Traducción al español de la versión latina de los himnos litúrgicos
propios de esta memoria:
Oficio de lecturas y
Vísperas: Dum tuas festo
Mientras entonamos juntos este canto
festivo en tu honor, oh, Joaquín, padre venerable,
acoge benignamente la plegaria
de nuestro corazón y de nuestras bocas.
Procedes de una noble y dilatada estirpe de reyes,
de la prole de Abraham y del linaje de David,
pero tu mayor gloria es María,
Hija tuya y Señora del mundo.
Así, tu Descendencia de Ana
colma los anhelos de los Padres antiguos
y se apresura a traer
el gozo a este mundo, tan abatido.
Gloria a Ti, Padre del Unigénito,
gloria a Ti, Hijo del eterno Padre,
la misma gloria para Ti, oh, Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
Laudes: Nocti succedit
Mientras entonamos juntos este canto
festivo en tu honor, oh, Joaquín, padre venerable,
acoge benignamente la plegaria
de nuestro corazón y de nuestras bocas.
Procedes de una noble y dilatada estirpe de reyes,
de la prole de Abraham y del linaje de David,
pero tu mayor gloria es María,
Hija tuya y Señora del mundo.
Así, tu Descendencia de Ana
colma los anhelos de los Padres antiguos
y se apresura a traer
el gozo a este mundo, tan abatido.
Gloria a Ti, Padre del Unigénito,
gloria a Ti, Hijo del eterno Padre,
la misma gloria para Ti, oh, Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
Laudes: Nocti succedit
A la noche sucede el lucero
que anuncia pronta la aurora
y, tras ella, sale el sol
que envuelve al mundo de luz.
Cristo es el Sol de justicia
y su Madre la Aurora de gracia
a la que tú, oh, Ana, precedes
como estrella que rasga las tinieblas de la ley.
Oh, Ana, raíz fecunda
y árbol saludable
que nos dio la Vara florida
de la que nació Cristo.
Oh, Joaquín, padre santo,
y Ana madre de la Madre de Cristo,
conseguidnos, por Ella,
la gracia y el perdón de Dios.
Gloria a Ti, Jesús,
que has nacido de la Virgen,
y también al Padre y al Espíritu Santo,
por los siglos, sin término. Amén.
Esta memoria es particularmente celebrada con el mismo rango litúrgico y en el mismo día por la Orden Cisterciense, que, por su parte, ha dedicado a los Abuelos del Señor los siguientes himnos:
Oficio de lecturas
Alégrate, Madre Ana, alégrate, Madre santa,
porque has engendrado a la Madre de Dios.
Ensalza a esta gran Hija tuya, la Virgen María;
que su padre Joaquín se alegre también contigo.
En esta tierra nuestra ha sido la primera bendecida
después de la maldición que antiguamente
mereció Eva.
Acepta, pues, las alabanzas que te tributamos
de corazón, y con tu plegaria, límpianos
de toda falta.
Alabanza al Padre, nuestro Dios, gloria
a Cristo Altísimo y al Espíritu Santo; un
mismo honor para la Trinidad. Amén.
Laudes
A la noche sucede el lucero de la mañana,
al que sigue enseguida la aurora, anunciando
el surgir del sol que inunda el mundo con su luz.
Cristo es el Sol de justicia; su madre, la Aurora
de la gracia. Tú, Ana, la precedes, y tu brillo
aleja la sombra de la ley.
Ana, tú eres la raíz fecunda, el árbol
de salvación del que salió el ramo florido
que nos ha dado a Cristo.
Oh, madre de la Madre de Cristo, y tú,
su padre santísimo, por los méritos de vuestra hija,
pedid para nosotros misericordia.
Gloria a Ti, Jesús, que has nacido de la Virgen,
y también al Padre y al Espíritu Santo
por los siglos sin término. Amén.
Alégrate, Madre Ana, alégrate, Madre santa,
porque has engendrado a la Madre de Dios.
Ensalza a esta gran Hija tuya, la Virgen María;
que su padre Joaquín se alegre también contigo.
En esta tierra nuestra ha sido la primera bendecida
después de la maldición que antiguamente
mereció Eva.
Acepta, pues, las alabanzas que te tributamos
de corazón, y con tu plegaria, límpianos
de toda falta.
Alabanza al Padre, nuestro Dios, gloria
a Cristo Altísimo y al Espíritu Santo; un
mismo honor para la Trinidad. Amén.
Laudes
A la noche sucede el lucero de la mañana,
al que sigue enseguida la aurora, anunciando
el surgir del sol que inunda el mundo con su luz.
Cristo es el Sol de justicia; su madre, la Aurora
de la gracia. Tú, Ana, la precedes, y tu brillo
aleja la sombra de la ley.
Ana, tú eres la raíz fecunda, el árbol
de salvación del que salió el ramo florido
que nos ha dado a Cristo.
Oh, madre de la Madre de Cristo, y tú,
su padre santísimo, por los méritos de vuestra hija,
pedid para nosotros misericordia.
Gloria a Ti, Jesús, que has nacido de la Virgen,
y también al Padre y al Espíritu Santo
por los siglos sin término. Amén.
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