miércoles, 8 de julio de 2020

Meditaciones del tiempo ordinario con textos de Santo Tomás de Aquino 100


Miércoles de la 14ª semana

DE QUÉ MODO ES POSIBLE
TENER CARIDAD PERFECTA EN ESTA VIDA


I. De dos maneras puede entenderse la perfección de la caridad en esta vida: por parte de la cosa amada, y por parte del que ama.

Por parte de la cosa amada, la caridad es perfecta cuando se ama una cosa en la medida en que es amable. Pero Dios es tan digno de amor cuanto bueno; y, siendo su bondad infinita, es, por lo mismo, infinitamente digno de ser amado, y como ninguna criatura puede amarlo infinitamente, puesto que toda virtud creada es finita, en consecuencia por este modo no puede ser perfecta la caridad de criatura alguna sino únicamente la caridad de Dios, por la que se ama a sí mismo.

II. Por parte del que ama, la caridad es perfecta cuando ama tanto cuanto puede; lo cual acontece de tres maneras:

1ª) Cuando el corazón del hombre, todo entero, está siempre consagrado en acto a Dios; y ésta es la perfección de la caridad celestial, que no es posible en esta vida; pues, por la debilidad de la naturaleza humana, resulta imposible pensar siempre en acto acerca de Dios y ser movido por amor a él.

2ª) Cuando el hombre pone todo su empeño en dedicarse a Dios y a las cosas divinas, omitiendo todas las demás, a no ser aquellas que requiere la necesidad de la vida presente; y ésta es la perfección de la caridad que es posible en esta vida; sin embargo, no es común a todos los que tienen caridad.

3ª) Cuando habitualmente pone uno todo su corazón en Dios, de tal suerte que no piense ni quiera nada que sea contrario al amor divino, y esta perfección es común a todos los que tienen caridad.
(2ª 2ae , q. XXIV, a. 8)

Por lo tanto, la caridad perfecta es posible en esta vida, pero no obstante, la perfección de esta vida no es perfección absoluta y por consiguiente siempre puede acrecentarse.


La perfección de la caridad a la que se ordenan los consejos, consiste en que el hombre, en cuanto le es posible, se abstraiga de las cosas temporales, aun las lícitas, las cuales, ocupando el ánimo, impiden el movimiento actual del corazón hacia Dios.
(2ª 2ae, q. XLIV, a. 4)

El Señor intenta con el precepto: Amarás al Señor, etc., que el hombre se le una totalmente, lo cual se verificará en la patria, cuando Dios sea todo en todos (1 Cor 15, 28). Y por lo tanto, este precepto se cumplirá plena y perfectamente en el cielo; mas en esta vida, si se cumple, será imperfectamente. Sin embargo, en la tierra uno lo cumple tanto más perfectamente que otro cuanto más se acerca, por cierta semejanza, a la perfección de la patria celestial.
(2ª 2ae , q. XLIV, a. 6)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vistas de página en total

contador

Free counters!