieron. Quien come este pan, vivirá eternamente". Esto dijo en la Sinagoga, enseñando en Cafarnaúm.

San Agustín In Ioannem tract., 26.
El Señor quiso dar a conocer lo que El era. Por esto dice: "En verdad, en verdad os digo, que aquél que cree en mí, tiene vida eterna". Como diciendo: el que cree en mí, me tiene. ¿Y qué es tenerme? Tener la vida eterna. Y la vida eterna es el Verbo que en el principio estaba con Dios y la vida era la luz de los hombres. La vida asumió a la muerte, para que la muerte fuese destruida por la vida.

Crisóstomo in Ioannem hom. 45.
Y como las multitudes instaban pidiendo el alimento corporal, acordándose de aquel alimento que se había concedido a sus padres, con el fin de manifestarles que todo aquello no fue otra cosa más que una figura de la verdad que tenían presente, hace mención de la comida espiritual diciendo: "Yo soy el pan de la vida". Se llama a sí mismo pan de la vida, porque encierra en sí nuestra vida toda, tanto la presente como la venidera.

jueves, 16 de agosto de 2012

El Catecismo; el Concilio Vaticano II y la nueva evangelización - Card. Piacenza

«Veinte años después
del Catecismo
de la Iglesia Católica
para la Nueva Evangelización»

Catecismo de la Iglesia Católica y Concilio Ecuménico Vaticano II - La recepción del Catecismo de la Iglesia Católica - El Catecismo de la Iglesia Católica y la nueva evangelización

Lectio Magistralis

del Emmo. Sr. Card. Mauro Piacenza
Prefecto de la Congregación para el Clero

Congreso promovido por Alianza Católica, Cristiandad y por el IDIS
(Instituto para la Doctrina y la Información Social)

Sábado, 19 de mayo de 2012

Excelentísimos señores Obispos,
ilustre Regente,
distinguidos señores,
queridos amigos:

Me alegra poder intervenir en este Congreso, en el cual, con admirable celo, casi se adelanta el Año de la Fe, introduciéndonos a uno de los dos aniversarios que han determinado su celebración: el veintenario del Catecismo de la Iglesia Católica, que en realidad no se puede separar del cincuentenario de la convocación del Concilio Ecuménico Vaticano II.
          Me detendré, en esta intervención, en tres aspectos que considero esenciales respecto al tema que se me ha asignado: la relación entre Catecismo de la Iglesia Católica y Concilio Ecuménico Vaticano II, algunas facetas de la recepción del Catecismo y, por último, la estrecha conexión entre Catecismo y Nueva Evangelización.
          Deseo hacer una premisa antes de desarrollar el tema: la lúcida conciencia eclesial de la "insuficiencia" de un documento, cualquiera que sea su tenor, para determinar, por sí solo, cambios radicales y reformas evangélicas.
Los documentos son esenciales y ayudan todo auténtico camino de conversión y, por tanto, de reforma, sosteniendo las razones y ofreciendo indicaciones, ¡pero el motor de la renovación personal y eclesial, siempre, de modo seguro y preeminente, es la santidad! Tanto la santidad objetiva de la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, como la santidad personal, de cada uno de sus miembros.

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